Entrevista con Oscar Olivera de la Coordinadora por la Defensa del Gas, Bolivia (17/08/04)
bolivia / peru / ecuador / chile |
miscellaneous |
entrevista
Wednesday June 01, 2005 05:06 by José Antonio Gutiérrez D. - Anarkismo
Entrevista con el Coordinador Oscar Oilvera
Esta entrevista es parte de una serie de entrevistas hechas en agosto del año pasado por compañeros de la revista anarco-comunista chilena Hombre y Sociedad. Fue publicada en el número 17/18 de esa revista y entrega algunos elementos que permiten comprender la nueva oleada de protestas que recorre al país andino y la profunda crisis politica por la que ésta atraviesa. Reproduciremos pronto más entrevistas de la misma serie.
ENTREVISTA A OSCAR OLIVERA, COORDINADORA POR LA DEFENSA
DEL GAS (COCHABAMBA, BOLIVIA 17/08/04)
¿Cómo nace la Coordinadora por la Defensa
del Gas?
Bueno, nace en abril del año 2003 como una necesidad de
establecer un espacio que pueda articular sus esfuerzos colectivos y
dignos, pero muy fragmentados, espacio de sectores sociales y
también profesionales, que ante todo decidieron, a partir del
año 2000 cuando se recuperó la empresa de agua
aquí, cuando los intereses de las Trasnacionales estaban
puestos en apoderarse del agua, como se habían apoderado de
todo el patrimonio nacional, compuesto por todas las empresas y los
recursos naturales aquí en Bolivia, es que a partir de aquel
momento, con esa experiencia de establecer espacios participativos,
horizontales, con objetivos claros, y que incluya a la totalidad de
la población, sin distinción, es que se convoca una
reunión de estos sectores y allá se procede a
establecer un primer manifiesto, diríamos, a la nación,
indicando que era totalmente imprescindible, necesario, establecer,
reitero, un espacio que empiece a luchar por la recuperación
de los Hidrocarburos.
Esto se consolida, después de la decisión de Gonzalo
Sánchez de Lozada de vender el gas a Estados Unidos y
México, vía Chile. De tal forma que el 5 de septiembre
del año 2003, básicamente, en la ciudad de Oruro se
forma la Coordinadora de Defensa y Recuperación de los
Hidrocarburos, diríamos, básicamente, con una fuerte
presencia indígena, campesina, urbana y profesional, para
establecer justamente ese espacio, que no solamente había
promovido una labor de concientización y de información
a la gente sobre el tema hidrocarburífero, sino ante todo se
había elaborado una serie de propuestas que permitan por la
vía de la proposición, así como por la
vía de la movilización, la recuperación de
nuestros hidrocarburos. Esta coordinadora, lanza su primera
convocatoria de una movilización para el día 19 de
septiembre del 2003, y vemos como un preámbulo de lo
finalmente después significó septiembre y octubre, la
salida de Gonzalo Sánchez de Lozada del gobierno nacional.
Usted menciona la fuerte presencia indígena en
la Coordinadora. Hubo una serie de conflictos particulares que
previamente estaban ocurriendo y que confluyeron a esa lucha
más amplia. ¿Cómo articularon esos conflictos y
lograron ampliar el espectro de la movilización bajo una
demanda unitaria y convocante?
