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Las agrupaciones de tendencia

category internacional | movimiento anarquista | opinión / análisis author Saturday January 16, 2010 00:32author by Felipe Correa - FARJ Report this post to the editors

El texto que reproducimos a continuación es una contribución de un compañero brasileño que impulsa desde hace años el movimiento popular de su ciudad, Rio de Janeiro, desde la Federación Anarquista de Rio de Janeiro (FARJ), en la cual milita. Esta organización desarrolla trabajos en diversos frentes de masas, en todos los cuales trata de construir un pueblo fuerte, consciente y con planteos libertarios.

Debe ser tenido en cuenta a la hora de su lectura que se trata de un texto en cuya traducción del portugués han intervenido varias manos y que hay ciertos giros idiomáticos y expresiones que se han respetado o procurado adaptar, con mejor o peor fortuna, al castellano.

Esperamos en todo caso que sea de utilidad para aportar elementos estratégicos a todos aquellos lectores que promueven o buscan promover en sus lugares de trabajo, de estudio, en sus barrios, en sus pueblos, una alternativa socialista y libertaria.
"Igualdad y Solidaridad" de Zé Paiva
"Igualdad y Solidaridad" de Zé Paiva


LA AGRUPACIÓN DE TENDENCIA

"Afortunadamente nos encontramos en una etapa en la que podemos y debemos experimentar con diferentes formas de organización, con paciencia y generosidad, pero con persistencia en el pensamiento crítico. Las formas de organización deberían ayudar a facilitar la aplicación de los objetivos principales. El hacer inmediato debe estar profundamente ligado a lo que usted desea en el futuro."
Gilmar Mauro

ESTRATEGIA



Antes de pasar al asunto de la agrupación de tendencia, es importante comenzar con nuestra estrategia de transformación. Se basa en tres premisas fundamentales:

1. El capitalismo es una sociedad de clases y, por tanto, la lucha de clases es uno de sus aspectos centrales.

2. La movilización de los más diversos sectores de los explotados, dominados y oprimidos, es decir, las luchas populares de masas son esenciales en base a que la necesidad, la voluntad y la organización, exponen las contradicciones del sistema de clases.

3. La transformación de esta sociedad debe basarse en el protagonismo de estos movimientos, a decir, el protagonismo del pueblo organizado, lo que diferencia este enfoque de otros que conciben la transformación hecha por el partido de vanguardia, o por la acción de minorías separadas de la base (como el caso insurreccional de la "propaganda por el hecho" o el foquismo, por ejemplo).

De esta forma, pretendemos operar la transformación a través de los movimientos populares. Cuando no existen estos movimientos, nuestro objetivo es organizarlos; donde hay movimientos, los impulsamos y promovemos en su seno una visión metodológica y programática determinada. Por último, promovemos alianzas entre los movimientos, la integración de sus luchas y el aumento de su fuerza social. Es sólo una acumulación significativa de la fuerza social la capaz de aplicar la violencia necesaria para una transformación revolucionaria.

Acumular permanentemente la fuerza social, organizando, movilizando y luchando desde el hoy. Aprendiendo y enseñando, construyendo la nueva sociedad dentro de ésta. Esta construcción permanente debe apuntar a objetivos de tipo finalista: un proceso revolucionario y la construcción de una nueva sociedad basada en la igualdad y la libertad. Cuando se comienza a implementar este proceso, algunos hablan de que están construyendo organización popular y otros poder popular.

FUERZA SOCIAL

A partir de esta estrategia, podemos preguntarnos: ¿cuál es entonces la función de un grupo de tendencia? Si queremos una transformación hecha por los movimientos populares ¿no sería simplemente crear y participar en estos movimientos?

Resulta que no podemos ignorar la cuestión de la fuerza social. Para operar una transformación que apunte al final de la explotación y la dominación, necesitamos movimientos populares muy fuertes y en los que se desarrolle en su seno la semilla de la sociedad del futuro, como fue el caso del sindicalismo revolucionario brasileño de inicio del siglo XX. Y sabemos que la mayor parte de los sectores populares no están organizados y por lo tanto no pueden realizar los objetivos que deben alcanzarse. Por otra parte, en la actualidad, los sectores organizados en los movimientos no son, en la mayoría de los casos, usados para promover los intereses colectivos y operar una transformación de la sociedad en la forma prevista. Los movimientos se están utilizando para proporcionar dinero a los burócratas que no tienen que trabajar, para proporcionar recursos a un determinado partido político o incluso para promoverlo; siendo una fuente de votos para uno u otro político; para formar a la base para propuestas autoritarias de poder, con dirigentes separados de la base lo cual supone, entre otras muchas cosas, problemas para la aplicación de nuestro proyecto.

