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Monday September 29, 2008 01:41 by Nekromante
“…es indispensable y lo más urgente en la hora actual de la humanidad: la organización y la unidad proletaria, necesarias para le defensa de los intereses colectivos y de los derechos conquistados a través de los tiempos, a fuerza de tantos desvelos, de tantos sacrificios y la sangre fecundante de los libertarios de todas las épocas; esa organización y unidad que han de ser mañana, avalancha contra todas las tiranías y todos los despojos cometidos por las clases privilegiadas, y, después, cuando el momento y las circunstancias determinen el punto final de una evolución, ha de convertirse en el majestuoso oleaje de la revolución social…” (1). Un medio día del 23 de setiembre de 1941, dejó de existir, Delfín Amador Lévano Gómez, un gran hombre y revolucionario, un hombre de lucha y acción, infatigable organizador del proletariado, que lo dio todo por la más noble causa que puede existir: “ La Emancipación del Proletariado” […], en pocas palabras, “Un Anarquista Convicto y Confeso”. NACIMIENTO, FORMACIÓN Y DESARROLLO DEL PROLETARIADO PERUANOA mediados del siglo XIX, con el boom del guano y salitre, la economía del país estrechó lazos con algunos países capitalistas europeos, en especial con Inglaterra, fomentándose la importación de artículos de consumo y la difusión de relaciones mercantiles, colocando la economía del país al servicio del capital inglés. Esto debió implicar un desarrollo en el mercado del trabajo y de las relaciones capitalistas de producción. Pero NO fue así, a nuestra clase burguesa (3), no le interesó el desarrollo de la industria ni de la manufactura. Pero paradójicamente, esta burguesía dependiente “fue creando y dando inicio a su clase antagónica, …la clase obrera” (4), generándose así, una situación de conflicto social, el de la lucha de clases. En 1879, el auge económico, generado por el boom del guano y salitre, empieza a sufrir un decrecimiento al estallar el conflicto bélico con Chile (1879-1883), que conllevó no sólo a la retención de las islas guaneras de Chincha, sino también de las salitreras de Tarapacá (5), la cual cayó en manos chilenas junto a Tacna y Arica (6). Así mismo, se estableció el Contrato Grace, que resultó lesivo para la economía, quedando despojado de todos los grandes recursos del país (7). Años posteriores al conflicto bélico con Chile, el país entró en inestabilidad, producto de la pugna por el poder entre los caudillos militares, que fueron “incapaces e inadecuados para dirigir un trabajo de reconstrucció n económica (8). Donde a mediados de la década de 1890, se consolidó el orden político y social del país, con la unión de un incipiente sector burgués, sectores oligárquicos regionales y terratenientes (9). El civilismo, con Piérola a la cabeza, asume el poder, desplazando a los militares (10), sucediéndose años después una recuperación de la economía, que queda concretada en los siguientes hechos: La aparición de la industria maderera, de bancos nacionales y extranjeros, la gradual superación del poder británico por el norteamericano, la utilización del caucho, el alza de los productos, la política de empréstitos, etc. (11). Formándose un proletariado industrial incipiente, que va tomando conciencia y adoptando las ideas clasistas. Es así, que el movimiento obrero empieza a surgir. Realizando una de las primeras luchas a fines del siglo XIX. Produciéndose la primera huelga proletaria. Huelga de los tipógrafos, que lanzándose a la lucha, exigen mejoras salariales a sus patronos. Esta huelga se inició el 16 de diciembre de 1883, durando 9 días, consiguiendo los tipógrafos sus reivindicaciones (12). Años después de esta primera huelga, los obreros panaderos, solicitando mejor trato y mejores salarios, se movilizan contra la patronal. Huelga que dio inicio el 4 de enero de 1887, concluyéndose el 12 de enero. Así mismo, el año de 1896, se intensifica el movimiento huelguístico, cuyos protagonistas principales serán los Obreros tejedores, los tipógrafos, los obreros pasteleros (13). Estas primeras acciones huelguísticas, sirvió de aprendizaje y experiencia en las futuras luchas del movimiento obrero emergente. Huelgas que en un inicio surgieron de formas espontáneas y sin mayor organización, que luego se fueron haciéndose más orgánicas, compactas, fuertes y contundentes. A inicios del siglo XX, la naciente e incipiente fuerza productiva (proletariado) , concentrada en urbes, explotados por agotadoras jornadas entre 14 a 16 horas, recibiendo a cambio un misero jornal […]; empieza a tomar conciencia, organizándose, de manera diversa al mutualismo (14), en sindicatos y órganos de resistencia. Como consecuencia de este giro hacia el sindicalismo, se empezó a difundir y desarrollar las ideas anarquistas. Así, en 1904, la Asociación de Panaderos “Estrella del Perú”, se separa de la Confederación de Artesanos “Unión Universal” (de carácter mutualista), para adoptar en 1905 la forma de Federación, convirtiéndose en el eje centralizador de las luchas obreras. El 1º de Mayo de 1905, la Federación organizó un solemne acto para celebrar la Jornada de Internacional de los Trabajadores. Acordándose en ella, iniciar la lucha en común y conjunta para conseguir la jornada de ocho horas. En esa celebración, Manuel Gonzáles Prada da a leer: “El intelectual y el Obrero”, donde preconiza la unión y alianza de l inteligencia con el trabajo, de la unión de intelectuales y obreros para realizar la revolución (15). Conmoviendo a la multitud diciendo: “mañana, cuando surjan olas de proletarios que se lancen a combatir contra los muros de la vieja sociedad, los depredadores y los opresores palparan que llego la hora de la batalla decisiva y sin cuartel” (16). En ese mismo acto, Manuel Caracciolo Lévano Chumpitaz, sintetiza el programa que propone: “Organización de los distintos gremios de obreros formando fondos de resistencia, de economía y protección mutua para lo fines: Mejorar la condición intelectual, moral y material de los gremiantes. Solucionar las cuestiones sociales y económicas de los mismos. Fomentar las federaciones entre los gremios afines y las ligas o alianzas con los demás centros obreros. Hacer causa común con los gremios del resto del mundo para la solución de cualquier problema social o en defensa de cualquier