Bueno, yo creo que como siempre, lo que nos ha unido de manera
permanenete, han sido los gobiernos de turno, claro que esa actitud
de menosprecio hacia las demandas populares, de ignorar la
opinión de la gente, fue, yo diría, algo que
posibilitó verdaderamente la articulación de todo el
movimiento popular boliviano. Así como el movimiento de
septiembre-octubre había comenzado con demandas casi
particulares, un tanto aisladas, el movimiento indígena del
altiplano por una parte, el movimiento indígena de las zonas
tropicales y del valle aquí en Cochabamba, las zonas urbanas,
principalmente El Alto de La Paz, que habían empezado con
reivindicaciones más que el tema hidrocarburífero, sino
con temas muy concretos, como la liberación de un dirigente
indígena y campesino en el altiplano, o la protesta por la
imposición de un nuevo impuesto a los ciudadanos de El Alto de
La Paz. Finalmente, gracias, entre comillas, a la actitud del
gobierno que decide de manera absolutamente cínica, descarada,
e ignorando un sentimiento de la población, vender el gas de
manera absolutamente inconsulta y arbitraria, es que se empieza a
generar un proceso de difusión entre la gente, que el gas no
puede ser vendido ni por Chile ni por Perú, sino que el gas
debe servir a los bolivianos, como un bien común, que no
solamente debería ser gestionado por los bolivianos, sino que
ante todo debería servir para mejorar las condiciones de vida
de la gente, tomando en cuenta que el gas y el petróleo,
prácticamente, son los últimos recursos naturales que
nos quedan, y que puedan posibilitar una reactivación
económica en el país. Sumado a esto, no sloamente la
actitud de desprecio y de menosprecio de estas demandas, es que el
gobierno asume la actitud de generar conflictos muy graves en la zona
altiplánica y es así que a principios de septiembre, se
invade el pueblo de Warisata, donde muere una niña de 8
años, como primera víctima de la guerra del gas, y se
empieza una escalada de asesinatos a los indígenas y a los
mineros, y esto hace que la indignación popular pueda ir
creciendo, y toda esta demanda de "no a la venta del gas y fuera
Goni", es una demanda que después de varios días en el
mes de octubre, se convierta en una demanda nacional, en realidad, de
diferentes sectores sociales, no solamente populares. Y bueno, yo
creo que la articulación, en términos muy simples, se
debido a esa prepotencia, debido a ese autoritarismo, de imponer una
política de exportación irracional por parte de las
trasnacionales, de nuestros recursos naturales, y el hecho
además de vender o transportar el gas hacia el norte
vía Chile. Sumado a esto, el asesinato de indígenas y
trabajadores, que protestaban por esta decisión gubernamental
arbitraria, es lo que yo creo que al final une a la población.
¿Cómo ven las luchas por los recursos
naturales en una perspectiva latinoamericanista? Porque el problema
de los recursos naturales no es sólo un problema de Bolivia,
es un problema de Chile, de Perú, de Argentina…
Así es, nosotros hemos establecido ya vínculos, por
ejemplo, con los sindicatos de energía en Argentina, hemos
establecido contactos con movimientos piqueteros que están
haciendo ocupaciones ne etsas trasnacionales que tienen que ver con
el tema del gas. Porque todos sabemos que son pocas las empresas que
controlan, no solamente la exploración, la explotación,
el transporte, la industrialización del gas en Bolivia, sino
también, son las mismas empresas en Argentina y en Chile.
Entonces, tiene que ser una lucha conjunta de los pueblos que
están involucrados en este gran negocio, que significa
ingentes utilidades para las trasnacionales. Y se están
estableciendo ya algunas acciones comunes. Nosotros, por ejemplo,
hemos lanzado una carta al pueblo argentino, a raíz de la
decisión de los presidentes de los dos países de
aumentar los volúmenes de exportación del gas al vecino
país, supuestamente, por una solidaridad con el pueblo
argentino, cuando vemos que esta solidaridad es prácticamente
para seguir incrementando las ganancias de la Repsol,
fundamentalmente. Entonces, creemos que el tema energético, el
tema del gas, es un tema que, no es que puede, sino que va a unir a
los pueblos. Reitero, porque el negocio es de unas cuantas empresas,
en detrimento de las condiciones de vida de la gente, del
encarecimiento de este bien común, tan vital para la
existencia y el desarrolo de los pueblos, y creo que es una tarea que
tenemos que fortalecerla más aún, y creo que en los
últimos dos meses después de los conflictos de Octubre
se han dado importantes contactos que, justamente, nos permitan
establecer acciones comunes. Hemos, por ejemplo, establecido contacto
con el sindicato de trabajadores de la Repsol en España,
denunciando todo el negociado que significa el gas aquí en
Bolivia para la Repsol, las ganancias que tiene, la
contaminación que está produciendo en nuestra zona, y
qué es lo que queda para el pueblo boliviano. Y creo que es
importante establecer aquello, porque ninguna lucha podrá ser
victoriosa de manera aislada, sino que creo que la lucha contra las
trasnacionales es una lucha que debe ser de todos los pueblos donde
,éstas tienen una influencia absolutamente nefasta.
