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La organización anarco-comunista en Chile (1ª Parte): Reestructuración Orgánica del C.U.A.C. (Marzo 2001)

category bolivia / peru / ecuador / chile | historia del anarquismo | policy statement author Monday September 01, 2014 23:05author by Mario Celis Report this post to the editors
El Congreso de Unificación Anarco-Comunista de Chile (C.U.A.C.) nació en Noviembre de 1999, como parte de un amplio proceso de convergencia de anarquistas en Santiago, que teníamos por común un acuerdo en que la organización debía ir más allá de los tradicionales grupos de afinidad, una convicción del anarquismo como una doctrina clasista y revolucionaria, y la necesidad de que el anarquismo se hiciera carne en las luchas populares. Hasta finales del 2000, fue el período en el que se definió quienes tenían un compromiso real con el proyecto, se ganó en los primeros pasos prácticos para dar vida a este proyecto y hubo aprendizajes enormes al compartir la expriencia colectiva que íbamos generando. En ese sentido, la organización funcionó como un congreso permanente de reflexión, discusión y definiciones políticas.

Como fruto de ese proceso, se comenzó a debatir qué significaba pasar de los contactos entre colectivos a una organización unitaria, y sobre la necesidad de cualificar nuestra práctica. Hasta ese momento en la organización existían algunos cargos en la asamblea, que se reunía semanalmente en el local sindical de FETRACOMA. También existían comisiones que velaban por ciertos aspectos temáticos del desarrollo de nuestro proyecto libertario. En la práctica, se llegaron a implementar tres: cultura, educación y propaganda, aunque en teoría, también se había pensado en una para temas poblacionales, sindicales y estudiantiles. En cierta medida, estas comisiones funcionaban como colectivos al interior de la organización, que todavía no lograba cuajar en un proyecto colectivo y orgánico. El 2000 también se forma el colectivo "Oveja Negra" en la Universidad de Chile, que pese a estar en un espacio estudiantil, funcionaba como un grupo de afinidad articulado solamente en función de lo ideológico. No lográbamos salir de la concepción del colectivo. Ya habíamos empezado a discutir sobre la necesidad de integrar el trabajo político a través de la creación de "frentes", pero este concepto aún no se terminaba de asimilar ni de entender mediante conceptos comprendidos por todos.

Este documento, desarrollado por Mario Celis en base a una serie de discusiones en la comisión de propaganda, fue un catalizador del debate que veníamos dando en torno a la necesidad de re-estructurarnos para enfrentar los desafíos que teníamos por delante y alcanzar la mayoría de edad como movimiento. Este documento no fue aceptado en su cabalidad por la organización, hubo fuertes debates (particularmente en la concepción de frentes, ya que un sector planteábamos que los frentes debían ser desarrollados a partir de una base clasista asentada en los sujetos populares, y no desde una perspectiva comunalista asentada en el concepto de ciudadanía), pero fue un documento clave para empezar un debate necesario y sobretodo, con él ganamos en claridad conceptual. Este documento representa un importante salto cualitativo para el anarquismo criollo y el momento de una toma de conciencia de que podíamos aspirar a muchísimo más, como movimiento, que hacer propaganda, contra-cultura o formar colectivos. Creo importante difundir este documento, no solamente como una parte importante de la historia del anarquismo en Chile, sino como un documento que aún hoy tiene bastante que entregar al debate por levantar un proyecto libertario.

José Antonio Gutiérrez D.
1 de Septiembre, 2014

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REESTRUCTURACIÓN ORGANICA DEL CUAC

Documento de circulación interna
DICIEMBRE 2000 - MARZO 2001

MARIO CELIS

Desarrollo y adaptación de la propuesta desarrollada por la COMISIÓN DE PROPAGANDA

CONCEPTOS BASICOS DE LA ESTRUCTURA ORGANICA

ACTIVIDADES

Son actividades cualquiera de las practicas planificadas y organizadas por los militantes o simpatizantes y grupos o personas ligadas al CUAC.

Según esto, el CUAC organiza sus propias actividades y participa en otras de invitación externa.

Las actividades propias se desarrollan tanto en los frentes, como a nivel interno (que sólo involucran a los militantes).

Las actividades externas son aquellas en las que el CUAC participa como organización invitada, coorganizando o convocando junto a otros grupos políticos o no políticos, como una forma de crear relaciones o insertarse socialmente.

Toda actividad en la que la responsabilidad sobre la coordinación u organización, recaiga sobre el CUAC, ya sea en forma total o parcial, debe ser previamente presentada a la asamblea y aprobada por ésta.

