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Anarquismo Comunista y dilema indio. Pasado, presente y futuro revolucionario.

category bolivia / peru / ecuador / chile | luchas indígenas | opinión / análisis author Thursday November 18, 2010 06:27author by Carlos Pazmiño - Hijos del Puebloauthor email hijosdelpuebloec at gmail dot com

Reflexión originalmente escrita para la revista vasca Ekintza Zuzena. (…) nos obligáis a adorar a vuestro dios y servir a vuestra patria, mitos ambos feroces y sanguinarios que no conocemos...; nosotros no tenemos más dios que el Sol y la Naturaleza, ni más patria que la tierra que pisamos (…) [Italiano]
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Anarquismo Comunista y dilema indio. Pasado, presente y futuro revolucionario.


El Anarquismo Comunista[1], teoría e ideología revolucionaria, producto histórico de la lucha de clases, como propuesta programática para alcanzar la Revolución Social habrá de comenzar a alimentarse –y lo ha hecho en el ayer- de diferentes expresiones que comulgan en fondo con su lineamiento. Vemos esta necesidad en nuestro contexto, desde el proceso de conformación de clases en nuestros países, en las luchas actuales, así como en la estrategia y táctica propia de una tendencia revolucionaria que debe extenderse hacia las masas.

A finales del siglo XIX y comienzos del XX, el Anarquismo llegaba a las costas de nuestros países; la bandera roja y negra se convertiría en la vanguardia y estandarte de los primeros sindicatos de la naciente clase obrera y otros sectores populares. En ese momento, los países del sur de América trataban de superar el feudalismo y el modelo colonial para ingresar en el Capitalismo. Pese a esto, el nuevo esquema importado desde occidente no habría de englobar la totalidad de la vida económica, dando como resultado la aparición y reaparición de sujetos de clase, caracterizados no solamente por recibir un salario u ocupar un puesto en el proceso de producción, sino también por su cultura, sexo, etnia, etc.

Las grandes migraciones del campo a la ciudad, la consecuente explotación y marginación, llevó a los anarquistas y anarco sindicalistas a empatar su pensamiento con el de los pueblos indígenas, venidos de las altas cordilleras, selvas y valles[2]. Es así, que el Anarquismo ingresa en un debate interno, se trata de superar la visión eurocéntrica para encontrase y reconocerse –a la vez que se asume- en un mundo mítico, combativo y revolucionario en potencia.

El debate se centraría en dos posiciones, una de tinte occidental, purista, teniendo como propuesta una educación positivista[3], y otra, que acercándose a los pueblos indígenas, lucha, organiza y trata de transformar en conjunto. Si bien la segunda posición representa una necesidad inminente para cualquier movimiento de cambio, varios de sus componentes caen en una idealización del mundo andino llamándolo Anarquía o Comunismo.

Los invasores destruyeron el Comunismo imperial incaico, para explotar a los indios en nombre de un amo; desolaron su civilización, en nombre de una fe mentida, más bien barbarie, demolieron sus monumentos para erigir iglesias a un dios malhechor; exterminaron, en fin, la raza[4].


No cabe duda que las condiciones de vida eran diferentes a las que se vivieron la colonia, en el paso de modo de producción o incluso en el presente. El hecho de que hayan sido diferentes, no exime a este periodo de la historia de una división social en castas[5], el levantamiento de un Imperio, de casos específicos de opresión, reducción, movilización forzada o imposición.

Llamar Anarquismo al sistema andino o Anarquía al conjunto de prácticas comunitarias de los indígenas, es reducir a nuestra tendencia a una incomprensión fatal de la historia, a la vez que terminaría en un plano total de usurpación simbólica y material[6].

Lo andino no es en sentido estricto una teoría o ideología de clase[7], por lo que no se acerca en estos términos al Anarquismo. Este mundo es reconocido por los anarquistas en muchos de sus planteamientos y prácticas concretas, ya ciertas expresiones económicas o en la relación ser humano-naturaleza.

El mundo andino tiene un clara visión anticapitalista[8] y por ende revolucionaria, es en esta gran forma en que la articulación con el Anarquismo Comunista es necesaria, pues de por si el pensamiento andino no ha podido desarrollar una teoría e ideología de cambio[9] que trascienda lo particular a lo general. Los levantamientos indígenas de los años noventa fueron muestra de que la iniciativa de los pueblos indígenas, no pueden quedarse en formas puramente economicistas o coyunturales. Así mismo, visibilizó que se necesita de una instancia política superior que impulse y gane espacio en conjunto, más no dirija en términos ortodoxos.

La idea de política o de ejercicio de esta, ha sido direccionada hacia la Democracia burguesa, hecho que ha ido destruyendo prácticas directas de representación y delegación desde lo comunitario. Ejemplo de esto, tenemos grandes formaciones indígenas organizadas, cooptadas y tuteladas bajo el Estado. En donde el papel de la política se reduce a tener un curul en la Asamblea o Parlamento, aprobaciones de leyes de reconocimiento público, más no una lucha plenamente anticapitalista y anti estatal.

El papel de los mitos como punto de resistencia a la colonización tiene gran importancia, pues se trata de una forma de insurgir no solo en símbolos, signos, o ritos, sino en la vida misma, brindando sentido a la existencia, elaborando un nosotros. El Anarquismo siempre ha huido al mito por considerarlo pernicioso no solo para la conciencia del ser humano, sino para la existencia en comunidad, el caso andino vuelca esta idea pues presenta un mito materializado en la vida cotidiana y en reciprocidad, no solo con los otros seres humanos, sino con todo lo que circunda. Así mismo, por el hecho de ser considerado como impuro o blasfemia por parte de la Iglesia judeo cristiana, trae un carga que opone resistencia.

(…) nos obligáis a adorar a vuestro dios y servir a vuestra patria, mitos ambos feroces y sanguinarios que no conocemos...; nosotros no tenemos más dios que el Sol y la Naturaleza, ni más patria que la tierra que pisamos (…)[10].

El fondo de la relación mítica del mundo andino, se cuestiona cuando este se convierte en otra forma para alienar a los pueblos, cuando se transforma en religión, y no transporta esa búsqueda del sentido a la tierra, a la vida, a la historia, al presente. La revitalización del mito indígena como forma de insurgencia simbólica, es parte del proceso del proceso que camina a la Revolución Social.

Los ejemplos Bolivia, Ecuador, Perú, México.

Parte de estas reflexiones buscan reencontrar en la historia al Anarquismo en el medio indígena. Los países citados en esta parte contienen pueblos indígenas, unos andinos otros no –como México-, siendo lo principal su visión parecida sobre la tierra, la relación ser humano-mundo, economía, etc. Estos pueblos, producto de la colonización y la posterior arremetida capitalista, han reaccionado en diferentes formas, ya sean organizadas o espontáneamente, con el fin no solo de mejorar condiciones emergentes y coyunturales sino de participar en el desarrollo de la lucha de clases[11], no como observadores, sino como actores de primera línea.

