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Entrevista realizada por el FEL Argentina al FEL de Chile

category bolivia / peru / ecuador / chile | movimiento anarquista | entrevista author Monday August 22, 2011 08:13author by FEL-Argentina Report this post to the editors

Desde Mayo, en la región chilena se han desatado una vez más fuertes movilizaciones desde el sector estudiantil en defensa de la educación pública, desmantelada sistemáticamente por las políticas neoliberales impuestas por la dictadura de Augusto Pinochet y los gobiernos de “transición a la democracia” de la Concertación (frente que agrupa al Partido Socialista, el Partido Por la Democracia, la Democracia Cristiana, el Partido Radical Social-Demócrata), continuadores de las políticas privatistas en la educación, de la flexibilización laboral y de la represión sistemática a las protestas del pueblo trabajador chileno, que se llevó la vida de compañeros y compañeras luchadoras desde los primeros años de gobierno (basta recordar los nombres de Claudia López, Álex Lemún, Daniel Menco, Matías Catrileo, Rodrigo Cisternas, entre muchos otros). Dichos gobiernos y dichas políticas fueron enfrentadas ya en el pasado por un movimiento estudiantil que no solo supo ponerse de pie luego de las traiciones del bloque gobernante y sus falsas promesas, sino que en el 2006 marcaron un punto de inflexión en la historia de las protestas del campo social, marcando una apertura, como demostraron las posteriores huelgas mineras, forestales y pesqueras.
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Hoy el escenario es claramente distinto. Con la derecha golpista nuevamente en el poder tras el agotamiento del discurso de la Concertación, el movimiento estudiantil se enfrenta, por un lado, a un discurso y a una política explícitamente privatista y, por el otro, a la tarea de salir a luchar por sus reivindicaciones históricas: la des-municipalización de la educación secundaria, el mejoramiento de la triste situación edilicia, la revisión de la Jornada Escolar Completa; el enfrentamiento a los elevados aranceles de la educación superior (cuyos niveles más bajos son prácticamente equivalentes al valor del sueldo mínimo), el bajísimo aporte estatal a ésta y los descarnados créditos con los cuales la mayoría de la población accede a ésta; entre otras. Sin embargo, también es distinto el escenario en otro aspecto: este año, las reivindicaciones han logrado sacar a la calle a un número de estudiantes y trabajadores que no se veían desde las movilizaciones secundarias del 86-87, logrando una histórica marcha de 200.000 personas solo en la capital que logró, junto con el resto de las marchas, conquistar nuevamente el derecho de marchar por la avenida principal del centro de Santiago –la Alameda.

La siguiente es una entrevista a una organización hermana, el Frente de Estudiantes Libertarios (Chile). Al momento de realizarla, varios de los hechos que hoy determinan el futuro de las movilizaciones no habían sucedido aún. En este sentido, la lectura de esta entrevista debe hacerse con ese recaudo, y teniendo en consideración que desde la entrevista hasta la fecha se concretó un cambio en el gabinete de Sebastián Piñera (o, más bien, un enroque, ya que los ocho cambios fueron prácticamente una rotación entre ministerios) y que la represión ha iniciado una escalada cuya crudeza fue demostrada sobradamente en la jornada del 4 de Agosto, que sumó más de 500 detenidos (que se tomaron tanto desde la calle como desde los colectivos y el subte) y terminó con una noche inundada de cacerolazos como respuesta de la población a la brutalidad de la policía y de la política del Ministerio del Interior.

Desde ya que como Frente de Estudiantil Libertarios (Argentina) nos solidarizamos con la formidable y necesaria lucha que están dando nuestros compañeros al otro lado de la cordillera. Vemos en las movilizaciones en curso una gran potencialidad, no solo por la cantidad de personas que han estado dando la pelea más de dos meses este año, sino también por la vasta experiencia acumulada en las anteriores luchas que lleva a los sectores más avanzados del movimiento a buscar la unidad con los trabajadores del cobre a través de la reivindicación de Re-nacionalización del cobre para financiar la educación pública.



FeL-Arg.: Bueno, primero, tratar de hacer una introducción al panorama de las movilizaciones, más o menos que sirva para manejar fechas, sectores que están actuando y más menos contar cuáles son los órganos de coordinación que existen, a través de qué organismos está pasando la organización de las movilizaciones.

