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Los bailongos mentales del Poder

category américa central / caribe | la izquierda | opinión / análisis author Saturday August 17, 2013 13:42author by Julián Arenalesauthor email julianarenales at gmail dot com Report this post to the editors

Un artículo contra el Poder, que hace referencia al análisis del capitalismo de Marx, la corrupción, las elecciones y los "líderes". Desde Costa Rica, América Central, pero como reflexión general.


Los bailongos mentales del Poder


I

Al fondo se escucha el cucurucucú paloma de Caetano, una versión que siempre me ha atrapado, como mosca tuerta en telaraña. Es que el “romanticismo” es la enfermedad senil del anarquismo, diría Lenin, bailándose un merengue con dos pasos atrás y uno adelante. Uno de los comensales (¿o bebensales?, ¿se podría decir así?) dice: - Este país da grima. Otro le responde: ¿Este? Mae, yo a veces pongo la tele española, y es la misma vara y al cuadrado. ¿Qué decir? Vuelvo a una idea que me llegó, me iluminó, hermanos y hermanas, cuando abandonaba el “marxismo-leninismo”, esa religión sin dioses, pero con santones.

Cuando Marx analiza el capitalismo, señala, con lucidez, una “etapa inicial”, que él denomina: acumulación originaria de capital. Esta “etapa”, según Charly, incluye toda clase de rapiña, de saqueos, de corrupción, de rapacidad, de crímenes de toda naturaleza, donde se incluye la conquista de américa, la piratería, y otras formas criminales de hacerse rico de la noche al día. El error de Marx es creer que esa era una “etapa inicial”, que luego, el capitalismo se “civilizaría”, con el denominado capitalismo industrial, al cual le va a dedicar su obra cumbre, el capital. Pero, no, esa “etapa inicial” del capitalismo no es ninguna etapa, ni solamente se presenta como “acumulación primitiva”, no señores y señoras. Marx se equivocó, de cabo a rabo, esta “etapa” es la forma normal de este sistema, por eso todos los días y en todos los países del mundo, sin excepción alguna, se producen estas escenas de saqueos, robos, asesinatos, corrupción estatal, y demás, de “acumulación originaria de capital”.

En este triste país, el más feliz del mundo, una señora con facciones de jugador de fútbol, se largó a construir una trocha, para que todos sus compinches (y compinchas, ¿se puede decir?), hicieran acumulación primitiva de capital, según Carlitos. Bueno, hasta los árboles se robaron. Claro, que esto no es nada si lo comparamos con la conquista de américa o con la piratería inglesa, o con las cruzadas, y otras guerras espeluznantes en europa, realizadas para “acumular capital”. Ni comparado con los bush haciendo guerras en oriente por el petróleo y “acumular capital”.

Sin embargo, me encojona (¿como se dirá en lenguaje no machista?), las tropelías sin nombre, y sin apellido, que ha hecho este gobierno de la primera mujer presidenta de este país situado en el nirvana. Disfrutando un delicioso guacamole sin cebolla y un licor ruso con jugo de arándano, me indigno, como todo un indignado universal y lanzo mi consigna o lastimoso pedido: por favor, un golpe de Estado, esto no puede seguir así.

El Estado es nuestro enemigo, como buenos ácratas festivos, pero, este gobierno da tirria y grima, por favor, un golpe de Estado, queremos un Estado de verdad al frente, para luchar contra él, no esta comedia en faldas, que intentan tapar la robadera en todo el Estado, en todos los ministerios y en todas las instituciones autónomas. Y eso que no se ha destapado el ministerio de “educación”, cuyo jerarca es del mismo grupo de la Grispan, de Dorian, de Herrero, y todos esas y esos “consultores” que han dejado en quiebra las “instituciones públicas” por donde han pasado. Por favor, un golpe de Estado, para enfrentar un enemigo digno, no esta charada de ladrones y payasos, con sus versiones femeninas también.

II

Ahora, la parte triste, cuando en medio de la resaca de esos elixires de procedencia nórdica, comienzo a rumiar el tema que como sociólogo siempre me plantearía: el cambio social. Con el perdón de los sociólogos, pues me considero uno de ellos, sin haber obtenido el cartón de tal, en ninguna universidad. Aunque di clases de tal, en una universidad estatal, gracias a un amigo rector. Aquí los zigzags “intelectuales” son patéticos.

