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Educación y cambio social: una mirada desde Colombia

category venezuela / colombia | education | entrevista author Monday March 18, 2013 07:05author by Juan Williams - Revista Política y Sociedad Report this post to the editors

Durante el mes de julio se desarrolló el IX Seminario de la Red de Latinoamericana de Estudios Sobre Trabajo Docente (ESTRADO). En el marco de este evento tuvimos la oportunidad de conversar con el educador colombiano Marco Raúl Mejía, quien además de ser sindicalista tiene una vasta experiencia de trabajo con sectores populares y en el fortalecimiento de proyectos educativos alternativos. En esta conversación pudimos compartir su perspectiva sobre los procesos políticos que vive Colombia y su experiencia de participación en tanto trabajador de la educación.

El diálogo con Marco Raúl nos permite comprender cómo es posible que los educadores se vinculen con otros sectores del movimiento popular, siendo capaces de incluir las propias demandas y especificidades de su sector en una superación de la mirada meramente gremial. De manera similar, nos abre la interrogante y la perspectiva sobre cómo el movimiento por la educación es capaz de pensarse dentro de un proceso de transformación social integral y multisectorial.
marco_raul_meja.jpg

PyS: Lo primero que me gustaría pedirte es si pudieras volver a explicar esos 3 espacios desde los que te paras, los cuales mencionaste en la presentación inaugural de ESTRADO.

MRM: Me parece bien, porque hablar de educación en estos momentos en que la educación se está reinventando es hablar desde los lugares donde intentamos construir esos procesos alternativos.

El primer lugar en que me muevo es un proyecto que se llama Planeta Paz: Sectores Sociales Populares para la paz en Colombia. Básicamente nuestro planteamiento es de 3 cosas. Uno, no es posible hoy, en un país como el nuestro, pensar la paz, sin una paz integral. No es solamente que se silencien los fusiles, sino que pueda construirse una paz con justicia social. El segundo elemento es que, aprendiendo de otros procesos en el continente, y de los procesos de negociación que hemos tenido con algunas de nuestras guerrillas anteriores, a la paz hay que meterle pueblo, en el sentido que no puede ser la paz de las cúpulas.

En ese sentido es necesario que la paz sea un asunto de la sociedad y que toque a todas las personas, para poder lograr eso se necesita construir agendas en cuya elaboración participen las organizaciones sociales. Y ahí, una de las expresiones que hemos levantado es una articulación de sectores en torno a la educación y hemos construido con otros sectores la movilización social por la educación en nuestro país a partir de un trabajo regional que tenemos, y un trabajo también local. Ahí el fundamento de ese proyecto es la construcción de los proyectos educativos y pedagógicos alternativos. Creemos que cada vez es más claro que no es posible la protesta sin propuesta. Y entonces tenemos que ir haciendo las elaboraciones para construir esa propuesta para hacerle a la sociedad, mostrándole que hay otra forma de llevar a cabo la educación.

El segundo lugar es la Expedición Pedagógica Nacional. La Expedición Pedagógica Nacional fue un proyecto; hoy la misma expedición se define como un movimiento, en el que confluyen infinidad de maestros y maestras. Se parte por el auto-reconocimiento del maestro desde su práctica. Para eso la expedición ha diseñado una “metodología de viaje”. Es un movimiento en el pensamiento para reconocer en la práctica de los maestros esas múltiples maneras de hacer escuela y ser maestro y maestra. Es un movimiento en el cual el maestro reconoce en esa práctica de los otros la novedad de lo pedagógico, la novedad de lo educativo, la manera como se visibiliza esa manera distinta en que los maestros y maestras colombianas están desarrollando su práctica y su quehacer, distinto a la manera como nos lo propone el modelo homogeneizante de la banca transnacional. [www.expedicion.com]

Hay 9 libros publicados de la experiencia expedicionaria y se sigue trabajando en ese tipo de producción. Es muy interesante porque todo el mundo pensaba que la expedición acababa cuando se acabaran los recursos del proyecto. La gente lo que decidió fue convertirse en movimiento expedicionario de tal manera que se hacen reuniones nacionales. Hay un equipo de coordinación nacional. Nos reunimos todos los jueves en la tarde y se construyen dinámicas.