derecho. Fortalecer y defender la causa de la reforma social, porque la emancipación de los obreros tiene que ser obra de ellos mismos. Formar un cuerpo general de obreros. Convocar congresos locales o asambleas nacionales de obreros que den unidad y armonía a los trabajos sociológicos de los gremios. Hacer propaganda de nuestros deberes y derechos por conferencias y por prensa” (17). Esto significó un gran salto y aporte de los Lévano, “no se limitaron a la organización y defensa de los panaderos; propugnaban la Federación por ramas de industrias y la alianza internacional de lo trabajadores”, superando la estreches gremial, local o nacional (18). Jornada por las 8 horasEn el Perú, así como en otros países latinoamericanos, la duración del trabajo fluctuaba entre 14 a 16 horas diarias. Al iniciarse el siglo XX, el 2 de mayo de 1901, los obreros panaderos entraron en huelga, exigiendo la disminución del trabajo (19). En el año de 1904 (mayo), los trabajadores portuarios del Callao, se lanzan a la huelga. Muriendo en lucha “Florencio Aliaga” (20). Manuel C. Lévano, rindiendo homenaje exclama: “quien muere en la brecha de la redención del proletariado, también es un héroe” (21). También, Delfín Lévano recuerda a Florencio Aliaga, considerándolo como el primer mártir de la redención social en el Perú, víctima de la fuerza publica al servicio del capital (22). En 1905, se produce la huelga de los trabajadores portuarios del Mollendo (Arequipa), pidiendo aumento de salario y disminución de horas de trabajo, el cual se prolongó por más de un mes (23) En 1911, entran en huelga los obreros textiles de Vitarte, exigiendo aumento salarial, reducción de horas de trabajo y el libre expendio de mercancías. La huelga se extendió varias semanas. La patronal contrató nuevo personal, avalado por el Prefecto de Lima que impidió el intento de marcha de los obreros hacia la capital. Siendo esta acción condenada por los sindicatos de Lima y opinión pública, que en apoyo a los huelguistas, se declaró por primara vez en el Perú un Paro General Indefinido (24), posibilitando, aunque minima, un triunfo para el obrero de Vitarte y de toda la clase proletaria del Perú (25). En enero de 1912, se produce la huelga de los sastres, Delfín Lévano refiere que ante la no concurrencia de los obreros a sus labores, los capitalistas transaron con los operarios, aumentándose el 5, 7 y 8 por ciento en determinadas mano de obra, adoptada luego por los trabajadores ante el temor del fracaso de la huelga (26); resaltando líneas más adelante que “en los conflictos entre obreros y patrones están demás terceras personas, pues estas, …en muchos casos perjudican las causas proletarias”. Luego saluda los huelguistas diciendo: “nuestros sincero aplauso a los obrero sastres, pues sólo el movimiento huelguista significa el despertar de un gremio que por primera vez se lanza a la lucha”, haciendo un llamado a los obreros a organizarse en sindicatos menciona: “organizaos en sindicatos obreros sastres, y os habéis preparado para las futuras luchas, para el “mejoramiento progresivo” y “emancipación económica social” (27). Ese mismo años se produce la huelga campesina en el Valle de Chicama, en las Haciendas de Roma, Casa Grande, Sauzal, Cartavio y Chiquitoy; exigiendo aumentos salariales y la supresión del enganche. Produciéndose una represión brutal y masacre de campesinos por las fuerzas represivas (28) –el ejercito–. Delfín Lévano, condenando y denunciando a los órganos de gobierno y fuerzas represivas, refiere: “la pavorosa represión de la huelga de Chicama nos muestra en toda su desnudez horrorosa lo que es la plaga funesta de la humanidad, el militarismo”, “por eso protestamos y condenamos, a los principales autores de la horrenda tragedia…, el Presidente de la República , el Ministro de Gobierno… y demás secuaces galoneado” (29). Así mismo, se producen las huelgas de los conductores, electricistas, motoristas y sastres; extendiéndose también las luchas indígenas en las haciendas La Estrella y Barbadillo de Lima, y en otras ciudades como: Cañete, Chincha, Huacho, etc. (30). En 1913, se lanzan en huelga los operarios metalúrgicos de las factorías Guadalupe, El Vulcano, White y El Águila; los trabajadores de las fábricas de agua de gaseosas; se producen también huelgas en Talara, Negritos y Morococha. Pero la más importante y significativa fue la huelga realizada por los trabajadores portuarios del Callao, donde se consiguen las primeras victorias –tras largas y cruentas luchas– por la jornada de 8 horas. Primero para los jornaleros de la Darsena , luego por los operarios del Molino Milne y Cia, los operarios de la fábrica de gas, los operarios del Dique Flotante, los operarios de la Aduana , de la imprenta el Callao y la Casa Wagner (31). Pero en Lima el movimiento obrero fue duramente reprimido, apresándose a los principales dirigentes, no lográndose plasmar la jornada de 8 horas en todo el país (32). Uno de los obreros que tuvo mayor participación en estos hechos, fue sin duda, Delfín Lévano, participando activamente en todas las manifestaciones y actividades huelguísticas. Donde en las páginas de La Protesta enfatizó: “que el triunfo se debe únicamente a los huelguistas, y que el decreto gubernamental sólo vino a disimular una derrota de los enemigos del pueblo productor (33). En los años siguientes se sucedieron más hechos importantes como la sublevación indígena de Rumi Maqui (Teodomiro Gutiérrez) en 1914. Ese mismo año, Oscar Benavides derroca a Billinghurst; los militares masacran a los huelguistas de Chicama, Napo y Zaña; se produce la huelga de los tejedores de la fabrica El Inca; se declara el boicot a los diarios El Comercio y La Patria ; a las panaderías La Higiénica y Santa Catalina. En 1915, se produce la huelga de los obreros textiles de Vitarte, exigiendo la jornada de 8 horas, mejoras salariales y respeto al derecho de organización, terminando en sangrientos sucesos; insurrección de los selváticos ante la explotación de los caucheros. En 1916, se produce la huelga obrero-campesino de Huacho, barranca, Sayán y Pativilca, demandando mejoras salariales y la jornada de 8 horas, dejando muchos muertos y heridos; Huelga de los trabajadores de Talara y Negritos, que es fuerte y brutalmente reprimida; el gobierno empieza a clausurar locales, perseguir y encerrar dirigentes anarcosindicalistas . En 1917, el