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¡Frente a la dominación de género que nos consume, avanzamos hacia la lucha feminista que nos construye!

category venezuela / colombia | género | opinión / análisis author Tuesday March 10, 2015 11:08author by Acción Libertaria Estudiantil (ALE) - Acción Libertaria Estudiantil (ALE)author email accionlibertariaestudiantil at gmail dot com Report this post to the editors

Este es el primer año que como organización estudiantil libertaria conmemoramos un 8 de marzo de lucha y de resistencia de las mujeres, y queremos en esta ocasión, pronunciarnos en el marco de esta fecha insignia de las luchas de las oprimidas[1] y realizar algunas reflexiones individuales y colectivas que nos permitan llevar a cabo acciones de mayor incidencia contra las opresiones de género; a fin de cuentas edificar una praxis liberadora real. Es importante decir que lo anterior, no implica abandonar la memoria ni la reflexión histórica sino profundizarla, llevándola y relacionándola con la situación política-social-cultural actual, entendiéndola como parte de un todo y en una relación dialéctica constante, que transfigura día a día nuestra realidad; además partimos de reconocernos como protagonistas dentro de la sociedad que pueden generar transformaciones contundentes que abran paso a una sociedad más justa y libre.
¡Por un marzo de lucha y feminista!
¡Por un marzo de lucha y feminista!

Este es el primer año que como organización estudiantil libertaria conmemoramos un 8 de marzo de lucha y de resistencia de las mujeres, y queremos en esta ocasión, pronunciarnos en el marco de esta fecha insignia de las luchas de las oprimidas[1] y realizar algunas reflexiones individuales y colectivas que nos permitan llevar a cabo acciones de mayor incidencia contra las opresiones de género; a fin de cuentas edificar una praxis liberadora real. Es importante decir que lo anterior, no implica abandonar la memoria ni la reflexión histórica sino profundizarla, llevándola y relacionándola con la situación política-social-cultural actual, entendiéndola como parte de un todo y en una relación dialéctica constante, que transfigura día a día nuestra realidad; además partimos de reconocernos como protagonistas dentro de la sociedad que pueden generar transformaciones contundentes que abran paso a una sociedad más justa y libre.

El 8 de marzo, igual que el 28 de junio (día de la dignidad LGTBI) y el 25 de noviembre (día contra la violencia de género), son fechas que conmemoran y traen cada año el debate sobre las opresiones de género que vivimos en la sociedad capitalista actual. Evidentemente, estas fechas no buscan limitar las reflexiones-acciones y mucho menos mercantilizarlas como lo han pretendido las clases dominantes. El 8 de marzo, puede presentarse como una fecha puntual para hacer ejercicios y acciones comunes de memoria histórica pero su significado real: el de la reivindicación de la lucha de las mujeres, no se limite a un día y tampoco de un mes, hace parte de un ir y venir, de un actuar y reflexionar constante.

Este día no sólo pretende conmemorar y exaltar la rabia por la muerte, el 25 de marzo de 1911, de 146 obreras textiles tras un incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist, de la que no pudieron salir debido a que las puertas se encontraban cerradas con llave; sino también recordar y dar fuerza a todas aquellas mujeres trabajadoras que han padecido de acoso laboral, reducción salarial y precarias condiciones de trabajo; campesinas, negras e indígenas que han sufrido el despojo de tierras y de sus cuerpos convirtiéndolos en campos de batalla y, que han vivido la exclusión del sistema educativo en general y la fuerte discriminación sólo por no hacer parte de las grandes urbes; niñas, jóvenes y adultas que han decidido abortar pero que deben someterse a procedimientos clandestinos en condiciones insalubres y peligrosas que atentan contra sus vidas; madres solteras que buscando una acción por la autonomía han decidido romper con la concepción de familia tradicional y patriarcal que las obligaba muchas veces a someterse a los ámbitos privados y a depender económicamente de sus maridos; mujeres provenientes de distintas etnias que diariamente son tratadas de forma desigual y excluyente ya sea por sus características físicas, culturales o nacionales; lesbianas y transgénero que rompiendo con las prácticas heteronormativas y optando por la disidencia sexual son generalmente agredidas y asesinadas psicológica, física y socialmente; revolucionarias que se han organizado y luchado colectivamente junto a otras personas, pero que han sido torturadas, encarceladas y silenciadas por el hecho de querer edificar mundos posibles diferentes de lo establecido.