Bolivia.

Para 1908 en Bolivia se organiza bajo influencia anarquista la Federación Obrera Local de la Paz (FOI) y en 1912 la Federación Obrera Internacional (FOI)[12], su grueso estaba formado por un sin número de trabajadores, entre los que se incluía indígenas aymaras.

(…) los folistas se esmeraron también por incorporar en sus praxis y discursos un reconocimiento explícito de las contradicciones coloniales, además de que ellos, como mestizos, también sufrieron la discriminación y el desdén de la elites criollas. Es decir que, a pesar del origen occidental del anarquismo y su tenue actitud civilizadora hacia el mundo indio, los folistas, a diferencia de la izquierda marxista y racista, tuvieron la certeza de que el grupo social fundamental que debía ser tomado en cuenta para la emancipación social eran los indios [13].


Esta composición diversa, pero con un peso indiscutiblemente indígena habría de poner en tela de juicio, a palabras propias de los anarquistas bolivianos, aquella visión eurocéntrica del Anarquismo. Es así, que se produce una indigenización de la idea, configurando diferentes caracteres propios de la cultura andina, así como cuestiones de género implícitas –ver el caso de las cholas bolivianas[14].

Cholas, mujeres soldado, trabajadores manufactureros, comerciantes, contrabandistas, floristas, artesanos, verduleras, y otros componentes del pueblo trabajador se integran al sindicalismo anarquista, idea tan atractiva por el mismo hecho de identificarse con sus principios.

Varios militantes al interior de la FOI, como Luis Cusicanqui, expresarían y redactarían sus ideas en lengua materna para el pueblo indio. En una carta en 1931, Ismael Martí comunicaría a Max Nettlau, la pretensión de traducir obras anarquistas al quechua y aymara, pero el proyecto no fue concretado por el estallido de la guerra del Chaco[15].

También vale citar las palabras de los compañeros de la Organización Anarquista por la Revolución Social (OARS), ubicados en el Alto y la Paz, siendo muestra actual de cómo la organización específica anarquista debe buscar el puente entre el mundo andino y la forma política de la tendencia.

Sentimos la necesidad de ejercer desde la reciprocidad y complementariedad una fusión entre matices de nuestra organización con las formas organizativas y combativas del movimiento indígena. (…) Pensamos que nuestros planteamientos se complementan con la visión revolucionaria indianista y se oponen en criterios de forma y no de fondo. (…)Respetamos la cosmovisión y accionar de las diferentes comunidades indígenas siempre y cuando estas no se conviertan en renovadas formas de adormecer la lucha de los pueblos, convertidas en nuevos mecanismos de explotación y opresión. (…) Pensamos que nuestras ideas comulgan no solo en la visión organizativa sino específicamente con muchas de las formas de estrategia y resistencia que todavía buscan preservarse y ponerse en práctica. La estrategia rebelde comunitaria de los ayllus se basa en dos partes: la visible y la invisible. La visible que enfrenta al estado y a sus instituciones mediante la acción directa y la movilización y la otra invisible que se repliega según la situación a sus espacios autónomos para reforzar la práctica y socialización de sus principios y culturales, políticos y económicos, juntos pero dispersos. Esta forma de estrategia toma la forma de Katari (serpiente) que se mueve sigilosamente cuidando su tiempo y espacio.

Perú.

El Anarquismo en este país se encuentra –como en la mayoría de Sudamérica- desde finales del siglo XIX, y se materializa como tendencia de masas en la Federación Obrera Regional Peruana (FORP) en 1912, posteriormente, en 1923, los anarquistas se lanzan a crear la Federación Obrera Regional de Indios (FORI), siendo rápidamente reprimida[16].

El indigenado como sector social oprimido y relegado de la vida en sociedad, sería sujeto de grandes revueltas, muchas de ellas pagadas con sangre, en donde el Anarquismo vio la necesidad de vincularse, llegando a superar el discurso occidental, volcándose a una andinización y recreación propia, llegando a tener una conexión práctica e ideológica. Tanto Manuel Gonzales Prada, figura importantísima al interior del Anarquismo peruano, y los anarquistas vinculados alrededor del periódico La Protesta y la misma FORP no habrían de obviar el dilema del indio, elaborándose un debate interno que llevaría tiempo en madurar, encontrándose dos vertientes: una europea y otra más madura.

Si bien consideraban al indio un "paria", un explotado, e incluso, bajo la influencia de González Prada, reconocieron en el indio al verdadero peruano relegado, marginalizado, con quien se identificaban, su concepción estratégica acerca de la redención indígena quedó, muchas veces, rezagada detrás del diagnóstico de González Prada. Había anarquistas como Glicerio Tassara, para quienes la redención del indígena consistía en alfabetizarlos y asistirlos con agrónomos que les revelaran los procedimientos modernos para aumentar la productividad. Y es que entre los militantes anarquistas, la cultura y el racionalismo europeos eran considerados como la clave de la redención del indígena. La fe positivista en la Razón, la Ciencia, y la superioridad de la cultura europea, vinculada al profundo rechazo que sentían por la odiosa, aniquilosada y decadente oligarquía criolla, autoconsiderada como representante de la nacionalidad, crearon en ellos una actitud general de desprecio hacia lo peruano[17].

El surgimiento de la cuestión indígena llevaría finalmente a los anarquistas a reevaluar sus posturas eurocéntricas iniciales. Pero ello no se dio como el resultado teórico de sus debates ideológicos, sino como consecuencia de su aproximación a la realidad andina durante las convulsiones sociales que sacudieron al Perú en esos años y la praxis revolucionaria en la que los anarquistas se fueron involucrando
[18].

Los anarquistas en el proceso de organizar a las masas -muchas de estas con un gran peso indígena-, están incluidos en el momento histórico de desarrollo de la corriente indigenista en el Perú, es decir, los anarquistas no se abstraen a los procesos socio-políticos e intelectuales del país. Así mismo, la andinización del Anarquismo habría de influir directamente en las ideas de otros pensadores de la época.

El anarquismo andinizado, y su expresión práctica en el Comité Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo durante las grandes rebeliones indígenas de la década del '20, pueden considerarse como una de las fuentes inspiradoras de Mariátegui y Haya de la Torre en sus búsquedas de síntesis originales entre teorías revolucionarias, de origen europeo, y la realidad social y cultural del Perú e Indoamérica, pensadas desde ellas. La síntesis creada por Mariátegui entre marxismo e indigenismo, y el espíritu indigenista de los "7 ensayos", pueden ser considerados como una prolongación, más elaborada, brillante y con mayor solidez teórica, del viraje conceptual iniciado por los anarquistas [19].

Ecuador.