FeL-Chile:
Bueno, en torno a fechas, podría decir que las movilizaciones este año partieron bastante tarde con respecto a lo que estábamos acostumbrados: fueron comenzando por el mes de Mayo. En ese sentido se demoraron un poco en alcanzar el techo de masividad que se consiguió en el último mes, con las manifestaciones ya de cien mil, doscientas mil personas. En torno a los sectores principales, comenzó fuertemente con los universitarios tradicionales, con una pequeña pero creciente presencia de sectores no tradicionales, que son privadas nuevas; y ya para la primera gran marcha entraron con fuerza los secundarios, y se han mantenido alrededor de un mes y un poco más movilizándose por sus propias demandas, pero, digamos, siempre la movilización es conjunta. La organización principal que está como coordinando todo el tema tanto las reivindicaciones como de los tiempos políticos es la ConfECh, la Confederación de Estudiantes de Chile, que agrupa a las federaciones de todas las universidades tradicionales, que son las creadas antes del año 81; y agrupa a universidades estatales (o, digamos, formalmente estatales) y privadas antiguas. Estas son las universidades que tienen mayor poder de convocatoria, una tradición de participación política y federaciones estudiantiles, digamos, “históricas”. En cuanto a grupos políticos, la hegemonía es la misma de siempre, o sea, numéricamente las Juventudes Comunistas son el grupo por lejos más posicionado, tanto en número de militantes como en número de dirigencias que ocupan, pero por primera vez en mucho tiempo su poder hegemónico no es tan grande, no tanto por la presencia de federaciones de derecha -porque solo hay una -o de federaciones de la Concertación, que es el centro, sino más bien por la presencia amplia de muchos sectores de izquierda formalmente revolucionaria, que tienen pequeños puestos, digamos, una federación, dos federaciones, puestos en los plenos de federación, que refrenan un poco esta presencia hegemónica de la Juventudes Comunistas (JJCC). Ahora, hay que entender que justamente el hecho de que estas movilizaciones sean tan masivas también limita en gran medida la posibilidad que tenía cualquier grupo político de poder actuar sin responderle a las bases.

FeL-Arg.: Claro. Me sorprendió mucho, por ejemplo, en la marcha del jueves ver a muchos partidos que antes no salían a la calle ni para celebrar, digamos. ¿Cuál es la política que están llevando a cabo el PC y la Concertación, y cómo se traduce eso en las federaciones o en las organizaciones de los estudiantes?

FeL-Chile:
En general ninguna organización de izquierda tiene línea adecuada para el minuto. Estamos todos tratando de adecuarnos a esta explosión de manifestación que nadie se esperaba. La Juventud Comunista, en ese sentido, ha tratado de impulsar, o más bien, se ha visto enfrentada a impulsar en cierta medida nuestras políticas, digamos, porque coinciden; nosotros tuvimos una gran incidencia en que se adoptaran, pero tampoco nosotroshemos sido capaces como FeL de impulsar nuestras políticas de manera pura, no tenemos esa capacidad. En este instante están con el tema de llamar a un plebiscito nacional y avanzar hacia una Asamblea Constituyente, que son las posiciones que ha tenido el Partido Comunista, no la Juventud, es decir, la han estado bajando debido a este callejón sin salida en el que nos encontramos actualmente, en el sentido de que no es actualmente un proceso de movilizaciones que viéramos que está iniciándose recién. Y, bueno, la Concertación es casi un factor inexistente, a excepción del presidente de la Federación de la Universidad Católica, que de todas maneras es muy cuestionado dentro de la ConfECh por la gente de izquierda, ya que esa universidad se movilizó en un grado mucho menor a todas las demás de Chile, y es un lugar donde nosotros tenemos una presencia bastante buena y hemos estado presionando desde la izquierda a la federación. El asunto es que, aparte de este dirigente que es de la segunda universidad más importante (o la primera), no tienen mucho, y son el vagón de cola de la Jota [JJCC], a fin de cuentas. El resto de la izquierda ha dado bote y ahora está actuando más en bloque, pero -como dije -son muchos, muchos grupos de descolgados. Francamente después de la Juventud Comunista, vendría algo así como la izquierda autónoma y el FeL, nosotros, teniendo alrededor de doscientos y tantos militantes.