En este sentido, hay dos problemas fundamentales: la desorganización de los sectores más populares y dentro de los sectores organizados, la promoción de formas de organización y programas que no conducen a una propuesta de transformación liberadora.

Por lo tanto, podríamos decir que tenemos que tratar con dos tipos de espacios que están en disputa constante. Un espacio social amplio de trabajadores (fijos, temporales, desempleados), vecinos de los barrios periféricos y otros sectores populares que están desorganizados y no se movilizan por una serie de razones. Y un espacio social más restringido, como los movimientos organizados más diversos como los sindicatos, asociaciones de vecinos, sin techo, sin tierra, desempleados, etc. Y para actuar en estos espacios, que están en disputa - como es regla en cualquier espacio donde hay conflicto de intereses - es que necesitamos una fuerza social. Ellos están en disputa, porque creemos que no hay "vacío de poder" en cualquier relación social.

La idea de la fuerza social es que todos tenemos una cierta capacidad de realización, pero que si no se pone en práctica no significa nada. Por ejemplo, potencialmente, la fuerza del pueblo es mayor que la fuerza de la clase dominante, pero como no está totalmente puesta en práctica, no se puede derrotar a los gobernantes. Así, necesitamos colocar nuestra capacidad, es decir, nuestra posibilidad de actuar, en la práctica, transformando nuestra fuerza potencial en una fuerza social real.

En el proceso, la organización es una herramienta indispensable. La organización ofrece una cuenta en la que 1+1 es más de 2. Por ejemplo: si tenemos que llevar una caja grande de 200 kilos, cuatro personas al mismo tiempo pueden llevarla, pero si cada una de estas cuatro personas tratan de cargarla por separado, una tras otra, no tendrán éxito. Esto es porque cuando las cuatro personas están juntas, su fuerza es mayor que la suma de cada una de ellas por separado. Otro ejemplo: si hacemos una protesta podemos ir juntos o de uno en uno. ¿Cómo haremos mayor fuerza? Es evidente que si estamos todos juntos.

Así que la conclusión es que si nos organizamos y participamos en movimientos populares, siempre promoviendo determinados criterios programáticos y metodológicos, debemos estar organizados. Cuanto más organizados estemos, mayor es nuestra fuerza social y por lo tanto más fácil será tener éxito en alcanzar nuestros objetivos.

Que tengan fuerza social no significa imponer nada a los demás de manera autoritaria, sino defender nuestras posiciones, nuestras opiniones, nuestra metodología, nuestro programa. Ser capaces de influir en los movimientos populares y de no ser utilizados por otros sectores o incluso eliminados o aislados.

EL GRUPO DE TENDENCIA

Dicho esto, llegamos a la explicación de lo que es un grupo de tendencia.

La agrupación de tendencia es una organización que podría denominarse política y social, es decir, una organización en la que se agrupan los sectores populares que tienen afinidad con las cuestiones programáticas y metodológicas, pero no necesariamente tienen afinidad por una determinada ideología (el marxismo, el anarquismo, el autonomismo, etc.). La agrupación de tendencia, por lo tanto, no es ni una organización política (partido) ni una organización de masas (movimiento popular); se sitúa a un nivel que podría llamarse intermedio entre lo político y lo social.

La agrupación de tendencia reúne a activistas que trabajan en uno o más movimientos y sectores de la población y tiene como objetivo promover dentro de los movimientos en los que operan un método de trabajo y un programa determinados, y la organización de estos movimientos en diferentes sectores del pueblo que están desorganizados.

Además, proporciona un espacio de interacción entre los distintos militantes que comparten puntos de vista similares y sirve para aumentar la fuerza de su impacto social en los ámbitos populares, incrementando su poder para influir en estos campos e impedir que otras personas o grupos de ideas contrarias hagan valer sus puntos de vista o se sirvan de otros militantes para lograr sus propios objetivos.

La tendencia de los militantes da coherencia operativa para funcionar con objetivos claros y bien definidos y es la "cara" de la militancia en el día a día del trabajo social. A diferencia de aspirar a ser la vanguardia del movimiento, tiene la función de fermento y de motor; debe estimular los movimientos populares, asegurando que posean la capacidad de promover sus propias luchas, tanto reivindicativas (corto plazo), como transformadoras (largo plazo). Los militantes del grupo de tendencia son parte del pueblo y promueven el protagonismo popular, es decir, el objetivo de construir un pueblo fuerte.

Por lo tanto, el grupo de tendencia opera desde una propuesta metodológica y programática. Pero ¿qué es esta "propuesta programáticas y metodológicas" que hemos mencionado varias veces?