Comité de Defensa Social, convoca a un mitin pro-abaratamiento de las subsistencias; se clausura el local de la “Estrella del Perú; se produce la huelga de los conductores y motoristas, textiles y campesinos del Valle de Huacho; Huelga de los obreros de Negritos y Talara, terminando en sucesos sangrientos; Huelga en las minas de Smelter y Cerro de Pasco; huelga en las haciendas de Casa Grande, Chilín y Cartavio, entre otros. En 1918, fallece el Maestro Manuel Gonzáles Prada; se declaran en huelga los obreros de la fábrica de tejidos el Inca (23 de diciembre), iniciándose la lucha por la jornada de las 8 horas en Lima; huelga de los gremios panaderos [30 de diciembre] (34). La conquista de la jornada de 8 horasEl 23 de diciembre de 1918, los obreros de la fábrica de tejidos El Inca, se declaran en huelga, reclamando la jornada de 8 horas, sumándose a ella la “Unión textil” de Vitarte, días después se suma la Federación de Panaderos desencadenándose una movilización generalizada del proletariado, produciendo la paralización de las actividades, enfrentamientos entre huelguistas y policías. Los obreros piden apoyo a los universitarios, después de días de vacilación y deliberación envían a sus representantes ante el Comité del Paro. El día 13 (Enero), el paro general es contundente en Lima y Callao –se detuvieron a muchos dirigentes–, continuándose hasta el día 15; ese día se adhieren los sastres y albañiles. En Vitarte se vuela una locomotora y en el Callao se intenta incendiar la estación de ferrocarril. Obligando al gobierno y la clase dominante, que presas del terror (ante la movilización del movimiento), ceden a las exigencias del proletariado. Así, el 15 de enero de 1919 a horas de la tarde, el gobierno emite un decreto reconociendo legalmente la jornada de 8 horas (35). Significando un triunfo valioso e importante del proletariado, que con su disciplina, combatividad, entrega y conciencia de clase asestaron un duro golpe a la burguesía y al estado, enseñando que con la unión y organización del proletariado, nada es imposible, y que sin luchas no hay victorias. Algunos oportunistas y charlatanes, han intentado dar la paternidad de esta conquista a Haya de la Torre. Así , Felipe Cossio del Pomar señala que: “la primera batalla de los obrero del Perú para obtener la justiciera jornada de 8 horas, la idea inspiradora es una, la voluntad inspiradora también es una. Las dos emanan de Víctor Raúl Haya de la Torre ” (36). Tal afirmación es completamente falsa, ya que la lucha por la jornada de 8 horas empezó a inicios de siglo, cuando el mencionado aún era un niño y no había venido a Lima (37). Desmintiéndose tal patraña de Cossio del Pomar. Así mismo Haya de la Torre y los demás representantes estudiantiles, proponen la jornada de 9 horas (38), quedando sin sustento ni fundamento tales afirmaciones (39). Ya que los únicos inspiradores de tales jornadas de lucha fueron los obreros del Perú, que indudablemente figuraron entre ellos Manuel Caracciolo y Delfín Lévano, entre otros; que tras largas luchas y batallas mostraron su capacidad combativa con la acción concreta y directa, arrancando una gran conquista a la clase dominante. Demostrando que la victoria y emancipación del proletariado ha de ser obra de ellos mismos. Después de esta jornada, se van a suceder mas hechos importantes, como la fundación de la Federación de Trabajadores Textiles del Perú (FTTP), ese mismo año; la huelga ferroviaria de Trujillo por la demanda de la jornada de 8 horas y aumento de salario, provocando duros choques con la policia; la huelga ferroviaria de Lima. Se inicia en Lima y Callao, la lucha por el abaratamiento de las subsistencias; se produce el golpe de estado civil militar que coloca como presidente a A. B. Leguía; huelga de campesinos en el Valle de Huacho, Chancay y Huaura, por más salarios y jornada de 8 horas, dejando un saldo de muchos muertos y heridos,; se inicia el movimiento de la Reforma Universitaria , inspirado por los universitarios de Córdoba. Así mismo, el 8 de julio del mismo año, los trabajadores reunidos en asambleas bajo la presidencia de Adalberto Fonkén, resuelven constituir la Federación Obrera Regional del Perú (40). En 1920, se dicta el decreto sobre huelgas, donde se permite el lock out y se prohíben las huelgas; estalla la huelga de motoristas y electricistas, demandando mejoras salariales; huelga de los obreros del Ferrocarril Central y del Molino de Santa Rosa, como protesta por los abusos de la patronal. En 1921, se realiza el Primer Congreso Obrero Local, que es presidida por Delfín Lévano como Secretario General (41), en la cual se realiza un análisis de la situación y demandas de los trabajadores, aprobándose crear la Federación Obrera Local (42); la policía cierra la Universidad de San Marcos, bajo pretexto de actividades subversivas de los estudiantes. En 1922, paro general en lima como protesta por los sangrientos sucesos ocurridos en Ica, en prejuicio de los obreros agrícolas de la región; se reabre San Marcos previa expulsión de estudiantes condurados como agitadores; paro de tranviarios; se organiza la Federación Obrera Local de Lima [FOLL] (43). En 1923, paro general de los ferroviarios contra el intento de reducción de salarios; insurrección de indígenas en Cangallo, como protesta al estanco del alcohol y la conscripción vial, terminado en una masacre campesina; huelga del ferrocarril central; regreso de Mariátegui de Europa en 1924; huelga de tranviarios en defensa de la jornada de 8 horas; matanza de campesino en Parcona (Ica). En 1925, huelga de camaleros de Lima; de tranviarios; polémica entre anarcosindicalistas y textiles de Vitarte. En 1926, paro general y mitin popular contra la conscripción vial, lográndose su modificación; Mariátegui funda Amauta. En 1927, se realiza el Segundo Congreso obrero local, donde la Federación de Panaderos “Estrella del Perú”, no fue invitada (44); se clausura Amauta (junio) y reaparece nuevamente en diciembre. En 1928, se funda el Parido Socialista, se publican los 7 ensayos de interpretació n de la realidad peruana; aparece el periódico Labor. En 1929; huelga de los obreros tranviarios; se funda la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGPP), Se clausura el periódico Labor; se produce la huelga en Morococha contra despidos y reducción salarial, obteniéndose el triunfo tras duros