user preferences

New Events

Iberia

no event posted in the last week

Upcoming Events

Iberia | La Izquierda

No upcoming events.

¿Violencia sí o violencia no? Esa no es la cuestión

category iberia | la izquierda | opinión / análisis author Sunday May 06, 2012 03:18author by Manu García Report this post to the editors

El contexto de este artículo fueron los acontecimientos inmediatamente posteriores a la jornada de huelga general del 29 de marzo, convocada por los sindicatos de clase del estado español contra una reforma laboral, aprobada por el gobierno del Partido Popular, que está contribuyendo a empeorar las condiciones de vida de las mayorías, para cumplir con las exigencias de la Comisión Europea y el FMI.

Publicado en el periódico "CNT", tenía como objetivo ser un aporte para el debate existente entre los sectores más combativos del movimiento popular en torno a la violencia, al hilo de algunos disturbios aislados producidos en Barcelona que, engrandecidos convenientemente por los medios de propaganda de las clases dominantes, contribuyeron a moldear la opinión pública en un sentido determinado y a criminalizar la protesta social, asociándola al vandalismo nihilista. Ese era el momento en que fue escrito el artículo. Días después, quedaría comprobada la presencia de policías de paisano infiltrados en la manifestación multitudinaria convocada por las centrales sindicales CNT y CGT con la intención de reventarla, para desviar el foco de atención hacia esas pequeñas algaradas impotentes en vez de hacia el movimiento de masas y las razones de su protesta, y justificar la represión que comenzaría a actuar en los días posteriores.

Dicha oleada represiva desatada por el gobierno catalán, al golpear no sólo a los sectores más combativos y radicalizados, sino al amplio movimiento contra el desmantelamiento de los servicios públicos y los ataques contra las conquistas de los trabajadores, ha evitado el aislamiento del polo combativo y generado como reacción un amplio frente sindical y social anti-represivo que los revolucionarios han de saber aprovechar con inteligencia.

El acierto de las organizaciones de clase catalanas, que han respondido públicamente al órdago de la patronal y la derecha cerrando filas en solidaridad con los detenidos y reivindicándolos http://www.anarkismo.net/article/22723 , ha conseguido devolverles cierta capacidad de iniciativa y respaldo entre la opinión pública.

Es imprescindible mantener y fortalecer esos lazos, nadie dice que vaya a ser fácil (no sólo por las resistencias en el seno del pactismo, sino también en el propio sector combativo), pero en la medida en que esto se consiga (y debido al deterioro cada vez mayor de las condiciones de vida del pueblo), aumentarán las contradicciones internas en las estructuras sindicales que se han caracterizado hasta el momento por su tibieza, consiguiendo que sus mejores elementos se posicionen en torno al polo combativo y dejando aislados no ya a los partidarios de una línea dura para tumbar la reforma, sino a los moderados y vacilantes. Hay que jugar con inteligencia las cartas y no dejar pasar, una vez más, una oportunidad histórica para avanzar por quedarse pegado en peleas chicas.


Manu García
5 de mayo de 2012
estrategia.jpg

¿Violencia sí o violencia no? Esa no es la cuestión


Los aparatos de dominación del capitalismo no se limitan al terreno represivo, sino que también tienen su expresión en el plano de la creación de consenso. Es decir, en el arte de conseguir que quienes objetivamente están interesados en la construcción del socialismo asuman ideas-fuerza y prácticas funcionales al mantenimiento del sistema.

Uno de los elementos que más se han empeñado en instalar en la opinión pública como si fuera cosa de “sentido común” es el del monopolio del uso de la fuerza por parte del Estado español y su legitimidad para hacer uso de ella siempre que sus instituciones así lo consideren oportuno. Es necesario romper con esa legitimidad y para eso, como de costumbre, hay que actuar de manera inteligente, con estrategia, y no como los toros, embistiendo cuando nos ponen el trapo rojo por delante.

Hay un problema cuando en el movimiento popular se relaciona una acción de fuerza con una cuestión de principios, de ética o de “ganas” en vez de subordinarla a planteamientos tácticos y estratégicos, como corresponde. También cuando se rompe la necesaria disciplina organizativa y en nombre de la “libertad individual” se llevan a cabo actos que lesionan al colectivo.

La violencia hay que usarla con cabeza, subordinada al desarrollo organizativo, político y técnico de las fuerzas revolucionarias, que tendrán que tener en cuenta, sí o sí, el estado de conciencia de las clases populares a la hora de asumir mayores grados de enfrentamiento y formas de lucha más contundentes.

El uso de la fuerza no es una cuestión de “cojones” ni de principios, ni es un debate en abstracto, es una necesidad del pueblo para hacer frente a unos enemigos que la emplean constantemente, más sutil o más abiertamente, en defensa de sus privilegios. Hay que emplearla en el momento y la dosis adecuada, contra objetivos evidentes (cualquier acción cuyo sentido haya que explicar a sus beneficiarios no es una buena acción) y teniendo en cuenta la correlación de fuerzas. Resumiendo, hay que actuar teniendo en cuenta los contextos y con miras a la acumulación de fuerzas, no para desahogar frustraciones personales o porque se considere ingenuamente que todo acto de rebelión acumula.

Las pequeñas algaradas que tuvieron lugar en la tarde del 29-M en Barcelona, debido a una falta de estrategia elemental por parte de sus instigadores, en vez de generar un mayor nivel de politización y animar a sectores más amplios de las masas a incorporarse a la lucha, han contribuido al aislamiento de los sectores más combativos del movimiento sindical catalán (que convocaron a la manifestación donde se generaron pero que no participaron en su planeamiento y desarrollo) y han generado en torno suyo una atmósfera enrarecida que no contribuye a su avance, sino que paraliza y desmoraliza.

Y es que si un acto de fuerza se va a convertir en un hecho político que no vas a poder capitalizar tú sino que lo va a hacer el enemigo de clase, mejor no lo hagas. Esa lección básica de la lucha revolucionaria la tiene más clara el Consejero del Interior catalán Felipe Puig que algunos revolucionarios.

La fuerza sindical hay que manifestarla hacia dentro y hacia fuera. Hacia dentro para hacer cumplir con los acuerdos aprobados colectivamente (por ejemplo con una mayor organización durante nuestros actos, con servicios de orden que se ocupen de garantizar que dichos actos se desarrollen como queremos que se desarrollen) y hacia fuera para lanzarnos contra nuestros enemigos de clase con toda la energía, cohesión y unidad de que seamos capaces.

Manu García

This page has not been translated into Português yet.

This page can be viewed in
English Italiano Deutsch
© 2005-2024 Anarkismo.net. Unless otherwise stated by the author, all content is free for non-commercial reuse, reprint, and rebroadcast, on the net and elsewhere. Opinions are those of the contributors and are not necessarily endorsed by Anarkismo.net. [ Disclaimer | Privacy ]