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Las tiras cómicas de Ha’aretz: indignados con la indignación

category mashriq / arabia / iraq | miscellaneous | opinión / análisis author Thursday November 24, 2011 20:06author by José Antonio Gutiérrez D. & David Landy Report this post to the editors

Las tiras cómicas se han convertido en un elemento explosivo, abriendo profundas brechas políticas en el marco del nuevo orden mundial y, muy a menudo, disimulando la intolerancia y distrayendo el debate sobre el racismo y el imperialismo amparándose en una interpretación abusiva de la “libertad de expresión”. El último episodio comenzó por una tira cómica publicada en Ha’aretz en la cual el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Ehud Barak daban la despedida a las tropas que marchaban a bombardear Irán, pidiéndoles que a la vuelta bombardearan también las oficinas de la UNESCO en Ramallah.
Tira cómica de Ha’aretz sobre bombardear las oficinas de la UNESCO en Ramallah
Tira cómica de Ha’aretz sobre bombardear las oficinas de la UNESCO en Ramallah

Las tiras cómicas de Ha’aretz: indignados con la indignación


Las tiras cómicas se han convertido en un elemento explosivo, abriendo profundas brechas políticas en el marco del nuevo orden mundial y, muy a menudo, disimulando la intolerancia y distrayendo el debate sobre el racismo y el imperialismo amparándose en una interpretación abusiva de la “libertad de expresión”.

El último episodio comenzó por una tira cómica publicada en Ha’aretz en la cual el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Ehud Barak daban la despedida a las tropas que marchaban a bombardear Irán, pidiéndoles que a la vuelta bombardearan también las oficinas de la UNESCO en Ramallah. Se referían a la reciente decisión de la UNESCO de aceptar a Palestina como miembro de pleno derecho de la institución, lo cual provocó una rabieta de EEUU, Canadá e Israel, o mejor dicho, provocó un intento por su parte de chantajear a la institución retirando sus fondos de ella.

La UNESCO recriminó a las autoridades israelíes por esta tira cómica, afirmando que podría actuar como un acicate para el odio y poner en peligro las vidas de su personal. Un comunicado de Ha’aretz afirmó que en realidad la tira cómica era “un chiste sobre el enfado del gobierno por la decisión de la UNESCO de aceptar a Palestina como miembro de pleno derecho”. Sin embargo, la ambigüedad de esta tira cómica fue puesta en evidencia por la respuesta del embajador israelí Nimrod Barkan, que acusó a la UNESCO: “Pregúntense ustedes qué han hecho para que un periódico moderado con una marcada tendencia internacionalista publique una tira cómica como esa (…) Quizás el problema sea suyo”. Después de todo, añadió “¿Qué es lo que espera la UNESCO de nosotros, que mandemos a nuestros chicos a proteger al personal de la UNESCO o que cerremos el periódico? Parece que su entorno laboral se parece cada vez más a Rebelión en la Granja” [1]

Dejando de lado el hecho de que es cuestionable que uno pueda ser “moderado” apoyando un proyecto colonial como el de Israel, tanto las virulentas respuestas de los blogueros pro-sionistas quejándose de “una UNESCO dominada por islamistas” y “que no lo hace bien” [2] y la respuesta fuera de lugar de Barkan sólo prueban que, al final, no se trataba de una inocente tira cómica. Contenía un mal disimulado ataque y la UNESCO estuvo en lo correcto al denunciarla por incitamiento al odio.

Con la sátira política siempre hay una delgada línea que no se debe traspasar, en este caso una especialmente delgada: la UNESCO está autorizada a no tomarse la tira cómica a la ligera dado que personal, edificios y escuelas de la ONU han sido bombardeados previamente por el Ejército israelí, por ejemplo durante la Operación Plomo Fundido en el 2009. Aún más, el tono de la respuesta de Ha’aretz es burlón, pretendiendo que es ridículo que un “país civilizado” como Israel hiciera algo como bombardear un edificio de la ONU, por lo que la indignación de la UNESCO sería absurda.

La UNESCO, mediante su recriminación, le estaba pidiendo al embajador israelí garantías de que la UNESCO no sería un objetivo militar. Barkan se negó a dar esta garantía. En vez de ello, acusó a la UNESCO de atizar la hostilidad israelí. Ninguna garantía y, en vez de ello, reforzamiento de la hostilidad de la tira, pero esta vez por parte de un representante del mismo Estado que bombardea instalaciones de la ONU.

Por todo ello, reducir la cuestión a un asunto de “libertad de expresión” como lo hizo el portavoz israelí Yigal Palmor es un poco cómico: “Hemos visto a islamistas enfurecerse por tiras cómicas supuestamente irrespetuosas, pero que funcionarios de la ONU hagan lo mismo, eso es más grave” [3].

