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Haití: La Naturaleza No Es La Principal Culpable

category américa central / caribe | imperialismo / guerra | non-anarchist press author Saturday September 06, 2008 06:55author by Henry Boisrolin - CDHA Report this post to the editors

En los últimos días, la república de Haití ha sido azotada por tres tormentas tropicales en menos de tres semanas. Primero fue el huracán Fay, luego Gustav y el martes último pasado Hanna. Según datos oficiales, esos fenómenos se han cobrado la vida de al menos 215 personas y arruinado miles de cosechas. Cifra que, seguramente, aumentará en las prximas horas, teniendo en cuenta que existen todavía varias zonas donde los organismos oficiales no poseen los datos correspondientes. Y, como si todo fuera poco, los meteorólogos ya avisaron de que una cuarta tormenta – el huracán Ike, con vientos máximos sostenidos de casi 230 Km. por hora y calificado por el Centro Nacional de Huracanes de extremadamente peligroso - podría azotar al país la semana que viene.


Los trágicos resultados que se registran en Haití luego del paso de cada huracán, no constituyen hechos novedosos. Son, a mi entender, el producto de una red compleja de interacciones entre numerosas variables. Pero, para encubrir su ineptitud y su irresponsabilidad, los gobernantes haitianos prefieren culpar exclusivamente a la naturaleza supuestamente impiadosa y cruel, al explicar lo sucedido. Justificación totalmente falsa, pues esos mismos fenómenos ocurren también en Cuba, a sólo 77 Km. de las costas haitianas – y a veces con mayor magnitud en la escala Safir-Simpson -, pero las consecuencias son diametralmente opuestas. En Cuba no se registran casi nunca pérdidas de vidas humanas, gracias a un sistema político y social que, desde el 1º de enero de 1959, pone al ser humano en el centro de sus preocupaciones, constituyendo un maravilloso ejemplo para todos. Entonces, resulta claro que la simplificación que pretenden imponer las autoridades haitianas representa una falacia inadmisible y perversa. Y, cuando también sabemos que desde el 2004 se impuso en Haití una supuesta Misión Humanitaria de la ONU , denominada Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH), la reflexión ha de ser más seria y profunda a la hora de analizar la situación para poder establecer las causas del actual desastre y las responsabilidades correspondientes.

En los últimos días, la república de Haití ha sido azotada por tres tormentas tropicales en menos de tres semanas. Primero fue el huracán Fay, luego Gustav y el martes último pasado Hanna. Según datos oficiales, esos fenómenos se han cobrado la vida de al menos 215 personas y arruinado miles de cosechas. Cifra que, seguramente, aumentará en las prximas horas, teniendo en cuenta que existen todavía varias zonas donde los organismos oficiales no poseen los datos correspondientes. Y, como si todo fuera poco, los meteorólogos ya avisaron de que una cuarta tormenta – el huracán Ike, con vientos máximos sostenidos de casi 230 Km. por hora y calificado por el Centro Nacional de Huracanes de extremadamente peligroso - podría azotar al país la semana que viene.

En Gonaïves, la ciudad más golpeada por Hanna, donde se encuentra el grueso de las tropas argentinas integrantes de la MINUSTAH , el panorama es desolador. La ciudad está inundada. Según el vocero de guardacostas estadounidense, Matt Moorlag, dos tercios de Gonaïves se encuentran cubiertos de barro, y que es difícil determinar la proporción de las inundaciones desde aviones. En efecto, varios equipos de rescate intentaron llegar por tierra a la ciudad, pero muchos tuvieron que dar marcha atrás ante los lagos formados en cualquier carretera de acceso.

Por otra parte, se informaron que soldados argentinos ayudan a rescatar a residentes de los techos, la única parte visible de sus casas. En el cementerio, sólo la punta de las tumbas asomaba por encima del agua. Los cadáveres de animales flotaban en medio de escombros rodeados de enjambres de moscas. “No hay comida, ni agua, ni ropa. No hemos encontrado nada de comer en dos, tres días, nada”, dijo el párroco Arnaud Dumas.

Ante tal panorama desolador, la Embajada de los EE.UU. en Puerto Príncipe declaró el país zona de desastre y aprobó una partida de 100.000 dólares en ayuda de emergencia, según confirmó su vocera, Mari Tolliver. Toda una burla que revela el desprecio de esa gente por los sufrimientos humanos. Esa gente que pretende dar lecciones de democracia y de derechos humanos a Cuba y a otros países del mundo. Pero, en realidad, no hay que sorprenderse ante el comportamiento de la Embajada norteamericana en Haití, si podemos recordar el del gobierno de Georges W. Bush en Nueva Orleáns luego del paso del huracán Katrina hace ya tres años.

Ahora, es menester recordar también que esta misma ciudad de Gonaïves – la cuarta en importancia – fue azotada en el 2004 por el huracán Jeanne que había dejado un tendal de 3.000 muertos. Por supuesto, todos pobres de la zona. Durante ese mismo año, un pueblo entero llamado Mapou desapareció para siempre bajo las aguas. Algo similar sucedió con la ciudad de Fonds Verretes. Por lo tanto, no es la primera vez que las tropas de la ONU tienen contacto con esos fenómenos. ¿Qué hicieron desde el 2004? NADA.

Sí, lo repito: NADA hasta nuestros días se hizo para prevenir, proteger la población y las ciudades. Pero en su haber, esa “Misión Humanitaria”, que es una ocupación militar del país decidida por Washington luego del derrocamiento del presidente Aristide en Febrero de 2004 bajo cobertura de la ONU , más bien se dedicó a reprimir las movilizaciones populares y a masacrar a supuestos bandidos en las barriadas populares. También varios de sus miembros fueron denunciados por violaciones a los DD.HH., a mujeres – incluidas algunas menores de edad -, tal como ha sido el caso comprobado el año pasado de un grupo de 120 soldados de Sri Lanka.

Entre tanto, durante esos cuatro años que transcurrieron desde la llegada de la MINUSTAH, el país siguió su proceso de profundización de la pobreza tanto en lo que respecta al volumen de la misma, como a su composición y a su carácter, convirtiéndose en un dato permanente. En este sentido, no resulta difícil entender la situación de vulnerabilidad que prevalece en todos los rincones de Haití. Una situación que motivó, en abril último pasado, numerosas movilizaciones populares exigiendo el retiro inmediato de la MINUSTAH y la puesta en marcha de cambios sustanciales en el manejo de la política y la economía. Dichas movilizaciones fueron ferozmente reprimidas por la MINUSTAH y la PNH (Policía Nacional de Haití).

Una vez más, hace faltar señalar que la pobreza no se combate con caridad y violando la autodeterminación, la soberanía y dignidad de un pueblo, sino respetando esos principios fundamentales que han de regir siempre las relaciones entre los países. Caso contrario, seguiremos lamentando de manera hipócrita, en este caso el dolor del pueblo haitiano, hasta que el huracán de la furia popular ponga fin para siempre a toda forma de dominación y explotación.

Henry Boisrolin
Coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina
Septiembre de 2008

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