combates. En 1930, muere José Carlos Mariátegui, el Partido Socialista pasa a llamarse Partido Comunista; se produce el golpe de estado de Sánchez Cerro; el gobierno ilegaliza a la CGTP , acusándola de organización de tendencia revolucionaria y promotora de conflictos sociales. En 1931, se realiza la manifestación de los choferes del servicio público; estalla la huelga de obreros petroleros de Talara, demandando mejoras salariales; masacre de campesino en Paiján, dejando muchos muertos y heridos. En 1932, huelga de los trabajadores tranviarios y marítimos como protesta contra despidos de obreros y reducción salarial; estalla una insurrección en Trujillo como protesta contra el fraude electoral de 1931 (45). En 1936, fallece un gran hombre e infatigable luchador, revolucionario y anarquista, “Manuel Caracciolo Lévano. La prensa obreraImpulsada por las ideas revolucionarias de Manuel Gonzáles Prada a su regreso de Europa en 1898, que influenció grandemente, en los años siguientes, a la lucha y organización del proletariado, empezando a aparecer periódicos como: El Libre Pensamiento (1896-1903), dirigido por el médico Christian Dam, La Idea Libre (1900-1903), dirigida por Gliserio Tasara, Los Parias (1904-1910), por Gonzáles Prada; Germinal (1889-1906), Redención (1905-?), El Artesano, El Obrero Peruano (1902-1903), Luz Eléctrica, Toda esa labor propagandista se extenderá rápidamente en otras ciudades del país. En Trujillo aparece: La Antorcha (1903); en Chiclayo: Justicia (1905) y La Prensa Libre (1906); en Arequipa: El Ariete (1901), Bandera Roja (1907), La Semana , La Federación ; en Cerro de Pasco: La Lucha y La Voz del Obrero; en Puno: La Voz del Obrero; Huánuco: Avenir; en Ica: Rebeldías, entre otros. Los primero periódicos mutualistas fueron: El Artesano(1888- 1896), El Obrero Panadero (1902), La Voz Obrera (1901), La Verdad (1906-1919), El Laborista (1917), entre los mas importantes. Entre los periódicos anarquistas más importantes estaban: Los Parias (1904-1910), Simiente Roja (1905-?), EL Hambriento, Humanidad, Némesis, La Agitación , y el más importante de todos, La Protesta (1911-1926), etc. Así mismo se publicaron: Claridad (1923-1925), reemplazando a Claridad: Solidaridad (1925-1927), Amauta (1926-1930), Labor, (1928-1929), El Obrero Textil, El Obrero Gráfico(1919- 1925), El Electricista, El Tranviario(1921- 1925), El Obrero Marítimo (1929-?), El Ferroviario, El Trabajador, El Nudito (1919), EL Obrero Organizado (1916-1917), etc. (46). DELFÍN LÉVANO: SEMBLANZA DE UN REVOLUCIONARIONace en Lurín el 9 de noviembre de 1885, sus padres fueron Don Manuel Caracciolo Lévano (1962-1936) y Doña Hermelinda Gómez. Teniendo como hermanos a Hemérita y Eufrasio Lévano Gómez. Su Padre Don Manuel Caracciolo LévanoSu madre (Hermelinda Gómez), trabajadora y luchadora social de Lurín y su padre (Manuel Caracciolo Lévano, de padres campesinos), fue un combatiente guerrillero en los días de resistencia ante la invasión chilena, peleando en la batalla de Miraflores. Fue el primer dirigente obrero que traza el programa para el proletariado peruano (47), que busco y propagandizó la “organización de los obreros y campesinos” (48), para la redención social. Hombre de “Lucha Armada” (49). Ante la traición de Cáceres lo combatió tenazmente, siendo encerrado durante meses en el Cuartel de Santa Catalina (50). Liberado del encierro, se instala en Lima, trabajando como cultivador de aceitunas, ingresando luego a la fábrica de cigarrillos. Poco tiempo después “se dedicará al oficio de panaderos donde dedicará todas sus actividades de propagandista de unidad y luchador por la reivindicaciones proletarias (51). Años después se sumará a las montoneras de Piérola. Instalándose éste en el poder en 1895, se siente decepcionado al ver como reprime al pueblo, masacra indios, obrero…, para que sigan trabajando como esclavos (52), resultando todas las promesas del dictador, una farsa. Retornando después a su condición de obrero, ya que no estaba en su conciencia llegar a coronel o diputado (53). Por sus ideas y actividad, sufrió persecución y penurias (al igual que su hijo Delfín Lévano), pero no lograron doblegarlo. Escribió en El Oprimido, La Agitación , El Hambriento, La Voz del Panadero, El Obrero Panadero, Simiente Roja, Humanidad, La Protesta , Armonía Social, entre otros; firmando con nombre propio y como Comnavelich, Manuel Chumpitaz (54), L.E.Ch., El Federado Nº 3, anónimamente, entre otros (55). Abrió el siglo XX, como secretario general de los panaderos, en la primera huelga por demanda de salario en 1901 (56). Fue el primer organizador sindical, el abuelo del sindicalismo (57). Propagandista del anarquismo y amante fervoroso de la organización del proletariado. Fue una persona “inteligente y estudiosa, honrado, altivo y discernimiento, era el hombre de acción metódica, no gustaba de la palabrería altisonante ni de fieras posturas de clamor irresponsable; le gustaba el sembrar ideas, organizar gremios obreros, trazar nuevos rumbos de la ideología socialista libertaria y estar al lado de los trabajadores cuando planteaban, dentro de acción directa que el preconizaba, sus reivindicaciones mejoristas y sus protestas contra los atropellos a los derechos del pueblo” (58). Cuando ya no pudo trabajar, continuó asistiendo a las asambleas de la Federación de Panaderos, opinando, brindando consejos de toda su experiencia y labor revolucionaria. Muriendo el 10 de junio de 1936, “fiel a sus convicciones anarquistas” y en pleno conocimiento de sus facultades, sin temor a la muerte, se despidió de toda su familia “estrechándole las manos y dándoles el último abrazo”. Pidiendo, antes de morir, pluma y papel, escribiendo: “soy padre pobre, pero a nadie debo nada”, viniéndole “la muerte con la pluma en la mano, cuando, talvés, quería escribir algo más (59). Su vida y Actividad revolucionariaContinuando con la semblanza de Delfín Lévano, se puede apreciar que es un continuador de grandes luchadores sociales. Procedente de una familia humilde de escasos recursos económicos, tiene que trabajar desde muy pequeño para contribuir al sostenimiento del hogar. No concluye sus estudios (quedándose en el tercer grado de primaria), al no poder costear los gastos, teniendo que formase de manera autodidacta. Lográndolo satisfactoriamente. Se identificó plenamente con las ideas anarquistas de su padre. Asimilando