Triunfando la Revolución Liberal (1895) el leve proceso de modernización lleva a al país a dar un salto endeble en el campo económico, social y político. Las masas de la Sierra y otros sectores del país migran a la Costa y demás ciudades grandes del interior, con el fin de ingresar como mano de obra –no necesariamente asalariada- en los principales sectores productores de la época. Los anarquistas tendrían un papel importantísimo en la superación del Mutualismo y las Sociedades de Beneficencia, a una Sindicalismo clasista. Para 1922, meses antes de la huelga general del 15 de Noviembre de 1922, se organiza la primera central de trabajadores de orientación revolucionaria del país, la Federación de Trabajadores Regional del Ecuador (FTRE) de inspiración anarquista. Al interior de los gremios vinculados a esta, se encontraban elementos venidos de comunidades indígenas.

Uno de los más grandes animadores anarquistas de la época, Alejando Atienza, se vería en involucrado en la conformación de sindicatos agrícolas en la Costa ecuatoriana, el periódico Germinal –donde colaboraban varios anarquistas- se preocupó por el dilema andino de forma muy similar a lo ocurrido en el Perú, tomando en cuenta al indio como sujeto.

Las organizaciones obreras de la provincia de Chimborazo –en la Sierra ecuatoriana, con gran presencia indígena- recibirían en varias ocasiones el periódico de la Asociación Gremial del Barrio del Astillero (AGA) Tribuna Obrera, órgano de orientación anarco sindicalista.

México

Ricardo Flores Magón, anarquista mexicano, descendiente de padre indígena y madre mestiza, en su paso al Anarquismo reconoció a este en varias prácticas indígenas. Señalamos su artículo El pueblo mexicano es apto para el comunismo.

En México viven unos cuatro millones de indios, que hasta hace veinte o veinticinco años vivían en comunidades, poseyendo en común las tierras, las aguas y los bosques. El apoyo mutuo era la regla de esas comunidades, en las que la autoridad sólo era sentida cuando el agente de la recaudación de rentas hacía su aparición periódica o cuando los rurales llegaban en busca de varones para hacerlos ingresar por la fuerza al ejército. En estas comunidades no había jueces, ni alcaldes, ni carceleros, ni ninguna polilla de esa clase. Todos tenían derecho a la tierra, al agua para los regadíos, al bosque para la leña y a la madera para construir los jacales. Los arados andaban de mano en mano, así como las yuntas de bueyes. Cada familia laboraba la extensión de terreno que calculaba ser suficiente para producir lo necesario, y el trabajo de escarda y de levantar las cosechas se hacía en común reuniéndose toda la comunidad, hoy para levantar la cosecha de Pedro, mañana para levantar la de Juan y así sucesivamente. Para fabricar un jacal, ponían manos a la obra todos los miembros de la comunidad. Estas sencillas costumbres duraron hasta que, fuerte la autoridad por la pacificación completa del país, pudo garantizar a la burguesía la prosperidad de sus negocios. Los generales de las revueltas políticas recibieron grandes extensiones de terrenos; los hacendados ensancharon los límites de sus feudos; los más viles politicastros obtenían como baldíos terrenos inmensos, y los aventureros extranjeros obtuvieron concesiones de tierras, bosques, aguas, de todo, en fin, quedando nuestros hermanos indios sin un palmo de tierra, sin derecho a tomar del bosque ni la más pequeña rama del árbol , en la miseria más abyecta, despojados de todo lo que era de ellos[20].


Así mismo al interior de los sindicatos, en el desarrollo de la revolución Mexicana, y en la empatía que veían los anarquistas con el calpul, el Anarquismo siguió y ha seguido teniendo importancia al interior de las comunidades.

Articular el Anarquismo Comunista en la práctica y vida del mundo andino.

La comunidad andina está compuesta por tres partes, la comunidad de los wakas –deidades-, runakunas –humanos- y sallqa –la naturaleza con todas sus partes. La unidad de estos tres sectores constituye el ayllu. De esta forma, todo tiene que ver con todo, sin estar una parte reducirla o subordinada a otra, es decir, existe una interconexión completa. De acuerdo con este atributo, todo cuanto existe dentro de ella comparte la vida y también las cualidades de un ser vivo[21]. Buscando un diálogo que únicamente se puede dar entre iguales y equivalentes –entre diferentes y superiores no habría diálogo sino imposición.

La actividad agropecuaria es el elemento central como actividad económica en las relaciones sociales, en su religiosidad y en sus diferentes manifestaciones culturales. (…) se cristaliza en la chacra, ya sea ésta de plantas o animales, es el elemento fundamental donde convergen y se integran simbólicamente los tres flujos energéticos del cosmos andino[22].

Dentro de la economía figura la austeridad, aprovechando los recursos con los que cuenta la comunidad, eliminando el desperdicio de los mismos, así como la festividad, donde se consume el excedente de la producción. Así como matrices plenamente anticapitalistas como la reciprocidad, solidaridad, complementariedad, redistribución.

El trabajo debía ser obligatorio –con excepción de los niños, viejos, enfermos, discapacitados-, como medio para evitar la pereza[23], como terapia de salud. De esta forma se evitó que la gente muera de hambre.

En la comunidad andina, la familia constituye un órgano comunitario, garantizando primero la fortaleza e intimidad de su propia unidad hogareña y en consecuencia de la gran familia comunitaria o ayllu [24].


Hombres y mujeres, hermanos, hermanas, padres, madres, tíos, tías para la comunidad. La continuidad temporal del entorno social, está garantizada por la descendencia, es por esto que no puede haber huérfanos, bastardos, o criaturas discriminadas.

El hombre/persona “Runa” o “Jaqe” de la comunidad andina, es un ser indispensable e insustituible en su personal aporte comunitario/laboral, aporte en el que queda descartada, toda posibilidad de competitividad o competición entre las personas; ya que cada miembro es un ser distinto e insustituible, en tanto a su ser existenciario o vocativo y vocacional [25].


La autoridad comunitaria está a cargo del jilaqata o kuraka, siendo renovado cada cierto tiempo, esta autoridad es elegida en la medida que ha cumplido ciertos cargos rotativos con anterioridad –desde lo que ocupan un grado menor de responsabilidad, a los que tienen uno mayor-, habiendo formado un hogar, asumiendo este cargo junto a su compañera. El delegado comunitario figura como un hermano mayor y hermano menor; es responsable a la vez de la vitalidad de la comunidad, al mismo tiempo que escucha a los miembros de ella –la autoridad es la comunidad-, siendo vocero e interpretador de aquello, asumiendo la responsabilidad de lo emitido.

Cabe también señalar, que en algunos casos esta forma de autoridad también se ejercía en forma colectiva -cuatro personas simbolizando los cuatro puntos cardinales.

También se desarrolla un sistema jurídico en donde se toma en cuenta la reciprocidad, solidaridad, equidad, seguridad, armonía, respeto al universo y al ser humano. No es de sorprender que en estas sociedades no existieran cárceles.

A nivel de los Andes, los pueblos indios tenemos una visión diferente respecto al Universo y al Hombre. Así mientras occidente considera y enseña que el hombre debe dominar la naturaleza, explotarla y comercializarla, que debe dominar y explotar al hombre y a su costa enriquecerse, nuestros pueblos en cambio consideran que el hombre al ser producto de la naturaleza, al ser esencia de ésta y por ende sus hijos, éste le debe respeto a su madre y debe cuidarla y no convertirla en objeto de enriquecimiento y de comercialización, ésta debe ser de beneficio colectivo y no individual.

