Movimiento estudiantil: Diversidad de apuestas, luchas locales y aprovechamiento del gobierno

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Wednesday December 19, 2012 20:38

by Juan Williams - Periódico Solidaridad

A pesar que este 2012 el movimiento estudiantil ha seguido demostrando su presencia, con sus reivindicaciones vigentes y unificadas, es innegable que en general, éste ha contado con menos fuerzas respecto a lo que fue el 2011.

A pesar que este 2012 el movimiento estudiantil ha seguido demostrando su presencia, con sus reivindicaciones vigentes y unificadas, es innegable que en general, éste ha contado con menos fuerzas respecto a lo que fue el 2011. No obstante aquello, en estos últimos meses se han destacado 2 tendencias de distintas dimensiones que han mantenido ocupados a los estudiantes.

La primera de ellas se refiere a las apuestas políticas para el 2012. Para una parte importante de los sectores políticos que son parte del movimiento estudiantil, las elecciones municipales constituyeron su objetivo principal e incluso el momento de acumulación de fuerza por excelencia para este año. Esta es la posición que adoptaron organizaciones como la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES) o algunos dirigentes de federaciones universitarias, llamando a votar por la izquierda o al menos a participar para que no gane la derecha. Para otros, si bien estas elecciones no se consideraron como un camino para avanzar en las demandas sociales, pues implican una legitimación del sistema político institucional que siempre las ha negado, sí eran un hito político relevante por sí mismo, ya que permitía dar cuenta de la baja legitimidad del sistema político chileno. Esta es la posición de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) y de otros dirigentes universitarios quienes, junto a otros actores, llamaron a no votar. También existe otra postura que, sin ser necesariamente excluyente de la anterior, ha apostado por la continuidad de la lucha social directa y sin apelación al sistema político. Esta es la apuesta de no darle una importancia decisiva a estas elecciones en términos de construcción, ya que las luchas sociales no empiezan ni terminan con ellas. Según este argumento, si bien los resultados en los balotajes municipales podrían haber incidir en algún aspecto a favor o en contra del movimiento popular, esta incidencia era menor y, por lo tanto, un tema secundario. Otra parte relevante del movimiento, alineado con la izquierda revolucionaria, se ha situado en tal posición.

Lo que ha sido común a todos es que, ya terminadas las elecciones, para el movimiento estudiantil se proyecta un fin de año pasivo en términos políticos. Esto, no tanto por voluntad sino por una confluencia de factores: desgaste natural de los sectores movilizados del movimiento, término del año académico, agotamiento de los sectores que hicieron apuestas electorales para el año y el comienzo de las elecciones de federación en diferentes universidades.

En efecto, en estos momentos se estarán viviendo una serie de elecciones de federación a lo largo del país que continuarán hasta el primer semestre del 2013. En ellas, la izquierda revolucionaria apuesta a mantener o incrementar su presencia en las instancias representativas con tal de mantener al movimiento con fuerza propia y donde se mire más hacia la articulación con otros sectores en lucha que en la negociación con el bloque en el poder.

Por otra parte, el escenario recién descrito pudo ser aprovechado por el gobierno para anunciar reformas al cálculo de los aranceles de referencia y una reducción del 22% promedio para becas de postgrado y técnicos de nivel superior en el presupuesto en educación 2013, todo ello en momentos en que le fue difícil responder a las organizaciones estudiantiles. En el primer caso, las implicancias serán evidentes para el 2014, cuando se reducirán fuertemente los montos de los créditos para carreras consideradas de baja remuneración. Así, se pretende limitar la oferta de profesionales de estas carreras, favoreciendo a que las estudien jóvenes provenientes de familias de mayores recursos. En el segundo caso, se pretende limitar la oferta de trabajadores con postgrado en el mercado laboral, donde los más favorecidos continuarán siendo quienes tengan los recursos para poder costearse tales estudios.

La segunda de estas tendencias se refiere a la persistencia de conflictos locales al interior de diversas casas de estudio, denotando un alto grado de diversificación en sus demandas y en el tipo de instituciones en las que se han dado. Entre ellas se encuentran las movilizaciones al interior de la universidad de Concepción, la Universidad Católica de la Santísima Concepción y la sede local de la Federico Santa María, todas en la octava región, por el congelamiento de los aranceles y la eliminación de la matrícula; el referéndum del nuevo estatuto orgánico de la Universidad de Valparaíso; las movilizaciones en la Universidad Alberto Hurtado, entre otras de menor envergadura.

Esta situación ha estado relacionada con la mencionada diversidad de apuestas dentro del movimiento estudiantil, lo cual ha impedido la generación de una agenda nacional y unificada de movilización. Por consiguiente, esta imposibilidad ha determinado que quienes siguen en el camino de la lucha social directa hayan tenido que apostar por luchas en sus localidades.

En la mayoría de estos casos se ha tratado de universidades privadas, cuyas discusiones con las autoridades han implicado el enfrentamiento con directorios donde se encuentran representantes directos del empresariado y de la llamada clase política.

Entre ellas, el caso de la Universidad Alberto Hurtado es significativo, ya que no sólo ha sido una de las movilizaciones internas más prolongadas de las universidades privadas no tradicionales, sino porque también implicó una novedad al visibilizar y emplazar a los dueños de aquella universidad y de muchas otras: a la Iglesia Católica. La toma de la Vicaría de la Educación del Arzobispado de Chile constituyó un llamado claro a que esta entidad se haga cargo de la situación de que viven tanto los estudiantes como también los trabajadores –especialmente los subcontratados- en sus instituciones.

Seguramente, conflictos como el de la Universidad Alberto Hurtado o el de la Universidad del Mar hace unos meses, están indicando algo que se verá con más frecuencia en el futuro: más estudiantes de instituciones privadas en conflicto abierto y directo con los empresarios de la educación, con dinámicas de organización y reivindicaciones relativamente novedosas que se irán incorporando al movimiento estudiantil. Esto es notable, ya que la organización de estos estudiantes es reprimida con mucha más fuerza, pues se trata de enfrentar a los dueños de las instituciones más beneficiadas con el actual sistema educativo, donde paradójicamente se encuentra uno de los sectores más precarizados del estudiantado.

Juan Williams

Publicado en el n°14 del periódico libertario "Solidaridad"

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