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Ayití, Entre la Liberación y la Ocupación

category américa central / caribe | imperialismo / guerra | portada author Tuesday January 16, 2007 20:09author by José Antonio Gutiérrez D. Report this post to the editors

Viv Larevolisyon! Aba Laboujwazi! Aba Lokipasyon! Aba lenperyalis! Viv Yon Ayiti Lib!

El siguiente artículo es un balance del gobierno de Préval, haciendo énfasis en la continuidad de sus políticas sociales y económicas respecto al gobierno anterior, así como en el hecho de que las políticas implementadas sólo ahondan la crisis que se arrastra desde hace décadas. A la vez, es un análisis de las causas estructurales de la crisis y un llamado a buscar una alternativa libertaria y socialista de salida a la crisis. El artículo plantea la necesidad de la unidad del movimiento popular para acabar con la ocupación, pero manteniendo el movimiento revolucionario en todo momento su independencia programática.

[Parte 2]










Ayití, entre la liberación y la ocupación



Han pasado ya bastantes meses desde que René García Préval fuera inaugurado como presidente el 14 de mayo de este año, tras las protestas de febrero del movimiento popular que denunciaban el fraude electoral de la burguesía para evitar que asumiera el poder quien era una figura bastante asociada a la del derrocado presidente Aristide. La oligarquía haitiana, a la que se le erizan los pelos cada vez que oyen la sola mención de Aristide, hizo todo cuanto pudo para evitar que Préval fuera presidente: fraude al por mayor y poner toda clase de trabas para evitar que los pobres pudieran votar. Pero el pueblo cansado de ser una y otra vez pisoteado, salió a la calle en masa a defender su decisión de votar por un candidato que, por una parte, asociaban a la carismática figura del ex-presidente derrocado durante el golpe de Estado en febrero del 2004 y a quien, por otra, veían como una figura ajena a los círculos tradicionales del poder en Haití y como un candidato que no contaba con el respaldo de las fuerzas de ocupación imperialistas (MINUSTAH). El voto a Préval, ante todo, fue un voto de protesta. Era un voto que encerraba la esperanza[1] de que las cosas esta vez si que cambiarían. Que la ocupación vendría a terminar, que Ayití renacería de la mano del pueblo[2].

Pero no sólo el voto popular a Préval fue condicionado: también lo fue su ascenso al poder. Fueron las masas que se movilizaron durante febrero, las que lo pusieron en el poder. Sin esa movilización, lo más probable es que la burguesía hubiera logrado su objetivo de, mediante el fraude, no obtener resultados claros en una primera vuelta y luego organizar el fraude mejor para la segunda vuelta y evitar que Préval fuera presidente, dando la victoria probablemente a C. Baker o a algún otro del círculo de los gwo manjé[3]. Las masas pararon este plan y pusieron al candidato que, pensaron, representaría mejor los intereses populares en el poder[4].

Puesto en contexto, el ascenso de Préval al poder ocurre en circunstancias extraordinariamente complejas que le ponen al medio de la tensión social de las múltiples fuerzas en disputa en Haití: por una parte, están los gwo manjé que como es natural, se opondrán a cualquier aire reformista, por tibio que éste sea; por otra parte, están las fuerzas de ocupación que están para representar directamente y sin intermediarios, los intereses de los imperialismos yanqui y francés; por otra parte, están los sectores populares, que disputan sus propias demandas insatisfechas; y por otra parte están las fuerzas políticas que, directa o indirectamente, apoyaron a Préval –particularmente, entre los sectores pro-Aristide y los que se han distanciado de la figura del teólogo de la liberación. Este contexto de enconada confrontación política y de ocupación militar, hace que las opciones de Préval en cuanto a capacidad de maniobra política estén sumamente limitadas.

Sin embargo, y debemos ser categóricos en este punto, no puede confundirse la limitación en las opciones, por dramática que esta sea, con la falta de opciones. La línea política de Préval en el gobierno, si bien condicionada, ha respondido en gran medida a decisiones concientes hechas por el candidato que había prendido las esperanzas populares... y que hoy las ha decepcionado amargamente.