La tierra como el hombre y todos los seres vivos del planeta son considerados sagrados y no debe abusarse de ellos porque caso contrario se atenta contra un elemento fundamental que permite mantener la armonía, ya sea en el ecosistema de la ecología o en el desenvolvimiento mismo de la sociedad.


La reciprocidad se encuentra desde las relaciones personales, a lo territorial, continental y mundial.

Ahora, si bien todo lo expuesto ha ido cambiando por las nuevas formas de colonización e invasión cultural, económica, religiosa, y demás, la vitalidad de estas prácticas se encuentra en suelo fértil, y en muchos lugares aún se llevan a cabo, como en los casos de matrimonio, cosecha, etc.

El mundo andino, con su diversidad, presenta puntos comunes, muy cercanos al Anarquismo Comunista, vemos en él, las palabras de Bakunin cuando diría que la rebelión contra la naturaleza es la rebelión contra la humanidad, pues se considera a esta como parte integral del ser humano, y se supera una visión de mero objeto, forma propia del Capitalismo donde se debe sacar provecho de todo, a costa de todo.

La sociedad propuesta por el Anarquismo, así como el papel del trabajo, el ocio, el disfrute la producción, cuajan en aquel pasado ancestral de las comunidades andinas. Encontramos elementos usados en el sistema de delegación del anarco sindicalismo o el sindicalismo revolucionario, la responsabilidad colectiva, así mismo sobre el sistema jurídico, como parte del todo, o el internacionalismo proletario, cuando los anarquistas reconocemos por patria al mundo, por familia a la humanidad y por ley la libertad.

No cabe duda porqué las pueblos indígenas y los anarquistas hace varias decenas de años convergieron en un solo puño a nivel organizativo, político o ideológico.

¿Y ahora qué?

El Anarquismo como tendencia revolucionaria fue casi exterminado en muchos de nuestros países pasados los años 50, desde hace poco más de una década nuestra tendencia ha comenzado a resurgir en diferentes expresiones de lucha con una intensión de volverse nuevamente una corriente de masas, popular y revolucionaria. Los anarquistas hemos vuelto a levantar la bandera negra y roja en sindicatos, barrios populares, comunidades, pero aún el camino por recorrer es extenso.

Prueba del avance histórico de nuestras ideas y prácticas revolucionarias, habrá de ser, el volver a retomar ese contacto perdido con aquel sujeto –así como otros sujetos igualmente atravesados por la clase- despreciado tanto por la Democracia burguesa como por el Marxismo ortodoxo. El Anarquismo como teoría e ideología clasista, tendrá que mezclarse con la diversidad, sobrepasando el discurso purista y occidental, o simplemente estará condenado al fracaso.

En un tiempo no muy lejano, habrán de volverse a contar por miles las banderas negras y rojas –así como otras multicolores- que se levantarán en fábricas, ciudades, escuelas y campos. Habrá de volver aquella legión invencible de hombres y mujeres dispuestos a darlo todo. Las masas nos esperan, avancemos compañeros.


Carlos Pazmiño.

Esta humilde y pequeña contribución desea abrir campo para el debate y la reflexión sobre este tema tan importante para la lucha revolucionaria, como para nuestra tendencia. Así mismo, queda por trabajar la relación de los anarquistas con los pueblos afros –que en el caso ecuatoriano, serían los primeros trabajadores en estar organizados bajo lineamientos anarquistas- y otros pueblos. Agradezco al profesor Patricio Guerrero por las correcciones y la ayuda incondicional.

Dedicado a Nils, el octogenario anarquista que me recibió con los brazos abiertos una tarde de septiembre de 2007 en la fría Lima. Compañero, te recordaremos luchando.



[1] El Anarquismo Comunista, es la respuesta revolucionaria a las tendencias pequeño-burguesas y reaccionarias al interior del mundo anarquista; se separa del sintetismo por encontrar en él un vaciamiento de nociones de clase, disciplina, organización, así como de un Programa Revolucionario. Esta corriente, reclama al Anarquismo como una ideología y teoría propia de la clase trabajadora, y no en un mero estilo de vida. Se ha desarrollado a partir de la comprensión materialista y revolucionaria en Bakunin; ha continuado históricamente en expresiones como la del Grupo Dielo Truda (durante el exilio de los anarquistas ucranianos en Francia, entre ellos Néstor Makhno y Piotr Arshinov), Los Amigos de Durruti (en el desarrollo de la Guerra y Revolución Social en España, 1936-1939), el Manifiesto Comunista Libertario de Georges Fontenis, etc.

[2] Pueblos indígenas, mestizos, etc.

[3] Se obvia por completo el origen histórico de la desigualdad de los indios, producto de una colonización venida desde Europa y otra desde el interior del continente (en los casos de Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú, y hasta el norte de Argentina y Chile, la expansión de los incas constituyó una primera invasión y colonización, que si bien no terminó por destruir la vida comunitaria la debilitó y sentó una división de roles, trabajo, distinta), todo esto remitido a casi la totalidad de los componente de la vida social.

[4] LEIBNER, Gerardo. La protesta y la andinización del Anarquismo en Perú, 1912-1925. http://www.anarkismo.net/article/7709

[5] Posteriormente al introducirse la categoría raza durante la colonización, la dominación y explotación se naturaliza, ya que supone un justificativo biológico.

[6] Esta caracterización ahora está dada tanto por sectores académicos como por militantes del mundo anarquista, pues se cae en el equívoco de denominar desde categorías occidentales, realidades fuera de su imaginario.

[7] Lo andino está en el sentí-pensar, en la alteridad.

[8] Por ejemplo, la aplicación del “Buen vivir” en el Gobierno de Alianza País en Ecuador, es imposible por la naturaleza misma del modelo económico actual.

[9] Horizonte de vida.

[10] Ibíd. http://www.anarkismo.net/article/7709

[11] Así como otras luchas que abarcan el género, la etnia, la cultura, pero en donde se sigue visibilizando la contradicción de clase como imprescindible.

[12] CAPELLETTI, Angel J. El anarquismo en América Latina. Biblioteca de Ayacucho. 1990. Pág. XCIV.

