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[Colombia] Zonas de reserva campesina deben respetarse

category venezuela / colombia | community struggles | non-anarchist press author Sunday March 17, 2013 04:26author by Natalia Herrera Durán - El Espectador Segnalare questo messaggio alla redazione

Diálogo con César Jerez, uno de los voceros de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina

Diálogo con César Jerez, uno de los voceros de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina rechaza que su agenda sea la misma de las Farc.

El tema de las zonas de reserva campesina sigue en el centro del debate dentro del proceso de paz que adelantan Gobierno y Farc en La Habana. Primero fue la guerrilla la que demandó que se garantice el derecho a la tierra a estos colectivos, así como su financiación, hablando de la necesidad de crear 59 zonas con independencia política y 9,5 millones de hectáreas. Sin embargo, para el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, el asunto no es tan sencillo, pues no se puede patrocinar la creación de “una constelación de republiquetas independientes”.

En medio de la polémica, la voz de César Jerez, uno de los representantes de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc), es clave para conocer la realidad de una figura surgida en la década de los 90, a partir de las marchas de los campesinos cocaleros del sur del país, que —según dice— ha sido estigmatizada y perseguida. En diálogo con El Espectador, denuncia un veto del Ministerio de Defensa que tiene paralizada en el Incoder la constitución de nuevas zonas, al tiempo que les exige a las Farc no pararse de la mesa de diálogos hasta concretar acuerdos.

¿Cuál es la postura de las zonas de reserva campesina, hoy en medio del debate de la paz?

No somos ‘republiquetas’. Las zonas de reserva campesina son el acumulado de una lucha del campesinado por la tierra de muchas décadas y lo que buscamos es el reconocimiento político, social, económico y territorial. La figura está en la Ley 160, que creó su régimen normativo y constitucional.

Las Farc hablan de 9,5 millones de hectáreas para ellas...

Lo que hoy están considerando como una pretensión exclusiva de las Farc corresponde a los 50 procesos que hay vigentes de reconocimiento de zonas de reserva campesina en el país. Hay zonas que tienen 500 mil hectáreas, otras 400 mil o 300 mil. Si a esos procesos les ponemos un promedio de 200 mil hectáreas, estamos hablando de unos 10 millones de hectáreas. Pero eso no es un planteamiento de las Farc, pues nosotros ya lo hemos manifestado en diferentes escenarios.

¿Ante quién se presentan esos procesos de constitución?

Ante el Incoder, que es la entidad encargada de constituirlas.

¿Cuántas zonas existen hoy?

Seis constituidas y seis en proceso de constitución, que ya formularon su plan de desarrollo, llegaron a audiencias públicas —la última instancia— y están esperando que el Consejo Directivo del Incoder las avale.

Y si ya surtieron todo ese trámite, ¿por qué no las han avalado?

Porque hay un veto ilegal del Ministerio de Defensa y de la cúpula militar.

¿Cómo así que veto ilegal?

Porque el Ministerio de Defensa no tiene competencia en el desarrollo rural ni en el tema de reforma agraria. Lo que sabemos es que en el proceso de negociación de paz, la constitución de las zonas de reserva se convirtió en un problema y el Ministerio dijo que mientras no haya un acuerdo en Cuba se deben parar todos los procesos de constitución.

¿Cuáles son estas seis zonas que están por consolidarse?

Dos en Montes de María, una en el Cesar, una en Lozada, Guayabero, en las cuencas de los ríos en La Macarena y en Catatumbo.

¿Y cómo se ejerce el veto por el Ministerio de Defensa?

Llaman a altos funcionarios y les dan la orden de suspender los procesos, argumentando problemas de seguridad nacional.

¿Funcionarios del Incoder?

Sí, allí hay una serie de funcionarios que entienden la importancia de las zonas de reserva campesina, pero cuando llegó como directora Myriam Villegas, no se ha constituido ni una zona, a pesar de que las de Catatumbo y La Macarena surtieron el proceso.

Claro que el Ministerio de Defensa habla de que esas zonas por constituir están en regiones de fuerte presencia guerrillera...

En todas las zonas de reserva campesina hay presencia de las Farc y en una gran parte de ellas del Eln. Pero lo importante es que tenemos una oportunidad reconocida por el Gobierno de sacar adelante un proceso del campesinado, que en esta coyuntura puede ser un aporte fundamental para una reforma agraria.

¿Qué tipo de reforma agraria?

Una reforma agraria materializada en que se garanticen el acceso a la tierra, su formalización, los derechos civiles del campesinado y, finalmente, hacer en estos territorios lo que el campesino quiere, no las políticas impuestas desde los intereses del poder económico y político.

¿Cuál es la posición de la Asociación frente a las Farc?