y enrolándose, desde muy joven, al anarquismo, se convirtió en uno de sus propagandistas y defensores más entusiastas, logrando desatacar por su inteligencia, tenacidad, fluidez verbal y combatividad. Escribiendo desde 1904 crónicas sobre los gremios. En 1905, ya es un militante activo e importante del anarcosindicalismo, así como de la Federación de Obreros Panaderos “Estrella del Perú”, ocupando 8 veces el cargo de secretario general, una de presidente, una de tesorero, dos de contador, una de bibliotecario, una de secretario del exterior y una de administrador del periódico La Voz del Panadero (60). Así mismo, preside el cargo de Secretario General en el Primer Congreso Obrero Loca (1921), llamando a la organización y unidad proletaria para la defensa de los intereses y derechos colectivos, con miras a la revolución social (61). No fue un líder, ni nunca se consideró como tal, más bien fue un hermano, un amigo, un obrero, un explotado, un compañero y camarada, digno representante de la humanidad. En 1908, funda el grupo libertario Humanidad, que luego se fusiona con el Centro Socialista “1º de Mayo”, dando lugar al Centro de Estudios Sociales “1º de Mayo”. El Oprimido (1907-1909) pasa luego a ser editado por ellos. Entre 1911 y 1926, dirige La Protesta (vocero más importante del anarquismo en el Perú); animó la publicación de la revista Armonía social (1920-1921) de corte crítico, sociológico e histórico. Dejando en su haber, una basta producción intelectual y revolucionaria en diversos periódicos, revistas y semanarios de aquella época. Influenciado por las ideas de Bakunin y Kropotkin, como también por Enrrico Malatesta, de quien poseía casi toda su bibliografía, y del geógrafo francés Eliseo Reclus. Firmando sus escritos con nombre propio y como: Lirio del monte, Amador del ideal, Amador Gómez, Amador, D. D., entre otros. Dirigió el Centro Artístico “Apolo”, participando en veladas literarias organizada por el Centro de Estudios Sociales “1º de Mayo”. Escribe la obra teatral: “Mama Pacha”. Se desenvolvió también como músico, componiendo: “ La Sinfonía del Trabajo”, “El perseguido”, “Mis flores rojas”, “La obrera”, “Mis cantos de amor”, etc.; escribiendo muchos poemas, entre ellas: “Anárquica”, “Romántica”, “Rebéldica”, “Los políticos”, “¡Rusia!”, “Mi lira”, etc.; en cuentos escribió: “Noche de navidad”, “Los anónimos”, “Redención”, “Balada de amor”, “El proscrito”, etc.; toda una basta producción cultural, intelectual y revolucionaria. Así mismo, escribió sobre la religión, contrastándola con la filosofía anarquista, contra el estado, el capital, los militares y todas las entidades e instituciones de represión y sometimiento. Así también, sobre la anarquía, la mujer, el 1º de Mayo, el sindicalismo, el movimiento obrero, el pan, la educación, etc. Propagandista y agitador incansable, que a pesar de toda adversidad –ya que en la época en la cual se desenvolvió, las condiciones del obrero eran muy duras y miserables, de tensiones económicas y sociales, con trabajos de 12 a 14 horas diarias, ausencia de toda legislación laboral, desdén de los capitalistas por la plebe urbana y un poder clerical sumamente retrogrado e irracional […]–, se daba el tiempo para leer, escribir, editar periódicos, revistas, folletos y panfletos, organizar al proletariado, organizar huelgas, movilizaciones y manifestaciones, realizar conferencias, recitales, presentaciones musicales, entre otras innumerables y loables actividades. Estaba siempre presente en las manifestaciones, huelgas y protestas, reclamando ante los patronos y autoridades, por las malas condiciones del trabajo y la vida; y cuando no formaba parte de las comisiones, las asesoraba, guiaba y aconsejaba. No olvidemos también, que desempeñó un papel importante y fundamental en la conquista de la jornada de 8 horas en 1913 y en 1919. Todo un ejemplo a seguir y emular. Propugnador del sabotaje, el boicot y la huelga; enseñaba y explicaba constantemente con la prédica y el ejemplo. Y en momentos de huelga era el hombre del consenso y de la táctica; inflexible con el traidor, severo, valiente y tenaz contra el capital, burguesía y clase dominante. La solidaridad era una de sus principales características, no sólo con el gremio al cual perteneció, sino, con todos los demás gremios y personas, brindando su apoyo moral, intelectual y material. Por ello, inspiraba sentimientos fraternos y humanos. Un hombre honrado, leal e incorruptible, hasta sus últimos días. Así, Cesar Lévano (su hijo), recuerda: Una vez, en 1939, fueron a visitarle a su cuartucho de madera, en Lince, dos personajes, uno era el comandante Alfonso Vásquez Lapeyra, que se había apartado del aprismo para apoyar la candidatura presidencial de Manuel Prado. El otro, José Cristóbal Castro, aspirante a diputado en la misma ocasión. Éste último había sido batallador líder portuario. Solo una cosa pedían a mi padre: que entregara su colección de periódicos obreros ( La Protesta , Los Parias, Los Oprimidos, Armonía Social, etc.) a una Exposición de Prensa Peruana. A cambio, le darían becas para sus tres hijos que bastante las necesitábamos. La respuesta fue serena: “Esos periódicos no me pertenecen. Son de los trabajadores. Yo no puedo negociar con ellos en beneficio de mis hijos” (62). Sufrió, por su actividad revolucionaria, persecución, cárcel y tortura. Pero no tuvo miedo ni desfalleció, siempre estaba en la lucha mientras el cuerpo respondiera, arriesgando la vida por su ideal y la causa revolucionaria. Pero lamentablemente, este gran revolucionario se vio incapacitado a consecuencia de la última prisión a la que lo confinó el legiísmo, liberado después por efecto de una huelga obrera. Pero a su salida, ya no era el mismo, a consecuencia de la feroz y brutal paliza que le habían dado, dejándolo prácticamente inválido. Cesar Lévano refería: “lo que retornó al hogar, fue una masa morada y tinta de sangre, un ser hinchado que ya no podía caminar” (63). Muriendo el 23 de setiembre de 1941, en un asilo para pobres de Barrios Altos. Una monja antes de morir le pidió que se confesara, con voz tranquila respondió: “no voy a confesarme. Nunca he hecho mal a nadie. Todo lo contrario, si Dios existe, no tengo nada que temer” (64). Muriendo minutos más tarde. Muchas personas han escrito y referido sobre el maestro Delfín Amador Lévano Gómez, entre ellas tenemos a Pedro