[13] RODRIGUEZ G, Huáscar. El anarco sindicalismo en el movimiento obrero boliviano (1912-1964). http://radioperdida.blogspot.com/2007/09/anarkismo-en-b....html

[14] Se puede consultar el artículo: Indigenous Anarchism in Bolivia. http://www.anarkismo.net/article/6496

[15] CAPELLETTI, Angel J. Op. ct. Pág. XCVII

[16] CAPELLETTI, Angel J. Op. ct. Pág. CIII

[17] Ibíd. http://www.anarkismo.net/article/7709

[18] Ibíd. http://www.anarkismo.net/article/7709

[19] Ibíd. http://www.anarkismo.net/article/7709

[20] Varios autores. Comunismo Libertario y Autonomía indígena.

http://www.historia-actual.org/Publicaciones/index.php/...8/355

[21] Cosmovisión andina. U.E. Bolívar. Guaranda, Ecuador. 1992. Pág. 123

[22] Cosmovisión andina. Po. ct. Pág. 126

[23] Sin duda aquí trae un viraje no solo en el significado y el significante de estos términos, pues se trata de otro concepto de trabajo, fuera de lo asalariado, la jornada hermética, el uniforme, etc. Se evita la pereza –y a esta toma otro sentido- mediante el trabajo como actividad recreadora, no como castigo, versión importada por mar desde Europa.

[24] Revista educación intercultural bilingüe. UPS. Programa académica Cotopaxi. Año 1, # 1, 1997. Pág. 68

[25] Revista educación intercultural bilingüe. Op. ct. Pág. 7

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Comments (4 of 4)

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author by José Antonio Gutiérrezpublication date Thu Nov 18, 2010 20:49author address author phone

Una muy buena contribución a un necesario debate. Solamente quiero agregar que en Chile también hubo una experiencia semejante de trabajo desde el anarquismo hacia el pueblo mapuche, al cual se le entendía no solamente como la categoría de "campesino" (como hacía la izquierda de extracción marxista) sino que entendiendo sus particularidades culturales, sus dinámicas sociales, etc. En la revista Claridad, a comienzos de los '20, se da cuenta de giras de propaganda hacia las comunidades mapuche en el sur de Chile para explicar el comunismo anárquico, giras en las cuales, según relata este medio, se recibía con gran interés por parte de los mapuche el mensaje libertario. Una relación un poco más estable fue la realizada por la anarcosindicalista CGT, sección Osorno, hacia las comunidades mapuche. Existe bastante información al respecto en el periódico de esta sección, Vida Nueva (editado por Juan Segundo Montoya) durante la década del '30.

author by brenda aguilarpublication date Sat Nov 20, 2010 02:22author email coatlicuesbelt at gmail dot comauthor address author phone

Abre el espacio para unas buenas reflexiones al respecto. Rescato más las coincidencias entre las resistencias históricas de los pueblos originarios y el anarquismo-comunismo libertario como tendencias profundamente anticapitalistas y tendencialmente igualitarias.

recomiendo la lectura de este texto para comprender el neozapatismo mexicano y la fusión riquísima e invaluable que se dió entre estas dos propuestas:

"El queso y los gusanos en la selva lacandona", se puede descargar en pdf aqui
http://www.pdfgratis.org/El-queso-y-los-gusanos-carlo-g...burg/

Una buena interpretación

http://www.elciudadano.cl/2010/03/20/la-mirada-neozapat...erda/

saludos

Related Link: http://www.elciudadano.cl/2010/03/20/la-mirada-neozapatista-mirar-hacia-y-desde-abajo-y-a-la-izquierda/
author by Tomasa Condemaita - Proyecto Cultural "Alas de Xué"publication date Tue Dec 28, 2010 00:53author email desdeelcorazondelmundo at yahoo dot esauthor address author phone

El anarcoindianismo: El sentido libertario de los pueblos indios

Por: Tomasa Condemaita

“El crimen de España no fue contra los pueblos indios, fue contra la humanidad toda, porque truncó el desarrollo de una sociedad que no cayó en los vicios de Europa. No caímos en la propiedad privada contra las montañas, lagos ríos ni sobre la gente; no caímos en ejércitos permanentes, ni cárceles ni manicomios”.

Wankar, indio Keshwa de Kollasuyo

Ante la estrepitosa caída de los socialismos autoritarios, la opción del comunismo libertario toma una fuerza inusitada.

El desafío que se nos presenta a todos los anarquistas del planeta es bien grande y la coyuntura favorable: reinventar el pensamiento libertario, proceso que necesariamente debe inspirarse en las prácticas cotidianas de libertad de los pueblos.

Debemos adaptar el anarquismo a las particularidades históricas, étnicas, culturales y ecológicas de los pueblos. No se pueden seguir afirmando las pretensiones etnocéntricas y racistas de Occidente, que con su discurso monopólico acalla con arrogancia las voces de la diversidad.

Nuestra América se presenta como el espacio privilegiado para conseguir un sincretismo original y creativo entre la tradición libertaria de Occidente y el milenario pensamiento solidario, colectivista y comunitarista de los pueblos indios. Si los anarquistas de Nuestra América queremos que nuestro pensamiento de libertad y de futuro se enrumbe por senderos de triunfo, deberemos retomar y reivindicar aquellos elementos libertarios que se observan en los pueblos indios. Debe quedar claro que no es única y exclusivamente la racionalidad occidental la que da cuenta del mundo y lo interpreta, sino que existen tras tradiciones del conocimiento igualmente válidas que merecen respeto.

Después de más de quinientos años de genocidio, etnocidio y ecocidio, en los profundo de nuestros territorios, en la memoria de nuestros pueblos, perviven concepciones del mundo y de la vida que constantemente se oponen a la fría racionalidad de Occidente.

Queremos destacar que el anarquismo es el pensamiento que hasta ahora ha demostrado ser la mejor herramienta para interpretar y comprender la particular situación de Nuestra América y es el que forja la mejor opción civilizatoria y de futuro. La “Unidad en la Diversidad” es una propuesta que recoge todo el aroma de estos milenarios territorios y de sus combativos pueblos.

La milenaria tradición de nuestros pueblos tiene innumerables aspectos que se pueden identificar con los principios centrales del comunismo libertario, de ahí que el pensamiento y acción de nuestros pueblos indios tengan mucho que aportar al pensamiento libertario de Occidente, enriqueciéndolo y potenciándolo. Esto sucederá siempre y cuando se dejen de lado las salidas únicas, hegemónicas, autoritarias, verticales y europocéntricas. Los pueblos indios aportarán su sabiduría milenaria de solidaridad al pensamiento libertario Occidental y, este a su vez, enriquecerá la vitalidad y vigencia de las prácticas colectivistas, comunitaristas y de apoyo mutuo de los pueblos indios. Será un diálogo –o, mejor sería decir, un polílogo—respetuoso que conllevará a la indianización del pensamiento anarquista.

No queremos forzar la realidad para decir que los pueblos indios de Nuestra América son anarquistas, y esto no sólo porque el anarquismo es una categoría occidental, sino también por la enorme y riquísima diversidad de pueblos y culturas que aquí existen.

La indignidad es un pensamiento que se ha venido gestando desde la década de los setenta, y que, sin olvidar la diversidad y la diferencia, ha construido una filosofía que retoma el conjunto de afinidades, leyes y preceptos que caracterizan a los pueblos indios y su existencia, en el marco de una categoría universal de civilización que les es propia.