Pero como lo hemos dicho en un principio, esto no se trata únicamente de conmemorar sino también de hacer reflexiones que conlleven a la acción, por lo que nos parece importante traer a colación una serie de hechos a los que les debemos prestar profunda atención en nuestro caminar.

Como jóvenes y estudiantes nos hemos venido dando cuenta que la interpretación hegemónica sobre la reducción significativa de la discriminación y la violencia de género, la ampliación de participación de la mujer en distintas esferas de la sociedad y la generación de autonomía social y económica de la misma, no hace parte sino de un discurso superfluo de diversidad e inclusión impulsado por las instituciones dominantes, interesadas en la incursión subordinada de la mujer en la estructura de producción y de consumo, que buscan apaciguar y deslegitimar las luchas de género con perspectivas radicales y populares en la actualidad. Sin embargo, el discurso y la realidad se contradicen. Aunque algunas mujeres han ganado participación y autonomía, sólo lo han hecho incorporándose en el sistema capitalista caracterizado por la división de clases y aceptando sus condiciones. Pero es imposible negar que la mayoría de mujeres, que suman muchas veces otros tipos de dominación, sufren cada día cabalmente de la opresión de género, con situaciones parecidas a las de nuestras madres y abuelas y, por supuesto con nuevas formas muy propias del siglo XXI.

Ejemplo de ello son los constantes ataques recibidos en los sistemas masivos de transporte, que se traducen en piropos, manoseos y otros tipos de actos de acoso y agresión sexual en general. En el caso de Bogotá se tomó como medida parcial la implementación de vagones exclusivos[2] para mujeres y la inclusión de policías infiltradas[3], que lejos de arrancar el problema de raíz, genera una imagen débil de la mujer y de acosador incontrolable del hombre, naturalizando y perpetuando la subyugación; además limita la situación a los espacios de afluencia masiva permanente, que excluye el debate y la acción más profunda en otros espacios privados o públicos como colegios, universidades (donde se han presentado casos de violación como ocurrió el año pasado en la Universidad Distrital[4]), parques, plazas, barrios, calles, etc.

Seguido a esto, encontramos las constantes limitaciones que se presentan por la aplicación de la despenalización parcial del aborto en Colombia dada en 2006[5]. A pesar de que dicha sentencia significa un pequeño avance, es sumamente complicada su viabilidad por todos los trámites y requisitos, además del miedo de las mujeres de recibir cualquier tipo de rechazo y/o discriminación social por su decisión. Es evidente, cómo las instituciones religiosas, estatales y familiares siguen apropiándose del cuerpo y de las decisiones de nosotras, enfrascando nuestras opiniones y acciones en debates morales, jurídicos y hasta comerciales. Nuestra propuesta es por una educación sexual participativa, métodos de planificación efectivos y aborto libre y digno el alcance de todas.

En el caso del sector educativo, vemos con gran preocupación la situación actual de acceso de la mujer en la educación en general y la superior en particular. Es claro que aunque haya incrementado la población femenina en las instituciones educativas del país, todavía existe una gran brecha que perpetua la desigualdad en la formación académica y la participación social, que aumenta significativamente si comparamos los sectores urbanos con los rurales. Además es importante recalcar, que la división sexual de las profesiones que se presenta tanto en universidades públicas como privadas sigue siendo bastante notoria, siendo mayoritario el ingreso de hombres frente al de mujeres en la mayoría de áreas con algunas excepciones en carreras ligadas con el cuidado.