Posteriormente, será evaluada según los parámetros correspondientes.

Para su buen desarrollo las comisiones se involucrarán en las actividades desde su inicio, hasta su ejecución y evaluación.

Toda actividad tiene como fin propagar y articular el anarquismo, incentivando la formación de organizaciones de carácter horizontal, la difusión educativa y propagandística del ideario anarquista, el apoyar la radicalización de conflictos sociales, etc.

La asamblea aprueba toda actividad que contribuya a estos objetivos, descartando todo aquello, por atractivo o entretenido que sea, que desvíe o retrase los procesos que el CUAC se haya planteado en sus planificaciones.

Está de más decir que si una actividad "no le hace ni cosquillas al sistema", no es una actividad óptima para la organización.

En esto es importante recalcar que una actividad que podría no estar inserta en un conflicto, como es el caso de una convivencia para juntar dinero, se convierte en una actividad revolucionaria cuando es planteada con un objetivo final; como podría ser el uso de la recaudación para la impresión de un boletín, por ejemplo.

Distinto es cuando se plantean actividades con adaptaciones subjetivas a los lineamientos generales del CUAC. Como por ejemplo, esta misma actividad planteada como algo necesario bajo criterios de mejorar las relaciones interpersonales o crear espacios de esparcimiento. Las razones son poderosas, siempre que se ajusten a la situación real y coyuntural que vive el frente social.

Planteada en medio de un conflicto que requiere urgente capacitación de los miembros en un tema especifico y claridad política frente a una situación "X", esta iniciativa podría tornarse distractiva y entorpecedora del proceso.

Imaginemos también que aquel boletín no es tan necesario como hacer un taller educativo para capacitar y clarificar ideas (que también puede incluir espacios de convivencia y ahorrarnos el esfuerzo físico y económico de la convivencia), entonces es conveniente aplicar criterio y priorizar la opción más conveniente del punto de vista táctico, sin que esto signifique avasallar ninguna propuesta.

TAREAS

Son las acciones específicas que cada militante realiza para llevar a cabo una actividad. Estas son encomendadas por la Asamblea o surgen de los acuerdos tomados en las comisiones o en las reuniones con personas de su frente.

Cada tarea tiene el mismo grado de importancia en nuestra organización y debe ser motivo de orgullo para cualquiera. Pintar un lienzo, comprar materiales, escribir un articulo, limpiar el baño, cocinar, planificar estrategias, etc, es una oportunidad de aprendizaje que tod@s debemos experimentar alternadamente.

El CUAC al propiciar la libre afiliación y libre determinación, insta a sus militantes a asumir tareas por su propia iniciativa y realizarlas con el máximo de excelencia, por pequeñas que sean.

El cumplimiento de las tareas con autonomía y responsabilidad, es indispensable para que nuestra organización funcione y el ideal comunista libertario se acerque a ser una practica cotidiana en nosotros.

FRENTES SOCIALES

Se define como frente, al espacio concreto donde se localiza el trabajo de inserción y articulación del CUAC.

Este espacio es una localización, que no requiere necesariamente delimitar un territorio donde ocurre todo. Ya que, en algunos casos, este frente puede ser el lugar donde se encuentran personas que viven en distintos lugares. No es necesariamente una comuna, ni una población. En ningún caso es un tema, ni un grupo de personas como los estudiantes o los mapuches. Es un espacio focalizador.

Es decir el espacio de inserción, donde ocurren las cosas. No sólo es el lugar donde se vive; También es el trabajo, el lugar donde reúnen los sindicatos, o el sector "X" de una comuna, o la zona donde convergen varios centros de estudio, un mercado o feria donde conviven varios tipos de personas, etc.

Lo importante es tener una localización para que nuestro trabajo no esté en el aire, que podamos situarlo geográficamente y en esa situación geográfica, podamos definir un lugar de encuentro, una sede, un grupo de personas permanentes, etc. Así el trabajo deja de ser abstracto y sólo dedicado a "apagar incendios" que van surgiendo, sin norte.

Definir espacios permite medir los avances y cuantificar y clasificar, aterrizando el concepto de "pueblo" , para conocerlo cara a cara y saber su nombre y apellido.

Sobre la composición social de los frentes, esta puede ser diversa, al igual que sus temáticas. Por ejemplo: Un frente situado en Macul, puede al parecer, estar compuesto íntegramente de trabajadores. Por lo tanto su temática debería ser la sindical. Sin embargo, en este frente también pueden incluirse las familias de cada trabajador, lo que implica otras temáticas y otras formas de abordarlas.

