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Venezuela: Patriotismo vs. Identidad.

category venezuela / colombia | movimiento anarquista | other libertarian press author Monday July 30, 2007 05:07author by Luis TB(A)SM - Teseracto Bolivariano Anarquista Salom Mesaauthor email teseracto_bolivariano at hotmail dot com Report this post to the editors

En Venezuela se está planteando la posibilidad de tomar colectivamente las riendas de nuestro propio destino. Se están debatiendo ideas, propuestas, conceptos. Como aporte a ese cuestionamiento de lo presente sugerimos como anarquistas, dejar atrás esos conceptos conservadores y nocivos de patriotismo, repúblicas y Estados, abstracciones todas importadas de la “ilustración” francesa, para que rescatemos nuestra verdadera identidad, rompamos con el coloniaje psicológico y organicemos nuestras sociedades de un modo realmente revolucionario.

SOBRE EL PATRIOTISMO COMO ENEMIGO DE LA HUMANIDAD

Naturalmente que el patriotismo de Simón Bolívar no da origen al imperialismo de España; ni el patriotismo de Fidel Castro da origen al imperialismo estadounidense; ni el patriotismo de Hugo Chávez Frías genera la globalización…

Sin embargo el patriotismo estadounidense genera su propio imperialismo. Quienes lo promueven no creen en esa patria, pues su patria es otra: el dinero y se enriquecen como accionistas de empresas como Halliburton o Carlyle Group mientras que su pueblo, embriagado de patriotismo, muere y sufre en Irak mientras perpetra una invasión, un saqueo y un genocidio.

Pero si de misteriosos patriotismos de implicaciones cruzadas se trata, en 1982 el patriotismo argentino favoreció el Imperialismo británico…

Los argentinos, en lugar de continuar luchando contra la dictadura militar de Galtieri, se dejaron seducir por el fervor patriótico, y se embarcaron a la guerra de las Malvinas. Todo el que criticase al gobierno era entonces un apátrida. Toda la atención de la sociedad se centro en la lucha y en la “unidad” nacional, los muertos y desaparecidos de la dictadura, bien gracias…

Las madres de la plaza de mayo afirmaban muy acertadamente: “Las Malvinas son nuestras, pero los desaparecidos también”; Sin embargo para el resto de la sociedad argentina, solo importaba la patria.

En el Reino Unido por su parte, Margaret Thatcher atravesaba una fuerte crisis tanto económica como política, crisis que se evaporó con el fervor patriótico inglés producto de la intervención militar argentina; EL patriotismo y la guerra (siempre de la mano) la sostuvieron en el poder y contribuyeron enormemente al fortalecimiento del imperialismo británico y sí, a la globalización.

El patriotismo argentino solo sirvió para que tanto la “dama” de hierro como los militares argentinos se sostuvieran en el poder. Reagan y Pinochet naturalmente apoyaron a Inglaterra y los vendedores de armas, beneficiarios de todas las guerras, acumularon más capital para su patria chica: sus bolsillos.

Lo mismo hicieron muchos militares argentinos, que mientras le vendían una patria abstracta a su pueblo que luchaba y moría en la guerra, revendían los chocolates de las campañas de donaciones y se enriquecían con buena parte de las colaboraciones, acumulando ellos también para su patria (caja) chica.

Hay quienes afirman que la susodicha “dama” se llegó a plantear la utilización de armas nucleares, las cuales en efecto desplegó en la zona de conflicto.

Patriotismo y guerra, siempre de la mano ¿Y quién pone en duda que las guerras son enemigas de la humanidad?

¿Y quién se atrevería a dudar, que tanto la primera como la segunda guerra mundial fueran acontecimientos impulsados por el patriotismo?

En ambos casos la burguesía le vendió una patria abstracta a todos los participantes, estos fueron y murieron por miles defendiendo los intereses de los poderosos y para establecer un “orden mundial” que todavía padecemos…

Como olvidar el asesinato de Jean Jaurès en Francia, a manos, naturalmente, de un derechista patriota. Hay quienes sostienen que hubiese podido impedir la primera guerra. Sus posiciones pacifistas e internacionalistas, que llamaban a la unión de un movimiento obrero que cada vez crecía más, eran un peligro para los intereses “patrióticos” de la burguesía.

Las dos guerras y su fervor patriótico solo sirvieron para desmantelar un movimiento obrero internacionalista que, en ambos casos, se empezaba a mostrar como una amenaza para los intereses de los poderosos.

