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Anarquismo Para Todos

category bolivia / peru / ecuador / chile | movimiento anarquista | opinión / análisis author Thursday January 25, 2007 07:11author by Mario Celis V. - Congreso de Unificación Anarco-Comunista (Chile) Report this post to the editors

Hacia la Articulación Social

Reproducimos a continuación un documento que ya tiene un par de años, escrito en Chile en marzo del 2001 por un militante del Congreso de Unificación Anarco-Comunista (C.U.A.C.), pues consideramos que su contenido sigue siendo actual y que tiene validez más allá de las fronteras chilenas. En él, se hace una defensa de un anarquismo comprometido con las luchas sociales y con altura de miras, así como se critican los lastres de los que aún padecía el movimiento con la intención de superarlos.

Este documento es clave, pues la discusión que de él se desprendió dividió aguas en el movimiento, permitiendo que se desarrollara una corriente más netamente definida que es lo que hoy conforma la Organización Comunista Libertaria (OCL-Chile).
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ANARQUISMO PARA TODOS

Hacia la Articulación Social



A un año o más, de la definición de un anarquismo político, que superara la fase de los colectivos aislados, nos encontramos en una buena situación orgánica en términos generales. Hemos logrado hacer realidad la unificación de buena parte de los - las anarquistas de Santiago de Chile, en torno a una militancia comprometida. A la vez se ha dado permanencia a una estructura horizontal que poco a poco se gana un espacio. Así como en Santiago, en otras ciudades se comienzan a oír sobre esfuerzos que apuntan a lo mismo.

Sin embargo, nos encontramos aún con dificultades para estructurar una estrategia de inserción que supere la preocupación por la dinámica interna y nos sitúe "donde las papas queman".

A estas alturas parece obvio que no es la coyuntura ni otros factores los que impiden que el anarquismo se desarrolle en Chile, sino nuestra propia lentitud para aprovechar el momento. Basta ver a las organizaciones de la izquierda marxista revolucionaria y sus estrategias para aprovechar la sensibilidad existente e insertarse socialmente, incluso utilizando el discurso libertario sin profundidad y sin conocimiento de su verdadero significado.

Incluso l@s humanistas comienzan a hablar de autogestión como una forma de resituar su discurso afectado por fracasos electorales.

El anarquismo del que somos parte, vive una fase adolescente. Para algun@s es una fase de infancia. Pero este anarquismo chileno, dejó la infancia al perder la inocencia inicial, que aunque no ha perdido del todo, se ha ido curando al ritmo del juego las caídas, magulladuras, mechoneos y una que otra taimadura.

Cabe aquí analizar porque este proceso no se ha hecho en otros lugares de Chile (si se ha hecho, al menos no lo sabemos). Un anarquismo pencopolitano, porteño, chillanejo, temuquense, valdiviano, persiste como en Santiago, en negar el paso a una fase adulta. Pudiendo iniciar un camino más audaz, que desde hace mucho tiempo se manifiesta como una necesidad posible de ser asumida.

Ya que esta adolescencia que cruza nuestro anarquismo, no corresponde solo a una etapa de crecimiento, sino que a una serie de formas antojadizas de entenderlo y que influye fuertemente al interior de nuestras organizaciones.

Una forma de concebir el trabajo, manifestada en una relatividad de las ideas, en una permanencia en círculos limitados, una falta de diversidad en las formas de acción, que no varían de las utilizadas en sus subgrupos, una falta de calidad en las actividades emprendidas, en un miedo a la planificación y la autocrítica, en una reticencia a vincularse con el mundo social popular en forma directa.

Esta forma no ha sido superada como una etapa normal, sino que sigue constituyendo un espacio permanente. Expresión de las tribus contraculturales y del mundo del carrete estudiantil, que se hace presa fácil de la infiltración de ideas ajenas al anarquismo o de intentos de desestabilización de las orgánicas.