La política de Préval en el poder



Bourik swe pou chwal dekore ap dentel
(“El burro suda para que el caballo sea decorado con encajes”. Proverbio Haitiano)


Sabíamos que Préval, independiente de las esperanzas que sectores populares hubieran puesto en él, no sería un candidato del cambio radical en Ayití. A lo más, hubiéramos esperado algún tímido reformismo o que abriera algunos espacios limitados de participación popular. Pues bien, hasta ahora, no hemos podido apreciar siquiera un cambio sustantivo en la política de Préval de la política adoptada por la dictadura de Latortue. Algunos dirán que, precisamente por la historia de Ayití, el presidente Préval ha querido evitar que un giro demasiado brusco hacia el reformismo para evitar ser depuesto mediante un nuevo golpe. Esto explicaría su “moderación”. Sin embargo, hay una gran diferencia entre ser un ‘moderado’ y ser un entusiasta partidario de las fuerzas de ocupación. Hay una gran diferencia entre no atacar frontalmente a la burguesía y andar de gira por el mundo haciendo promesas de mayor ‘apertura’, privatizaciones frescas y utilizando el mismo lenguaje de la “inseguridad” de Latortue.

Las masas populares que habían puesto sus esperanzas en Préval, han comprobado con amargura, que ni siquiera ha habido una política desde el gobierno por aliviar mínimamente las duras condiciones de vida de las masas empobrecidas del país caribeño. Préval ha preferido definir a su gobierno como un gobierno de consenso, que en el caso haitiano quiere decir un gobierno en el que el pueblo se someta sin chistar a los intereses del 3% más rico de la población. Una plataforma de diversas organizaciones populares ayisien, llamada “Colectivo por la Movilización en Contra de la Carestía de la Vida” (que aglutina a organizaciones de base como el MODEP, Mouvman Demokratik Popilé), emitió un comunicado en que expresan la desilusión con la cual vieron a Préval seguir, sin la menor corrección, el mismo camino neoliberal que ha llevado a Ayití al empobrecimiento absoluto durante las últimas tres décadas:

El 7 de Febrero del 2006, las masas eligieron a René Préval para revitalizar al país. Las masas dieron por mandato a Préval el atacar los problemas del desempleo, la pobreza, la carestía de la vida, el problema de la salud, educación, de la renta, etc. Desafortunadamente, el presidente electo está tomando una ruta hacia la desesperación cuando elige al modelo neoliberal como su guía. Todo país que ha aplicado este modelo ha visto subir el costo de la renta, el desempleo, la inseguridad y la destrucción de su producción nacional. Podemos ver a numerosos especialistas neoliberales subiéndose a la carreta de Lespwa...”[5]

Recientemente, la ministra de comercio e industria del gobierno de Préval, Maguy Durcé, respondía a los críticos del campo popular que piden corregir el dogmatismo económico del gobierno, que se apega a rajatabla a las recetas neoliberales impuestas por el FMI y otros organismos financieros. Con esto, sentaba las bases de la política económica de Préval:

Haití es miembro de la Organización Mundial del Comercio y debe respetar el libre mercado. Somos iguales, en este respecto, que los demás países de la CARICOM (comunidad de países del Caribe, ed.) y que los países de Europa. No podemos intervenir para bajar los precios”[6]

Dejando de lado las ridículas pretensiones de una ministra haitiana de comparar al país más pobre del Hemisferio con las naciones europeas, llama la atención el dogmatismo que adquieren en la aplicación de la receta neoliberal, que aplican entusiastamente y sin quejas. Que no se crea que, simplemente, implementan una política que no es de su agrado por imposición. Sin importar las consecuencias que pueda traer sobre su pueblo, sin importar los resultados ya vistos y comprobados hasta la saciedad durante las últimas décadas en tierra aysien, ellos no están dispuestos a intervenir para bajar el costo de la vida a un pueblo al que ya, hace bastante tiempo, le queda fuera del alcance de sus medios –entregándoles al hambre, a la carencia, a las enfermedades prevenibles, todo lo cual redunda en que la esperanza de vida del ayisien sea la más baja del continente.

El Neoliberalismo en guerra con los Ti-Peyizan (Pequeños Campesinos)



Un país que no puede alimentar a su propio pueblo, está condenado a ser sirviente de otros” (Ansy Vixima, dirigente de Tét Kole Ti Peyizan)[7]


Como ejemplo concreto de los resultados nefastos de esta política económica, tenemos las reducidas tarifas a la importación de productos agrícolas, implementadas durante el primer gobierno de Préval, como parte del programa de ajuste diseñado por el FMI. El caso del arroz es el más dramático: de tarifas del 50% se cayó a tarifas ridículas del 3%. Estas bajas tarifas de importación, sumado al subsidio que reciben los ‘farmers’ yanquis, hizo que en un par de años, hayan podido acabar con la producción local de arroz y que, una vez monopolizado el mercado, los precios del arroz se hayan hasta cuadruplicado[8], haciéndole imposible de ser adquirido en muchos de los hogares más pobres.[9] Son esta clase de tarifas de importación a la producción agrícola las que han significado la ruina de los campesinos ayisien y las que han significado, a la larga, un aumento del costo de la vida –pero que también han significado jugosas ganancias para los intereses económicos del imperialismo y de las familias de gwo manjé dedicadas al negocio de la importación: los Boulos, los Brandt, los Apaid. La misma CARICOM tras la cual Durcé escuda sus políticas, ha pedido a Haití que aumente sus tarifas para armonizarlas con los niveles promedio del resto de los países[10].