Pese a esto es obvio que cada frente tendrá una temática central que el CUAC priorizará para insertarse.

El sujeto explotado en el capitalismo actual, es diverso y se sitúa simultaneamente en varios espacios. Nuestro trabajo de inserción consiste en encontrar los espacios clave donde se cruzan estos sujetos y temáticas.

Se llega a un frente por medio de un contacto que establece un militante con alguna persona u organización.

El espacio definido como frente es estudiado por el equipo político y aprobado por la asamblea de acuerdo a los parámetros de aprobación de actividades.

En el frente trabajan desarrollando actividades, uno o más militantes o simpatizantes por cada comisión.

Entre los objetivos de los frentes están la incorporación de militantes o simpatizantes al CUAC, la creación de nuevas organizaciones locales y el trabajo de apoyo en los conflictos.

LA ASAMBLEA


Es la instancia máxima del CUAC. Su función es decidir sobre todos los aspectos que refieren al funcionamiento de la organización en su totalidad.

Se basa en el principio de la democracia directa. Por tanto es horizontal en su funcionamiento, haciendo valer la voz de todos.

Privilegia los acuerdos y recurre al voto en caso de que éstos no estén claros.

Sus cargos mínimos son rotatorios y constituyen un secretariado para fines prácticos. Este secretariado se compone de un(a) Secretario(a), un(a)Tesorero(a) y un moderador .

La asamblea sesiona regularmente para revisar las propuestas de los frentes y las comisiones, aprobarlas, corregirlas o rechazarlas. También las revisa, planifica y sistematiza.

Define los lineamientos generales y el accionar interno y externo del CUAC.

Con la implementación de los frentes, la asamblea disminuirá su preocupación por definir cada detalles de cada actividad del CUAC, pudiendo ser esto resuelto por los militantes o las comisiones en cada frente.

COMISIONES

Son las instancias que apoyan el trabajo táctico del CUAC en los frentes o en las actividades internas.

Tienen carácter técnico y su función es desarrollar propuestas e implementar soluciones prácticas en una área especifica de especialización.

Estas especialidades responden a las necesidades de la estrategia del CUAC, que la asamblea define.

La labor de cada comisión y la composición de sus miembros puede ser transformable, rotatoria y removible por la asamblea.

Las comisiones están integradas por los militantes (en mayoría) y simpatizantes agrupados por intereses.

Cada miembro de comisión, se caracteriza por poseer habilidades relacionadas con el trabajo de su comisión, estudios relativos o simple interés en la especialidad que la comisión trabaja.

Algunas comisiones en ejercicio o en proyecto son: Propaganda, Educación, Relaciones Externas, Cultura, Comunicaciones, Recursos, etc.


TEMÁTICAS

Son los tópicos que engloban las problemáticas sociales y sus respectivas dinámicas.

Son una forma de leer la sociedad en forma más específica, denominando y definiendo cada sector o cada grupo de problemas.

Responden a los distintos sectores que protagonizan la dinámica social que pretendemos intervenir.

Dan contenido coyuntural al anarquismo practicado en los frentes y para el CUAC constituyen una base de ordenamiento del trabajo.

Identificando y conociendo las temáticas se puede hacer análisis de coyuntura, planificar actividades, redefinir estrategia y tácticas, etc.

No hay que olvidar que las temáticas trascienden la artificialidad de las fronteras nacionales. Por lo tanto podemos enfrentar temáticas conjuntas con compañeros(as) de otras latitudes. No así los frentes, ni sus conflictos, ya que son asuntos localizados en cada espacio.

Por ejemplo una temática como la indígena puede ser un conjunto de problemas repetidos en toda América. Podemos hacer coordinaciones estratégicas y análisis globales, pero en los asuntos tácticos recurriremos a la acción directa en nuestros frentes o al apoyo de otros frentes que lo necesiten.

CONFLICTOS



Son la manifestación práctica de la relación de dominación. Existen desde el momento de presentarse dos o más partes contrapuestas en un problema social.

Se diferencian del problema o la temática, en que el dominado se plantea la existencia de los elementos dominadores como causales o causantes del problema en cuestión.

Pueden existir problemas, pero no necesariamente se convierten en conflictos.

El conflicto puede estar asumido o no, por la organización o frente.