¿Y como olvidar la guerra civil Española? Donde los que gritaban ¡que viva la Patria! y ¡que viva España! eran precisamente los fascistas; los que decían ¡que viva la república!, los comunistas y republicanos; y los que se cagaban en España, en la patria y en dios eran los anarquistas.

Y así van las cosas en la historia, la derecha con la patria y la Izquierda con la humanidad.

¿Y que mejor nombre para una de las leyes más reaccionarias que jamás ha existido que el de “Ley Patriota”?





NUESTRA IDENTIDAD ENFRENTADA AL PATRIOTISMO


¿Y no es acaso subordinar lo que quedaba de nuestra auténtica identidad a las ideas europeas libertar esta colonia para convertirla en República?

¿Y de donde viene la inspiración de Bolívar?: De los pensadores franceses de la “ilustración”.

Lo que presupone que “eso” es ser civilizado; Lo que automáticamente subestima nuestra identidad, nuestros “pensamientos y pensadores”, nuestras formas de organización, nuestros saberes y lo que quedaba de nuestra cultura. Lo que nos subordina automáticamente a sus esquemas, formas y métodos. Nos libertamos del dominio político Español, pero nunca del coloniaje psicológico Europeo.

Más terrible que el sometimiento a otras soberanías es el sometimiento psicológico, pues de este es más difícil liberarse.

¿Y que mayor subordinación a Europa que el mismo nombre de Venezuela?; o un despectivo de Venecia o su diminutivo en el mejor de los casos, según la versión oficial. Venecita o Venezucha igual nos subordina.

Simón Bolívar y sus “patriotas” tuvieron que salir huyendo en 1814 del bravo pueblo venezolano: de los negros, los pardos, los mulatos, los zambos; de todos aquellos que sintieron, muy acertadamente en lo más profundo de sus instintos, que esa abstracta “patria” de sus explotadores de siempre no tenía nada que ver con ellos.

En la rebelión popular de 1814, en ese año terrible de revuelta social que puso a temblar tanto a blancos mantuanos como españoles y canarios, el pueblo venezolano obtuvo su primer triunfo pero también una terrible derrota, pues fue precisamente el colonialismo psicológico lo que les impidió organizar nuevas formas de producción que rompieran con los esquemas esclavistas europeos; Y al no disponer de esclavos como mano de obra, pues ellos antes lo eran, y al querer ser ahora “señoritos” etc…

Los españoles tuvieron que enviar a Pablo Morillo para ver si lograba poner “orden” en esta revuelta.

La independencia de Venezuela solo fue posible cuando, además de una patria abstracta, Bolívar regresa con renovadas ideas de una Libertad concreta, una libertad que enseguida experimentan los venezolanos y los impulsa a libertar cinco naciones…

Los llaneros de Páez son los mismos que antes habían luchado con Boves. Y tanto cuando luchaban con Páez como cuando lo hicieron con Boves usaron la misma simbología, como muestra de su identidad: Banderas negras y plumas negras de zamuro, para representar que ellos eran los negros y los pardos.

Bolívar no solo adopta muchas de las prácticas libertarias del ejército de Boves, sino que también adopta la simbología:

“Bolívar estaba decidido a efectuar la Independencia de la patria a cualquier costo. Reúne a su alrededor a todo el pueblo venezolano. Impone la igualdad de clase en sus filas. Enaltece a los negros que, como Pedro Camejo, merecían el título de héroes. Elimina las cortesías y los aristócratas innecesarios de la dirigencia nacional.


Por eso el mismo Warwell describe al Bolívar de aquella época con pinceladas que destacan la realidad del momento. Es en todo un verdadero jefe de estructura democrática. Detrás de aquel recio guerrero quien hubiese podido reconocer al hombre acostumbrado a la buena vida, a los salones dorados, a los mimos de una sociedad de la cual era su exponente más destacado “El equipo de Bolivar respondía perfectamente a los escasos recursos del ejercito patriota. Llevaba un casco de dragón raso, vestía una blusa de paño azul, con alamares rojos y tres filas de botones dorados. Empuñaba una lanza ligera, con una banderola negra, en la que se veían bordados una calavera y unos huesos en corva, con esta divisa: MUERTE O LIBERTAD.””. Juan Uslar Pietri. “Historia de la rebelión popular de 1814” y Capitan Warwell, “Memorias de un oficial de la legión Británica”.