Palmor se refiere a las tiras cómicas del profeta Mahoma publicadas en 2005 por el periódico derechista danés “Jyllands-Posten”, que crearon una enorme controversia acerca de la delgada línea entre el incitamiento al odio y la libertad de expresión. Las tiras, como era de esperar, causaron revuelo en el mundo musulmán: no en vano se habían hecho con el propósito explícito de ofender a los musulmanes daneses, para probar que el periódico no le temía a hacerlo. Su objetivo no giraba principalmente en torno a la libertad de expresión o la tolerancia religiosa: el periódico había rechazado previamente tiras cómicas que ridiculizaban a Jesucristo. Las tiras cómicas sobre el profeta Mahoma formaban parte de la fuerte campaña pro-Israel, pro-guerras norteamericanas y anti-inmigración (en especial anti-árabe) del periódico Jyllands-Posten. La fachada de “tolerancia religiosa” y “libertad de expresión” apenas ocultaba la intolerancia y la naturaleza provocadora de semejante decisión editorial.

Abundan hipocresías parecidas en relación a Israel. Aquí también se emplea la intolerancia para justificar la brutalidad. Todo vale cuando se trata de denigrar a los palestinos en Israel. Tomemos un par de ejemplos de los múltiples posibles, como las populares tiras (monótonas, predecibles y extremadamente racistas) de “Ahmed y Salim” [4]. El Jerusalem Post, otro periódico israelí “respetable y moderado”, publicó una tira cómica que se reía del asesinato de más de 400 niños palestinos en Gaza durante la Operación Plomo Fundido, una atrocidad que ellos denominaron como “El Sistema de Defensa Antiaéreo de Hamas” [5]. Este es un ejemplo refinado del sentido del humor sionista. Dichas viñetas israelíes expresan el racismo de los poderosos, que sienten que tienen el derecho de imprimir y de decir lo que les dé la gana sobre quienes ellos bombardean y despojan, con la excusa de la “libertad de expresión”.

Aún se puede decir más, y es que dicha libertad de expresión es sólo para ellos. Israel se indigna si alguien se indigna por sus críticas y también cuando alguien critica a Israel. En ese caso la libertad de expresión no existe, en vez de ello, toda crítica es calificada de antisemita. Los defensores de Israel se enzarzan en un agotador proceso de acusar, perseguir y acosar a artistas, periodistas, historiadores… tildándolos de antisemitas si critican las atrocidades de Israel contra los palestinos. Se acusa recurrentemente a humoristas como Latuff de “antisemitas” y de “odiar a los judíos” por atreverse a comparar el ghetto de Varsovia con Gaza. Se despoja al antisemitismo de su significado real cuando se emplea para evitar el debate y la crítica.

De modo que ¿quién traza la línea de lo que permite o no la libertad de expresión? O, mejor dicho ¿quién está sujeto a sus leyes? Por lo que parece, hay una vara de medir cuando se trata de la libertad de expresión de Israel y otra cuando se trata del resto del mundo. ¿Los israelíes pueden expresar cualquier opinión sobre los demás, sin importar el odio que destile, pero ellos son intocables?

Las viñetas políticas van más allá de un mero asunto de “libertad de expresión”. Tratar el tema solo desde este punto de vista elude un debate sobre el legado del colonialismo y de un orden imperial injusto en el mundo de hoy, un mundo en el que algunos se sienten autorizados, mediante estas “inocentes” viñetas, a justificar la violencia de dicho orden. Un “inocente dibujo” puede ser más efectivo para expandir la intolerancia que un discurso. La indignación de Israel por la reacción de la UNESCO a las tiras cómicas de Ha’aretz es exactamente la indignación del intolerante que ha sido pillado en falta y dice que se trataba sólo de una broma, para acusar luego a sus críticos de no tener sentido del humor.

Dicha indignación se expresa tanto cuando Israel puede reírse de todo y cuando sus críticos no pueden decir nada. En cuanto a las viñetas de Ha’aretz, digamos que son un poderoso recordatorio de lo peligroso que puede ser el Estado de Israel para los pueblos del mundo. Moshe Dayan, el general israelí, dijo en una ocasión “Israel debe ser como un perro loco, demasiado peligroso para que nadie le moleste” [6]. En eso, el Estado de Israel ha probado tener éxito.

José Antonio Gutiérrez D.
David Landy


14 de Noviembre de 2011
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[1] http://www.haaretz.com/print-edition/news/unesco-files-...94889
[2] Un ejemplo de muchos que se podrían poner: http://elderofziyon.blogspot.com/2011/11/unesco-complai....html
[3] http://www.miamiherald.com/2011/11/11/2497080/unesco-re....html
[4] http://www.ahmedandsalim.com/
[5] Como se informaba en el portal http://jewssansfrontieres.blogspot.com/2009/01/evolutio....html
[6] http://www.guardian.co.uk/world/2003/sep/21/israelandth...racts

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