Al ser asumido e identificadas las partes, se convierte en un conflicto declarado, lo que implica:

  • Tomar posición frente a la o las contrapartes, previa identificación y conocimiento de sus posturas.
  • Iniciar una relación conflictuada, que implique tomar control de un proceso, que desemboque en una solución beneficiosa para la clase dominada. Para esto se buscarán las formas más adecuadas o las combinaciones de éstas: Pactaciones, acciones mediadas, medidas de presión, enfrentamiento, acción directa, etc. Cuidando de no transar las posiciones básicas.

    EL EQUIPO POLÍTICO

    Es una instancia que podríamos llamar de inteligencia, pero no de un grupo de especialistas en análisis, sino de todos los militantes. Estos van rotando en su participación del equipo, que se conforma con militantes de cada comisión.

    Su objetivo es hacer real la creación de un conocimiento práctico que puedan manejar todos (as), basado en el análisis político de nuestro trabajo.

    Para eso, en sus sesiones estudia y analiza la coyuntura a la luz del conocimiento investigado por sus participantes o de la información cotidiana obtenida del trabajo práctico de los frentes.

    Establece análisis de coyuntura , análisis de especificidades de los conflictos.

    Define estrategias y especialmente tácticas, que surgen una vez hecha la respectiva discusión.

    Integran el equipo los militantes y en algunos casos, algunos simpatizantes clave que trabajan en los frentes analizados.

    Su metodología aún no está completamente definida, pero supone una exigencia extra de preparación de cada militante en las temáticas, a través de su estudio personal o en la comisión educación, o bien en la experiencia práctica.

    PARÁMETROS PARA CALIFICAR ACTIVIDADES

    Son ciertas definiciones que posee la Asamblea y el equipo político, para aprobar o rechazar las actividades a realizar por el CUAC. También sirven para evaluarlas y sistematizarlas.

    Algunos de estos parámetros son:

  • Que la actividad tenga una localización.
  • Que tenga un número mínimo y adecuado de militantes y simpatizantes responsables de llevarla a cabo.
  • Que exista un diagnóstico previo y una justificación de su realización.
  • Que la actividad esté dentro de una planificación calendarizada del CUAC o se enmarque dentro de sus estrategias.
  • Que la actividad haya sido planificada y esta planificación se entregue por escrito a la asamblea por anticipado.
  • Que se realice una evaluación una vez concluida la actividad.