Solo mediante una libertad concreta y no con una patria abstracta fue que se hizo posible nuestra independencia.

Pero nos independizamos para que luego se traicionase a Bolívar y regresásemos nuestros pasos de vuelta a la abstracción. Se fractura la gran Colombia para la satisfacción de la oligarquía y sus intereses: su patria chica, las ganancias.

Así nace Venezuela, más que de la libertad, de la traición, la ambición y el egoísmo. El vil egoísmo que triunfa una y otra vez.

Después de tanta lucha y resistencia por defender nuestra identidad, finalmente quedamos para ser eso: un subordinado diminutivo de Venecia, al que se nos obliga honrar y defender para la satisfacción de los intereses de la oligarquía.

Según otra versión, que me parece por mucho preferible y me gustaría que fuese la verdadera, el nombre de Venezuela es realmente de origen indígena y quiere decir: Agua Grande.

http://www.simon-bolivar.org/bolivar/nombre_vzla.html

De ser cierta esta versión, defender nuestras etnias es defender Venezuela; es defender nuestra verdadera identidad.

Hace quinientos años no estuvimos allí, no pudimos hacer nada para impedir que se borrara nuestra identidad y que nos importaran patriotismo y repúblicas, sin embargo hoy si estamos presentes.

Se están borrando poco a poco lo que queda de nuestras raíces, de nuestras etnias, de nuestra identidad. A los Wayuu y los Barí se les está arrebatando sus tierras y su cultura.

Si bien con el argumento de la “libertad de culto” no deberíamos incomodarnos por la presencia de Evangélicos en estas comunidades, por lo menos debería llamarnos la atención que están continuando la labor “civilizadora” iniciada hace quinientos años.

A los “evangelizados” no se les permite continuar con sus practicas ancestrales, les queda prohibido el chamanismo, les es borrada su cultura y su identidad.

Un evangelio similar es el que pretende pintarlos de amarillo, azul y rojo, borrándoles su identidad, imponiéndoles una cultura que no es la suya, unas prácticas que no son las suyas, unos modos, unas maneras, una patria: Subestimándolos una vez más con nuestras pretensiones “civilizadoras”, tratándolos como subnormales, como subhumanos, sin la más mínima muestra de respeto, si acaso con la piedad que se siente por un animalito.

Evangelizarlos con “patria” es creer que se avanza en la revolución porque ahora cantan el himno en sus respectivos idiomas, cuando quizás nosotros somos los que deberíamos adoptar elementos de su cultura, no al revés. Pero eso naturalmente requeriría de cierta humildad de nuestra parte.

Colonizándolos es en lo que andamos. Estamos borrando nuestra propia identidad por un concepto de patria abstracto que además nos fue impuesto por Europa.

La patria se enfrenta a la identidad cuando se pretende arrebatar sus tierras para favorecer a las industrias del carbón y se les acusa de secesionistas, cuando ellos tienen quinientos años resistiendo, nosotros somos los invasores que pretendemos robar sus tierras para favorecer la patria chica de algún empresario y contaminar un poco más las aguas.

Los verdaderos secesionistas, la burguesía Zuliana, con aún mayor prisa les arrebataría sus tierras y se las regalaría a las industrias del carbón.

Un fervor patriótico abstracto no puede llevarnos a confundir las luchas y perder la perspectiva.

Es terrible como una lucha que debería ser DE los Chavistas ha sido levantada por ciertos sectores de la “izquierda” como una lucha CONTRA los Chavistas.

Es terrible pues algunas de esas etnias son más chavistas que Chávez, su identidad es nuestra identidad, sus luchas son nuestras luchas.

Con Alí Primera reitero que la patria es el hombre.

Pero si la patria es esa abstracción importada de Europa, está completamente reñida con nuestra identidad y con la humanidad.

Prefiero la Venezuela del “Agua Grande” a la de la “Venecia chica”




IDENTIDAD. ANTÍDOTO CONTRA EL COLONIALISMO PSICOLÓGICO


Me siento mucho más identificado con una empanada de cazón que con el escudo nacional, me gusta más el tamunangue que el himno, siento muchísimo más amor y respeto por una piragua que por la bandera.

Una arepa de carne mechada confronta mejor el imperialismo de McDonalds que la abstracta noción de patria, nuestro importado concepto de república y Estado o nuestras ficticias fronteras que les abren sus puertas a cambio de monedas.