FeL-Arg.: Claro, y eso que, dentro de todo, no son un grupo tan numeroso como la Jota. Ustedes sacaron como FeL un material hace un tiempo que hacía un llamado a la izquierda revolucionaria a sentar la unidad de los estudiantes, que es bastante necesaria. Esta crítica y este llamado a la unidad, supongo, se origina a partir de una mala práctica, bastante típica de la izquierda trotskista acá en Chile sobre todo, de división, ¿no?

FeL-Chile:
Lo que pasa es que ahí tenemos varias cosas. Históricamente, digamos, desde el año ’73 en adelante, la izquierda de intención revolucionaria ha tendido a hacer política satélite de una simple oposición a todo lo que diga el Partido Comunista. También porque hemos sido pocos y también, bueno, por una simple incapacidad propia de poder realizar política de verdad, pero también por una política, digamos, ombliguista y sectaria. La izquierda chilena es muy sectaria. Entonces, ahí, como siempre, la práctica chilena del trotskismo ha sido siempre sectaria y ha sido siempre de grupos pequeños que se quiebran. No es ninguna sorpresa que tengan ese comportamiento, sobre todo de parte del grupo más grande que es el Partido de los Trabajadores Revolucionarios – Clase contra Clase. Pero tiene que ver también con gente que viene descolgada de los grupos rodriguistas, que son grupos insurreccionales que provienen de la lucha contra la dictadura. Hay dos MIR distintos, y hay mucha gente inorgánica de izquierda que, en el fondo, debido a esta hegemonía del Partido Comunista (porque el Partido Comunista les gana las direcciones) apostaban a un quiebre de la ConfECh y a crear organismos paralelos sin ninguna representatividad, sin ninguna posibilidad de marcar tiempos políticos, sin ninguna discusión política real, entonces en el fondo era buscar crédito político usando a los estudiantes como carne de cañón. Nosotros pusimos un alto a eso, digamos, y hemos estado ya en conversaciones con esos grupos y, si bien no son nuestros aliados estratégicos, sí coyunturalmente estamos trabajando con ellos, aunque en bastantes lugares y, al menos también a nivel general, mantenemos una relación de férrea oposición, pero también de buenas relaciones con las Juventudes Comunistas.

FeL-Arg.: Claro. El petitorio nacional: entiendo yo que, sobre todo con esta cuestión de que las universidades privadas están entrando, y, bueno, también por conversaciones informales, hay muchas universidades privadas que se están movilizando más que nada por un petitorio interno. ¿Cómo es este juego entre el petitorio interno y el grado de adhesión que se tiene respecto al petitorio nacional?

FeL-Chile:
En general yo tengo la impresión de que los estudiantes de universidades privadas que van a marchar, van a marchar por el petitorio ConfECh, pero también por esta necesidad de participación, de que el estudiante de la universidad privada se está dando cuenta de que es estudiante y no es cliente. El problema es que hay muchas universidades en las que está prohibida la organización estudiantil, en muchas universidades no existe la discusión política, entonces yo no sé si el análisis que ellos hacen es tan avanzado, creo que es algo mucho más en pañales, creo que la gente de las universidades privadas está empezando a organizarse ya de manera más estable, fundando federaciones, fundando centros de alumnos o democratizando las federaciones que habían levantado las rectorías para poder acreditarse. En ese sentido, tengo la impresión de que a nivel general no hay demasiadas contradicciones, ya que a comienzos de año, en las primeras movilizaciones, se superó esta reivindicación que tenían las Juventudes Comunistas y la Concertación, que era la del sentido público: que había universidades privadas que tenían sentido público y que entonces merecían recursos estatales. Eso, digamos, fracasó, y, entonces, si tú ves el petitorio nacional, en general tiene un vacío más o menos considerable en torno a las reivindicaciones hacia el sector privado, pero yo creo que eso no ha generado resquemores en los estudiantes que están movilizando esas casas de estudio y, es más, ellos están aprovechando este embrión para perfeccionar su propia organización. Y además, bueno, porque está el tema del lucro, que es algo que los toca directamente.

FeL-Arg.: Sí, eso pasa también, creo yo, porque hay un montón de universidades privadas a las que, de hecho, caen parte de los sectores bajos que no acceden a las universidades tradicionales. No digo que sean todas, por supuesto, pero hay un par, por una cuestión de facilidades que dan para becas, para que ingresen mejores puntajes PSU, todo eso. Como que captan un poco a sectores que no están en el sistema de universidades tradicionales.