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El primero, fue publicado en el No.10, Noviembre del 2000, y la segunda parte apareció en el No.13, Agosto del 2001. El primer documento, había sido escrito un año antes, en Octubre de 1999, de cara al Congreso de Unificación Anarco-Comunista que tuvo lugar en la sede sindical de FETRACOMA en la calle Almirante Latorre en el centro de Santiago de Chile el 27 y 28 de Noviembre de ese año. Ese documento fue mi contribución, escrita a título personal, para la discusión sobre organización política, que era el tema clave a discutir en ese Congreso. Ahí, perfilaba la necesidad de una organización política anarquista que se planteara el trabajo popular en el corto plazo, un programa específico de transformaciones a mediano plazo, y objetivos revolucionarios a largo plazo. Esta visión de la organizacion política, estaba en debate con otros modelos de organización que otros participantes llevaban en mente, como establecer una especie de "colectivo" ampliado, o una coordinadora de colectivos (que era la fórmula favorecida por la JA! -Jóvenes Anarquistas- de la Universidad Católica, que estuvieron en el proceso hasta aproximadamente Mayo del 2000, cuando optaron por seguir aparte como colectivo). También estaban en debate las formas específicas que adoptarían los núcleos locales de la organización (organización por frentes, que era lo que favorecíamos quienes veníamos del grupo alrededor de HyS, por comisiones que era favorecido por los militantes del Centro y Sur de Santiago, u organizaciones de carácter territorial, que era lo que planteaba el grupo que venía de Comunitancia, donde estaba Mario Celis, que se inspiraban en el municipalismo libertario de Murray Bookchin). Este articulo dejaba espacio abierto a las variaciones en las formas específicas que adoptaría la organización según las preferencias y las discusiones de los asistentes al Congreso. Sin embargo, era imprescindible para nosotros dejar en claro los principios fundamentales que debía adoptar la organización política -los principios contenidos tanto en la Plataforma del Grupo Dielo Trouda y el Manifiesto Comunista Libertario de Fontenis. Ese era para nosotros el debate central y crucial en ese momento. Cuando uno lee la primera parte del documento, no deja uno de pensar en el estado del movimiento en esa época que se debía discutir de temas tan básicos y de no pocas obviedades, que sin embargo, encendían acaloradas polémicas -como ser la disciplina básica de acatar las decisiones mayoritarias y los mecanismos de toma de decisiones colectivos. Un aspecto clave era para nosotros el mostrar que esto no era una "desviación" provinciana nuestra, sino que éramos parte de algo mucho más grande que estaba creciendo en todo el mundo: esa era la época de auge del "plataformismo", con organizaciones consolidadas en Italia, Irlanda y Francia, y organizaciones emergentes en Suiza, Europa del Este, Sudáfrica, Turquía, etc. Anclar nuestra apuesta organizativa en un movimiento emergente global y en una tradición histórica que hilaba momentos claves de las luchas revolucionarias del siglo XX: Rusia, España y la resistencia anti-fascista, reflejaba nuestra ambición de ser más que un colectivo y de tener raíces profundas en un país donde, salvo nuestro contacto con algunos veteranos del movimiento de décadas pasadas, se había perdido la linea de continuidad del anarquismo militante, existiendo un hiato de casi medio siglo. En el mismo número 10 de HyS, en otro artículo, haciendo una reseña del primer año de vida del C.U.A.C., aclaro esto que para nosotros se había convertido en algo fundamental: no éramos un grupúsculo, sino "un proyecto histórico (...) portador de la herencia legada por toda una vertiente del pensamiento socialista, por generaciones de luchadores y por las esperanzas de igualdad, libertad y fraternidad de todo un pueblo", con la "responsabilidad de situar todo este legado histórico en el presente y proyectarlo hacia el futuro". El segundo documento, fue escrito en el transcurso del 2001, cuando ya se comenzaban a definir las estructuras de la organización, "en torno a la asamblea general, instancia ejecutiva, y a los trabajos prácticos desarrollados por comisiones, áreas en las cuales quienes se encuentran desarrollando alguna experiencia social, pueden abrirla al resto de sus compañeros y trabajar por hacer presentes las líneas de la organziación, decididas por todos en las discusiones de la asamblea" ("Año I del Congreso de Unificación Anarco-Comunista, C.U.A.C., José Antonio Gutiérrez D., HyS No.10, Noviembre 2000). Sin embargo, para entonces nos empezaban a quedar claras las limitaciones tanto de una asamblea en paralelo a la inserción social de la organización, así como de comisiones que en la práctica, funcionaban como colectivos con escasa coordinación. Así, comenzábamos a explorar la necesidad de cualificar la organización y dejar de actuar como un colectivo grande. Buscando debates y referencias en la literatura anarquista clásica, con los cuales fundamentar ideas y posiciones en la discusión de cómo construir organización político-revolucionaria, cuál era su rol, etc. nos encontramos con un gran vacío en la literatura anarquista en cuanto a los fundamentos teóricos de la organización. Notábamos que se hablaba mucho de organización, pero se decía muy poco de cómo construirla, dándosela por sentado. Incluso en la misma "Plataforma" y en el "Manifiesto", se habla de los principios estructuradores de la organización, y de su finalidad, pero -pese a ser dos de los documentos en la tradición libertaria que más desarrollan el tema- no se habla demasiado de su fundamentación -por qué la organización, en que sustrato social se da, cómo interactúa con otras expresiones organizativas, cómo distinguir una organización político-revolucionaria de otras formas orgánicas, etc. En cierto sentido, sentíamos que abordar el tema era un complemento a las propuestas que se venian haciendo desde quienes plantaban la reorganización por Frentes, y los planteamientos de Mario Celis, quien hacía muchas contribuciones sobre la presencia y la inserción social de la organzación, pero tampoco podíamos dejar de lado la organización política. Así nació este documento: como un intento de dar mayor fundamento a la necesidad de la organización político-revolucionaria y entender mejor las bases clasistas en las cuales sustentábamos nuestro proyecto, como un sector específico de un pueblo necesariamente heterogéneo. Si los otros documentos que hacen parte de esta serie de entregas son mucho más contingentes y coyunturales, estos dos artículos forman parte de las ideas centrales que estábamos desarrollando en torno a la cuestión organizativa. Ambos documentos, aunque fueron escritos a título personal, reflejan, en mayor o menor medida, discusiones colectivas que estábamos desarrollando con compañeros en Puente Alto y La Florida, con compañeros que venían de distintas luchas y trayectorias durante todo el período de la llamada "transición democrática" (sic), y de compañeros con quiénes nos encontrábamos en espacios sindicales y estudiantiles. Estas reflexiones informaron muchas de las decisiones políticas que tomaríamos en el transcurso de ese año y que nos llevarían, como sector mayoritario del C.U.A.C., a replantearnos el relacionamiento de nuestra organización con el mundo popular y con las organizaciones sociales en las que actuábamos, en las que teníamos incidencia, y en las que comenzábamos a tener protagonismo e incluso dirigencia -principalmente en los sectores estudiantil y poblacional, pero con algunos intentos cada vez más serios en el plano sindical. Creo que muchas de estas reflexiones son importantísimas hoy, cuando, casi 20 años después de formado el C.U.A.C., el movimiento libertario en Chile ha logrado tener un acumulado de experiencias en luchas y organizaciones populares nada despreciable, pero los intentos de organización politica siguen siendo esquivos, cayéndose frecuentemente en la fragmentación, cuando no en desvaríos autoritarios. Retomar estas discusiones político-teóricas es un primer paso para replantear el debate y seguir con esta deuda pendiente que tenemos los anarco-comunistas criollos con la organización revolucionaria anarquista. José Antonio Gutiérrez D.
    1 de Julio, 2019