También consideramos importante el proceso por el cual “maestros aprenden de maestros”. El maestro se convierte en un productor de saber desde su práctica y hemos desarrollado propuestas metodológicas para hacer sistematización. Eso ha generado una cosa bonita porque también el maestro se reconoce como intelectual y como un intelectual diferente, diferente del tipo del intelectual clásico. Eso nos ha dado pie para, por ejemplo, que el instituto colombiano de la ciencia COLCIENCIAS se plantee financiar proyectos sólo para maestros, con especificidad de maestros. Está iniciándose la discusión y están definiéndose los criterios.

Y el tercer proyecto donde estoy se llama ONDAS. ONDAS por la metáfora física de la onda. Se trata de colocar la investigación en manos de los niños, las niñas, los jóvenes y los maestros. No es simplemente la réplica de la investigación tradicional hecha por niños y niñas, no. Nosotros decimos que es necesario hacer un rediseño de todo eso y convertirla en una propuesta metodológica para los niños, las niñas y los jóvenes. Ese programa tiene uno de sus orígenes en el movimiento campesino colombiano. Hicimos unas escuelas experimentales con el movimiento campesino colombiano que después sirvieron para construir escuelas indígenas. Y ahora lo hemos vuelto una estrategia para construir una propuesta alternativa al uso del conocimiento y construir una relación con la ciencia distinta desde la más tierna infancia. Estamos trabajando, en estos momentos, con chicos de 5 a 19 años. En estos momentos estamos tratando de hacer un material para poder trabajar con niños de 3 y 4 años y lo hemos convertido en política pública, con muchas discusiones, con muchos debates.

Bueno, esos son los lugares desde los que hablo. Este último es la investigación como estrategia pedagógica. Es elaboración desde toda la educación popular, la tradición de la educación popular latinoamericana, de Freire. En las cosas que discutimos del Currículum tomamos elementos de Magendzo, tomamos elementos de la escuela Ayllu boliviana.

PyS: En estos días que has estado en Chile te has referido al movimiento estudiantil de Colombia y en particular al desafío que ha tomado la MANE para discutir una propuesta educativa y en particular hacia un proyecto de ley. ¿De qué manera te vinculas con este proceso y qué posibilidades ves en él?

MRM: Bueno, la MANE, el Movimiento Amplio Nacional Estudiantil, durante el año pasado, en la calle, en la protesta, logró enfrentar la ley de educación superior que se tramitaba en el parlamento y que estaba a punto de ser aprobada.

La lucha de los estudiantes colombianos es una lucha que los vuelve a articular, que vuelve a construir una unidad. Y esto ha abierto un camino, porque ha sido un camino, no sólo de reconstrucción del movimiento estudiantil, sino de ligarse a otras dinámicas de lo social. Por ejemplo, en el grupo que nosotros estamos de Movilización Social por la Educación, en el caso de Bogotá, hay representantes de la Red Revuelta, que es uno de los grupos que está dentro de la MANE. Pero también en Planeta Paz se han hecho unos trabajos hace tiempo, que se llaman Talleres, y es con los jóvenes. El profesor Leopoldo Múnera ha venido haciendo un trabajo con los jóvenes colombianos en un espacio que se llama Talleres, y ha organizado una reflexión sobre la necesidad de que no basta la protesta, que es necesario construir propuestas contra-hegemónicas. Es necesario disputar el terreno de la naturalización de la educación que ha hecho el neoliberalismo y es necesario tener propuestas. No podemos hacer sólo un análisis maximalista. Pero lo interesante de la MANE es que se da en Colombia en paralelo a procesos sociales muy grandes. En primer lugar, el Congreso de los Pueblos, una instancia que, jalonada por grupos indígenas, por organizaciones campesinas, por habitantes de barrios, por maestros… aglutina a una serie de sectores que nos muestran otro tipo de organización. El Congreso de los Pueblos trata de construir desde abajo mandatos populares para su implementación, y viene trabajando también propuestas. En paralelo a eso surge otro escenario de movimiento, la Marcha Patriótica, que aglutina a otros sectores del mundo popular. Fue muy interesante este proceso porque desde su lanzamiento la clase dirigente ha criminalizado la Marcha Patriótica diciendo que es asunto de la guerrilla y de sólo unos pocos. Y la plaza grande de Bogotá se llenó, y se llenó de campesinos, de indígenas, de habitantes de barriada, es decir, de pueblo.

La MANE surge en el marco de todos esos procesos sociales, que a pesar de todas las dificultades que hemos tenido siguen creciendo y se desarrollan. Y ahí, en esos procesos, hay expresión de lo educativo. Por ejemplo hay comisión de educación en el Congreso de los Pueblos, también en la Marcha Patriótica, donde se está discutiendo cómo construir un proyecto educativo alternativo.