FeL-Chile:
Claro, lo que pasa es que ahí hay dos cosas: hay un núcleo duro de universidades privadas que son de élite económica, que dan muchas facilidades para que gente de las clases más bajas puedan entrar con beca, como parte de su proyecto de formación ideológica, también; y que, digamos, esas son las universidades que tienen más presupuesto, que cobran aranceles más altos, pero que también dan al interior de las universidades privadas muchas facilidades de pago, entonces tienen mucha entrada a crédito de bancos y también las acreditadas pueden postular a créditos con aval del Estado; pero yo no diría que son las universidades privadas las que concentran a los estudiantes de los estratos más bajos, sino que son los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales, que son, además, los que están menos acreditados, es decir, que en estricto rigor no tendrían mejor calidad, sino que, al contrario, serían los más precarios, los con créditos más altos y donde es legal el lucro, a diferencia de las universidades, donde está prohibido.

FeL-Arg.: Y la gente de Institutos Profesionales e Institutos Técnicos, ¿está movilizándose?

FeL-Chile:
Muy poco, pero está saliendo. Sobre todo se ha visto gente de los más grandes, del DUOC y del INACAP. Lento, lento pero están. Han sido universidades privadas no tradicionales las que se han empezado a mover, yo creo por el asunto de que indirectamente igual tienen, por un asunto de carreras, más relación con lo que es la discusión política y tienen incluso más libertad en general, excepto universidades como la Gabriela Mistral, que son como corporativistas. El tema de los Institutos Profesionales está muy cortado por el asunto de las matrículas, de que el reglamento es muy duro, muy represivo, de que son gente de estratos muy bajos, entonces no pueden darse el lujo de perder el año y de que tienen que matricularse todos los años, por lo tanto los pueden sacar del sistema, simplemente.

FeL-Arg.: Hay una reivindicación que no sé si está circulando a nivel ConfECh o si es una cuestión que levantan ciertos sectores, que es la re-nacionalización del cobre. ¿Qué tanto eco hace esa reivindicación en los estudiantes en general?

FeL-Chile:
En los estudiantes en general está avanzando, en el sentido de que hace ruido en mucha gente la poca utilización que hace Chile del cobre hacia sí mismo, y también se ha podido ver eso hasta en Calama. En la ciudad de Calama, donde está Chuquicamata, hubo una huelga general hace un par de semanas, justamente por el abandono y por la falta de relación que tiene la ciudad misma con los recursos que genera la minería del cobre; no les llegan, les llegan al gobierno central, entonces está como muy dejada de lado. Ahora, es un tema que efectivamente es complejo, o sea, es una reivindicación que está muy ligada a la izquierda, pero que ha logrado avanzar y que ha sido un punto de apoyo a la puesta en duda del sistema. Ahora, hay que entender que tampoco es algo que en general se abogue por lograr en esta movilización. La ConfECh tiene como punto principal y como punto inmediato los pisos mínimos, que tienen que ver con otras cosas; que son, digamos, la salida que se le estaba dando al gobierno: cincuenta por ciento de aportes basales a todas las universidades estatales, fondos de revitalización para todas las universidades estatales, la eliminación del crédito con aval del Estado y la expansión del Fondo Solidario –que tiene mucho menos interés –y la eliminación del decreto con fuerza de ley número dos, que prohíbe la organización estudiantil en muchas universidades privadas y que, además, prohíbe la participación de los estudiantes en los organismos colegiados, es decir, prohíbe el cogobierno y la participación estudiantil; entre otros puntos, pero esos son los más centrales.

FeL-Arg.: En el marco esta reivindicación de la re-nacionalización del cobre y las huelgas mineras que ha habido, ¿en qué medida se ha coordinado con ellos o en qué medida se siente la necesidad, por el techo que está alcanzando o que ya alcanzó la movilización estudiantil, de la unidad con la clase trabajadora?