    imageHombre y Sociedad (segunda época) apaga diez velitas [2007] Apr 17 by José Antonio Gutiérrez D. 0 comments

    Artículo que apareció originalmente en el número 21 (Primavera 2007) de la publicación comunista-anárquica chilena "Hombre y Sociedad" con motivo del décimo aniversario de esta importante revista, en el que se hace un recuento histórico de su surgimiento, de algunos aspectos del anarquismo en Chile en la década de 1980 y 1990, y una evaluación de su impacto.

    imageLa organización anarco-comunista en Chile (3ª Parte): Proyecto para un Nuevo Norte Político al C.U.A... Nov 23 by Frente Estudiantil del C.U.A.C. 0 comments

    Después de que comenzara a andar la Reforma Orgánica del C.U.A.C., en Mayo del 2002, las tensiones respecto al curso de la organización, que hasta ese momento habían sido subterráneas, estallaron abiertamente. La reforma orgánica había encontrado la oposición de un sector minoritario en la organización, y solamente fue aceptada de mala gana y a regañadientes por éste, haciendo todo lo posible por poner palos a la rueda y hacerla fracasar. Este sector, a la vez que respetaba formalmente -y sin gran entusiasmo- la nueva estructura, se había planteado como objetivo el lograr una convergencia con otros colectivos anarquistas para ganar en número, a la vez que se daba pie atrás al desarrollo cualitativo de la organización en esos meses. La convergencia con esos colectivos buscaba de alguna manera volver al C.U.A.C. antes de sus orígenes y dar por el traste a la organización en Frentes. Esta convergencia se buscó a través de la creación de un periódico conjunto, llamado "Página Negra" (cuyo primer número apareció en Agosto del 2002, y cuyo segundo y último número aparecería en Enero del 2003), el cual se fue comiendo al propio órgano de la organización, el "ALERTA" (del cual aparecieron cuatro números*). No hubo más trabajo en común que se compartiera aparte de esta publicación, que no fue capaz siquiera de desarrollar una línea editorial coherente.

    A la vez que un sector buscaba la unidad con otros anarquistas en base a las afinidades (en circunstancias que uno de los objetivos que habíamos tenido cuando se fundó el C.U.A.C. había sido superar la política de los "grupos de afinidad" y plantearnos como organización político-revolucionaria), en espacios artificiales, desde algunos frentes, pero particularmente desde el estudiantil, estábamos empeñados en crear una política de unidad y convergencia con otros sectores ibertarios, pero asentado en la práctica, en el trabajo de base, en el desarrollo de los frentes como el espacio central de actividad de la organización. Al poco andar, fuimos llamando a esta política de convergencia orgánica "Unidad desde la lucha". Esta consigna se convirtió en el eje que concentró las tesis básicas que sosteníamos en torno a la creación de una organización político-revolucionaria anarco-comunista que tuviera inserción y presencia real en las luchas, y que en un período de reflujo como el que vivía Chile en ese momento (aunque tomábamos nota de todo lo que estaba ocurriendo en el "vecindario", sobre todo en Argentina, con quienes teníamos -y tenemos- sólidos vínculos, y con Bolivia y Perú también), que también pudiera ser una organización que impulsara las luchas y ayudara a dar ese salto cualitativo que creíamos que el pueblo podría dar en ese momento. Tardaría el pueblo aún unos años en dar los primeros pasos en su despertar, pero creemos que mucho del esfuerzo que pusimos en lo estudiantil, sindical y poblacional, fue un aporte muy valioso en este sentido.

