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El viejo mundo oprime a las mujeres y disidencias. Su fuerza lo destruirá.

category internacional | género | comunicado de prensa author Tuesday March 08, 2022 23:57author by Varias organizaciones anarquistas Report this post to the editors

Hace más de un siglo, el 8 de marzo de 1917 las mujeres trabajadoras de San Petersburgo (Rusia) hicieron una huelga y se manifestaron por el pan y por la paz, impulsando entonces un movimiento histórico revolucionario. Es en esa época que el 8 de marzo como día de lucha por los derechos y libertades de las mujeres empieza a ser conmemorado.
Así pues en el año 2022, las mujeres y disidencias seguimos siendo una de las partes de la sociedad más oprimida. Así sucede y ha sucedido en el trabajo, en el hogar, en la crisis sanitaria o en las situaciones de guerra. Por este motivo nuestro levantamiento podría derribar los Estados, el capitalismo y la dominación patriarcal y racista.
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Una doble explotación: salarial y doméstica

La doble jornada laboral es la realidad de la gran mayoría de las mujeres en el mundo. Es decir que cuando terminamos de trabajar para nuestros jefes, volvemos a casa y muy a menudo tenemos que hacer todo el trabajo doméstico y de cuidado, o la llamada"re-producción de fuerza de trabajo" que se necesita para los capitalistas. Por supuesto, como cualquier trabajo invisible, no conlleva ninguna compensación económica. Solo así podría subsistir este sistema, y solo a través de fuertes mandatos ideológicos es posible sostenerlo.

Por otro lado en el ámbito del trabajo asalariado los puestos que ocupamos mayoritariamente las mujeres suelen reproducir un patrón similar. No son reconocidos ni visibles, por el contrario son desvalorizados y precarios. Pero también son indispensables, como lo ha revelado profundamente la crisis sanitaria: con cajeras, cuidadoras, limpiadoras... Todo el sistema se derrumbaría sin el trabajo remunerado y no remunerado de las mujeres.

Y sin embargo, por mucho tiempo, el movimiento obrero ha fracasado a la hora de organizar a los sectores feminizados, argumentando la falta de combatividad en el sector de los servicios. Estos han sido presentados como no estratégico en la producción, se nos ha señalado a como sujetos con poca capacidad de asumir responsabilidades políticas o sindicales, o se nos ha aducido que nuestro temperamento no se adecúa a ese rol. Muchos pretextos que persisten hasta ahora para no cuestionar la cultura patriarcal sobre la que se construyó históricamente el movimiento obrero, que ha relegado a las mujeres y disidencias a la categoría de subalternas o peor.

Sin embargo, escarbando un poco más, la historia es rica en numerosas huelgas victoriosas y en la combatividad de las mujeres. Nosotras siempre nos hemos levantado contra la sobreexplotación producto de la alianza del patriarcado y el capitalismo.

El aumento de los salarios de las mujeres, el reconocimiento de nuestras cualificaciones, la mejora de nuestras condiciones de trabajo y la lucha contra la violencia de género y sexual en el trabajo, son cuestiones que el sindicalismo revolucionario debe asumir cuanto antes. De la misma manera que es fundamental la revalorización y socialización de las tareas de cuidado. Es una necesidad, para las de abajo pero también para la perspectiva de cambio social radical que todas las trabajadoras llevamos en el corazón y en nuestras luchas.

La huelga feminista es una de las herramientas de las que disponemos para acelerar esta indispensable transformación y la caída final de la criminal alianza del patriarcado y el capitalismo. La huelga feminista no es sólo un llamado dentro del trabajo asalariado: puede también llamar a la huelga del consumo y de las tareas del cuidado, lo que implica no a las compras, a las tareas domésticas, al cuidado de los/as niños/as, etc.

Los Estados y los sectores reaccionarios les hacen la guerra a las mujeres

El patriarcado es la explotación material, simbólica y económica de las mujeres y disidencias. Pero también es la apropiación de nuestros cuerpos y nuestra subjetividad (nuestros deseos, anhelos, proyectos, ideas) mediante la violencia en todas sus formas, o la limitación de nuestros derechos.

