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El conflicto en Arauca afecta los intereses de las transnacionales petroleras

category venezuela / colombia | community struggles | non-anarchist press author Tuesday October 30, 2012 20:16author by Periferia Edición 78 - Octubre 2012 Report this post to the editors

Hace un par de meses hablamos de las diversas expresiones del conflicto que se desarrollan en Arauca a raíz del despojo de los recursos naturales (especialmente el petróleo) por parte de transnacionales. Además de acciones de la insurgencia, las vías de hecho a las que han recurrido las comunidades araucanas frente a la profundización del saqueo han producido efectos visibles en el desarrollo del negocio petrolero.

El Estado colombiano y las empresas petroleras insisten en echarle la culpa al “desorden público” generado por el accionar insurgente en Arauca, pero la verdad es que no sólo los ataques de las guerrillas a la infraestructura petrolera han afectado la explotación de ese importante recurso, sino que el comportamiento antisocial y antiecológico de las trasnacionales ha generado la reacción de las comunidades en este departamento.

Ya habíamos mencionado en otras ediciones de Periferia que el modelo extractivista y de despojo de los recursos naturales va en contravía del plan de equilibrio regional o Plan de Vida que se ha construido históricamente entre los sectores sociales de Arauca, pero las petroleras han ido más allá, ahora ni siquiera acatan el cumplimiento de las leyes colombianas (ya de por sí proclives a sus intereses) y de lo que ellos mismos han denominado “responsabilidad social”, que no es otra cosa que compensar a las comunidades por los impactos económicos, sociales y ambientales, que se generan con la extracción del petróleo.

A pesar de lo anterior, las compañías petroleras demuestran cada vez más su avaricia y desarrollan planes para saquear más rápido y a menor costo el hidrocarburo. Como ejemplo puede mencionarse el denominado “oleoducto bicentenario”, que, precisamente, fue uno de los objetivos del paro impulsado por las organizaciones de Arauca en abril pasado; también la estación de bombeo de crudo “Banadías” (en Saravena), el campo de exploración “Cari Care” de la OXY (en Arauquita) y el ya famoso campo de explotación “Caño Limón”.

Las exigencias de las comunidades son las mismas de hace 30 años: salud, educación, vivienda, vías, servicios públicos, inversión para el campo de acuerdo a las necesidades y proyecciones de los habitantes de este territorio en contra vía de los intereses de acumulación y explotación del capital. La diferencia es que ahora la gente exige que se pague la deuda que las petroleras han generado con el pueblo colombiano (y araucano en particular) desde el inicio de la explotación petrolera, y se ha hecho consciente que eventos como el etnocidio y despojo a los pueblos indígenas son un daño irreparable.

Pero, como siempre, ante las exigencias de la comunidad organizada, el Estado y las multinacionales han respondido con detención y encarcelamiento de integrantes de la población civil, amenazas a dirigentes sociales y defensores de derechos humanos, y con la consabida guerra sucia, acudiendo de nuevo a la estrategia paramilitar, hasta el momento con panfletos y grafittis amenazantes. Esto es agudizado por las consecuencias económicas que anunciamos al inicio y que se evidencian principalmente en:

1. La reducción por parte de Ecopetrol de su meta de producción promedio de este año a 780.000 barriles diarios, sumado a la pérdida de un promedio de 10.700 barriles por día en el primer semestre del 2012, que el presidente de esa empresa atribuyó a los ataques de la guerrilla.

2. El incumplimiento de la meta total de barriles producidos, que era de un millón por día, que hasta la fecha no se ha podido alcanzar.

3. El aplazamiento de la operación del oleoducto bicentenario, ocasionado por el retraso en la construcción de esa infraestructura en el departamento de Arauca (el tramo que se ubica en Casanare ya se culminó). Así se lo confirmaron las directivas de la empresa al ministro de Minas y Energía, señalando que ya no se podrá conectar al oleoducto Caño Limón – Coveñas en enero, sino en abril de 2013. El gerente General del Oleoducto Bicentenario reconoció que la reactivación de las obras tomó más tiempo de lo esperado, pero lo atribuyó (como es costumbre) a la “situación de orden público muy complicada en Arauca que nos llevó a tener paradas las obras”. Lo que no dijo fue que las comunidades se han opuesto a la realización de las actividades de construcción de este oleoducto.

4. Las Organizaciones Sociales han respondido a esta situación con sus armas más contundentes: la denuncia y la movilización social, hecho que les ha permitido mantener el territorio y defender la vida y sus derechos. A la fecha ya han pasado cuatro meses del levantamiento del paro realizado en Arauca por las organizaciones sociales, donde se nota la dilación y no se evidencian avances en las mesas de interlocución entre el gobierno nacional, ECOPETROL, las trasnacionales y los voceros de las comunidades.

El Estado y las transnacionales no la tienen fácil ni en Colombia ni en Arauca, porque las comunidades de esta región no se resignan a ser un producto más del despojo y del saqueo del petróleo, sino que, al contrario, han planteado alternativas que les permitan permanecer en estas tierras en las cuales tienes sus raíces y donde anhelan que sus hijos puedan continuar enraizando sus proyectos de vida, para hacer de esta región el Arauca Majestuoso.

Related Link: http://www.periferiaprensa.org/index.php/edicion-actual/1083-el-conflicto-en-arauca-afecta-los-intereses-de-las-transnacionales-petroleras

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