    El choque entre estas dos concepciones se dio abiertamente después de Septiembre, y hacia Noviembre, la organización estaba llena de maquinaciones intestinas, así como de amenazas de expulsiones proferidas en contra de todos nosotros por el sector que se había enquistado en la asamblea general y se negaba a la reforma. Cuando fue la asamblea de evaluación de la reforma, el 23 de Noviembre, la situación ya era insostenible, con la renuncia del tesorero, amenazas, y cuando se revelaron tentativas de quiebre de la organización. Esta tentativa buscó fortalecerse después, el 29 de Diciembre del 2002, en el Encuentro de Iniciativas Libertarias, organizado desde el espacio de "Página Negra", buscando hacer el quite a todas las estructuras formales que la organización venía trabajando. Esta tentativa no pasó del encuentro. Pero ya para entonces resultaba claro que había que dar un debate político de fondo, y esta comprensión fue la que pavimentó el camino al Congreso Programático de fines del 2003, momento en el cual el C.U.A.C. daría por finalizado un ciclo para convertirse en la Organización Comunista Libertaria de Chile (O.C.L.). En este momento, la crisis era irreversible y este documento, pensado y trabajado desde el Frente Estudiantil del C.U.A.C. en el contexto inmediatamente posterior al encuentro de Evaluación, y mientras se desarrolló el Encuentro de Iniciativas Libertarias, entre los meses de Diciembre y Febrero del 2002 y 2003, reflejó algunos aportes en esa dirección. A mí me tocó redactar el documento, pero sus argumentos fueron todos elaborados colectivamente en varias reuniones y el producto final fue discutido y pulido por todos y todas.

    Creo que hubo muchos aportes en ese debate: la necesidad de asentar nuestra práctica en las luchas concretas, utilizar esa práctica como una escuela política, comenzar a pensar sobre qué significa la unidad popular y de los sectores libertarios, convertir nuestras inclinaciones ideológicas en propuestas políticas. Pero quizás el mayor aporte de este debate fue nuestra tentativa de armonizar la idea de una organización unitaria con el principio federativo del anarquismo. Viendo la deriva que posteriormente tendría la O.C.L. creemos que fracasamos en esa apuesta. Sin embargo, la riqueza del debate y las ideas que en ese entonces se defendieron como parte integral del proyecto anarco-comunista en Chile, siguen estando vigentes para la revitalización y el relanzamiento de un proyecto libertario, emancipador, profundamente anti-autoritario, que es tan necesario en un país en el cual el centralismo y el estatlismo son parte del ADN de una izquierda que no ha podido romper el cerco impuesto por el bloque en el poder en el marco de la post-dictadura. Por estas razones publicamos un documento que, hasta este momento, estaba inédito y que hoy, cuando ya ha corrido mucha agua bajo el puente y estamos comenzando a reflexionar de manera más serena pero no menos comprometida en esta trayectoria, puede aportar en la búsqueda de esa alternativa libertaria. José Antonio Gutiérrez D.
    23 de Noviembre, 2015 *Aún cuando existieron otros órganos utilizados, como el boletín sindical "Despabila" y el boletín "Unidad". Todos vieron unos tres ó cuatro números cada uno. Sin ser órgano del C.U.A.C., pero muy cercana, editábamos también la revista "Hombre y Sociedad" que tenía una amplia circulación en varios puntos del país.

    imageLa organización anarco-comunista en Chile (2ª Parte): Proyecto de Reforma Orgánica del C.U.A.C. (May... Nov 07 by Militantes del C.U.A.C. 0 comments