Subordinación al pensamiento europeo es creer que necesitamos banderas, himnos y escudos, todos inventados e impuestos por ellos. Subordinación es creer que hay más venezolanidad en estas abstracciones que en nuestras costumbres, colores y sabores: nuestra identidad.

No siento un especial apego por una bandera que varía su número de estrellas según el gobierno de turno o un escudo cuyo caballo se pasea de izquierda a derecha, dependiendo si gobiernan los conservadores o los liberales.

Y auque por razones históricas prefiero tanto el actual escudo como la bandera con ocho estrellas, sinceramente no creo que esas abstracciones, que las usamos desde hace años en sus viejas variantes, vayan a impedir el coloniaje psicológico, el peor de todos; en cambio estoy casi convencido de que la identidad quizás sí sea un mejor antídoto…

Ese coloniaje psicológico que nos hace creer que lo civilizado es tener una república, que lo lógico es tener un Estado, que lo importante es una abstracción llamada patria y que deben existir países y fronteras…

“Prefiero los caminos a las fronteras”…, pero como diría Serrat: “cada loco con su tema”

Es el coloniaje psicológico el que nos hace subordinarnos a las potencias, imitarlos en todo para creernos más civilizados, más humanos. Ese que nos hace vestirnos de traje y corbata en un país tropical, algo absurdo, incómodo y anti-termodinámico, una cosa completamente contraria a la razón y al más elemental sentido común.

Queremos ser más europeos que los europeos, pues cuando ellos vienen a vacacionar por estas tierras tropicales, se traen sus shorts, como es lógico.

De traje y corbata en un país tropical. Pero nuestra subordinación es tal a los esquemas extranjeros que si alguien, en plena Venezuela bolivariana intenta caminar por la calle sin camisa, lo más probable es que acabe preso. Aunque la consigna sea Libertad o muerte y eso que Bolívar murió con una camisa prestada como bien lo cantó Alí Primera en su Bolívar Bolivariano.

¿Pero como no va a ir preso?, si hace mucho que los europeos nos enseñaron como vestirnos, como hablar, como organizar nuestra sociedad y como ser “civilizados”.

Ese coloniaje psicólogo y menosprecio por nuestra identidad es el que impulsaba a Guzmán Blanco para afrancesar Caracas. No conforme con que somos una pequeña Venecia, él quería hacer de Caracas una Franciazuela.


Ese coloniaje psicológico que nos lleva a decir en muchas marchas que “sí nos da la gana, de ser una potencia latinoamericana”. Pero ¿En que estaremos pensando cuando decimos potencia? ¿A quienes nos queremos parecer? ¿A que modelos y esquemas nos estamos subordinando con esa afirmación?

Crear otra potencia es lo último que debería aspirar un revolucionario: Liquidarlas todas, eso sí nos es más propio.

En nuestra subordinación a sus maneras, no solo queremos tener patrias y repúblicas como nos enseñaron, sino que además queremos ser potencia como ellos, queremos hablar como ellos, lucir como ellos, vivir como ellos. Sentimos esa imperiosa necesidad de parecernos a ellos, o de tener su aprobación por falta de identidad.

Subordinarnos a su imagen y semejanza, asumiendo que ellos son la civilización es la más baja forma de colonialismo. Es el colonialismo voluntario, análogo de nuestro siglo de la servidumbre voluntaria de la que hablaba La Boètie.

Mirarnos más a nosotros y rescatar nuestra identidad es romper con toda forma de dominación y coloniaje.

El que se respeta a sí mismo nunca se subordina a nadie, lo que hay que tener es identidad.




NOTAS SOBRE ANARQUISMO, CHAVISMO E IDENTIDAD.


La revolución bolivariana, que empieza más bien como una lucha de liberación nacional y que se ha ido transformando poco a poco en una auténtica revolución socialista, siempre ha enfatizado el recate de nuestra identidad.

A raíz de esta revolución se retoman los “símbolos” de nuestra identidad, las abstracciones que la representan, se empieza por allí, pero hay que mirar con más profundidad.

Rescatemos entonces nuestra identidad y dejemos atrás el patriotismo abstracto, pues el solo concepto ya nos subordina a Europa y a sus nociones de lo que se supone debe ser un Estado, una república, una patria.