El objetivo fundamental de la indignidad es construir un pensamiento propio y auténtico que sea capaz de oponerse con firmeza a las pretensiones homogenizadoras y alienantes de Occidente, como un paso inicial para la liberación total y el restablecimiento, contemporanizado, de sus propias formas de existencia y de sociedad, en el presente y en el futuro, con base en su legado ancestral. La indignidad es, ante todo, un ejercicio diario de los pueblos indios, quienes, resistiendo activamente, se niegan a desaparecer.

La indignidad tiene un enorme potencial revolucionario y libertario, en la medida en que apunta a la construcción de sociedades que le den cabida a todos, en especial a los que han estado excluidos, silenciados y clandestinizados. Ante el fracaso del socialismo estatista y ante el panorama de destrucción y muerte presentado por el capitalismo, un pensamiento que se oponga al Occidente hegemónico y autoritario, etnocéntrico y deshumanizador, tiene que ser necesariamente subversivo y emancipador.

El pensamiento libertario de la indignidad tiene un punto de partida muy distinto al pensamiento libertario de Occidente y, en ese sentido, parte de unos presupuestos que tienen que ver con la cosmovisión y cosmogonías propias de los pueblos indios. Sin embargo, donde se encuentran y se identifican plenamente estas dos vías libertarias, es en las manifestaciones concretas, en la acción real.

Principios de la indianidad

Los principios fundamentales sobre los que se basa el pensamiento y vida de los pueblos indios, son los siguientes:

1. El cosmos se encuentra en continuo cambio debido a la dialéctica que es la ley general que lo rige.

La materia, que es infinita y eterna, tiene su espíritu que es la dialéctica. La materia y la dialéctica se necesitan mutuamente y ninguna puede existir sin la otra.

La dialéctica como ley general del universo se presenta en la naturaleza cósmica y en la vida humana, bajo dos características principales: a) como contradicciones no antagónicas, y b) como contradicciones antagónicas.

La primera se practica como complementariedad de los opuestos. En las sociedades armónicas, socialistas y comunistas libertarias, el progreso s efunda en la integración creativa y original de los contrarios que se complementan. Esta concepción del mundo y la sociedad hace que los pueblos indios tengan un espíritu cósmicamente integrado con el universo.

La segunda, para los pueblos indios, es sólo característica pasajera que gestaron las sociedades divididas en clases sociales de sistema occidental; apareció con este sistema y así mismo se extinguirá con él.

2. La esencia del pensamiento y sabiduría de los seres humanos se funda en el materialismo armónico.

Todo conocimiento y pensamiento indio se corresponde con la pertenencia a la naturaleza. No existe esa artificiosa separación entre naturaleza por un lado y sociedad por otro, en permanente antagonismo. Tanto la naturaleza como la sociedad son unidades menores diferentes, hermanadas y regidas por las mismas leyes e integrantes de la gran unidad mayor, que es el cosmos o universo.

3. El modelo de organización es el orden cósmico.

En el universo y la naturaleza, todo es armonía y orden, y no hay lucha de contrarios, ni destrucción entre partes. Para poderse generar la dinámica y el cambio, hay una oposición complementaria entre las partes distintas, generándose, constantemente, nuevos estados, siempre en armonía.

La organización de los elementos de la naturaleza es horizontal o circular y diversa y conduce a la armonía, a la complementariedad de fuerzas, al colectivismo y al comunitarismo, por lo que no hay desigualdades antagónicas sino posiciones y situaciones diferentes, complementarias y armónicas.

Estos tres principios, que constituyen los pilares sobre los que descansa el sentido libertario de los pueblos indios, se encuentran integrados unos a otros, dificultándose una separación clara entre ellos.

En esta concepción de la vida y el universo evidenciamos el germen de una sociedad libertaria, organizada naturalmente, donde sociedad y naturaleza se rigen por unas leyes que garantizan la diversidad y niegan las opciones autoritarias. En esta sentido, la libertad es la esencia real del orden cósmico.

Ahora pasaremos a analizar a los rasgos del pensamiento de la indianidad que nos permite argumentar que son libertarios y hablar de anarcoindianidad.

Organización

Los pueblos indios, en términos generales, siempre se han mantenido al margen de las organizaciones y partidos políticos, porque los discursos manejados por éstos no entienden los problemas étnicos y culturales.

Los partidos de cualquier matiz u orientación ideológica, han reducido y hegemonizado el problema de los pueblos indios en conceptos meramente economicistas y de lucha de clases, dejando de lado el verdadero sentido de las lucha y resistencia indias: el de pueblos oprimidos y colonizados por Estados-Nación.

La organización en partidos usurpa no sólo la verdadera esencia del poder popular, entendido como un poder que permanece diluido, sino las organizaciones propias y auténticas.

ESQUEMA DE LAS DIFERENCIAS ENTRE EL PENSAMIENTO INDIO Y EL OCCIDENTAL
SISTEMA INDIO SISTEMA OCCIDENTAL
IZQUIERDA DERECHA
Materialismo armónico. Materialismo dialéctico. Idealismo metafísico.
Dialéctica: Práctica de las contradicciones no antagónicas, en todo orden, desde el materialismo armónico. Dialéctica: Práctica de las contradicciones antagónicas, en todo orden, desde el materialismo ateo. Dialéctica: Práctica de las contradicciones antagónicas, en todo orden, desde el idealismo metafísico.
Religiosidad cósmica. Ateísmo. Religión idealista.
Organización horizontal colectivista y comunitarista, con práctica de la dualidad como característica esencial. Organización vertical, impositiva, totalitaria y clasista. Organización vertical, individualista, elitista y clasista.
Economía colectivista, comunitaria, no monetarista. Economía capitalista de Estado, monetarista. Economía de capitalismo privado, monetarista.
Administración comunitaria. Burocracia estatal (“dictadura del proletariado). Gobierno oligárquico de liberalismo burgués (“democracias” y dictaduras).
Ciencia y tecnología en equilibrio armónico con la naturaleza. Ciencia y tecnología depredadoras de la naturaleza. Ciencia y tecnología depredadoras de la naturaleza.
Sociedad sin clases. Sociedad clasista. Sociedad clasista.
Fuente: Pronunciamiento del Primer Seminario sobre Ideología, Filosofía y Política de la Indianidad (Perú, 4 al 7 de julio de 1983), convocado por el Consejo Indio de Sudamérica (CISA).

Los pueblos indios plantean la opción de un tipo de organización horizontal que respete las diversidades, donde haya una constante participación de todos los miembros que la conforman.

Autogestión y autonomía

Una de las principales reivindicaciones de los pueblos indios es la de la autogestión y la autonomía. A pesar de las múltiples interferencias que han recibido, el centro de la autogestión y la autonomía de los pueblos indios no ha sido completamente destruido. Sus tradicionales formas de administración y autogobierno se han convertido en las trincheras de resistencia y están empelados en profundizar alternativas al desarrollo que rompan con los lazos de la dependencia y la colonización.