Yo no entiendo como un hecho social, denominado “Poder”, puede ser tan difícil de aprehender, vieron que puedo ezcreber como “intelectual de izquierdas”. El Poder es una construcción histórica de las clases dominantes o poseedoras, que ha recorrido la historia de la humanidad, desde que esta decidió exiliarse de su propia humanidad, es decir, desde que creó una sociedad excedentaria, hace miles de años. Y no es que añore morirme de hambre en una caverna. Pero, desde que surgieron las castas que hicieron del ocio su noble escudo, el Poder se impuso y hasta el día de hoy.

Lo triste es ver a la gente que se denomina “progresista”, de “izquierdas”, inventando ir a las “elecciones”, como si en ellas, por un arte de birlibirloque, las clases poseedoras, las clases dominante, las clases que viven de nuestro trabajo (sin trabajar), fueran a dejar, en manos de la “masa”, decidir qué hacer con el Poder, cada cuatro años. El Poder, hermanos y hermanas, no se elige, ya está impuesto por los siglos de los siglos (amén).

Así que resulta absurdo y ridículo, en suma medida, decir que por culpa de abstencionistas y de votos nulos, se eligen los mismos de siempre, porque siempre son los mismos o las mismas, aunque sean ustedes y se sientan diferentes a los “otros” o las “otras”. Y a Allende, que no lo entendió, o no lo quiso entender, lo tumbaron los fascistas con Pinochet al frente, aunque los pobres cantaran “no nos moverán”. Y Lula, Bachelet, Chávez, y los demás “progres” que sí lo entendieron, administraron el Estado para obra y gracia de las clases poseedoras.

¿Cuánto creen que hubiese durado Chávez en el gobierno de Venezuela, si hubiese tomado la decisión de no enviar el petróleo a Estados Unidos de América, como siempre lo hizo, todos los días de su gobierno, y lo sigue haciendo el pajarero de Maduro? Por favor, ninguna clase dominante va a ser tan estúpida, tan imbécil, de dejar en manos de la “masa”, en unas elecciones, la telaraña del Poder: la maquinaria que determina la continuidad del sistema.

En las elecciones solo se cambian los administradores (como en Sudáfrica, pasaron de administradores blancos a administradores negros, pero la desigualdad social siguió tal cual) y el que no lo entienda así, termina como Allende, asesinado. El Poder no está en cuesta de moras, sino en clubes sociales de los privilegiados, donde los y las pobres, no tendremos acceso nunca. Así que, por favor, señores y señoras que quieren, que desean, vivir del erario público, no nos echen la culpa, a estos esmirriados y minoritarios, anarcos y anarcas, de que no puedan ganar las “elecciones” contra los mismos de siempre, si ustedes no van a poder hacer nada diferente.

Para muestra un botoncillo, Obama no ha podido cerrar la cárcel de Guantánamo, una de sus promesillas electorales de su primera elección. El Poder es el Poder y no se elige, lamentablemente, es una construcción histórica de las clases dominantes, privilegiadas, poseedoras. Esa ignorancia, es uno de los graves inconvenientes para el cambio social.

El otro, es la expectativa permanente de los auto-denominados “progresistas” e “izquierdistas”, al igual que los judíos, de esperar el mesías. Esta es la otra gran traba para cualquier cambio social, si seguimos esperando que nos llegue el mesías, ahí vamos, uno tras otro, Lenin, Trotsky, Mao, Castro, el Che Guevara, Hugo Chávez, el subcomandante Marcos, el papa Francisco, etcétera. Cualquier cambio social verdadero solo puede empezar el día que comprendamos la verdadera naturaleza del Poder y que el cambio social solo puede ser obra de todas las personas, sin ninguna clase de mesías.

Es patético ver a tanta gente que se dice “progresista” que se contenta con cuatro palabras “simpáticas” y “progresistas” del papa francisco y ya lo ve como el salvador de este mundo pecaminoso y lujurioso, sin oír el discurso eterno de la iglesia contra el aborto, el homosexualismo, la eutanasia, etcétera, y el discurso silencioso, engrasando los engranajes del capitalismo, que el tal francisco no abandona ni abandonará. El lavado de dinero, la famosa acumulación originaria de capital de Charly Marx, no se detiene ni se detendrá por unas elecciones o una homilía, por favor.

La única esperanza es que al abstencionismo se le una, crítica, lucha y organización, no apatía. Como proclamó la primera internacional, la emancipación de los trabajadores solo será obra de los trabajadores mismos (consigna que podemos actualizar (trabajadoras) para que no se enojen nuestras queridísimas amigas feministas contra el Poder, no las “feministas” que piden más diputadas y ministras)

Julián Arenales
Cabo Velas, tres de agosto del 2013.

Artículo publicado en Costa Rica por:

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