A las bajas tarifas de importación, hay que sumar las elevadas tarifas de exportación, que han sido, históricamente, una de las principales fuentes de ingreso del Estado haitiano[11]. Estas elevadas tarifas han contribuido a arruinar aún más al campesinado ayisien, ya que la burguesía mercantilista que ha actuado de intermediaria, comprando la producción de los campesinos para luego comercializarla ha tendido a pasar el peso de estas tarifas, de manera abusiva y amplificada, sobre los campesinos. En el caso de la producción cafetera, esto ha sido particularmente brutal: el 50% del mercado ha sido controlado las últimas décadas por las familias Brandt, Madsen, Dufort y Kersaint. Este monopolio, debido a las tarifas de exportación, ha presionado continuamente para bajar y bajar el precio del grano de café. Lo que ha redundado en una brusca caída en la producción. Durante los 90, esta caída se pudo registrar en el breve lapso de tiempo del 1992 al 1996, de una producción de 27 toneladas por año a solamente 13 toneladas[12].

En una nación como Ayití, donde tradicionalmente el campesinado ha representado un sector tan importante de la población –aproximadamente un 65% de la población depende directa o indirectamente de la agricultura[13]- y de la economía en general (27% del PGB)[14], el resultado de esas políticas económicas es nefasto para las mayorías.

A estas políticas implementadas en las últimas décadas, debe agregarse la tradicional concentración de la tierra: un 4% de la población posee un 65% de la tierra[15], la cual o está sin ser trabajada, o está siendo trabajada por sistema de mediería. Todo esto agrava aún más el problema de la producción de alimentos, la pauperización del Ti-Péyizan y exacerba la crisis del sector agrícola con la falta de incentivo a la producción. Los campesinos pobres apenas deben contentarse con lotes de tierra que tras las sucesivas subdivisiones a través de generaciones ya no les alcanzan ni siquiera para una agricultura de subsistencia. Este panorama hace que no sólo sea necesaria la corrección del dogmatismo neoliberal predicado desde Washington, sino que además, que se produzca una reforma agraria que sacuda las estructuras arcaicas que mantienen al sector rural ayisien en el atraso, la improductividad y la miseria[16]. Pero Préval ha sido incapaz de plantear la más timorata de las políticas de reforma agraria, una de las principales reivindicaciones del movimiento popular ayisien por décadas. Nada, no ha dicho una sola palabra sobre esta sentida demanda.

Tampoco en el presupuesto para el año ha dado la suficiente importancia a la agricultura y a la protección del ambiente[17]. Esto no es algo menor, pues Haití presenta una alarmante tasa de deforestación del 98% y la erosión es un problema grave, acrecentado por los temporales y huracanes que rutinariamente castigan a su suelo desnudo[18]. Cada año se pierden 15.000 hectáreas de tierra cultivable por la erosión[19]. Y esto no sólo es consecuencia de explotación intensiva y mal manejo de la tierra[20]; el hecho de que tan sólo el 10% de la población tenga acceso a energía eléctrica, y que incluso en la capital la provisión de electricidad no sea más que intermitente, deja al 71% de la población dependiendo, como única fuente energética, del carbón vegetal[21]. Esto demuestra que, si bien es cierto que se requiere con urgencia de programas de reforestación y recuperación de suelos, es la pobreza general de la población la cual sigue constituyendo la mayor causa de este problema. La miseria empeora la deforestación y la deforestación empeora la miseria. A este ritmo, ya pronto no habrá tierra apta siquiera para hablar de reforma agraria.

Lo más curioso, tras este sombrío panorama, es que el gobierno ha puesto como una de sus prioridades el mejoramiento de la infraestructura vial, lo cual, supuestamente, redundaría en beneficio para los campesinos que podrían trasladar más fácilmente sus productos a los centros del comercio. Y sin embargo, de seguir la producción agrícola el curso actual, pronto ya no quedará ni producción para ser transportada, ni campesinos que usen estas carreteras. El futuro del Ti-Péyizan, de seguir el neoliberalismo atacándole, será la migración en masa a los bidonville[22] de los centros urbanos, donde se acumulará una población creciente, sin trabajo, sin perspectivas, paupérrima, mientras el hambre en el país crezca irremediablemente: ya en 1999, Haití importaba U$235.000.000 en comida, siendo el principal producto de importación de un país que, antiguamente, fuera autosuficiente en términos agrícolas[23].