También ha definido un estilo de hacer las cosas, que funciona en la dinámica grupal, pero no necesariamente en la dinámica de una organización revolucionaria.

Estilo fraguado en la cuneta y la evasión, que si bien podría ser valorable como expresión de marginalidad, pierde toda su consistencia al fusionarse con una condición alienante .

Ya que el anarquismo no aspira a la marginación, sino a la libertad total, toda iniciativa marginal debe revelarse contra esa condición a través de acciones que busquen la excelencia, acciones dignas del pueblo creativo y trabajador.

Es crudo pero no menos cierto, decir que esta tendencia mantiene al anarquismo en una situación de pausa en cuanto a sus posibilidades de expansión. Haciéndolo correr el riesgo de estancar su desarrollo en único segmento social y como si eso fuera poco, desviándolo hacia objetivos que dilatan la lucha social.

Podríamos decir que es una visión que corresponde a un grupo etario, el juvenil. Pero sabemos que no es una visión generalizada, ya que a muchos jóvenes no les identifica, tal vez porque se reconocen como parte del pueblo, que también esta formado por otros grupos sociales y etarios, para los cuales se supone que también es el anarquismo. Tal vez por que comprenden la diferencia entre pertenecer al sector pasivo y al productivo, que obliga a tomarle valor a las cosas, al tiempo y a la libertad, cuando llega el momento de valerte por ti mismo (a) en una sociedad que esta hecha para lo contrario.

Podríamos atribuirla a la necesidad de identidad, lo cual puede ser valido, hasta cuando empieza a primar por sobre las otras necesidades.

La identidad da jugosos dividendos al capital. Recordemos que el estrato juvenil es una construcción de las ultimas décadas del siglo XX, la transformación de un sujeto rebelde en un estereotipo consumidor e individualista, regido por las ondas y auspiciado por sus padres, que con la globalización se convierte en una especie de híbrido cultural, de acuerdo a un marco homogéneo y alejado de su contexto social, mas aún de su contexto político.

Esta definición poco tiene que ver con la realidad de los verdaderos jóvenes marginales, aquellos que no pueden andarse mostrando como tales, que no conocen la palabra y que desde corta edad entraron al juego de la sobrevivencia.

No es difícil entender de que hablamos, si por ejemplo pensamos en una manifestación de derechos humanos, donde un grupo de estos representantes del anarquismo, chuteaban una docena de pelotas plásticas (que ellos mismos habían comprado para la ocasión, ¿¿...??) a la vez que insultaban a quienes no compartían sus supuestas convicciones.

Cuesta ver la diferencia entre eso y una peregrinación al santuario de Los Andes de los jovencitos del padre Tupper, donde entre cantos a María aflora la seudorebeldia descomprometida. Lo mismo ocurre, cuando la barra brava llega al estadio. En ambas esta la juventud fragmentada, la rebelión coaptada por el sistema, la presencia jerárquica y el simplismo discursivo.

En ambas marchas esta el componente chacrero. Fruto de un relativismo, que permite todo en nombre de la diversidad, hasta la forma de interpretar las ideas de libertad, autogestión o solidaridad.

La justificaciones parecen ser inobjetables. Se apela a un trabajo valorable por que se hace con esfuerzo, Porque aún falta desarrollo, faltan recursos, etc,etc. Pero ya es tiempo de desenmascarar estas ficciones, explicitando como esta forma de agruparse se encuentra superada.

Su anacronismo se refugia en un trabajo discontinuado, que se conforma con poco: Activismos sin norte ni sur, que vociferan denuncias al viento; fanzines inocuos y autoreferenciales, (o simplemente copiados de otra fotocopia española).

Parecemos acostumbrad@s a esta débil discursividad que se cuelga de temas prestados, de reivindicaciones como los presos políticos, los mapuches, sin una interpretación propia desde el anarquismo, sino que siguiendo la pauta de otros grupúsculos más astutos y aplaudiendo fórmulas autoritarias.