FeL-Chile:
El tema de la unidad con otros sectores siempre ha sido un elemento central en lo que ha sido la política del FeL. Ahora, la clase trabajadora en general está muy atrasada en lo que es su propia organicidad, entonces esta unidad, si no es en la lucha, en general pasa a ser siempre entre las distintas dirigencias, por el propio estadio de atraso que tenemos en el país en cuanto a la organización sindical. En ese sentido, claro, las relaciones que se tenían, por ejemplo, con el Sindicato de Contratistas de la mina El Teniente de Codelco, que es la cuprífera estatal, era con el SITECO, un sindicato que se reconoce a sí mismo como mucho más izquierdista que el resto, pero que es uno de los menos representativos de los trabajadores de esa mina; que fue muy representativo, pero que su dirigente principal, Jorge Peña, yo creo, se tendenció demasiado hacia la izquierda y tuvo un desligamiento con alguna masa de afiliados, entonces actualmente no es tan representativo como podría ser. Entonces ahí entra la duda de si son las bases sindicales las que están pidiendo este tema o si es la dirigencia no más, y es algo que también ha pasado mucho y que sobre todo le pasa al trotskismo.

FeL-Arg.: Sí, suele pasarle, de hecho, que usan los espacios como patio trasero.

FeL-Chile:
Claro. Hace muy poco, la semana pasada, hubo un paro de Codelco, el primer paro en décadas, de los trabajadores directos, no subcontratistas, y justamente por el tema que existe de la privatización de la empresa. Entonces yo creo que está empezando algo; no es que hay que emocionarse y creerse que estamos tomando atajos ni nada por el estilo.

FeL-Arg.: También, respecto a lo mismo de los trabajadores, justamente en la marcha del jueves había un par de sindicatos, o varios, sobre todo lo que es el Colegio de Profesores, que está directamente relacionado con el Partido Comunista. Esta presencia en general de sindicatos que se ve, capaz de forma incipiente o capaz para los paros nacionales solamente, ¿qué tan relacionada está con la Concertación y con el Partido Comunista?

FeL-Chile:
En general los organismos más grandes a nivel sindical son del Partido Comunista. La Confederación de Trabajadores del Cobre, que es la organización que agrupa a los trabajadores contratistas del cobre (de Codelco, digamos, no de las privadas), tiene dirigencia comunista y asimismo el Colegio de Profesores, entonces está el problema de que también la relación que se da entre la ConfECh y el Colegio de Profesores es cupular, tiene que ver con las dirigencias, y las políticas que el Colegio de Profesores implementa son las de su dirigencia; y ese organismo gremial, sindical, siempre ha tenido un problema de democracia interna bastante considerable. Lo que nosotros hemos estado intentando apostar ahora, porque se está dando ahora la política del acuerdo social entre sectores sociales populares en contra de este proyecto educativo del gobierno, es hacerlo por la base, con los profesores de los establecimientos, con los funcionarios de los establecimientos y haciendo un bypass a Jaime Gajardo[1] y el resto de las dirigencias del Colegio de Profesores. Ahora, claro, a estas movilizaciones van varias organizaciones: está la ANEF[2] también, que es oposición dentro de la CUT[3] a Arturo Martínez, pero que ha comenzado a girar hacia no tanto tiempo; digamos que siempre ha sido de los sectores más movilizados, pero también si tú ves bien, han sido los dirigentes los que van a las marchas, los que tienen fuero, dirigentes nacionales, y no hay un paro de la ANEF, que la ANEF pare y saque a toda su masa de afiliados; pero yo creo que son pequeñas señales de que algo está pasando, que no hay que minimizarlas del todo, porque es algo que hace diez años no pasaba. Hace cinco años pasaba muy poco, y ahora están pasando. En ese sentido, puede ser que en torno al tema de capacidad de movilización los estudiantes sean algo así como un elemento sustituto de los trabajadores por el nivel de retrase que existe, pero es incipiente, está avanzando. Está avanzando bien, nosotros le estamos poniendo energía, pero no estamos ad portas de la conquista del Palacio de Invierno.

FeL-Arg.: En general, la organización con secundarios, ¿qué tan avanzada es? Porque tu al principio mencionabas que las reivindicaciones son distintas, obviamente, por la especificidad que tiene cada nivel de la educación y que, sin embargo, están marchando juntos. ¿Cuál es el grado de coordinación que existe con los secundarios? Y más menos si puedes contar cuáles son las organizaciones a través de las cuales se están organizando los secundarios.

