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La farsa de la devaluación interna

category iberia | economía | opinión / análisis author Tuesday April 23, 2013 02:07author by Antonio Lozano - Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión Report this post to the editors

Artículo publicado originalmente en la sección "Economía para todos" del periódico de actualidad crítica Diagonal, del estado español.
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Desde que comenzó la actual crisis económica, todos los trabajadores hemos sobrevivido bajo la espada de Damocles de la eufemística expresión de devaluación interna. Bajo este término sólo se esconde la intención, por parte de la patronal y de la troika, de una reducción de los salarios de todo empleado para mantener los márgenes de beneficio de las grandes empresas españolas. La excusa esgrimida para ejecutar este robo, permitido por todas las instituciones nacionales o internacionales, no es otra que encontrar una competitividad añorada desde tiempos remotos por la economía española (antes de la existencia del Euro, esta competitividad se incentivaba vía devaluación de la moneda nacional, opción imposible en la actualidad por la necesidad de mantener un moneda fuerte frente al dólar impuesta por Alemania). Para consumar el engaño se repite constantemente, que mediante un aumento de nuestro sector exterior, se saldrá de la crisis

Cabe destacar que en esta búsqueda sólo son los trabajadores los perjudicados, ya que esa bajada directa de los salarios va en contra de su ya mermado poder adquisitivo como consecuencia de la subida de impuestos impersonales como el IVA, el aumento de las tasas de la educación pública, o el repago sanitario, en ningún caso habiéndose considerado por parte de las empresas e instituciones financieras una disminución del margen de los beneficios. En Grecia, una de las recetas de la troika en materia salarial, es la disminución de los salarios en un 15% en las empresas privadas y un 20% en organismos públicos para favorecer el crecimiento económico vía exportaciones sin tener en cuenta a la población.

Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que esta bajada del poder adquisitivo, de gran parte de la población, afecta directamente al consumo de las familias, produciéndose directamente una disminución de la demanda interna, verdadero motor de la economía. Por tanto, el manido argumento de la necesidad de aumentar la competitividad para crecer es falso, porque lo que realmente se necesita es que los trabajadores consuman y tiren de la producción interna. Esta necesidad de demanda interna viene impuesta también por una necesidad de generación de ingresos de las administraciones públicas. No es cierto que se haya disparado el déficit por el aumento del gasto público, sino por una incapacidad de generar ingresos como consecuencia de la bajada de salarios, las políticas de austeridad y las continuas reformas fiscales regresivas. Esa búsqueda de la competitividad es un quimera, ya que es imposible ser competitivo en todos los sectores productivos y, por tanto, siempre existirá la necesidad imperante de una bajada de salarios patrocinada por una reforma laboral más esclavizante y empobrecedora.

Pero como viene siendo normal desde el año 2008, no se toman las medidas indicadas para alcanzar los objetivos deseados, cargando a la clase trabajadora con todas las medidas inservibles que estamos viviendo en estos días. En una coyuntura y un modelo económico como el actual y, suponiendo, que la competitividad y un sector exterior fuerte al estilo alemán sea un factor irrenunciable, ¿qué medidas de calado y, realmente eficaces, deben ser tomadas?:

• Facilidad de financiación de las empresas. Es necesario un acceso a las fuentes de financiación por parte de todas las empresas. Si las instituciones financieras clásicas, por tener que sanear sus balances, como consecuencia de las políticas especulativas llevadas a cabo sobre la vivienda, no son capaces de conectar las necesidad de financiación con el exceso de ahorro, tiene que ser el sector público el primeor en dotar de recursos necesarios a canales de créditos alternativos (cooperativas de crédito sobretodo), para que el flujo financiero vuelva a su cauce normal. Está claro que cualquier rescate como los producidos hasta ahora a la banca es inadmisible.

• Coste de la energía. Tras las privatizaciones de las empresas productoras de electricidad el coste de la energía ha llegado a niveles irracionales tanto para las economías domésticas como las empresas (PYMES sobretodo). Se tiene que realizar una importante inversión pública que permita el aprovechamiento de las fuentes renovables, cuyos menores costes fijos harán que el precio disminuya. El mix energético español debe pasar a un uso intensivo de la geotermia, energía eólica, solar... y abandonar el uso de la térmica, nuclear... con costes fijos mayores y una alta huella ecológica.

• Inversión pública y privada en I+D+i, mayor formación del capital humano, a través de una educación pública pero no estatalizada y acceso a las nuevas tecnologías de la información y su desarrollo.

• Democratización de la gestión empresarial. Desde mi punto de vista, éste es uno de los principales puntos en los que la economía española tiene más lagunas. Es necesario una evolución de los modelos de gestión empresarial, pasando de una gestión piramidal, tradicional y clasista, en la que el capital está en manos de unos pocos, a una autogestión directa de la actividad de las empresa por parte de los trabajadores, interviniendo directamente en la toma de decisiones (como sucede en las empresas autorecuperadas argentinas). Una cogestión, como promulgan ciertos sectores llamados progresistas, basada en la remuneración por acciones para incentivar la participación de los trabajadores en el proceso empresarial, sólo supone parches inútiles.

Estas medidas u otras alternativas deben estar dirigidas al aumento de la productividad (una bajada de salarios como las que se han comentado, no implica un aumento de ésta) de la economía española, motivo real de su escasa competitividad. Un sector productivo intensivo en trabajo barato y, sobretodo, en el que la construcción (sector alentado por la banca) ha jugado el papel que todos conocemos, sector intensivo en mano de obra donde los haya, implica tener una economía poco competitiva y en constante recesión. Sin embargo, hay que señalar que España es el único país de la UE que ha aumentado sus exportaciones, incluso antes de las reformas laborales y la bajada generalizada de salarios, por lo que las medidas tomadas hasta ahora no han tenido otro objetivo que esquilmar el bienestar de la sociedad y alentar el endémico subdesarrollo social español.

Antonio Lozano

Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión

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