Así este púber anarquismo se envicia eternamente en la cuneta. Mientras "machetea" algún sentido, mira sentado como pasan las luchas populares, para de vez en cuando colarse en alguna que suene a su ritmo tribal.

Se atrinchera en visiones parciales de temas como la liberación animal, el naturismo, el antifascismo, el antimilitarismo o la acción de arte. Temáticas importantes, pero que por su incipiente desarrollo en Chile, permiten todo tipo de interpretaciones volátiles, para que en poco tiempo prime la forma por sobre el fondo y el contenido se diluya.

A esto se suma la distancia con respecto a los temas que verdaderamente afectan a la sociedad en que vivimos, frente a los cuales prima la ignorancia o la indiferencia.

Lo más grave, es como este espíritu tribal, por así llamarlo, se fortalece con la nivelación igualitaria y la anulación de la particularidad de sus miembros.

Infecta los intentos de dar seriedad y continuidad al trabajo, y además ante cualquier critica reacciona en bloque. Se auto resguarda de intromisiones externas, al mismo tiempo que impide a cualquier miembro introducir otras dinámicas al grupo, o hacerlos participes de otras practicas que impliquen renunciar a la inercia de la cuneta eterna.

Hemos visto muchas veces como la presión del grupo influye radicalmente sobre l@s compañer@ que quieren tomar alguna responsabilidad orgánica. Poniéndolos ante una amenaza tácita, un pacto no acordado que lo pone en la disyuntiva de escoger entre la opción que sigue el grupo o el aislamiento, sumado a la burla.

Basta recordar la experiencia de La Kasita en el año 98. La tribu defiende a la tribu, aunque en su interior reine la deslealtad.

SALIR DEL CIRCULO LIMITADO

El crecimiento de la organización libertaria es necesario y no debe ser un proceso que dependa de las circunstancias, sino que debe ser un objetivo planificado. Tampoco puede seguir siendo postergado, con el pretexto de la falta de experiencia de los militantes. La experiencia se adquiere en el verdadero contacto con las fuerzas sociales vivas, donde la teoría, que debe adquirirse en forma simultanea, gana verdadero sentido.

Todos sabemos que nuestras organizaciones y el anarquismo necesitan desarrollarse y eso implica que sea propagado a otros grupos sociales y etarios. La experiencia nos ha demostrado lo estancador que significa situarse en los mismos espacios de siempre. Reiterativamente estos segmentos, alguna vez considerados como cercanos o aliados, han resultado a la postre, altamente obstaculizantes para nuestros objetivos.

Es lo que ha llevado a difundir un estereotipo del - la anarquista. Jóvenes de cuero negro, pintas raras y gastadas, de círculos universitarios, rockeros, sujetos innovadores pero de experiencia política y social reducida (post dictadura), de opiniones interesantes, pero muy abstractas para la realidad social chilena.
La visión externa de que somos un grupo de cabr@s con una rebeldía novedosa, que acabará una vez que el sistema nos absorba, tiene su origen en un desconocimiento del anarquismo y de prejuicios políticos y culturales por parte del común de la gente. Pero también responde a una imagen que los propias orgánicas anarquistas han proyectado. Como transgresores radicales, pero inconsistentes, fragmentados entre sí y con escasa capacidad de empatía o interacción con otras visiones.

Por supuesto que esta imagen no corresponde a la realidad de nuestras orgánicas, que desde siempre fueron concebidas con el fin de dar sentido profundo al anarquismo y alcanzar objetivos políticos claros y contundentes. Pero lamentablemente, este diluido planteamiento ideológico, se filtra, nublando cualquier seriedad, sin dejar ver los verdaderos lineamientos trazados y sin lograr conectar el anarquismo con el mundo social.

Sabemos bien que no puede concretarse esta conexión en el limitadisimo rango cultural y social de los espacios de siempre. En los estrechos círculos de amigos y conocidos que constituyen este concepto del anarquismo.