Comunitarismo y colectivismo

Dos son las características fundamentales de la convivencia de los pueblos indios: la reciprocidad y la complementariedad. De esta manera organizan el trabajo social con base en la generalización de la ayuda mutua a través del trabajo colectivo y comunitario. De ahí que no exista una relevante división social del trabajo, tal y como acontece en Occidente y, en términos globales, no hay especialistas y todos trabajan en la producción de todo.

Frente al individualismo capitalista y frente a la masificación de los comunismos autoritarios, los pueblos indios proponen la alternativa del colectivismo y el comunitarismo como prácticas y como formas de vida.

Unidad en la diversidad

Para los pueblos indios la diversidad, en todas sus manifestaciones, es el pasaporte seguro al futuro. La verdadera unidad se gesta no desde la homogenización o uniformización, sino desde la construcción de espacios amplios y plurales. La búsqueda de lo que los pueblos indios tienen en común no anula las particularidades de cada uno de ellos.

El porvenir que se está labrando por los pueblos indios, parte del hecho de una verdadera democracia de pueblos y culturas. El etnocentrismo y la pretensión de Occidente de ser el único sendero para de devenir de la humanidad es una salida de no futuro.

Los pueblos altamente diferenciados son anteriores y también posteriores al advenimiento de las clases sociales, la propiedad privada y el Estado. De ahí que las salidas únicas y autoritarias, que busquen la superioridad de una opción sobre otra, estén en contradicción con el pensamiento de la indianidad.

Los pueblos indios saben que no es posible que un solo pueblo y una sola cultura puedan dar respuestas a los múltiples problemas que enfrenta la humanidad.

Federalismo

Ante las pretensiones centralistas y verticales, los pueblos indios plantean la unidad desde las alianzas menores a alianzas mayores. A la alianza de una familia nuclear se unen otras similares, formando el principio de alianzas menores. Estas, a su vez, se unen entre sí, para desempeñar el papel de alianzas mayores, para confluir hacia algunos modelos de comunidad, hacia la nación y hacia la confederación de naciones.

La práctica de esta forma de organización tiende al respeto de la especificidad de toda unidad menor que, guardando su integridad, acuerdan realizar alianzas con otras unidades menores diferentes para conformar unidades mayores, que resolverán aspectos relacionados al mutuo interés.

6. Familia

A la estrecha concepción de familia, lugar por excelencia donde tienden a reproducirse los vicios estatistas, los pueblos indios anteponen un nuevo tipo de pareja y de relación amorosa.

El mundo Occidental, en la relación hombre-mujer, nos muestra a dos individuos actuando por separado, donde uno de ellos es hegemónico y expropia permanentemente la libertad del otro.

Para los pueblos indios la unidad es la pareja y no el individuo, de donde se deriva una potenciación de las libertades. Es decir, un individuo que es libre pero incompleto, se une a otro similar, consiguiéndose con esta unión entre iguales ampliar el espacio mutuo de libertad. En este contexto, la relación hombre-mujer tiene un sentido de equivalencia y complementariedad de roles desde posiciones diferentes en un espacio horizontal.

De esta concepción de familia se deriva otra situación donde se evidencia la vigencia y realidad del pensamiento libertario: la relación con los hijos. A pesar de que hay un cierto privilegio por los padres-madres biológicos, los niños indios aprenden de toda la comunidad, no existiendo esa propiedad privada de los padres-madres sobre sus hijos. En ese sentido todos los adultos de la comunidad son, en la práctica, padres-madres de todos los niños, lo cual permite libertad y flexibilidad para su aprendizaje.

Ciencia

El individualismo de Occidente condujo a que su ciencia se desarrollara a través de grandes líneas separadas de conocimientos, lo que derivó en campos diferenciados del saber científico que ala postre han llevado a la creencia de que cada objeto del conocimiento tiene algo así como una existencia propia.

El resultado es que hoy el pensamiento Occidental se encuentra empantanado porque para resolver cada gran problema debe emprender estudios multidisciplinarios, puesto que ningún fenómeno es aislado, lo que pone de presente la debilidad de esta visión científica parcelada.

La cosmovisión de los pueblos indios planteó el pensamiento científico en otros términos. La ciencia, el conocimiento científico, se basa en una atenta observación de la naturaleza y en el respeto amoroso hacia ella. Todo es visto como integralidad donde para estudiar cada cosa es necesario no aislarlo ni descontextualizarlo de su ambiente.

El estudio de la ciencia no obliga a los individuos a separarse y a dejar de lado sus concepciones subjetivas, como supone debe hacer el científico de tradición occidental. Para los pueblos indios la espiritualidad, la magia, las creencias de los hombres y mujeres, debe hacer parte activa del proceso de conocimiento y aprendizaje. En ese sentido, no hay divorcio entre el sujeto del conocimiento y el objeto por conocer, porque ambos hacen parte de una misma totalidad.

Para los pueblos indios de la propiedad privada de la tierra surge la propiedad privada del conocimiento y de la ciencia; de ahí que, al ser el territorio de propiedad colectiva y comunitaria, la ciencia no sea usurpada por una élite.

En los pueblos indios no existen centros especializados de aprendizaje al margen de la cotidianidad. El aprendizaje se desarrolla en el seno mismo de las actividades diarias, al interior de la comunidad. De otro lado hay que destacar que los pueblos indios no abren esa brecha artificial existente en Occidente entre el trabajo, el aprendizaje y el juego, ya que todos hacen parte de una misma dinámica. As así como el rol del maestro no es asignado a alguien es especial, sino que los asume la comunidad en su conjunto a partir de su diaria vivencia y trayectoria vital.

Ética

La ética de los pueblos indios está constituida por normas y reglas de conducta que no son impositivas. La ética apunta a la buena marcha de la vida y el pensamiento comunitario. Esta ética india, que es liberadora y consecuentemente revolucionaria, no sólo es de carácter social sino que también es hacia la naturaleza y, en términos generales, se basa en los siguientes principios:

a) Cuidado especial y amoroso hacia los niños porque al ser el presente y futuro de las comunidades, son los garantes de la perennidad humana.
b) Amar y defender con perseverancia el sentido comunitario de los hombres y mujeres, al igual que las expresiones culturales que lo reafirman.
c) Honrar a los ancianos porque ellos son los depositarios de la grandeza y memoria colectiva de las comunidades.
d) Persecución incasable a las personas que agreden los valores culturales y que discriminan, humillas y oprimen a los demás.
e) Amar a la naturaleza y mantener siempre unas relaciones armoniosas y respetuosas con sus leyes.
f) Luchar sin descanso por la emancipación de las propias comunidades y pueblos, porque la libertad de cada quien descansa en la libertad de su familia, comunidad y pueblo.
g) Esforzarse por vivir de conformidad con los principios libertarios que se predican, de modo que siempre haya correspondencia entre las acciones y los pensamientos.
h) Cuidar que siempre haya correspondencia entre los objetivos y los fines, con los medios que se emplean para alcanzarlos.
i) Aspirar al equilibrio emocional para actuar con acierto y de este modo vivir plenamente y en armonía con los demás y con la naturaleza, para aproximarse inacabablemente a la perfección.
j) Ser siempre leal y consecuente con los demás y amparar y dar protección al hermano que lucha.

