El capitalismo huele a mierda para los trabajadores

bolivia / peru / ecuador / chile | medio ambiente | opinión / análisis Monday May 21, 2012 11:43 by Tomás siembra.a at gmail dot com

Este texto pretende tratar de aportar sobre como el anarco-comunismo debe enfrentar la situación que se está presentando actualmente en Freirina, así tener una comprensión cabal del alzamiento de ciertos sectores de la población en contra de empresas que contaminan el ambiente del proletariado en donde vivimos.

Antes de comenzar cabe hacerse unas preguntas que van más allá del mero hecho coyuntural que está sucediendo hoy, puesto que la necesidad de los pobladores de la Freirina está en pugna con la empresa agrosuper, sin embargo, la arremetida del capitalismo en contra del pueblo es de larga data. Desde esta perspectiva cabe preguntarse ¿Es una empresa la que genera un descontento en ese lugar?, ¿Es la única empresa que genera condiciones de vida indignas para las personas que viven en las cercanías? ¿y en Chile?. Antecedentes de esto existen muchos, el caso más cercano que se me viene a la cabeza es lo que sucede en Ventanas donde la contaminación ha llegado a niveles impresionantes, dejando casi todas las semanas a estudiantes del liceo del lugar con problemas de respiración, y los daños asociados que vienen con el “paquete” de la sustentabilidad, la crisis energética y toda la verborrea burguesa del desarrollo de las comunidades en pos de una vida “cómoda”.

Por otro lado y contando algunos hechos de Freirina, la llegada del capitalismo y la destrucción del entorno de los pobladores data de la dictadura ya en 1987 comenzó la contaminación toxicológica , esto siguió fomentándose, y en el nuevo milenio ya existen varias empresas que no sólo se instalaron para cambiar los ecosistemas, sino que para generar condiciones de vida que se ven afectadas por las emisiones de contaminantes nocivos para la salud del pueblo que vive en ese lugar.

El capitalismo en la búsqueda de tener lugares donde no había llegado, en el afán de la burguesía de aumentar sus ganancias, está mirando (y minando) lugares nuevos para que los brazos de la clase dominante pueda abarcar más lo que trae como consecuencia, ejercer su lógica. Por otro lado, las manifestaciones que se han suscitado tienen una razón coyuntural, que si bien se ha extendido por largos años (sobre todo en la provincia de Huasco que desde dictadura comenzó su expansión “comercial”). Tienen un carácter que no va más allá de una crítica a las plantas que generan contaminación, que son hoy por hoy, un problema que afecta al conjunto del pueblo en donde se crean las contradicciones del capitalismo y se desarrolla la lucha de clases. En consecuencia es fundamental tener una política desde el anarco-comunismo para este problema que se genera en el seno de la lucha de clases.

El problema de la contaminación, los intereses opuestos entre clases

La contaminación es un problema que afecta a una gran porción del pueblo (vertederos, plantas tóxicas, etc.) que se encuentran cerca de las poblaciones, es un punto que no ha encontrado una canalización por parte de la izquierda de intención revolucionaria, por calificarla de “verde”, “hippie” o que no entra en la contradicción principal. Sin embargo, en los lugares donde viven los trabajadores es donde se encuentran la mayor cantidad de plantas que contaminan a la ciudad y a los compañeros de clase que viven en esos lugares. Es decir, si bien esta contradicción no se da en el ámbito del trabajo si se da en los lugares donde bien los proletarios. Es más si echamos un vistazo a las estadísticas nos entregan que en Santiago las comunas que concentran una mayor contaminación son las que se encuentran en el sector poniente (Cerro Navia, Pudahuel y Cerillos)

En este sentido podemos afirmar que la superposición de los intereses de la clase explotadora, en contra de la explotada se da también en esta esfera, en consecuencia, es decir, demuestra empíricamente que la lucha de clases se da también en este ámbito.

Lo que sucede en Freirina es algo que se repite en todo Chile, en consecuencia, es una forma en que las emisiones contaminantes de las empresas de la cual la burguesía son los dueños la, afecta negativamente al proletariado. Desde esta perspectiva (y dejando de lado lo “hippie”) es algo que materialmente debemos abordar, no sólo como algo de pasada, sino que esto es también un aspecto fundamental para la vida de la clase trabajadora, ya que cuando pasan a llevar a tu familia, a tus vecinos, a todo tu entorno, te sientes vulnerado, en consecuencia vemos que los cortes de ruta en lugares en donde nunca se pensó que podría alzarse el pueblo existan. Y por otra parte el acercamiento en tanto organización poblacional que genera es de suma importancia para el avance de la clase trabajadora.

A crear políticas que vayan en esta dirección

Desde el anarco-comunismo se vuelve fundamental tener políticas que vayan en esta dirección, ya que este conflicto se centra en la lucha de clases, en consecuencia, un punto que debemos abarcar (quizás no sea el más importante de todos dentro de la estrategia que concebimos, sin embargo, es de suma importancia crear ciertos criterios para enfrentar esta pugna) El anarco-comunismo, en su inserción, en el ámbito poblacional es un tema a tratar.

La pugna que se genera entre los conflictos de los pobladores y las empresas que contaminan sus entornos ayuda a comprender de mejor manera el conflicto que existe entre clases sociales, donde el capitalismo muestra su verdadera cara, su odio y desprecio por la vida en general de este planeta y de todos los que lo habitan, y que extrañamente los que menos reciben la contaminación de las empresas son los dueños de estas (la burguesía).

El mostrar un enemigo común que está a la vista de todos los pobladores de un lugar, genera que se creen lazos donde estaban rotos, ya que la participación activa de vecinos ante un problema que los afecta a todos/as por igual, creará espacios en los cuales se potencie o se cree organización poblacional, de este modo se rompen los lazos de privatización de la vida y se cortan los lazos de individualismo que promueve el modo de producción imperante.

Por otro lado se crea una crítica hacia la dominación de clase, ya que sabiendo quien es el dueño de la empresa, se sabe que existen intereses opuestos entre los que están en pugna y los que generan el conflicto, es decir, se muestra fehacientemente que la lucha de clases está hasta en los espacios de vida.

Más allá de ser una propuesta verde o hippie es una propuesta para la acción, para la creación de organización entre vecinos, si bien tenemos que estar claros que esta no es la panacea revolucionaria ni que de acá comienza la revolución, es un paso importante para la organización de clase en los espacios donde vivimos que debe ser una apuesta del anarco-comunismo.

Para que en Freirinas no se grite fuera Agrosuper, sino que fuera el capitalismo.