Este 2022, la conmemoración del 8 de marzo tiene lugar en un contexto internacional en el que estallan guerras a gran escala. Así los sectores ultra reaccionarios y misóginos detentan el aparato del Estado y están a la ofensiva, como en Afganistán, pero también en Polonia, o en varios otros estados. La violencia de género y sexual es aún más numerosa en estas situaciones específicas y las mujeres estamos siempre en la primera línea de las políticas de terror, de las violaciones sistemáticas y del mantenimiento de las mujeres en el redil de los opresores.

Además, en 2022, las mujeres todavía no tenemos pleno derecho sobre nuestro propio cuerpo en muchos países. Allí donde existe formalmente, el acceso al aborto y a otros anticonceptivos es cuestionado por los movimientos de extrema derecha o las políticas de austeridad....
Detrás de estos obstáculos y reticencias se encuentra la idea de que no somos realmente seres responsables.
Por eso el acceso al aborto es un derecho indispensable y transformador. Es el momento más evidente en el que una mujer se elige libremente a sí misma antes que a cualquier otra cosa. Las mujeres somos seres deseantes cuando abortamos. Por eso la lucha por el aborto es fundamental para la emancipación de las mujeres. ¡El aborto debe ser gratuito y accesible, en todas partes, todo el tiempo!

Organizarse y luchar contra el patriarcado, el capitalismo, el Estado y los reaccionarios

Hoy, en más de 50 países, las mujeres y disidencias participamos en el movimiento de huelga internacional del 8 de marzo. El movimiento feminista en Argentina contribuyó decisivamente a su renovación en 2017. Nos dijeron entonces: "Las mujeres del mundo nos organizamos en un enfrentamiento y en un grito común: el Paro Internacional de Mujeres. Nosotras paramos. Hacemos huelga. Ponemos en práctica el mundo en el que queremos vivir".

Nuestras organizaciones abrazan la lucha por la emancipación de las mujeres y disidencias y animan a cada una de nuestras compañeras a reforzar la lucha de clases invirtiendo y ocupando su lugar en todas las organizaciones sociales populares (sindicatos, estudiantiles, organizaciones comunitarias, etc.) y políticas.

La huelga feminista del 8 de marzo es una de las herramientas que proponemos y defendemos en esta lucha contra la opresión hacia las mujeres y, con ellas, de todos los/as oprimidos/as del mundo. Una instancia construida desde las bases en cada una de nuestras organizaciones sindicales y sociales, poniendo de relieve el protagonismo, la fuerza y el compromiso de quienes luchamos todos los días por la revolución social. Sorteando los intentos de institucionalización de gobiernos que buscan moderar, maquillar y, así, otorgar un carácter reformista a nuestra lucha.

Contra la cultura de la violación y los feminicidios.
Contra la doble explotación de las mujeres trabajadoras.
Contra el patriarcado, los estados y el capitalismo.

Viva la lucha de las de abajo. 8 de marzo : Jornada de resistencia y lucha

☆ Alternativa Libertaria (AL/FdCA) – Italia
☆ Αναρχική Ομοσπονδία (Anarchist Federation) – Grecia
☆ Aotearoa Workers Solidarity Movement (AWSM) – Aotearoa/Neo Zelandia
☆ CALA (☆ Coordenação Anarquista Brasileira - CAB, ☆ Federación Anarquista de Rosario - FAR, ☆ Federación Anarquista Uruguaya - FAU) - America Latina
☆ Embat, Organització Llibertària de Catalunya – Catalonia
☆ Federación Anarquista de Santiago (FAS) – Chile
☆ Grupo Libertario Vía Libre – Colombia
☆ Libertäre Aktion (LA) – Suiza
☆ Melbourne Anarchist Communist Group (MACG) – Australia
☆ Organización Anarquista de Córdoba (OAC) – Argentina
☆ Organización Anarquista de Santa Cruz (OASC) – Argentina
☆ Organización Anarquista de Tucuman (OAT) – Argentina
☆ Organisation Socialiste Libertaire (OSL) – Suiza
☆ Roja y Negra - Organización Politíca Anarquista - Argentina
☆ Union Communiste Libertaire (UCL) – France, Belgica & Suiza

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