¿Cómo ven ustedes, desde la Coordinadora
las relaciones chileno-bolivianas? Porque los medios de prensa en
Chile se esmeraron en mostrar y distorsionar ciertas expresiones
chovinistas, para generar recelo ante una lucha que nos debiera
causar simpatía a los chilenos, que también somos
estafados con nuestros recursos naturales…
Bueno, por la percepción que nosotros hemos tenido, nuestra
lucha fundamental es la lucha contra el imperio y la lucha contra las
trasnacionales, y los operadores de este modelo, todos los
países que son el Banco Mundial, la OMC, y el Fondo Monetario
Internacional. Pero sí no podemos negar en que la
burguesía misma, sectores económicos interesados en
desvíar la verdadera atención y los verdaderos
objetivos del pueblo boliviano, es que ponen el ingrediente este del
mar. Eso no podemos negarlo. Negar sería decirle mentiras.
Creo que muchos sectores han sido, las propias transnacionales, han
ido soliviantando, digamos, este sentimiento que queda como una
herida, digamos, en el pueblo boliviano sobre el tema
marítimo. Pero creo que no ha sido el tema fundamental, como
pretende la prensa tergiversar, yo creo que no es el tema
fundamental. Sabemos nosotros muy claramente, que en estos momentos
los recursos naturales, las empresas fundamentales de la
economía de los diferentes países no está en
manos de los pueblos, ni siquiera de los Estados, está en
manos de las trasnacionales. Entonces, creo que una gran parte del
pueblo boliviano tiene clara conciencia de cuál es el
verdadero enemigo. Nosotros no consideramos de ninguna manera enemigo
al pueblo chileno. Más bien, acá existen también
muestras de simpatía con relación a las luchas de los
pueblos originarios, a las luchas del pueblo mapuche en concreto. Sus
largas marchas reclamando la expropiación de sus terrenos, de
su territorio como tal. Las luchas de los aymaras en el norte
chileno, una lucha cojunta con los aymaras del sur oeste potosino, es
una muestra clara de la integración de los pueblos por luchas
comunes. Yo creo que en lo fundamental el pueblo boliviano, en su
mayoría, diríamos, tiene una clara
identificación de quién es el verdadero enemigo. Pero
no podemos negar que ciertos sectores, reitero, tratan de poner el
ingrediente marítimo en cualquier tipo de relación con
Chile, y que eso, obviamente, despierta un sentimiento anti, pero que
no creo es el fundamental.
Es claro que con la renuncia de Goni, el tema de la
nacionalización como tal, pasó casi a segundo plano,
¿Creen ustedes que ha habido una intencionalidad de ciertos
sectores políticos para distraer la atención popular e
imponer su agenda neo liberal, aún a costa de sacrificar a
Goni?
No creo que haya habido ninguna intencionalidad. Yo si creo que
era una demanda básica, fundamental, la renuncia de Goni, que
no ha sido, digamos, lo mejor que podría haberse pedido,
porque sabíamos, por experiencia del pueblo, que cambiar las
cabezas no cambia nada, si no se cambia la estructura
económica, la estructura política, para poder cambiar
las condicoones de vida de la gente aquí. Pero creemos que en
ese momento, para evitar, quizás, mayor derramamiento de
sangre y evitar un mayor esfuerzo humano, que ya era bastante
prolongado, es que se había planteado esta demanda, que creo
que es una demanda que fundamentalmente vino de los sectores medios.
