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Colombia: De por qué marchar el primero de Mayo.

category venezuela / colombia | workplace struggles | opinión / análisis author Wednesday May 01, 2013 22:57author by Centro de Investigación Libertaria y Educación Popular - CILEP Report this post to the editors

Hacia el día en el que sintamos que el trabajo humano es efectivamente humano y es efectivamente nuestro. De cara a ello, ni las balas, ni los bolillos, ni los gases ni ninguna forma de represión podrán acallar las potentes huellas transformadoras que lancemos al futuro. Marchemos unidxs por una vida digna.
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Hoy la referencia protagonista no será la del pasado por el pasado. Siempre es el pasado, por supuesto, por cuanto es en él en donde puede rastrearse una cadena de huellas llenas de sentido que nos llama a seguir agregando eslabones; a seguir imprimiendo pasos que nos lleven hacia delante. Pero el ejercicio de eslabonar requiere también de un abordaje de los hechos presentes y una apuesta por lo venidero. No es un homenaje vacío originado en una desinteresada mirada hacia el pasado. No es el pasado por el pasado.

Preguntarse por la importancia de marchar en cualquier fecha importante, entonces, no pasa sólo por la necesidad de atrapar hechos que al ocurrir fueron importantes. Pasa también por reconocer que en dichos hechos residen los puntos sobre los cuales pueden anclarse más firmemente los lazos de la genealogía de nuestras luchas. Por ejemplo, el primero de mayo hace homenaje a los Mártires de Chicago, aquellos trabajadores organizados que fueron asesinados en Estados Unidos por levantar sus voces buscando una jornada laboral de ocho horas en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y que tres días más tarde, el 4 de mayo, tuvo momentos de gran agitación en la Revuelta de Haymarket. Una bomba salida del anonimato y proyectada hacia la brutalidad y la represión policial les costaría a cinco trabajadores la vida, cuando fueron condenados a la pena de muerte por el estado norteamericano. A este hecho han rendido tributo un siglo de pasos y de estandartes levantados contra la explotación. En nuestro país, Colombia, distintas formas organizadas principalmente laborales pero también de otras banderas han puesto también sus pasos a la tarea del homenaje.

Pero anunciamos que el protagonismo en estas pocas líneas no estaría en el pasado por el pasado. Entonces, si hay momentos precursores que constituyen nuestro presente es por que dichos momentos precursores vienen al presente para respaldar la vigencia de problemas concretos aún muy nuestros. Cuando los días pasan sin dinero para darle solución a condiciones materiales básicas por que aún no hemos conseguido trabajo, o cuando sentimos que nuestras vidas no encuentran un ritmo y un hacer que proporcione satisfacciones entrañadas en nuestro espíritu por que aunque tengamos trabajo sentimos que trabajamos de forma alienada, o cuando las líneas expresivas de la angustia se acentúan cada vez más en los rostros nuestros padres y nuestras madres sin empleo, o cuando sentimos que debemos formarnos para seguir reproduciendo un círculo de enajenación, estamos entonces trayendo al presente una vigencia de problemas con antecedentes precisos. Nuestro presente, por otra parte, hace de dicha vigencia una cuestión más nutrida y más compleja. Esa vigencia cualificada, ahora bien, permite que proyectemos nuestro pasado y nuestro presente hacia un futuro transformador.

Es aquí en donde se hace más explícita una razón para marchar el primero de mayo. Somos hijas e hijos de un pasado que fue de explotaciones y masacres pero también de resistencias. Somos herederas y herederos de miles de pasos dados por la búsqueda de un mundo distinto. Al poseer esta herencia en nuestras manos, no sólo por que nuestros antepasados la vivieron sino por que nosotrxs la vivimos, no podemos más que seguir marchando. Debemos seguir eslabonando, con nuestros pasos firmes y valientes, una cadena que se mueve de manera inagotable hacia la transformación. Hacia el día en el que sintamos que el trabajo humano es efectivamente humano y es efectivamente nuestro. De cara a ello, ni las balas, ni los bolillos, ni los gases ni ninguna forma de represión podrán acallar las potentes huellas transformadoras que lancemos al futuro. Marchemos unidxs por una vida digna.

Desde el sur y con la gente, ¡Primero de Mayo Combatiente!

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