Las guerrillas en general tienen una relación con la base social, con las economías campesinas y su modo de vivir, porque la mayoría de los guerrilleros vienen de familias campesinas. Hay acuerdos en esas regiones que tienen carácter humanitario, expreso y público. Y hay una lectura política de la guerrilla en las organizaciones campesinas, pero también hay una exigencia y un reclamo para terminar el conflicto, para que se sienten en la mesa y no se paren hasta lograr un acuerdo.

¿Es la agenda de las Farc la misma de ustedes?

No, nosotros vamos a presentar nuestra propuesta en San Vicente del Caguán el próximo 22 y 23 de marzo, y apunta a construir un sistema de zonas de reserva campesina, un programa que lo haga viable —con financiamiento—, que articule una nueva institucionalidad para los territorios campesinos y les dé verdadera autonomía. Estamos convencidos de que ese es el camino para la paz.

¿Esta autonomía no es de la que se quejan el ministro Restrepo y hasta José Félix Lafaurie, de Fedegán?

La autonomía ya existe, es de hecho. En la mayoría de zonas no hay presencia del Estado más allá de la presencia militar. La gente ha tenido que solucionarse la salud o la educación. Lo que se está buscando es que haya un reconocimiento normativo e institucional que impida que mafiosos, agronegociantes de palma o multinacionales vendan o exploten esos territorios. ¿Cuál es el miedo? ¿Cuál es el problema? Que no quieren que el campesinado tenga derechos sobre su tierra.

El presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, dice que las zonas de reserva son un retroceso, que es volver a Marquetalia...

Eso repite él como un loro, cuando no tiene moral para hablar de retrocesos. ¿Qué más regresivo que la ganadería extensiva en Colombia? Tienen cerca de 30 millones de hectáreas a las que le hacen un mal uso y ejercen un latifundio improductivo. Es precisamente esa aberrante concentración de la tierra la que genera los problemas.

Link esterno: http://www.elespectador.com/noticias/paz/articulo-410624-zonas-de-reserva-campesina-deben-respetarse
author by Luis Eduardo Celispublication date Sun Mar 17, 2013 04:41author address author phone Segnalare questo messaggio alla redazione

La expresión del Ministro de Agricultura es desafortunada y en nada ayuda a un proceso de ordenamiento y transformación del campo Colombiano, que tantas reformas requiere y donde están las bases para una paz que debe ser estable, duradera, con ampliación de la democracia, logrando superar el conflicto armado con las FARC y el ELN, y donde expresiones tan descalificatorias para nada ayudan a un clima de entendimiento y mucho menos con una referencia tan nefasta, que nos recuerda que hace mas de 50 años, el Senador Alvaro Gómez Hurtado, llamo a unos asentamientos campesinos, como “Republicas Independientes” y ese fue el inicio de unas operaciones militares, que son el “mito fundacional de las FARC”.

Las Zonas de Reserva Campesina, son una figura plenamente legítima, hacen parte de la Ley 160 de 1994 y al día de hoy existen 6, han sido apoyadas con recursos estatales, con préstamos del Banco Mundial y pueden ser una buena figura para lograr un acuerdo con las FARC.

Este conflicto armado tiene una raíz en un campo desigual e inequitativo, que ha sido híper-concentrado y que ha expulsado en muchas regiones y durante muchas décadas al pequeño campesino, a buscar nuevas tierras, por violencia directa o por necesidades económicas, de ahí que la figura Zona De Reserva Campesina, busque proteger al campesinado de las dinámicas de los actores con más poder que lo van expulsando de sus tierras.

En este momento, hay seis ZRC en Colombia. Están en Calamar (Guaviare), Cabrera (Cundinamarca), El Pato (Caquetá), el sur de Bolívar (Bolívar), el valle del Río Cimitarra (Antioquia y Bolívar) y en el alto Cuembí y Comandante (Putumayo).

Durante el gobierno de Álvaro Uribe se suspendió la existencia de la ZRC del valle del Río Cimitarra (ACVC) y se opuso abiertamente al desarrollo de nuevas zonas.

“Después de tantos años de preferir el silencio, ahora que vemos oportunidad de cambio en la política, salimos otra vez a defender la existencia de las ZRC”, dice la Asociación de Zonas de reserva Campesina.

La Ley 160 de 1994 dice que en estas zonas, los propietarios tienen límites en la extensión de sus territorios que deben ser definidos por el Incoder. Así, por ejemplo, si un grupo de campesinos quiere crear una ZRC de 100.000 hectáreas, el Estado tiene la potestad de decir que cada propietario puede tener máximo 200 hectáreas.

Para crear una zona de éstas, los campesinos deben organizarse y diseñar un plan de desarrollo en el que establezcan cómo harán para vivir dignamente allí, cómo se sostendrán económicamente y cómo lograrán sus necesidades de servicios básicos. El Estado tiene que darles el apoyo que necesiten para que tengan infraestructura, salud, alcantarillado, energía, en fin, todo lo que les permita estar bien.