Parra que al referirse sobre él decía: “era hombre-idea, parecía hablar para que lo entendieran todos, sin importarle si lo aplaudían o no” (65); Esteban Pavletich refería: “de raza indígena, bajo de estatura y amplio tórax…, un hombre sensible, alerta, sacrificado y combativo. Maestro incorruptible de dignidad, pureza y abnegación, combatiente de avanzada, agitador de multitudes, …fue en suma: Hombre-idea” (66); Julio Portocarrero decía: “era de bajo cuerpo, indígena, grueso, bien imputado. De un trato muy afable, muy cordial para con todos (67), “mis relaciones con Delfín y con los anarquistas de esa época, fue muy cordial, muy fraternal. Nos vinculamos y propendíamos fundamentalmente a la organización de los trabajadores. Luchábamos por ello” (68). Así mismo, Wilfredo Kapsoli dice: “enfatizaba la instrucción racional para pensar y obrar con voluntad propia” (69), Carlos Barba: “Delfín Lévano fue el hombre que conjuntamente con Mariátegui, en dos campos distintos, …han hecho posible que surja entre los trabajadores la inquietud social” (70). Luis Tejada R. Decía: “uno de los obreros intelectuales más importantes del movimiento libertario” (71), que “con mucha fuerza de constancia y dedicación se superaba…, de profundo sentimiento humano, que en él era norma de vida. Fue precisamente por eso que se convirtió en un revolucionario, dispuesto a dejar su sangre por la justicia, capaz de entregarse sin límites a la causa de los pobres”. “Siempre mostró enorme sensibilidad y solidaridad con todos…, recolectando colectas para los gremios en huelga, para los damnificados por desastres naturales, preocupándose por el precio de las subsistencias y los alquileres…; respecto al peso, precio y calidad del pan. Propiciando también el entendimiento entre los grupos puestos a la Federación ” (72). Tales autores, no se equivocaron, Delfín Lévano fue despertador de conciencias, organizador del proletariado, honrado, sensible, luchador, combativo […], poniéndose siempre al lado y favor de su clase, denunciando y combatiendo injusticias y atropellos, tanto de los órganos de poder como de las fuerzas de represión. Un gran se humano y persona, que lo dio todo por su clase para la emancipación del proletariado. Dejando un gran legado a las generaciones venideras, así como el camino (dejado no sólo por él, sino, por todos los luchadores y revolucionarios que vivieron con él y le sucedieron), creando las condiciones para la transformació n de la sociedad por medio de la revolución social, cuya meta final es y será el comunismo (anarquía/acracia) . En pocas palabras, Delfín Lévano, como ya se mencionó anteriormente, es y fue: “¡UN ANARQUISTA CONVICTO Y CONFESO!”. ¡HONOR Y GLORIA A LOS MÁRTIRES Y HÉROES DE LA REVOLUCIÓN ! |
HauptseiteSupport Sudanese anarchists in exile Joint Statement of European Anarchist Organizations International anarchist call for solidarity: Earthquake in Turkey, Syria and Kurdistan Elements of Anarchist Theory and Strategy 19 de Julio: Cuando el pueblo se levanta, escribe la historia International anarchist solidarity against Turkish state repression Declaración Anarquista Internacional por el Primero de Mayo, 2022 Le vieux monde opprime les femmes et les minorités de genre. Leur force le détruira ! Against Militarism and War: For self-organised struggle and social revolution Declaração anarquista internacional sobre a pandemia da Covid-19 Anarchist Theory and History in Global Perspective Capitalism, Anti-Capitalism and Popular Organisation [Booklet] Reflexiones sobre la situación de Afganistán South Africa: Historic rupture or warring brothers again? Death or Renewal: Is the Climate Crisis the Final Crisis? Gleichheit und Freiheit stehen nicht zur Debatte! Contre la guerre au Kurdistan irakien, contre la traîtrise du PDK Meurtre de Clément Méric : l’enjeu politique du procès en appel Bolivia / Peru / Ecuador / Chile | Historia del anarquismo | es Fri 19 Apr, 23:19 Nuevo Libro: Mujeres y Prensa Anarquista en Chile (1897-1931) 23:40 Thu 09 Nov 2 comments Un fraternal saludo a todos los compañer@s: Somos Ediciones Espíritu Libertario de Santiago de Chile y a través de este deseamos informar que hemos editado recientemente el siguiente libro: "Mujeres y Prensa Anarquista en Chile (1897-1931), compilación realizada por Alejandra Pinto y Adriana Palomera. Salud y anarquia Reflexiones sobre veinte años de anarco-comunismo en Chile Jan 24 0 comments El 29 de Noviembre de 1999 nacía en el local de la Federación de Trabajadores de la Construcción, Madera y Áridos (FETRACOMA), en la esquina de Almirante Latorre con Claudio Gay, Santiago de Chile, el Congreso de Unificación Anarco-Comunista (CUAC). Este era un intento desde el mundo libertario por dotar al mundo popular en Chile de una organización decididamente anarco-comunista para emprender transformaciones de fondo y de alcance revolucionario en el país. Veinte años después, en el local del Centro Social y Librería Proyección, en la calle San Francisco, algunos de los protagonistas de ese esfuerzo, junto con compañeros que de alguna manera son continuadores de esa tradición, nos reunimos a discutir y evaluar los aciertos y desaciertos, los alcances y falencias de esa experiencia. La organización anarco-comunista en Chile (4ª Parte): Acerca de la Organización Revolucionaria Anarq... Jul 01 0 comments Estos documentos son parte de una serie de entregas a cuentagotas sobre los debates en torno a la organización anarco-comunista que marcaron el período clave para esta corriente en Chile entre 1999 y 2004, de los cuales ya hemos entregado tres: sobre la re-estructuración orgánica del Congreso de Unificación Anarco-Comunista, sobre el Proyecto de Reforma Orgánica de esta organización, y un debate más de fondo sobre su norte político. Con estos dos artículos que ahora damos a conocer como parte de la cuarta entrega de esta serie, damos un paso atrás y volvemos a los momentos de formación del Congreso de Unificación Anarco-Comunista y a las discusiones en torno al por qué de una organización política de los anarquistas. Estos dos artículos, llamados "Acerca de la Organización Revolucionaria Anarquista" (Primera y Segunda Partes) aparecieron originalmente publicados en la Revista Hombre y Sociedad (HyS). El primero, fue publicado en el No.10, Noviembre del 2000, y la segunda parte apareció en el No.13, Agosto del 2001.