Hemos venido planteando la necesidad de unir todas esas expresiones para tener más fuerza social, pero creo que hay que dejar que sea la dinámica la que lo desarrolle. En ese sentido, la MANE está siendo un ejemplo: aglutina en este momento a 25 sectores político-sociales colombianos, distintas expresiones del movimiento a nivel regional, con una dirección colegiada que no es sólo la representación de lo político, sino que intenta darle representación a los territorios, a la universidad pública y a la privada, como expresión de una lucha que es de todas y de todos los que en alguna medida tienen algo que ver con la universidad.

Pero ahí hay un debate más de fondo porque no se trata solamente de enfrentar el lucro en la universidad, se trata también de construir alternativas, de que pensemos realmente cuál es la propuesta de universidad que tenemos hoy para la sociedad. Porque, desde mi punto de vista, para mí el asunto tiene que ver con estas profundas transformaciones. Especialmente con un elemento que al capitalismo de este tiempo se le vuelve muy importante, y es la innovación.

La innovación es clave en el proceso de acumulación capitalista. La innovación es el elemento nuevo. Y ese elemento nuevo a día de hoy está sobre todo afincado en el mundo del Norte, principalmente en la universidad norteamericana y controlado por las transnacionales y su tecnología. Las empresas corporativas terminan financiando la investigación y la innovación en la universidad pública. Entonces le dicen: aquí hay 50 millones de dólares para investigación, pero ustedes sólo pueden investigar la molécula tal. Y colocan los laboratorios al servicio del Capital.

Desde mi punto de vista, si la innovación la trasladamos a toda la sociedad, la sociedad entra en una dinámica de transformación muy grande. Por eso aparecen sectores que dicen: “no, es que innovación es sólo tecnología y empresa”. ¡Falso! Hay innovación política, hay innovación social, hay innovación ambiental, hay innovación educativa. El capitalismo está haciendo todo ese proceso de reformulación de él mismo, de modernización de sí, y nosotros estamos parados reactivamente. Por eso es tan importante lo de la innovación.

Hay que innovar en cada una de las funciones que ha tenido la universidad en occidente. Innovación en la docencia: hay que cambiar la forma de dictar clases, no se puede trabajar así de esta manera, hay que trabajar en el modus de la ciencia, hay que trabajar en un conocimiento que es acumulado, que es investigación, que es innovación. El maestro dictador de clases se acaba porque el acumulado es sólo uno de los elementos. Si le metes innovación a la investigación explota la investigación clásica, el positivismo, porque no es sólo positivismo, tú tienes hoy en física cuántica la emergencia de los sistemas auto-observantes. Se dice, por ejemplo, que todo el sistema de investigación que se está haciendo en cuántica es totalmente desde sistemas auto-observantes. ¿Qué significa colocarle sistemas auto-observantes a las investigaciones que hacemos? Reventar el paradigma positivista. Pero existen sectores que lo están afirmando porque es eso lo que les interesa, ese tipo de producción de conocimiento. Tenemos que hacer un planteamiento sobre eso. Si tú le colocas innovación a la extensión, que es tercer asunto de la universidad en occidente, se te revienta. Porque es que la extensión le llegó como un apéndice, fruto de que en el siglo XIX y comienzos del XX los movimientos de lucha contra el capitalismo le dijeron a la universidad: usted es una torre de marfil aislada de la sociedad. Y le colocaron esa extensión y después el neoliberalismo llamó a eso “responsabilidad social”. Pero no, lo que tenemos que pensar es el lugar de la universidad en la sociedad, y reformularla. Estamos frente a un proyecto maravilloso, tenemos que reinventar la universidad, tenemos que reinventar la educación. Y nosotros no podemos seguir lanzando discursos contra todo sin plantear propuestas.

Es el tiempo de hacer una propuesta de universidad distinta que muchos sectores de los jóvenes colombianos vienen planteándose. Aunque algunos digan “no, no se pongan a hacer leyes, eso le toca al capitalismo, nosotros haremos las leyes cuando triunfe la revolución”. Nosotros creemos que hacemos revolución ayudando a formular la contrahegemonía, también en la esfera de lo cultural, en la esfera de lo educativo, en la esfera de las propuestas.

PyS: En algún momento mencionaste que esperar que la educación cambie la sociedad sería iluso, pero que si bien es necesario hacer un cambio social mayor, es necesario, incluso condición necesaria, cambiar la educación.