Muchas actividades planteadas pretenden expandir las ideas libertarias a un rango mas amplio de gente. Pero hablar de la gente es todavía algo vago. Estas actividades se amplían a otras caras nuevas, pero se limitan a los círculos en que los miembros se mueven.

Es necesario definir temática y territorialmente los frentes hacia donde apuntar. Incorporar contactos clave, caracterizar los grupos, definir estrategias especificas, formas creativas de inserción y propaganda. Podemos hacerlo, e integrar a la diversidad necesaria que nos dará una visión mas rica y amplia.

CLARIDAD Y ORDEN LIBERTARIO

No es posible que nos estanquemos por confusiones propias. Es el momento de tener las ideas claras y avanzar

Debemos ser ordenad@s y autocritic@s, sin miedo ni enojos. Necesitamos eliminar el temor a organizarse con disciplina, ya que la libre asociación y la discusión permanente, permitirán dinamizar nuestras orgánicas.

Quien teme al orden, confundiéndolo con el autoritarismo, teme a la capacidad organizativa en colectividad. Teme al trabajo sistemático, a la critica y la autocrítica, en resumen, teme al cambio.

Quien teme a dar cuenta de su trabajo frente a la colectividad y a asumir la critica como algo natural, continua entrampado (a) en la culpa, en la mirada paterna de la autoridad, en él circulo vicioso del temor culposo: inercia - acción - error - castigo - inercia.

Quien teme a planificar y evaluar, teme a la exigencia, al perfeccionismo a la posibilidad de crear siempre algo nuevo, ya que lo que no se planifica, presume que las cosas se harán como siempre se han hecho, ósea, como salgan.

Esto es el hippismo permanente, anquilosado en el rito, en el lenguaje pobre, en la alienación del conocimiento, en su santeria cultural, en su autocomplacencia, en su relativismo a conveniencia, en el éter de su seudo-libertad, que no es mas que la careta tras la cual se abanica la flojera.

L@s seguidores del origen de la cultura hippie, o mejor dicho la cultura BEAT, sabrán hacia donde se orienta esta critica y la lejana intención de descalificar ese movimiento. Sino de explicitar aquello que diferencia a los auténticos principios libertarios de los 50, 60, 70, en comparación con la marketeada estética y lingüística del chasconerio criollo. Residuo de una época gloriosa, hoy convertido en un momiaje desmovilizante, dizfrazado de atractiva rebeldía y que penetra, incluso otras contraculturas, también debilitadas por la ausencia de discurso y la superficialidad esteticista.

LINEAMIENTOS IDEOLOGICOS

Algun@s dirán que los lineamientos generales son subjetivos, que no existen o no están debidamente claros. Sin embargo aunque no estuvieran claras las estrategias, está claro el norte. Ese norte es la articulación del anarquismo, la creación de las condiciones para un proceso revolucionario, a través de la organización social libertaria.

Ninguna otra cosa, ni ninguna otra interpretación puede dejar que nos desviemos de tan claro panorama. Por lo tanto nuestro llamado salto a lo social no es sino un proceso lógico y obvio, que toda organización de nuestro carácter debe dar, SÍ o SÍ.

La necesidad de vincularse a espacios diversos, de asumir como nuestro el origen social del anarquismo, requiere necesariamente de una fuerte voluntad y de una apertura a la tolerancia, la no-discriminación y la entrega solidaria hacia causas que muchas veces no serán las nuestras. Sin embargo serán las causas del pueblo intentando organizarse y por tanto nuestro desafío articulador deberá, debe ser asumido junto a ellos.

Así nuestros esfuerzos deberán ser orientados a crear todo tipo de organizaciones libertarias, en tantos frentes como nos sea posible y en cada una de las diversidades que la lucha social nos presente.