El primer documento, había sido escrito un año antes, en Octubre de 1999, de cara al Congreso de Unificación Anarco-Comunista que tuvo lugar en la sede sindical de FETRACOMA en la calle Almirante Latorre en el centro de Santiago de Chile el 27 y 28 de Noviembre de ese año. Ese documento fue mi contribución, escrita a título personal, para la discusión sobre organización política, que era el tema clave a discutir en ese Congreso. Ahí, perfilaba la necesidad de una organización política anarquista que se planteara el trabajo popular en el corto plazo, un programa específico de transformaciones a mediano plazo, y objetivos revolucionarios a largo plazo. Esta visión de la organizacion política, estaba en debate con otros modelos de organización que otros participantes llevaban en mente, como establecer una especie de "colectivo" ampliado, o una coordinadora de colectivos (que era la fórmula favorecida por la JA! -Jóvenes Anarquistas- de la Universidad Católica, que estuvieron en el proceso hasta aproximadamente Mayo del 2000, cuando optaron por seguir aparte como colectivo). También estaban en debate las formas específicas que adoptarían los núcleos locales de la organización (organización por frentes, que era lo que favorecíamos quienes veníamos del grupo alrededor de HyS, por comisiones que era favorecido por los militantes del Centro y Sur de Santiago, u organizaciones de carácter territorial, que era lo que planteaba el grupo que venía de Comunitancia, donde estaba Mario Celis, que se inspiraban en el municipalismo libertario de Murray Bookchin). Este articulo dejaba espacio abierto a las variaciones en las formas específicas que adoptaría la organización según las preferencias y las discusiones de los asistentes al Congreso. Sin embargo, era imprescindible para nosotros dejar en claro los principios fundamentales que debía adoptar la organización política -los principios contenidos tanto en la Plataforma del Grupo Dielo Trouda y el Manifiesto Comunista Libertario de Fontenis. Ese era para nosotros el debate central y crucial en ese momento. Cuando uno lee la primera parte del documento, no deja uno de pensar en el estado del movimiento en esa época que se debía discutir de temas tan básicos y de no pocas obviedades, que sin embargo, encendían acaloradas polémicas -como ser la disciplina básica de acatar las decisiones mayoritarias y los mecanismos de toma de decisiones colectivos. Un aspecto clave era para nosotros el mostrar que esto no era una "desviación" provinciana nuestra, sino que éramos parte de algo mucho más grande que estaba creciendo en todo el mundo: esa era la época de auge del "plataformismo", con organizaciones consolidadas en Italia, Irlanda y Francia, y organizaciones emergentes en Suiza, Europa del Este, Sudáfrica, Turquía, etc. Anclar nuestra apuesta organizativa en un movimiento emergente global y en una tradición histórica que hilaba momentos claves de las luchas revolucionarias del siglo XX: Rusia, España y la resistencia anti-fascista, reflejaba nuestra ambición de ser más que un colectivo y de tener raíces profundas en un país donde, salvo nuestro contacto con algunos veteranos del movimiento de décadas pasadas, se había perdido la linea de continuidad del anarquismo militante, existiendo un hiato de casi medio siglo. En el mismo número 10 de HyS, en otro artículo, haciendo una reseña del primer año de vida del C.U.A.C., aclaro esto que para nosotros se había convertido en algo fundamental: no éramos un grupúsculo, sino "un proyecto histórico (...) portador de la herencia legada por toda una vertiente del pensamiento socialista, por generaciones de luchadores y por las esperanzas de igualdad, libertad y fraternidad de todo un pueblo", con la "responsabilidad de situar todo este legado histórico en el presente y proyectarlo hacia el futuro".
El segundo documento, fue escrito en el transcurso del 2001, cuando ya se comenzaban a definir las estructuras de la organización, "en torno a la asamblea general, instancia ejecutiva, y a los trabajos prácticos desarrollados por comisiones, áreas en las cuales quienes se encuentran desarrollando alguna experiencia social, pueden abrirla al resto de sus compañeros y trabajar por hacer presentes las líneas de la organziación, decididas por todos en las discusiones de la asamblea" ("Año I del Congreso de Unificación Anarco-Comunista, C.U.A.C., José Antonio Gutiérrez D., HyS No.10, Noviembre 2000). Sin embargo, para entonces nos empezaban a quedar claras las limitaciones tanto de una asamblea en paralelo a la inserción social de la organización, así como de comisiones que en la práctica, funcionaban como colectivos con escasa coordinación. Así, comenzábamos a explorar la necesidad de cualificar la organización y dejar de actuar como un colectivo grande. Buscando debates y referencias en la literatura anarquista clásica, con los cuales fundamentar ideas y posiciones en la discusión de cómo construir organización político-revolucionaria, cuál era su rol, etc. nos encontramos con un gran vacío en la literatura anarquista en cuanto a los fundamentos teóricos de la organización. Notábamos que se hablaba mucho de organización, pero se decía muy poco de cómo construirla, dándosela por sentado. Incluso en la misma "Plataforma" y en el "Manifiesto", se habla de los principios estructuradores de la organización, y de su finalidad, pero -pese a ser dos de los documentos en la tradición libertaria que más desarrollan el tema- no se habla demasiado de su fundamentación -por qué la organización, en que sustrato social se da, cómo interactúa con otras expresiones organizativas, cómo distinguir una organización político-revolucionaria de otras formas orgánicas, etc. En cierto sentido, sentíamos que abordar el tema era un complemento a las propuestas que se venian haciendo desde quienes plantaban la reorganización por Frentes, y los planteamientos de Mario Celis, quien hacía muchas contribuciones sobre la presencia y la inserción social de la organzación, pero tampoco podíamos dejar de lado la organización política. Así nació este documento: como un intento de dar mayor fundamento a la necesidad de la organización político-revolucionaria y entender mejor las bases clasistas en las cuales sustentábamos nuestro proyecto, como un sector específico de un pueblo necesariamente heterogéneo. Si los otros documentos que hacen parte de esta serie de entregas son mucho más contingentes y coyunturales, estos dos artículos forman parte de las ideas centrales que estábamos desarrollando en torno a la cuestión organizativa. Ambos documentos, aunque fueron escritos a título personal, reflejan, en mayor o menor medida, discusiones colectivas que estábamos desarrollando con compañeros en Puente Alto y La Florida, con compañeros que venían de distintas luchas y trayectorias durante todo el período de la llamada "transición democrática" (sic), y de compañeros con quiénes nos encontrábamos en espacios sindicales y estudiantiles.
Estas reflexiones informaron muchas de las decisiones políticas que tomaríamos en el transcurso de ese año y que nos llevarían, como sector mayoritario del C.U.A.C., a replantearnos el relacionamiento de nuestra organización con el mundo popular y con las organizaciones sociales en las que actuábamos, en las que teníamos incidencia, y en las que comenzábamos a tener protagonismo e incluso dirigencia -principalmente en los sectores estudiantil y poblacional, pero con algunos intentos cada vez más serios en el plano sindical. Creo que muchas de estas reflexiones son importantísimas hoy, cuando, casi 20 años después de formado el C.U.A.C., el movimiento libertario en Chile ha logrado tener un acumulado de experiencias en luchas y organizaciones populares nada despreciable, pero los intentos de organización politica siguen siendo esquivos, cayéndose frecuentemente en la fragmentación, cuando no en desvaríos autoritarios. Retomar estas discusiones político-teóricas es un primer paso para replantear el debate y seguir con esta deuda pendiente que tenemos los anarco-comunistas criollos con la organización revolucionaria anarquista.