Es la subordinación automática y por costumbre a sus esquemas la que nos impide ir más allá de lo que ellos suponen deben ser esos conceptos e inventar nosotros los nuestros y organizar nuestras sociedades a nuestra manera. En lugar de Estado, república y patria, quizás Nodo, red y humanidad; O Comuna, federación y confederación; O individuo, colectivo y planeta.

O lo que se nos ocurra, independizándonos realmente de esa dominación, esa que es invisible, esa que es la peor subordinación; ¡tengamos identidad!.

¿Haremos la revolución solo hasta cierto punto por prudencia? ¿Nos someteremos a las pretensiones colonialistas extranjeras por miedo a que agudicen su dominación? ¿Tanto respeto, subordinación y miedo le tenemos a las potencias extranjeras? ¿Tanto miedo al pueblo y a la revolución?.

¿Y detenernos en nuestra revolución por prudencia con los extranjeros no es acaso someternos a su voluntad y aún antes de que intenten someternos por la fuerza?

La revolución bolivariana es precisamente una reafirmación de nosotros mismos, de nuestra voluntad, de nuestra identidad.

Ese rescate de nuestra identidad desatado por el camarada Chávez es sumamente positivo, pues solo una autentica, profunda y bien arraigada identidad y no una abstracta patria (que la hemos tenido siempre) es la que puede neutralizar esa otra “nacionalidad superior” que nos pretende dominar y en efecto nos domina muchas veces con sigilo y otras estrepitosamente.

Muchos anarquistas venezolanos están opuestos al proceso más que por desinformación y prejuicios, por falta de identidad.

Afirman que esto es solo más de lo mismo, mucha demagogia y poco socialismo, que la nuestra no es una revolución sino simplemente populismo.

Al igual que Globovisión ellos ignoran al pueblo venezolano y tal como si este no existiera o como si nunca hubiese habido un 27F ni un 13A , centran su vista alrededor de Chávez y un puñado de funcionarios, como si ellos fuesen la revolución.

En todo omiten a ese pueblo venezolano que está enrumbado en un proceso de emancipación, en un proceso de cuestionamiento del “orden” existente, de debate de ideas, de búsqueda de nuevas relaciones de producción, de toma colectiva de las riendas de nuestros destinos y de rescate de nuestra identidad.

Es allí en donde se halla la revolución mucho más allá de las evidentes mejoras en lo económico y lo social, en lo educativo y lo asistencial, de las múltiples obras de infraestructura o de nuestras destacadas y recientes actuaciones en algunos deportes;

Más allá de todos estos elementos de por sí revolucionarios en nuestras vidas, más allá de tener la constitución más progresista del mundo y la única aprobada popularmente, más allá de haber acabado con los partidos tradicionales que por décadas nos desangraron; la revolución se encuentra es en ese cuestionamiento colectivo de lo presente, en esa búsqueda incesante, allí es donde habita la revolución y donde nosotros, los anarquistas bolivarianos nos desenvolvemos.

La ortodoxia izquierdista mundial afirma que este es un fenómeno mesiánico, subestimando e ignorando al pueblo. Afirman que llamar a un movimiento Chavista es una cosa personalista, pareciera que olvidaran el personalismo de llamar a una columna Durruti, definirse como Bakuninista, ser zapatista o magonista o llamar a una revolución makhnovista.

No entienden que ser chavista escapa a Chávez, es parte de nuestra identidad y habla es de un movimiento bastante diverso que busca cambios inventando sus propios modelos, sin atarse a ortodoxias y sin someterse a ninguna forma de colonialismo ideológico ni permitiendo la imposición de ninguna fórmula.

Acusan a Chávez de militar. Olvidando que Bakunin, Kropotkin y George Orwell también lo fueron. Lo acusan de demagogo tan solo por ocupar un cargo tan parlamentario como los ocupados alguna vez por Proudhon o Federica Montseny.

La izquierda europea no entiende que cuando Chávez habla de patria, habla de otra cosa que no es esa opresora abstracción a la que tanto le temen, que cuando habla de defensa de la patria se hace más referencia al elemental respeto que debe existir por nuestra autodeterminación y soberanía. Chávez habla siempre de un orden multipolar, que sería contrario a la definición tradicional de patriotismo derechista donde lo que se busca es la hegemonía, Chávez habla de la patria grande y sus nociones y acciones son altamente humanistas, solidarias e internacionalistas.