“Las ZRC en los campos de Colombia pueden ser el primer paso en el largo camino del reconocimiento del campesinado como sujeto político promotor de la justicia social, la vigencia de los derechos humanos, el desarrollo rural y la paz”, dice Anzorc, que es la Asociación de Zonas de Reserva Campesina.

Al inicio del Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, había cinco zonas legalizadas y de manera inteligente, le fue devuelta la personería a la Zona De Reserva Campesina del Valle del Rio Cimitarra, iniciativa en que participó de manera activa el Sacerdote Jesuita Francisco De Roux y la actual directora del Incoder, Miriam Villegas, en 2011, se conformo la Asociación de Zonas de Reserva Campesina, con las seis que tienen plena legalidad otorgada por Incoder y otras ocho que quieren serlo, para mediados del año 2012, ya eran 22 los integrantes de Anzorc y en el próximo encuentro que se realizará el 22 y 23 de marzo, en San Vicente Del Caguan, donde existe la Zona de El Pato-Balsillas y muy cerca de otras dos: la de Losada-Guayabero y la de La Macarena, van a llegar 50 procesos campesinos que quieren ser Zona de Reserva Campesina.

Anzorc, en la convocatoria del III Encuentro de las Zonas de Reserva Campesina dice: “Las ZRC han sido incluidas como aspecto central del primer de la agenda sobre Desarrollo Rural y Acceso y uso de la tierra, en el marco del Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, suscrito entre el gobierno nacional y las FARC-EP. Siendo este un escenario tan complejo, las ZRC se vienen convirtiendo en una bisagra de la paz del país por su importancia y potencial para contribuir en la solución de la cuestión territorial y agraria.”

Sería una señal de animo democrático, que el Ministro Juan Camilo Restrepo, vaya al III encuentro de Zonas de Reserva Campesina y escuche sus propuestas, mas dialogo y concertación es lo que se requiere y menos formulaciones incendiarias, como llamar “Republiquetas Independientes”, a una figura que es plenamente legitima y legal.

Link esterno: http://prensarural.org/spip/spip.php?article10439
author by Marisol Gómez Giraldo - El Tiempopublication date Tue Mar 19, 2013 02:04author address author phone Segnalare questo messaggio alla redazione

EL TIEMPO habló con César Jerez, uno de los líderes de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina - Anzorc.

¿Es cierto que pretenden autonomía administrativa?

En la Asociación de Zonas de Reserva Campesina, no. Las Farc recogen propuestas de varias organizaciones, y algunas sí piden autonomía.

Pero se conciben con ordenamiento propio...

Ha sido así por pura necesidad. Lo ideal es que llegue el Estado, pero no llega. En algunas zonas la gente paga los profesores, la escuela...

¿Pero son necesarias las Zonas de Reserva Campesina cuando estamos frente a un gobierno que plantea el imperio de la ley en todo el territorio?

Esa es una aspiración del presidente Santos, y ojalá un día lo logre. Pero si usted recorre el país, se da cuenta de que hay muchas zonas sin soberanía del Estado. Por eso es por lo que ha habido guerrillas, paras, bandas o grupos que ejercen territorialidad. La gente no tiene más remedio que hablar con los actores armados para que respeten.

¿No es una exageración pedir 10 millones de hectáreas como Zonas de Reserva Campesina?

Eso obedece a un cálculo sobre los procesos de constitución de 50 comunidades.

¿Quiere decir que 50 zonas del país están sin Estado y quieren hacer su propia vida?

No. Algunas tienen Estado, pero no hay política de desarrollo rural y los campesinos están a la topa tolondra. Un ejemplo es Cabrera. Está a tres horas de Bogotá, pero la gente ha tenido que organizarse a su manera.

Algunos se preguntan por qué sus propuestas son tan parecidas a las de las Farc...

Nuestras propuestas se plantearon en las mesas de paz del Congreso y en el Foro Agrario en Bogotá, y por eso llegaron a La Habana. Nosotros propusimos el fondo de tierras. Y creemos que debe haber compra del latifundio improductivo.

¿Se sienten representados por las Farc?

Las Farc están poniendo nuestras propuestas en la mesa. Y el Gobierno, no.

¿Unas zonas limitadas a la agricultura y vetadas para otras actividades no son un retroceso?

La venta de comida es una actividad económica.

¿Son enemigos de la minería?

No estamos en contra de la minería, pero tiene que hacerse de manera ordenada y en beneficio de las regiones. Uno no puede demoler todas las montañas. Debe haber áreas para la minería, para producir energía eléctrica, para la economía campesina y para la agroindustria.

 
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