Ya frente al caso laboral, vemos una mayor permanencia de las mujeres en el sector productivo, identificando que por su condición de género enfrentan continuamente situaciones de asedio laboral por sus compañeros y patrones; tendiendo la reducción de salarios a ser mayor en relación con la de los hombres y continuando en descenso según características de discriminación ligadas a la edad, la etnia, el capital cultural, el nivel escolar, etc. Del mismo modo, se sigue negando el reconocimiento de la labor doméstica como un trabajo, recargándolo en muchas ocasiones en las madres trabajadoras y mujeres jóvenes del hogar, cultivando y reproduciendo una cultura machista e insolidaria en las relaciones familiares. Es preciso decir, que mujeres que son trabajadoras domésticas deben sobrellevar una carga doble, pues deben limpiar las casas de personas acomodadas para subsistir y limpiar las propias esta vez entendida como una obligación maternal y de cuidado del hogar.

Para finalizar, queremos dar una última reflexión general, esta vez como militantes estudiantiles y sociales identificadas bajo una propuesta feminista libertaria. El año pasado, vimos cómo se presentó una oleada de denuncias[6] debido a prácticas machistas dentro de distintas organizaciones de izquierda del país. En nuestro corto andar, hemos avanzado en algunas reflexiones en torno al tema, identificando y aceptando que no sólo es a la estructura en general a la que debemos destruir, sino nuestros discursos y prácticas que estén permeados de dichas tradiciones patriarcales. Somos parte de un sistema que nos crió como sus reproductores y, como actores/actrices de cambio debemos forjar nuevas relaciones sociales basadas en la igualdad, la solidaridad y el compromiso colectivo. “Somos lo que hacemos, para cambiar lo que somos” escribe Eduardo Galeano, y por este motivo no estamos exentas de reproducir prácticas de dominación por el hecho de ser de izquierda o de identificarnos bajo una propuesta revolucionaria. Debemos avanzar colectivamente en propuestas concretas como espacios continuos de discusión-acción y políticas de género dentro de las mismas organizaciones que nos ayuden a responder más rápido y contundentemente cuando se presenten estas situaciones.

Es preciso seguir reflexionando y transformando nuestras prácticas, para seguir edificando una propuesta de feminismo, que en nuestro caso es libertario. Apuesta que debe nutrirse diariamente de análisis propios y comunes como los que nos pueden aportar las experiencias del feminismo negro, el feminismo popular latinoamericano, las mujeres zapatistas en México y las kurdas en el norte de Siria. Insistimos mucho en esta relación dialógica, pues debemos avanzar en el fortalecimiento colectivo a través de la unidad del movimiento social y popular que se traduzca en un pueblo fuerte que avance hacia la revolución social y la emancipación total del conjunto de las oprimidas.

¡Avanzamos cuando nos organizamos, desde el feminismo libertario construimos revolución!
¡Arriba las que luchan!

Acción Libertaria Estudiantil (ALE)
Marzo 2015



[1] El uso del femenino es intencional. Hace alusión al concepto no sexista de personas, que preferimos frente al concepto individuo, históricamente vinculado a los hombres y la cultura patriarcal.

[2] Caracol Radio. (2014, 7 de marzo). Link: http://www.caracol.com.co/noticias/bogota/transmilenio-....aspx Consultado: 06/03/2015

[3] El Espectador. (2014, 29 de julio). Link: http://www.eltiempo.com/bogota/mujeres-policias-en-tran...15664 Consultado: 06/03/2015

[4] El Espectador. (2014, 8 de octubre). Link: http://www.elespectador.com/noticias/bogota/denuncian-v...21200 Consultado: 06/03/2015

[5] La sentencia de la Corte Constitucional C-355 del 10 de mayo de 2006 dictamina la despenalización del aborto en los siguientes casos: Cuando el embarazo constituya peligro para la vida o salud de la mujer; cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida; y en caso de violación o fecundación no consentida.

[6] El año pasado (2014) se presentaron varias denuncias de individualidades y organizaciones feministas por casos de acoso por parte de hombres pertenecientes a organizaciones de izquierda del país. Esto generó un fuerte impactó que abrió el debate sobre las prácticas patriarcales dentro del movimiento social.

Related Link: http://accionlibertariaestudiantil.wordpress.com

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