FeL-Chile:
Bueno, a diferencia de los estudiantes universitarios tradicionales, los secundarios no tienen una organización nacional y, de hecho, muchas veces no tienen ni siquiera una organización regional única. En Santiago tampoco hay una federación metropolitana. Hay una que se llama FeMES, que es la Federación Metropolitana de Estudiantes Secundarios, pero no es la única organización. Eso se terminó en Santiago, por ejemplo, cuando se cayó la FESeS en los noventa, lo cual fue reconocido como una política errónea a posteriori por los sectores de intención revolucionaria, porque por eso mismo, por la incapacidad que tuvimos de ganarle al Partido Comunista, o de enfrentarlo políticamente, nos llevó a quebrar la organización social y a nunca más ser capaces de tener una organización unitaria en el sector secundario. A nivel nacional están la ACES (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios) y la CONES (confederación o coordinación nacional). En general tienen varias organizaciones, pero están teniendo menos contradicciones en cuanto a cuándo bajar la movilización y hasta qué luchar que en años anteriores, aunque les sigue pesando no tener una sola organización de masas.

A nivel de coordinación, los paros nacionales son conjuntos y se exige por ambas partes que en las instancias de reunión, de coordinación y de negociación o de lo que sea, sea con todos los sectores, que no sea sectorial. Eso está instalado tanto en los estudiantes universitarios como en los secundarios.

FeL-Arg.: Por esta multiplicidad de organizaciones que hay en los secundarios, el gobierno en general o las personas que se están sentando a negociar, digamos más bien municipios en algunos lugares, mismo por el tema de la municipalización de la educación secundaria, ¿a qué interlocutores están reconociendo como válidos?

FeL-Chile:
Van, tengo la impresión, todos los grupos; es que no son tantos a nivel nacional. Está la ACES, está la CONES, que son como los principales, y se habla con ambas. Ahora, en general, el interlocutor nacional es el Ministerio de Educación, en el sentido de que las reivindicaciones no son tanto por presupuesto o, digamos, una pelea que se podría dar contra una municipalidad, sino que son por asuntos que requieren reformas, incluso algunas de ley, por lo que el interlocutor estaba siendo el Ministerio de Educación. Ahora, esto cambió hace un par de semanas, cuando el presidente Piñera dio una cadena nacional y se transformó él en el interlocutor en vez del ministro de educación, que estaba bajando muchísimo en las encuestas y estaba siendo la figura principal de este conflicto. Pero el presidente Piñera apareció en la tele hablando, tomando responsabilidad de todo lo que estaba sucediendo, pero desviando del asunto al Congreso; entonces él también aparece y desaparece automáticamente.

FeL-Arg.: Claro, aparece, digamos, para tirar el problema para otro lado.

FeL-Chile:
Exactamente. En general el gobierno se ve forzado a reconocer a los representantes que los estudiantes movilizados le lleven. El Ministerio de Educación intentó negociar, intento tener contactos con organizaciones de representación de universidades privadas, con federaciones de derecha, muy poco representativas, muy chicas, y eso fracasó. Que era… Educación en Acción. De hecho, varias de esas federaciones, como la de la Universidad Andrés Bello, fueron atacadas posteriormente por los centros de alumnos que ellas representaban, porque esta participación y esta negociación nunca fueron aprobadas; y ahí esperamos que se estén dando ya procesos de democratización de esas estructuras de representación. Tengo la impresión de que eso está sucediendo.

FeL-Arg.: Esto capaz tiene que ver con la historia que tiene el movimiento estudiantil, pues la mayoría de las reivindicaciones capaz son históricas. Ya desde los ochenta, desde las movilizaciones secundarias del ’86, se arrastran parte de estas cuestiones: el fin a la municipalización, todo eso. Después viene el Mochilazo, después el 2006, el resurgir muy grande. De hecho, las movilizaciones de este año se han llegado a comparar en cuanto a número de personas movilizadas con la de finales de los ochenta. Respecto a la comparación con la experiencia más grande y más cercana, que es el 2006, ¿cómo ven ustedes, a nivel por ejemplo del apoyo que han tenido las movilizaciones por parte de otros sectores que no son estudiantiles? Y también, ¿ha habido o no una toma de lecciones con respecto a otras movilizaciones anteriores? Por ejemplo el 2006, que fue una especie de fracaso casi rotundo: el sentarse a negociar para sacar una ley que después terminó siendo igual a la Ley Orgánica Constitucional de la Educación, pero con un par de cosas maquilladas.