Me encanta que nos llamemos “compatriotas” entre nosotros los chavistas, forma parte de nuestra identidad como movimiento y eso es algo que no comprende la ortodoxia anarquista y la izquierda Europea, que en su mayoría (y contrariamente a lo que muchos de nosotros creemos) adversa con virulencia a Chávez.

Precisamente por no someternos a ninguna voluntad extranjera, aún menos a sus prejuicios e ignorancia es que estamos enfrentados, sin posibilidad de reconciliación, con casi todo el “anarquismo” mundial, en especial con el institucionalizado.

Disidentes entre los disidentes, rompiendo lar reglas de la anarquía, contra el capital, el Estado y el anarquismo institucionalizado, allí estamos nosotros, los anarquistas que apoyamos este proceso, insubordinados y rebeldes, excomulgados por la santidad ácrata, no toleramos ningún tipo de coloniaje ni de imposición de formulas y vamos de foro en foro exigiendo respeto para con la libre determinación del pueblo venezolano.

Naturalmente nos han acusado de asalariados del estado, de funcionarios inventados por Chávez para “confundir” a la izquierda internacional, hemos sido desacreditados y vilipendiados una y mil veces, todo por defender nuestra identidad y nuestra revolución.

Nuestra propuesta para el PSUV, un híbrido de las tesis de Hakym Bey: Zona temporalmente autónoma, Murray Bookchin: Municipalismo libertario, Nestor Makhno: plataformismo y Daniel Guerin: Marxismo libertario, es descalificada a priori tan solo por tener la palabra maldita “partido” (la cual queremos sustituir por movimiento, por cierto), una propuesta (A) descalificada en base a puros prejuicios.

Sectores del Chavismo, en cambio, mucho menos dogmático y prejuiciosos, la han recibido mucho mejor a pesar de tener la palabra maldita ANARQUISMO. ¿Que curioso no? los chavistas más abiertos de mente que los anarquistas.

Desmontamos mentiras como que Chávez es autoritario, que aquí hay una dictadura, o que eso que hacen los sifrinos es una “protesta popular”, todas falacias que son inventadas por la derecha, pero que muchos “anarquistas” locales repiten y retroalimentan haciéndole un daño tremendo internacionalmente a la revolución, pues como son anarquistas y se supone que no tienen ningún compromiso con ningún poder, gozan de credibilidad entre la izquierda.

Pareciera que necesitasen que Chávez sea un come niños malvado para poder sostener su anarquismo. ¿Y que tal si no? ¿Qué tal si él realmente cree que puede cambiar las cosas para bien desde el Estado? ¿Se les acaba el anarquismo? ¿No hay más argumentos?. Si no es un demonio, no se nos ocurre más nada. Que desconfianza en el ser humano, que falta de anarquismo, y de imaginación.

A nosotros nos sobran argumentos a favor del anarquismo independientemente de las intenciones de Chávez, en las cuales creemos.

Creemos que sus intenciones son genuinas y nos parece que lo ha demostrado, y eso no influye en nada en nuestro anarquismo que se desarrolla independiente de sus intenciones, pues la única intención que puede causar una transformación es la del pueblo colectivamente y por eso es a quienes dirigimos nuestro mensaje (Pues mientras el pueblo no esté dispuesto a asumir el control de sus vidas, el socialismo es cosa de libros: Por principios anarquistas no lo podemos imponer)

Nos parece muy positivo para argumentar a favor del anarquismo que Chávez sea el mejor presidente posible, pues de lo contrario se persistiría en la idea errónea de que “esto” lo podría arreglar algún otro presidente, que la cosa es cambiarlo por otro.

En eso compartimos la opinión de Manu Chao, donde los políticos son los fusibles del sistema, si las cosas salen mal, se quema el fusible y se reemplaza por otro, pero el sistema sigue intacto.

Para nosotros sería una utopía poder conseguir suficientes funcionarios que tengan las características sobrehumanas e infinitamente desinteresadas que se supone deberían tener, como para poder ocupar todos los “cargos” públicos. Aún suponiendo que fuese posible esa utopía ese sería un sistema ineficiente por ser piramidal, el flujo de información necesariamente colapsa, no se puede tener una conciencia simultánea de cada una de las partes y aún menos de la dinámica, para cuando el enunciado sube y la solución baja, el problema ya ha cambiado.

