En Colombia es un crimen cultivar el arte y defender los derechos humanos

venezuela / colombia | antifascismo | non-anarchist press Friday September 02, 2011 00:22 by Hernando Hernández Tapasco

Vivimos tiempos en los que la vida en Colombia no es más que un soplo. El alma se expande y el aire del moribundo empaña el vidrio de la existencia. Los humildes del país reciben ráfagas de plomo por exigir simples derechos que la constitución consagra. La muerte deambula como loca suelta arrasando lo único esencial que poseemos los seres humanos: la vida.

En los campos los machetes no derriban la manigua sino que desmiembran campesinos, negros e indígenas. Los ríos, entonces, se transforman en cloacas de sangre que recorren nuestra geografía gimiente por el dolor que le causa sus muertos.

Y las nefastas noticias no se detienen. La muerte brutal ya no sólo es contra los hombres y mujeres del mundo rural para despojarlos de sus tierras y convertirlos en mano de obra barata y servidumbre. Ahora, la violencia se desplaza con fervor a la ciudad. El Estado pone su cuota para favorecerla.

El asesinato de un grafitero, quien soñaba con hacer estallar las paredes con colores de arco iris, fue ultimado por la policía en Bogotá, recordándonos que como al joven Nicolás Neira, ser joven en nuestro país es ser como las madrugadas, es decir morir demasiado rápido. En Chile ocurrió lo mismo, el joven estudiante que amaba la autonomía, que hacía grafitos y se imaginaba el mundo como un dulce pastel, perdió su vida al tronar de un arma de un carabinero de la policía austral.

Pero la historia no para: el arte en Bogotá está amenazado de muerte. Las caras, las máscaras y los escenarios de lo más Popular del teatro, sufren la persecución. Su compromiso con la realidad, con la creatividad y el pensamiento y con lo más prístino del teatro, sufre su andanada por parte de los paramilitares del bloque capital quienes señalan a las personas del mundo de las tablas que su vida pende de un hilo por “Dárselas de defensores de los Derechos humanos”. La frase es sencillamente lapidaria. A demás les dan ocho días para que se marchen.

¿Quienes son los amenazados de muerte?

La Fundación Cultural Teatrama, Fundación Cultural Tea Tropical, Fundación Disidencia Teatro, Fundación Reciclarte, Fundación Cultural Súmmumdraco, Fundación Cultural el Contrabajo, Corporación Teatro del Sur, Corporación Cultural Odeón, Fundación Cultural Teatrazos, Teatro Ciclo Vital, Fundación Piedra Papel y Tijera y el Colectivo Artístico Bogotá dual, a las cuales se les ha dado un plazo de ocho (8) días para que se vayan de la ciudad.

¿A dónde irán los teatreros que han construido su proyecto de vida en los escenarios de la Capital? ¿Por qué como parlamentarios tenemos que soportar tanto crimen en nuestro país?. ¿Bastará sólo con rechazar las amenazas contra los teatreros y presentar esta constancia? o tendremos que efectuar como Congreso de la República de los colombianos una campaña por la vida y a esos sectores que obedecen a la ultraderecha decirles y legislarles para demostrarles a esos amantes de la espada que aquí está la palabra y que este espacio legislativo repudia sus amenazas y sus crímenes.


Hernando Hernández Tapasco.
Representante a la Cámara
Circunscripción Especial Indígena.
Vocero del Polo Democrático Alternativo
Agosto, 30 de Agosto de 2011