FeL-Chile:
Bueno, yo creo que hay una gran diferencia entre lo que fue el 2006 y lo que es ahora. En primer lugar, tiene que ver con el movimiento universitario, que fue el que comenzó este año como fuerza, y con que el 2005 había tenido una horrorosa derrota como movimiento tradicional de estudiantes de la educación superior por haber justamente firmado su capitulación en el acuerdo ConfECh-MinEduc [Ministerio de Educación] de ese año, que creaba el Crédito con Aval del Estado, crédito que significó una catástrofe para todos los estudiantes que se financiaran de esa manera, con intereses de más del 6%. Creo que ahora va por el 5,8%, pero sigue siendo una cosa horrorosa. En ese sentido, después del 2006 para adelante y hasta este año, vimos casi la desaparición de las organizaciones de representación formales del movimiento estudiantil. La ConfECh se vio muy debilitada, muchas federaciones bajaron su quórum de votación, e increíblemente la participación bajó muchísimo y, claro, las movilizaciones eran llamadas por otros organismos, organismos informales que eran levantados por grupos políticos que ganaban rápidamente mucha representación; la política dejó de ser esa gran política, comenzó a ser local, muchos colectivos, muy poco partido tradicional. Eso comenzó a cambiar ya desde el año pasado, cuando nosotros comenzamos a identificar como FeL que el reflujo estaba terminando. Hoy día podemos decir que ya no hay reflujo, que comenzó ya esta escalada a nivel también de las reivindicaciones. El hecho de que haya un marco reivindicativo que no sea solamente coyuntural, sino que tenga bases sólidas para seguir siendo el mismo el próximo año, con objetivos estratégicos ya claros, que se haya logrado mantener la unidad. Que la Juventud Comunista tenga mayoría numérica, pero no mayoría hegemónica políticamente. Todo ese tipo de cosas, esta discusión ya que se está planteando de la inclusión de las nuevas federaciones en lo que es la estructura de la ConfECh también son índices que indican que se aprendieron las lecciones, o sea, las marchas de doscientas mil personas efectivamente no se veían desde la campaña del plebiscito del No. Y que vienen a marcar también –esto a título personal –que terminó este espíritu de los ’90, que era el espíritu de la transición. Y, bueno, no es casualidad que sea justamente el sector estudiantil el que haga esto, porque es el que no vivió la dictadura y el que no se siente tan comprometido con los pactos que se realizaron para llevar a cabo la transición. Entonces eso marca un cambio rotundo en lo que era cómo se estaban llevando a cabo las movilizaciones y cómo era el comportamiento del movimiento popular. A nivel secundario, si bien ya no son grandes asambleas como las que se vio el 2006, yo creo que se avanzó, y se avanzó en organicidad, se avanzó en cómo llevar las discusiones. Hay muchas cosas que arreglar, por supuesto, todo este tema de la organización de masas única y etcétera, pero el nivel de compromiso que se ha tenido este año ha sido gigantesco. Sobre todo pensando en que no han parado las movilizaciones; estuvo la Copa América, se decretaron vacaciones antes de tiempo, ha habido muchísimos desalojos y tampoco ha habido paros nacionales tan seguido. De hecho, es casi un milagro de combatividad el hecho de que haya paros nacionales cada dos semanas y estén saliendo todas las semanas más de cien mil personas. O sea, hay dos semanas que son una pausa casi en cómo se siente el conflicto en la calle, y, a pesar de eso, sigue saliendo la gente.

FeL-Arg.: En relación a las movilizaciones en general, la respuesta del gobierno y cómo ha sido históricamente en Chile la cuestión de la represión a la movilización callejera: tengo entendido que por primera vez me parece que desde 2006 que se puede marchar por la Alameda[4] y que se puede, digamos, por una cuestión de correlación de fuerzas creada en la lucha. En movilizaciones pasadas, 2008 o 2006, reprimían muy fácilmente y lograban dispersar las marchas. Este año las marchas en su mayoría, tengo entendido, se han desarrollado por la Alameda, pasando por La Moneda y culminando, como siempre, con represión. La respuesta del gobierno en general, a nivel discursivo, a nivel de aparato represivo, a nivel de políticas, ¿cuál ha sido?