Por eso la naturaleza no funciona así, ningún quark le dice a otro lo que tiene que hacer, el sistema se auto organiza y sus leyes no son un marco abstracto que se impone artificialmente desde arriba, sino que emana de las propiedades de los constituyentes más diminutos. Las leyes de la naturaleza no son órdenes, sino más bien consecuencias.

Entonces la autodeterminación de los pueblos emana de la autodeterminación del individuo, la soberanía nacional emana de nuestra soberanía individual, el universo se construye de abajo hacia arriba y va de lo simple a lo complejo y no al revés.

Lo individual y lo colectivo no son entidades opuestas, enfrentadas, aisladas, sino que están íntimamente relacionadas como lo plantean el budismo, el Zen, el tao, el anarquismo, la teoría del caos y la mecánica cuántica.

Una pirámide de elementos que se conectan solo con la instancia superior, no es un sistema eficiente y tiene la estabilidad de una pirámide de naipes invertida. Se acaba con la cabeza y listo, todo se desmorona, como pasó el 11A. Una red densamente interconectada, en cambio, donde la información fluye libremente por el sistema, es mucho más estable y eficiente por ser flexible y creativa, como fue la respuesta popular del 13A.

Aún llevando la utopía vertical al extremo y suponiendo que funciona y que es un sistema eficiente para la satisfacción de nuestras necesidades, consideramos que eso no sería independencia, pues seríamos absolutamente dependientes de esos funcionarios dioses, no sería libertad, pues tendríamos que obedecerles, ya que saben mejor que nosotros lo que más nos conviene y no sería igualdad, pues ¿cómo vamos a ser iguales a semejantes funcionarios sobrehumanos?. Al no ser ni independencia, ni libertad, ni igualdad difícilmente puede ser socialismo.

Afortunadamente eso no es lo que está planteado, pues aquí se está hablando de consejos comunales, de confederar los mismos para sustituir el estado, de democracia participativa en contraposición de la farsa de la representatividad y de avance al autogobierno y cederle el poder al pueblo como bases fundamentales para la erradicación de la pobreza.

Más que enfocarnos en “el hecho de que los extranjeros pueden legislar, administrar y enjuiciar a los venezolanos sin renunciar a su lealtad, fidelidad y obediencia a otro Estado”, como tanto le preocupa al intelectual Luis Brito García, nos debemos enfocar en que ningún otro ser humano, venezolano o extranjero lo haga. Sino que en lo sucesivo las decisiones de todo tipo sean cada vez de un carácter más colectivo, pues de eso es que se trata nuestra revolución.

El camarada Chávez siempre habla de: “la república como una comuna, la república como una federación, una república genuinamente socialista y popular”. Las cita es del texto “Socialismo Sin Estado: anarquismo” de Bakunin, pero sí que parecen sacadas de un discurso de nuestro compatriota.

Creemos que nuestra revolución tiene, aún sin ser consciente de ello, muchos elementos de socialismo libertario que consideramos vale la pena potenciar.

No hagamos del anarquismo una “mala palabra” entre los revolucionarios, no mintamos con que es una desviación, no olvidemos que eran anarquistas los mártires de Chicago por los que marchamos todos los primero de mayo, no nos quedemos únicamente con la mitad del socialismo, no se lo ocultemos al pueblo Venezolano pues no veremos muy lejos parados sobre los hombros de un gigante mocho:
http://www.aporrea.org/ideologia/a37771.html

Esta revolución pareciera plantear la necesaria síntesis de un Marxismo Libertario. Consideramos que para derrotar al capitalismo es imprescindible la cooperación de todas las izquierdas, la cooperación de comunistas y anarquistas, pues la cooperación es mucho más consistente con ambas ideologías que la competencia, y ya el matemático John Nash demostró con “el dilema del prisionero” como una actitud cooperativa es mucho más eficiente.

Como Feyerabend estoy contra el método; que Chávez ataque al capitalismo desde su trinchera, que nosotros lo atacamos desde la nuestra, no tengo ningún prejuicio al respecto ni creo que una forma de lucha sea más valida que la otra. Confío más bien en la cooperación y especialmente cuando considero que caminamos en el mismo sentido; El rescate de nuestra identidad, La revolución social y la liberación de la humanidad.

Salud, alegría y anarquía.
Luis
Teseracto Bolivariano Anarquista Salom Mesa.
http://toparquia.blogspot.com/

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