Quizás, producto del temor que el país pueda entrar en
una escalada de violencia muy grave, que evidentemente fue apoyada
por los sectores populares, eso no lo podemos negar. Una especie de
demanda por los crímenes que hasta ese momento se
habían ido cometiendo. Pero que haya sido promovida esta
demanda por sectores políticos, no creo. Inclusive el MAS, que
era el más reticente que esta demanda no sea puesta sobre el
tapete, ellos pensaban que el proceso democrático
podría venirse abajo con una demanda de esta naturaleza. Que
con el tiempo vemos de que, como dice el refrán popular, el
remedio creo que ha sido peor que la enfermedad, porque estamos
viendo que ha ascendido un presidente muchísimo más
inteligente, menos torpe, diríamos, que Gonzalo Sánchez
de Lozada. Hemos ido de mal a peor, diríamos, porque él
tiene la capacidad mediática de poder manejar muy bien las
cosas desde el punto de vista de los intereses de las trasnacionales
y de sus aliados que gobiernan, y que hace muy difícil el
poder combatir contra este tipo…
Que es parecido a la situación que pasa en
Argentina con Kirchner…
Exactamente, no. Entonces, lo que se es lo que le interesa a la
prensa mostrar, digamos. Sabemos que, por ejemplo, mucha gente ve a
Kirchner como una persona muy digna, que se enfrenta al poder
económico trasnacional, pero en el fondo también vemos
que sigue una política absoluta de represión a
movimientos populares, como sectores de piqueteros que están
realmente en una lucha frontal contra el kirchnerismo. Ni hablar de
Lula en el Brasil con sus intentos de privatización del agua,
por ejemplo, que la prensa no lo manifiesta, pero nosotros estamos
justamente informados de todo aquello. Entonces, creo que no. Creo
que fue una salida, quizás no desesperada, pero sí casi
lógica, digamos, por todo lo que estaba pasando, y obviamente
el tema de la nacionalización y la recuperación
pasó a segundo plano, pero creo que ese tema ha vuelto a
recuperar la importancia necesaria, y creo que al margen de los
cambios políticos que puedan existir, o las definiciones de la
Ley de Hidrocarburos que puedan darse prontamente en el parlamento
nacional, y la incapacidad o no, diríamos, de estos
movimientos sociales, populares, que puedan influir de manera
decisiva en que se vaya por el camino estrictamente de la
nacionalización, yo creo que hay una cuestión bien
clara: es la gente que desde el año 2000, ha demandado dos
objetivos muy claros, tiene un horizonte muy claro, que es cambios
económicos y cambios políticos. Y sabemos que el cambio
del modelo económico pasa necesariamente por la
recuperación, no solamente de los Hidrocarburos, sino de todo
aquello que en este momento está en manos de las
trasnacionales. Y segundo, cambios políticos, tendiendo a
eliminar el monopolio de los partidos políticos y
estableciendo un espacio de construcción y diseño de un
nuevo país que es la asamblea constituyente. Creo que esa es
una marcha larga pero irreversible.
¿Qué posición tiene la Coordinadora
respecto del reférendum recientemente realizado por Carlos
Mesa?
No, definitivamente ha sido una trampa; en realidad la gente
pedía referéndum, en el sentido que el gobierno iba a
tomar una decisión de exportar el gas, por ejemplo,
decía "queremos que se nos consulte para cualquier
decisión que influya en la vida de los bolivianos y las
bolivianas", pero creo que esa demanda popular la captó muy
bien Mesa para diseñar e impulsar un referéndum, en
función, estrictamente, de los intereses de las
trasnacionales. Es más, se ha descubierto que gran parte de
esa campaña ha sido financiado por las trasnacionales, a
través de una disposición de hace mucho tiempo
atrás, donde ciertos fondos económicos que son
depositados en la antigua empresa petrolera, por parte de las
trasnacionales, han servido justamente para eso. No solamente para
propaganda, o para hacer sondeo de opiniones ante el tema de
hidrocarburos, sino ante todo para el diseño y
construcción de una propuesta de ley que en este momento
está en el parlamento nacional. Entonces, creo que ha sido una
trampa. Antes de que el referéndum se lleve a cabo, lo
habíamos denominado como el "trampa-rendum", porque, en
realidad, con este referéndum, el decir Si o el decir No,
prácticamente las cosas no cambiaban. Nosotros, por eso
habíamos llamado al rechazo al contenido del referéndum
de Mesa, porque no contenía lo fundamental, que el pueblo
había demandado en octubre, que es la nacionalización
de los hidrocarburos.
¿En qué medida cree que la Coordinadora, y
otras formas más participativas, más de abajo hacia
arriba, de organización sirven de modelo para esos cambios
políticos y sociales profundos que el pueblo boliviano
demanda? ?O es sólo una forma de acumulación para la
lucha, pero sin proyección estratégica?