FeL-Chile:
Al comienzo, el ministro Lavín[5] centró su discurso en la violencia: en la violencia de la movilización, en la violencia de las tomas, en la violencia de los destrozos, de posibles saqueos, de la destrucción del orden público, en el sentido no de quemar la ciudad, sino del desorden en sí, el que no sucediera lo que estaba planificado que debía suceder; el que se cortara el tránsito con una movilización, criminalizando de una manera muy fuerte a todo el movimiento en general. Eso se vio forzado a cambiar luego de la primera movilización que alcanzó el techo de las cien mil personas; y se vio forzado a hacerlo por la fuerza que juntó el movimiento. Efectivamente yo creo que desde el suceso de la molotov al baño del subsecretario del interior[6] que estaban prohibidas, casi por ley tengo entendido, las marchas por la Alameda y acercarse a La Moneda haciendo algún tipo de manifestación. En ese sentido, las medidas de seguridad que existen en el centro de Santiago son muy grandes, con mucho carabinero, con muchas fuerzas especiales, con francotiradores, con helicópteros, con policías de civil, carabineros e investigaciones. Pero ha habido un cambio muy grande de cómo era la represión en los gobiernos de la Concertación con respecto a la represión de ahora. Durante los gobiernos de la Concertación, hasta el gobierno de Bachelet, la táctica de carabineros era utilizar gases, utilizar agua, pero sobre todo tomar muchos detenidos y lanzar piquetes de carabineros a la pelea, a la pelea directa, a lumazos, a quebrar las movilizaciones a golpes. Hay incluso imágenes de carabineros disparando al aire en movilizaciones estudiantiles; balas, digamos, como munición de combate, no balas de goma, ni balines: balas, balas que matan, en cualquier lugar del cuerpo. Ahora, sí, hay mucha más presencia de inteligencia, hay mucha más presencia de infiltrados, hubo muchísimos desalojos de colegios en los primeros tiempos; como mencioné antes, alargaron las vacaciones y se ha acusado permanentemente de intransigencia, de sobreideologización, de estar siendo ocupados, manejados por grupos políticos oscuros, y ese ha sido el discurso permanente del gobierno para negarse a negociar, para negarse a ceder, para reprimir. Claro, y el cambio que ahora ha habido, que fue muy fuerte sobre todo en el 2006 cuando hubo conflictos muy grandes a nivel nacional, porque carabineros en esa represión horrorosa no solamente atacó estudiantes sino que además atacó a la prensa burguesa, y eso se defendió corporativamente: como le interesaba mostrar en ese minuto la represión, mostró; entonces, ahí fue el giro hacia el gas y el agua. Tú fuiste testigo de la cantidad de gas lacrimógeno que usaron en la última manifestación, y ese gas lacrimógeno no es el gas lacrimógeno que normalmente se usa en Europa, no es gas pimienta; es un lacrimógeno que es arma de guerra, está catalogado así por la Convención de Ginebra y prohibido, por supuesto. Entonces, claro, tú ves helicópteros, ves mucha caballería, ves carros blindados, pero, en general, ahora es mucho gas, mucha agua. Efectivamente esta manifestación fue la primera por la Alameda que estaba prohibida por la intendencia. Se marchó igual y se logró, efectivamente, se marchó hasta Los Héroes. Sin el permiso de nadie, digamos, y eso fue porque el movimiento social fue capaz de doblarle la mano a la intendencia. Pero, claro, al final siguió habiendo represión. No ha habido tantos detenidos: últimamente 60 o 70 por manifestación, en comparación con los 350 que habían en cada manifestación durante el gobierno de Bachelet.




[1] Presidente del Colegio de Profesores y militante del Partido Comunista.

[2] Asociación Nacional de Empleados Fiscales.

[3] Central Unitaria de Trabajadores. Arturo Martínez, su presidente, es militante del Partido Comunista.

[4] Avenida principal del centro de Santiago.

[5] Ex-ministro de educación; fue cambiado en el curso de las movilizaciones por el president Sebastián Piñera.

[6] El año 2006, durante la tradicional marcha del 11 de Septiembre, de entre la masa de gente fue lanzada una bomba molotov al palacio de gobierno.

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