Frente al poblador sin educación y al mismo tiempo sabio; la señora llena de trancas tradicionalistas, pero al mismo tiempo luchadora como nadie; el dirigente local propenso a entusiasmarse con el poder, pero hábil en el manejo con la autoridad; los secundarios apáticos pero creativos y geniales, o el vecino que escucha cumbias...si!! cumbias alienantes y capitalistas, pero cumbias que disfruta con el mismo entusiasmo con que el anarquismo rockero consume discos y con las cuales se siente, aquí y ahora, representado en su realidad.

Nos guste o no nos guste (independientemente de que queramos cambiarla) debemos respetar y conocer a fondo las realidades donde queremos intervenir con nuestro discurso. Ya que esta realidad lleva consigo las consecuencias de la dominación, tanto como nosotros mismos cargamos desde la infancia con las trancas del sistema en nuestros actos y en nuestras limitaciones.

Se trata de permanecer lúcid@s ante la época que nos toca enfrentar, asumiendo como un hecho, el nivel de locura que el capitalismo ha impuesto. Lo que no significa aislarse en nuestra isla alternativa, ni tampoco terminar creyendo que esta locura es normal y va a ser eterna.

No vaya a ser que pasemos de moda, siendo una anécdota viviente de la fauna post moderna, siendo solo discurso o literatura. No vaya a ser que sigamos llegando tarde a las dinámicas sociales, diciendo " Aquí te las traigo Peter, estas verdades rojinegras..." ...Mientras Pedro (que así se llama en realidad) sufrió, alegó, lucho y construyo su propia interpretación, sus propias respuestas (en su propia falta de ideología) y hasta mejores que nuestras mágicas fórmulas.

LOS CONFLICTOS INDIVIDUALES

Debemos superar toda alienación, como primera prioridad, al interior de nuestras organizaciones. Apoyar a nuestros compañer@s que las sufren. Pero cualquier compañer@, cuyos problemas económicos, familiares, emocionales, estén incidiendo en su desempeño, debe asumir íntegramente su lucha personal contra el sistema que los provoca .

Esto implica también asumir sus propias responsabilidades para enfrentar esta lucha ,asumiendo su situación de explotado o de excluido.

Como organización podemos buscar las formas, los sistemas, para hacer frente a los problemas que afectan individualmente a los compañer@s. Para eso está la riquisima experiencia histórica anarquista de formas de resistencia, está la Economía Solidaria, tan desarrollada en nuestro país y hoy tan olvidada. Así como también esta el ingenio y la capacidad de adecuar soluciones a cada nuevo obstáculo que el capitalismo nos pone, impidiendo desarrollarnos como personas.

Pero esto no significa, convertirnos en una plataforma que sostenga estas crisis ocultas, ya que nuestra tarea es asumir colectivamente estos temas, con conciencia de clase, con lucidez y visión. Una enorme visión que permita a estas practicas ser integralmente políticas y alejarse lo mas posible del asistencialismo del sistema.

Porque el anarquismo no plantea una solidaridad, ni un apoyo mutuo cortos de vista. Para decirlo mas claro: el anarquismo no propugna una solidaridad "ratona". Sino que un cuestionamiento en cada paso, en cada síntoma, que no se conforma con la simple denuncia, sino avanza hasta el cambio total.

La política revolucionaria, ejercida por la organización, no puede ir planteando su trabajo de acuerdo a cada inquietud individual de sus miembros, que aflore durante el desarrollo de los lineamientos generales.

Aún mas, la organización no puede desviar sus objetivos, según estos requerimientos, sobretodo si estas inquietudes tienen que ver con solucionar temas que responden a carencias individuales, que perfectamente pueden ser asumidas en otras instancias, (a nivel personal, familiar, amigos o en pequeños grupos de pares reunidos con ese fin).

Al contrario, la organización debe exigir a cada miembro que enfrente por si mismo sus trancas, sus conflictos individuales hasta donde le sea posible, entregando el apoyo mutuo de la organización cuando su esfuerzo personal no sea suficiente. Para lo cual, debemos buscar las formas de enfrentar esos temas. Lo que no implica convertirnos en contenedores de las consecuencias del capitalismo, ni peor aún, en justificadores o en dadores de refugio a quien no tiene la intención de tomar control de su propia vida.