MRM: Sí, yo creo que venimos de una mirada maximalista que nos decía que sólo cambiando el sistema cambiará la educación. Pero la escuela –cuando hablo de escuela me refiero desde el jardín de infancia hasta el posdoctorado-, funciona con puros dispositivos de poder y de saber. Entonces, ¿qué es la pedagogía? La pedagogía es el asunto central para la construcción de relaciones sociales escolares. Con la pedagogía tú construyes relaciones sociales escolares. Eso no es una cosa técnica. Entonces, ¿qué es la pedagogía? Es un dispositivo de poder y de saber. Lo usas, le terminas dando el sentido político que el sistema le coloca. Tú lo puedes reorientar. La pedagogía se convierte, por ejemplo hoy, en uno de los escenarios de confrontación de lucha más claros. ¿Y qué construyes? Construyes una forma de poder que tú tienes que saber cómo lo vas a dirigir. Por eso la pedagogía no es política porque la sociología le preste un discurso, porque las ciencias políticas le presten un discurso, porque el lugar de militancia política del dirigente social le coloque un discurso. No. La pedagogía es política, es sustancialmente política. Y entonces, quien la hace y no la piensa termina de tonto útil de alguien. Ese es el gran problema. Todo el discurso neoliberal nos dice que es un asunto técnico, en la universidad nos dicen que es un problema de conocer los paradigmas, pero nadie nos está mostrando cómo funciona el poder ahí. Por eso es tan importante que el maestro la redirija. Transformando la pedagogía estamos contribuyendo a la transformación de la sociedad. La práctica tiene que ser transformada. Ese es el sentido de la construcción del poder desde abajo.

En ese sentido, si la educación es sólo la que cambia, la educación sola no va a cambiar la sociedad. Es que la educación es un aspecto de la sociedad muy importante, pero está lo político, está lo económico, está lo social. Yo creo que el ejemplo más claro lo vivieron ustedes con los pingüinos. Los pingüinos ganan en la calle. Hacen derogar la ley más importante para la banca multilateral y para el proyecto neoliberal, la LOCE. Esa era la ley insignia, por acá pasaba todo el mundo a ver el modelo chileno, le financiaban a la gente que se viniera a ver en Chile todo. Los pingüinos salen a la calle y echan atrás esa ley que es modelo en el mundo, pero claro, se hacen las comisiones para proponer, se propone, se va a la comisión presidencial, se pelea que debe ser ampliada, se amplía, pero la política que ustedes tienen no deja que pase una ley muy progresista. El control de la dictadura sobre la democracia marrona que se ha construido impide que una ley progresista en educación pase. Entonces, si no hay cambio en lo político, va a ser muy difícil, aún en términos de democracia, que pase una ley. Por eso no basta con cambiar la educación. La educación puede cambiar, pero si no hay toda una articulación a otros lugares de la sociedad, no es posible el cambio. Pero si cambia la sociedad y no cambia la educación, ahí está la contrarrevolución. Tenemos que construir contrahegemonía dentro de la hegemonía.

PyS: Todo eso nos lleva a una última cuestión, que tiene que ver con algo que también mencionaste sobre no esperar a tomar el poder, sino también construirlo…

MRM: Políticamente, en el sentido de la reflexión anterior, venimos de una tradición en donde el poder se tomaba. Y una vez que se tomaba se resignificaba todo desde arriba. Pero nos hemos encontrado con experiencias muy tristes. Entonces nos dimos cuenta de que el problema político e ideológico no se resolvía simplemente con su enunciación. Que era necesario colocarle criterios éticos y políticos a esa marcha. Pero eso era y es un aprendizaje. Y desde ahí aprendimos que el poder está en múltiples sitios. No se trata solamente del asalto del Estado o del derrumbe de la economía capitalista. Hemos visto partidos de izquierda que llegan a puestos de gobierno, que toman el gobierno, no el poder. Aprendimos también eso.

Hay que construir la propuesta de la contrahegemonía y se hace difícil ese tránsito. Ustedes lo han vivido. La Concertación termina siendo administradora del neoliberalismo, produjeron la naturalización del modelo. Porque no se replantearon las estructuras. Y entonces la izquierda chilena también tiene que hacer ese ejercicio de leerse a sí misma y leer cómo ha trabajado y cómo trabaja la construcción de poder. Hay que entender que eso es un proceso colectivo.

Publicado originalmente en el nº 27 de la revista libertaria chilena "Política y Sociedad", primavera de 2012

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