En consecuencia, toda la ética de la indianidad parte del presupuesto de que la sola resistencia pasiva no puede garantizar la supervivencia en un mundo tan activo como el actual y por eso propugna privilegiar la acción directa.

Libertad y autoridad

Podría pensarse que por el hecho de que los pueblos indios sustentan parte de su identidad étnica y cultural en el respeto a sus autoridades tradicionales, serían sociedades autoritarias y alienadas por un Poder que masifica y niega la libertad de acción individual. Pero esa apreciación está lejos de la realidad.

Mientras que en Occidente la autoridad y su consecuente Poder surgen como una derivación de las luchas de clases, donde la clase de los propietarios y explotadores la usurpan y la supeditan a sus intereses particulares y privados, para los pueblos indios la autoridad, que genera un poder no separado de las personas y las comunidades, contribuye de manera adecuada a la gestión para atender las necesidades de las comunidades y pueblos y para hacer extensiva la ayuda mutua y la reciprocidad. Este tipo de autoridad no está basada en ninguna división social del trabajo ya que en el seno mismo de las comunidades todos trabajan en todo, con más o menos experticia.

La elección por consenso de las autoridades de los pueblos indios se lleva a cabo en forma democrática y funcional, con participación directa de todos los miembros de la comunidad. Ninguna autoridad puede ser arbitraria ni imponerse sin consulta alguna sobre los demás ni sobre los pueblos, a riesgo de terminar desobedecida y marginada.

Mientras que en Occidente para que alguien pueda tener éxito necesita ser agresivo en la búsqueda de su enriquecimiento personal, para los pueblos indios todo el que busca se plena realización debe ser gentil y fraternal con los demás.

En los pueblos indios goza de mayor distinción y estatus quien está siempre dispuestp a colaborar con los demás, quién muestra el máximo de gentileza y la actitud más suave con sus hermanos.

El resultado de esto es que las sociedades Occidentales son individualistas y, en consecuencia con el inherente egoísmo que de ello se de deriva, todas ellas tienen una enorme carga de agresividad y de violencia.

Los indios como personas, en cambio, siempre encuentran la felicidad y la libertad, potenciando la felicidad y la libertad de los demás; esto significa que son profundamente socialistas por práctica corriente.

Para los pueblos indios la libertad se fundamenta y levanta precisamente sobre la libertad de las personas. De acuerdo a la lógica del pensamiento libertario de la indianidad, más que una contradicción antagónica ente los intereses de la persona y los intereses de la comunidad, se da más bien un complemento entre ambos intereses que deviene en una ampliación recíproca de sus correspondientes libertades.

La libertad tiene su esencia en la conciencia por lo que la libertad es mucho más profunda y amplia cuanto más grande es la sabiduría que se posee y comparte.

En los pueblos indios, en tanto que las personas derivan sus potencialidades reales a partir de la vida en comunidad, nadie puede ser realmente libre por fuera de su comunidad. Así mismo es claro que el perfeccionamiento de la comunidad es una fuente permanente de libertad.

Para los pueblos indios es claro, y así lo viven cotidianamente, que una comunidad es tanto más libertaria en cuanto menos opresión interna genera. En las sociedades Occidentales, por ejemplo, en que hay gente muy rica viviendo al lado de gente extremadamente empobrecida, no puede haber libertad por la sencilla razón de que los empobrecidos no están libres del hambre, de la ignorancia, del frío, de la opresión, de la explotación… de la misma manera que la gente rica no está libre de la maldad, el egoísmo y el temor perderlo todo ante un levantamiento de los empobrecidos.

En cambio, los pueblos indios, pese al nefasto impacto de Occidente que ha llevado muchos de sus males al seno de sus comunidades, en que todos son hermanos, padres-madres o hijos, y en que el genio personal siempre se pone al servicio del conjunto, todos están libres de la miseria y de la opresión, aunque nadie tiene la libertad, como en Occidente., de actuar contra la comunidad, ni nadie puede actuar con arbitrariedad ni puede siquiera pensar que podría ser más libre si olvida la pervivencia social y económica de su comunidad fraternal, porque es precisamente en esta pervivencia en que s efunda o asienta el destino de su propia libertad.

Epílogo

El anarcoindianismo no es otra cosa que el espacio donde se encuentran dos tradiciones distintas del pensamiento libertario mundial, distintas pero no excluyentes: el anarquismo y toda la tradición libertaria originada en Europa, por una parte, y el pensamiento milenario de la indianidad, con sus pilares básicos, el colectivismo, el comunitarismo y la reciprocidad, por la otra.

Es una síntesis de pensamiento que debe allanar los senderos del Socialismo Mágico que Nuestra América busca y que nuestros pueblos reclaman.

Fuente: CNT No. 141. Bilbao. Septiembre de 1992. Dossier: Visión Libertaria de Latinoamérica. II Parte. Pp. IV-VI.

author by Manu Garcíapublication date Sun Jan 02, 2011 20:24author address author phone

Es fundamental que los comunistas libertarios reflexionemos sobre los fundamentos y las dinámicas que configuran las sociedades en las que vivimos para afrontar la tarea de su transformación.

En ese sentido, en Ecuador es insoslayable pensar acerca de la cosmovisión andina. Los pueblos originarios, organizados como tales, han jugado durante la última década un rol fundamental, siendo un actor de primer orden, determinante, en los cambios políticos y sociales en el país.

Forzosamente, si queremos tener una incidencia sobre el curso de los acontecimientos, hemos de contar con esta fuerza, analizar sus debilidades y fortalezas y ver la manera de fomentar su potencialidad revolucionaria y sus rasgos libertarios.

Concuerdo con Pazmiño en que es un error gravísimo ignorar (o incluso negar) la cuestión indígena o plantearla desde un enfoque exclusivamente económico, y que no debemos caer en el otro extremo (también con origen, en muchos casos, en un pensamiento colonial) de mitificar el mundo andino y considerarlo como exento de contradicciones y de injusticias, como modelo de relaciones sociales libertarias.
Eso sí, debemos tener en cuenta que la paternidad de tales ideas erróneas dentro del movimiento socialista no proviene exclusivamente de su matriz marxiana, sino que en la tradición anarquista encontramos numerosas muestras de incomprensión. Un ejemplo sería el enfoque de Jean Grave en su polémica con Ricardo Flores Magón acerca del carácter de la revolución mexicana y la intervención de los anarquistas en ella. Por otra parte, no podemos olvidar tampoco que uno de los aportes fundamentales para un socialismo enraizado en las realidades andinas lo encontramos en la obra de un pensador extremadamente sugerente que se identificó con el marxismo, el peruano Mariátegui.

Es una cuestión que no podemos obviar, a menos que pensemos que por el hecho de declararnos anarquistas ya contamos automáticamente con una lectura correcta de la realidad y que otras corrientes no tienen nada que aportar a su comprensión.

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