El capitalismo propicia la fragmentación y esta se da a nivel de intereses individuales. Debemos buscar los intereses transversales, aquellos que nos interpretan prioritariamente a todos. Estos son los verdaderos intereses de clase dominada.

Sabemos que hay formas y formas de dominación, unas mas comunes que otras. En ese sentido es mas común hablar de temas de vivienda o alimentación (una necesidad y lucha política que aglutina a mas gente), que hablar de reivindicaciones del cuerpo, por ejemplo, que sin dejar de ser importantes, tienen otra prioridad como lucha social. Además de tener un espacio para ser desarrolladas en las organizaciones locales.

HACIA LOS CONFLICTOS SOCIALES

Es en el espacio local de los frentes sociales, donde el anarquismo puede plantear una diversidad de organizaciones, preocupadas tanto de generar espacios lúdicos, de expresión o educación, como de iniciativas económicas, solidarias o de conflicto directo con el capital o el estado.

Sin embargo estas organizaciones o espacios, deben fomentar soluciones políticas y no mas y mas alienación, con traje contestatario.

Para esto es necesario, recurrir a la definición de parámetros, a las líneas estratégicas previamente trazadas y al constante cuestionamiento sobre la efectividad política de estos espacios.

Los conflictos sociales que descubramos o generemos en cada frente, manifiestan en forma clara la pugna de los intereses de la ambición contra los de la sobrevivencia.

En estos conflictos se establece la mirada critica y la verdadera Acción Directa contra la jerarquía. Aquella que va "al grano" sin rodeos, que define a los responsables y como enfrentarlos. Que crea soluciones, sin esperarlas, que ejecuta sin pedir permiso.

Pero todo conflicto debe surgir de problemáticas concretas y no desde la creatividad de una mesa de reuniones. Para eso es la creación de orgánicas en cada frente. Ellas tomaran los problemas que ya tienen, para crear las soluciones adecuadas y no al revés.

O sea, no podemos seguir inventándonos actividades para hacer crecer el anarquismo, ya que esas actividades nos están esperando en cada frente para dar movimiento radical al descontento, para despertar los conflictos latentes.

Allí nuestra interpretaciones de la realidad tienen contenido real, allí tienen posibilidad de crecimiento...¿o si no donde?

Desde el mensaje ideológico a distancia, hacia un pueblo que no nos conoce, es imposible pensar en crecer.

Esta es la articulación, un proceso complejo que se ira definiendo en detalle, a medida que se enfrente a los conflictos y obtenga resultados.

¿COMO SE MIDE LA EFECTIVIDAD O LA CALIDAD POLITICA DE UNA INICIATIVA?

Esto último es la labor de la asamblea o de otras estructuras políticas. Podemos enfrentar esta nueva etapa creando los parámetros adecuados que definan la calidad política de cada actividad, de acuerdo a los lineamientos generales.

Estos parámetros deben considerar factores como la presencia de militantes disponibles a realizar la iniciativa, un diagnostico o análisis previo, el trabajo directo, cara a cara con un grupo organizado o factible de organizar, la existencia de un territorio o espacio donde sea localizable y la presencia de un conflicto declarado o no declarado, en que la comunidad o el sector social se ve enfrentado a las estructuras del sistema en una relación de dominación.

También la asamblea puede analizar que acciones serán mas prioritarias, en relación a los análisis de la mesa, a la disponibilidad de militantes o a los recursos disponibles.

La relación con el mundo social nos señalará día a día el camino a seguir, para articular de una vez por todas, la diversa y extensa red organizacional que necesitamos construir, con el fin de hacer regresar el anarquismo al corazón del pueblo.

Mario Celis V.
Santiago, Marzo 2001

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