Nosotros creemos que el pueblo boliviano ha ido sufriendo una
serie de luchas y cambios, pero que han sido luchas coyunturales; la
lucha por el agua, la lucha contra el impuestazo del FMI, la lucha
por la coca, la lucha por la tierra, la lucha por el gas y el
petróleo… pero una gran deficiencia del movimiento popular,
es, justamente, que no tiene en estos momentos un proyecto
alternativo. Un proyecto de país, diríamos. En
realidad, los movimientos sociales no han sido capaces de poder
establecer un horizonte colectivo. No han sido capaces de poder
elaborar una propuesta de país concreta, en todos los
ámbitos: en el ámbito político,
económico, social, cultural. Recuperando, digamos, toda esa
sabiduría ancestral de los pueblos originarios y de los
sectores populares, que en general y en el fondo, saben lo que
quieren. Pero lo que falta es poner de manera más ordenada y
simple una propuesta. Viendo la conducta de partidos políticos
emergentes de los movimientos sociales, como el MAS y el MIP, que han
asumido una actitud absolutamente similar a cualquier partido
político, es que sectores sociales, no solamente la
Coordinadora, sino que otros grupos sociales, fundamentalmente del
Oriente boliviano, han decidido establecer de manera conjunta, la
posibilidad de establecer un proyecto político. Entendiendo
esto, no como la conformación de un nuevo partido
político. Nosotros creemos que el mundo de los partidos es un
mundo en decadencia, sino un proyecto político desde los
movimientos sociales, sin que eso signifique, de ninguna manera,
asumir el rol de partido, de vanguardia, de dirigente de la sociedad.
Sino más bien el rol de articular, en base a la propuesta, a
los movimientos sociales y establecer allí un poder popular
que pueda imponer, digamos, este proyecto. Ese proyecto está,
digamos, en marcha, tiene una estructura fundamental de hacia donde
queremos ir con toda la experiencia de lucha que en este tiempo ha
ido adquiriendo el pueblo boliviano. Y lo que si estamos ahora
haciendo, es devolver al pueblo ese proyecto en estructura, para que
sea el propio pueblo el que vaya, como se dice, poniendo el contenido
y el músculo a ese esqueleto y juntos poder construir ese
proyecto. Nos hemos dado cuenta que ese es el único medio, el
único camino, para poder llevar adelante lo que la gente
quiere: cambios profundos en la economía, en la
política.
O sea, la Coordinadora es parte también de ese
proceso irreversible del cual habla.
Así es, el tema está en que todavía la gran
influencia de esa cultura liberal, diríamos, de creer que las
elecciones, de que los partidos políticos van a cambiar las
condiciones de vida de la gente. Nosotros estamos peleando por que la
gente pueda entender y comprender que el verdadero poder está
en la gente, y no en unos cuantos caudillos y en formas organizativas
totalmente jerárquicas, que hasta ahora no han conducido a
prácticamente nada. Yo creo que estamos asistiendo a un
proceso, diríamos, de construcción de un nuevo
pensamiento, de un nuevo vocabulario, de una nueva actitud, y de una
nueva institucionalidad, inclusive, a nivel sindical y
político… a nivel social, en realidad, que está
teniendo las posibilidades realmente de poder combinar la propuesta
con la acción colectiva, e ir avanzando poco a poco, reitero,
en la construcción de ese nuevo poder, que es el de abajo, de
la gente, no.
¿Alguna última palabra, para los
compañeros en Chile que van a leer esto?
Bueno, decir que creo que los nombres del pueblos son nombres que
nos han impuesto, creo que de antes de la venida de los
españoles los pueblos eran otros, en cuanto a su territorio,
en cuanto a su composición. No se trata ahora de volver a
conformar esos territorios, esos pueblos, sino más bien, yo
diría, a comprender que la lucha contra la
globalización, contra las trasnacionales, es una lucha que no
va a poder ser vencida de manera aislada, y en un sólo pueblo.
Tiene que ser también una lucha globalizada, una lucha
conjunta, y ojalá, podamos establecer los vínculos que
nos permitan seguir articulando también entre los pueblos de
Latinoamérica esa posibilidad de pelear y trabajar juntos,
porque es la única alternativa que tenemos para tener un
futuro como nuestros papas, nosotros y nuestros hijos se lo merecen o
se lo merecían.