    Cuando se formó el Congreso de Unifiación Anarco-Comunista a finales de 1999, teníamos la visión de pasar de los colectivos (casi todos contra-culturales) a una organización que pudiera converitr el pensamiento libertario en acción política al interior de las masas populares. Así como comprendíamos que el movimiento popular chileno debía re-pensarse y re-crearse, el movimiento libertario también tenía que pasar por el mismo proceso para poder cumplir su rol y aportar en este proceso de levantar nuevos referentes en la lucha por la transformación social en el Chile de la post-dictadura. Hacia finales del 2000 comenzamos a pensar cómo poder convertir nuestro entusiasmo revolucionario en una alternativa libertaria. El primer aporte escrito en esa dirección quedó plasmado en un documento elaborado por Mario Celis, que recogía las discusiones de la Comisión de Propaganda, titulado Reestructuración Orgánica del C.U.A.C. (Marzo 2001). Con esa base, aunque con diferencias metodológicas, comenzamos un proceso de organización en lo poblacional, lo estudiantil y lo sindical. Fue en el plano estudiantil donde, quizás, tuvimos los mayores avances y los que más se sostuvieron en el tiempo, aún cuando en los otros dos frentes tuvimos también importantes logros y ganamos en experiencia. Al poco andar, durante el 2001, comenzó a evidenciarse la inadecuación de las estructuras centrales de la organización en relación a lo que estaba ocurriendo en la "periferia", por así decirlo, del C.U.A.C. Por una parte, algunos frentes, sobre todo en el estudiantil, manteníamos importantes niveles de actividad, inserción y organización. Por otra parte, la estructura central de toma de decisiones, la Asamblea, no reflejaba adecuadamente estos cambios ni los trabajos de base que se realizaban. No todos en la organización tenían trabajo de base ni de inserción social, como lo llamábamos, pero desde el espacio de la Asamblea se podía obstaculizar los avances que estaba haciéndose desde la militancia de base. Al poco tiempo, se hicieron evidentes los peores vicios del asambleísmo: que las decisiones las toman los que tienen el tiempo y el aguante para agotar el debate hasta altas horas de la noche, los que pueden estar en todas las reuniones en el centro de la ciudad (las reuniones de la Asamblea, se realizaban en FETRACOMA, organización sindical que nos acogió y sin cuyo apoyo no habríamos podido existir, pero que estaba físicamente muy alejada de muchos de los espacios de militancia concretos que teníamos), y donde se perdía el impuslo y las propuestas de base. Era evidente que la estructura de la Asamblea, como se estaba dando, desgastaba en lugar de aportar a una organización que estaba en franca expansión. Entendíamos que era necesario conservar los elementos centrales de una apuesta asamblearia, fundada en la democracia directa, pero que había que descentralizar la organización, hacerla más dinámica para que respondiera mejor a las exigencias de la nueva fase a la que entraba la organización en pleno auge de la "inserción social". Debíamos, para este efecto, lograr complementar esta necesidad de la asamblea como un espacio abierto, horizontal, participativo de toma de decisiones, con uno de los principios base de nuestra tradición anarco-comunista, el Federalismo. Es así como, desde el Frente Estudiantil, comenzamos a dar debates para poder hacer una propuesta para la re-estructuración orgánica de la organización. Esto nosotros lo sentimos de manera muy fuerte a comienzos del 2002, cuando las tomas universitarias nos impidieron participar de la Asamblea y fue creciendo la distancia con los Frentes. Este debate fue hecho por partes, hasta que en Mayo del 2002 presentamos este documento titulado "Proyecto de Reforma Orgánica del C.U.A.C.". Este documento fue redactado en el Frente Estudiantil, pero en realidad, habían participado en él otros sectores de la organización, por eso no se presentó como documento de Frente. En él, después de un breve diagnóstico de la crisis de la organización, discutíamos algunas propuestas prácticas para dinamizar la organización y hacerla más adecuada para las exigencias de ese entonces. También adelantamos algunas de las observaciones que se venían haciendo en contra de esta reforma, que buscaba fundamentar la organización en sus frentes, descentralizar y hacer, así, una organización más afín al principio federativo anarquista. Siendo una respuesta de carácter fundamentalmente técnico, sabíamos que había una discusión política muy fuerte que se daría a raíz de esta tentativa de reforma. Así fue y finalmente, a partir de esta propuesta, es que comienza el proceso de polarización de posiciones que llevó finalmente a que un sector se escindiera y a que la organización diera un salto cualitativo durante el 2004, transformándose en lo que originalmente fue la Organización Comunista Libertaria (O.C.L.). José Antonio Gutiérrez D.
    7 de Noviembre 2015

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    imageNuevo Libro: Mujeres y Prensa Anarquista en Chile (1897-1931) Nov 09 2 comments

    Un fraternal saludo a todos los compañer@s: Somos Ediciones Espíritu Libertario de Santiago de Chile y a través de este deseamos informar que hemos editado recientemente el siguiente libro: "Mujeres y Prensa Anarquista en Chile (1897-1931), compilación realizada por Alejandra Pinto y Adriana Palomera. Salud y anarquia

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