UNA PROPUESTA DE METODOLOGÍA Y PROGRAMÁTICA

Cuando hablamos de que tenemos una metodología y un programa, estamos diciendo que en nuestra labor, cuando estamos haciendo construcción social, promovemos una metodología específica y un programa determinados. Pero ¿qué metodología y qué programa?

Obviamente, todo esto es una construcción colectiva, pero ya tenemos algunas nociones. En primer lugar, en un análisis de esta sociedad, no queremos una sociedad de explotación y dominación, como es el caso de la sociedad capitalista y todo lo que supone. Entonces sabemos que queremos construir una nueva sociedad que es libre e igualitaria, donde podamos vivir sin explotación y dominación. Para ello, creemos que, para llevar a cabo esta transformación radical de la sociedad, tenemos que crear una estrategia que se reflejará en un programa.

Entendemos que la estrategia es el camino que elegimos para esta transformación. Si tenemos un destino definido, es bueno que sea el camino adecuado, porque un mal camino nos llevará a un destino diferente. Por esta razón, creemos que deberíamos tener en cuenta que los medios conduzcan al fin deseado: que los medios que elijamos (las tácticas y estrategias) sean los que nos permitan alcanzar los objetivos. Por lo tanto, la táctica está sujeta a la estrategia y ambos están sujetos a objetivos estratégicos. No creemos en la máxima "el fin justifica los medios", ya que son los medios que elijamos los que van a determinar las zonas en que lo conseguiremos. Una visión programática debe ser construida colectivamente, apuntando a una lectura del presente, los objetivos finalistas son el camino amplio para la transformación y esta línea programática deberá ser defendida dentro de las organizaciones de masas por los partidarios de la tendencia.

En cuanto a las cuestiones metodológicas, podemos decir que cuando creamos o participamos en movimientos promovemos una forma de funcionamiento, ciertas características, un estilo militante de trabajo que, en general, son medios para alcanzar los fines deseados. En general, ¿cuál es esta metodología?

- La defensa de la fuerza del movimiento, creyendo que no deben ser "ideologizados", es decir, que no sólo permitan la entrada de militantes de una u otra ideología o que estén subordinados a una de ellas. Se debe incluir a cualquiera que esté dispuesto a luchar utilizando como criterio la necesidad.

- La defensa de la acción directa, lo que significa hacer política para nosotros mismos, realizar nuestras acciones contra la dominación y la explotación protagonizando nuestras propias luchas, sin depender de los políticos, representantes o alguien que hable en nuestro nombre.

- La defensa de la solidaridad entre las clases explotadas en lucha, sin que prevalezca uno u otro sector o grupo. En este caso, es importante fomentar una perspectiva de clase que apunte a la creencia en la lucha de clases y la necesidad de un papel revolucionario desempeñado por todos los sectores explotados, dominados y oprimidos.

- La defensa de la autonomía o la independencia de clase, desvinculando la lucha del Estado, los partidos políticos y los sindicatos burocratizados, y otros que quieran utilizar los movimientos para sus propios fines. Los movimientos no deben ser las correas de transmisión de los individuos, grupos u organizaciones.

- La defensa de la democracia directa o democracia de base, dando poder a todos y estimular la decisión colectiva de decisiones en las asambleas. En consecuencia, las decisiones deben tomarse con la participación igualitaria y sin jerarquía, promoverse la autogestión de las luchas y articularse por el federalismo, que al mismo tiempo da organización y coherencia a la lucha y respeta su autonomía.

- Por último, conseguir un aumento permanente en la fuerza social en el proceso de la lucha de clases, de modo que los movimientos populares llevarían a cabo una doble lucha: para garantizar las conquistas que mejoren su situación y luchar por una transformación revolucionaria de largo plazo, la construcción de una organización permanente y el poder popular.

SOBRE LA FUNCIÓN DE LAS AGRUPACIONES DE TENDENCIA

Sabemos que nuestras propuestas son diferentes a las de muchos otros sectores de la izquierda que trabajan con los movimientos populares. Por tanto, es de suma importancia la organización de tendencia para promover los objetivos programáticos y metodológicos, dar fuerza a nuestra propuesta y agregar a ella permanentemente militantes de los movimientos populares que concuerden con nuestras propuestas o militantes que están dispuestos a realizar trabajos sociales y que también estén de acuerdo con nosotros.

Será la organización de tendencia, como un grupo de sectores populares, con ciertas afinidades, lo que aumentará en la lucha nuestras posibilidades de promoción de lo que creemos, dificultando los atropellamientos, expulsiones, boicot, aislamiento, etc. que son bastante comunes. Los grupos de tendencia aumentan nuestra capacidad de promover nuestras ideas e influencia y son determinantes.

Felipe Corrêa
Enero, 2010
Militante de la Federación Anarquista de Rio de Janeiro (FARJ)

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