José Antonio Gutiérrez D. Hombre y Sociedad (segunda época) apaga diez velitas [2007] Apr 17 0 comments Artículo que apareció originalmente en el número 21 (Primavera 2007) de la publicación comunista-anárquica chilena "Hombre y Sociedad" con motivo del décimo aniversario de esta importante revista, en el que se hace un recuento histórico de su surgimiento, de algunos aspectos del anarquismo en Chile en la década de 1980 y 1990, y una evaluación de su impacto. La organización anarco-comunista en Chile (3ª Parte): Proyecto para un Nuevo Norte Político al C.U.A... Nov 23 0 comments Después de que comenzara a andar la Reforma Orgánica del C.U.A.C., en Mayo del 2002, las tensiones respecto al curso de la organización, que hasta ese momento habían sido subterráneas, estallaron abiertamente. La reforma orgánica había encontrado la oposición de un sector minoritario en la organización, y solamente fue aceptada de mala gana y a regañadientes por éste, haciendo todo lo posible por poner palos a la rueda y hacerla fracasar. Este sector, a la vez que respetaba formalmente -y sin gran entusiasmo- la nueva estructura, se había planteado como objetivo el lograr una convergencia con otros colectivos anarquistas para ganar en número, a la vez que se daba pie atrás al desarrollo cualitativo de la organización en esos meses. La convergencia con esos colectivos buscaba de alguna manera volver al C.U.A.C. antes de sus orígenes y dar por el traste a la organización en Frentes. Esta convergencia se buscó a través de la creación de un periódico conjunto, llamado "Página Negra" (cuyo primer número apareció en Agosto del 2002, y cuyo segundo y último número aparecería en Enero del 2003), el cual se fue comiendo al propio órgano de la organización, el "ALERTA" (del cual aparecieron cuatro números*). No hubo más trabajo en común que se compartiera aparte de esta publicación, que no fue capaz siquiera de desarrollar una línea editorial coherente. La organización anarco-comunista en Chile (2ª Parte): Proyecto de Reforma Orgánica del C.U.A.C. (May... Nov 07 0 comments Cuando se formó el Congreso de Unifiación Anarco-Comunista a finales de 1999, teníamos la visión de pasar de los colectivos (casi todos contra-culturales) a una organización que pudiera converitr el pensamiento libertario en acción política al interior de las masas populares. Así como comprendíamos que el movimiento popular chileno debía re-pensarse y re-crearse, el movimiento libertario también tenía que pasar por el mismo proceso para poder cumplir su rol y aportar en este proceso de levantar nuevos referentes en la lucha por la transformación social en el Chile de la post-dictadura. Hacia finales del 2000 comenzamos a pensar cómo poder convertir nuestro entusiasmo revolucionario en una alternativa libertaria. El primer aporte escrito en esa dirección quedó plasmado en un documento elaborado por Mario Celis, que recogía las discusiones de la Comisión de Propaganda, titulado Reestructuración Orgánica del C.U.A.C. (Marzo 2001). Con esa base, aunque con diferencias metodológicas, comenzamos un proceso de organización en lo poblacional, lo estudiantil y lo sindical. Fue en el plano estudiantil donde, quizás, tuvimos los mayores avances y los que más se sostuvieron en el tiempo, aún cuando en los otros dos frentes tuvimos también importantes logros y ganamos en experiencia.
Al poco andar, durante el 2001, comenzó a evidenciarse la inadecuación de las estructuras centrales de la organización en relación a lo que estaba ocurriendo en la "periferia", por así decirlo, del C.U.A.C. Por una parte, algunos frentes, sobre todo en el estudiantil, manteníamos importantes niveles de actividad, inserción y organización. Por otra parte, la estructura central de toma de decisiones, la Asamblea, no reflejaba adecuadamente estos cambios ni los trabajos de base que se realizaban. No todos en la organización tenían trabajo de base ni de inserción social, como lo llamábamos, pero desde el espacio de la Asamblea se podía obstaculizar los avances que estaba haciéndose desde la militancia de base. Al poco tiempo, se hicieron evidentes los peores vicios del asambleísmo: que las decisiones las toman los que tienen el tiempo y el aguante para agotar el debate hasta altas horas de la noche, los que pueden estar en todas las reuniones en el centro de la ciudad (las reuniones de la Asamblea, se realizaban en FETRACOMA, organización sindical que nos acogió y sin cuyo apoyo no habríamos podido existir, pero que estaba físicamente muy alejada de muchos de los espacios de militancia concretos que teníamos), y donde se perdía el impuslo y las propuestas de base. Era evidente que la estructura de la Asamblea, como se estaba dando, desgastaba en lugar de aportar a una organización que estaba en franca expansión.
Entendíamos que era necesario conservar los elementos centrales de una apuesta asamblearia, fundada en la democracia directa, pero que había que descentralizar la organización, hacerla más dinámica para que respondiera mejor a las exigencias de la nueva fase a la que entraba la organización en pleno auge de la "inserción social". Debíamos, para este efecto, lograr complementar esta necesidad de la asamblea como un espacio abierto, horizontal, participativo de toma de decisiones, con uno de los principios base de nuestra tradición anarco-comunista, el Federalismo. Es así como, desde el Frente Estudiantil, comenzamos a dar debates para poder hacer una propuesta para la re-estructuración orgánica de la organización. Esto nosotros lo sentimos de manera muy fuerte a comienzos del 2002, cuando las tomas universitarias nos impidieron participar de la Asamblea y fue creciendo la distancia con los Frentes. Este debate fue hecho por partes, hasta que en Mayo del 2002 presentamos este documento titulado "Proyecto de Reforma Orgánica del C.U.A.C.". Este documento fue redactado en el Frente Estudiantil, pero en realidad, habían participado en él otros sectores de la organización, por eso no se presentó como documento de Frente. En él, después de un breve diagnóstico de la crisis de la organización, discutíamos algunas propuestas prácticas para dinamizar la organización y hacerla más adecuada para las exigencias de ese entonces. También adelantamos algunas de las observaciones que se venían haciendo en contra de esta reforma, que buscaba fundamentar la organización en sus frentes, descentralizar y hacer, así, una organización más afín al principio federativo anarquista. Siendo una respuesta de carácter fundamentalmente técnico, sabíamos que había una discusión política muy fuerte que se daría a raíz de esta tentativa de reforma. Así fue y finalmente, a partir de esta propuesta, es que comienza el proceso de polarización de posiciones que llevó finalmente a que un sector se escindiera y a que la organización diera un salto cualitativo durante el 2004, transformándose en lo que originalmente fue la Organización Comunista Libertaria (O.C.L.).
José Antonio Gutiérrez D. Nuevo Libro: Mujeres y Prensa Anarquista en Chile (1897-1931) Nov 09 2 comments Un fraternal saludo a todos los compañer@s: Somos Ediciones Espíritu Libertario de Santiago de Chile y a través de este deseamos informar que hemos editado recientemente el siguiente libro: "Mujeres y Prensa Anarquista en Chile (1897-1931), compilación realizada por Alejandra Pinto y Adriana Palomera. Salud y anarquia |
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Kommentare (1 de 1)
Spring zu Komment: 1Muy bueno este texto. Es necesario el reconstruir nuestra historia para así asimilar toda esta basta experiencia de lo que fue el anarquismo en este pais llamado Perú. Para así lograr la reconstrucción del movimiento anarquista peruano.
Por ende es necesario y nuestra tarea el hacer que el anarquismo sea parte, como siempre lo ha sido, de las luchas sociales del pueblo.