Las Zonas Francas en Haití: un Modelo de Desarrollo Fraudulento



“Lajan al ka Lajan”
(“El dinero va donde hay dinero”. Proverbio Haitiano)


Ciertamente, el mantenimiento de la política económica neoliberal ha sido un elemento que ha dolido muchísimo a una nación donde el 80% de la población vive bajo la línea de la pobreza. En realidad, que Préval mantenga esta política no es algo que debiera sorprender mayormente, debido a que en su primera gestión (1995-2000) fuera el mismo uno de los principales impulsores del ajuste estructural propuesto por el FMI, el BID, el Banco Mundial y la ONG norteamericana USAID. Este ajuste consistió, como siempre, en la jibarización del sector público, mantener salarios de miseria, incentivar un modelo orientado exclusivamente hacia la exportación, reducir las tarifas de importaciones (cuyo efecto en el sector agrícola ya vimos) y privatizaciones de las industrias públicas. En este último punto, el gobierno de Préval se mostró en su primera gestión un poco más reticente y tan sólo accedió a privatizar dos de las nueve industrias propuestas originalmente, bajo un modelo inspirado en las neoliberales leyes de capitalización de Bolivia, decretadas en 1985 por el ministro (y más tarde presidente) Gonzalo Sánchez de Lozada[24]. Aún así, todos los otros puntos fueron religiosamente aplicados por Préval y más tarde, aunque a regañadientes, por el propio Aristide (2000-2004). El impacto global sobre la economía fue nefasto (exceptuando los bolsillos de los Apaid y de las otras familias de Gwo Manjé). Sobre el pueblo, fue aún peor.

Con la promesa de empleos, se generaron una serie de condiciones políticas para atraer inversiones manufactureras a las “zonas francas” de Puerto Príncipe y de la frontera dominicana. Las empresas establecidas en las zonas francas fueron exentas del pago de impuestos por 15 años y se les permite repatriar todas las ganancias. Como consecuencia de ello, el aporte que han hecho a la economía local ha sido mínimo, limitado apenas a los salarios de hambre que pagan a sus obreros que ni siquiera alcanzan para crear un mercado interno, ya que no son suficientes ni para ahorrar ni para aumentar sustantivamente la capacidad de consumo. Además, como en su mayoría se trata de empresas de ensamblaje de partes, la inversión en maquinaria o infraestructura ha sido mínima, y al menos en la industria textil, se ha dado el caso de bastante subcontratación a empresas haitianas del rubro, con lo cual la inversión ha sido nula[25]. Esto conlleva, por otra parte, a que esta clase de inversión sea altamente “móvil” y pueda retirarse inmediatamente de Haití, sea tras la búsqueda de mejores “ventajas comparativas” ofrecidas por alguna otra nación tercermundista (como Bangladesh, por ejemplo) o ante esfuerzos del movimiento popular de mejorar las condiciones laborales[26]. Para dar un ejemplo de lo fugaz de esta clase de inversión y de sus efectos inestables sobre la generación de empleos, valga decir que el sector de manufacturas textiles empleaba, en 1985, a 100.000 personas. Hoy, tan sólo alcanza a emplear a 20.000 trabajadores en este sector[27]. Este “desarrollo” industrial no puede ser catalogado sino como parasitario, y vino a ahondar el proceso de pauperización absoluta que se había experimentado durante el primer período de florecimiento de las zonas francas, bajo la dictadura de “Baby Doc” Duvalier (realizado entre 1971-1975), en que los salarios cayeron hasta en un 25% de su valor real[28].

¿Cuál fue el resultado de esta política? Como era predecible, salarios míseros, que en el caso de los trabajadores subcontratados de Walt Disney alcanzaban apenas a 28 centavos por hora –considerando el hecho de que el 70% de los productos de consumo en Haití son importados, principalmente de EEUU[29], este sueldo no alcanza para nada[30]. Tampoco hubo ninguna clase de generación de empleos espectacular que permitiera absorber el flujo migratorio del campo a la ciudad, ocasionado por las políticas neoliberales mencionadas anteriormente. No se desarrolló nada parecido al prometido “Taiwán del Caribe”. Las condiciones de trabajo no han sido mucho mejores: condiciones extenuantes, abuso generalizado, acoso sexual al por mayor y facilidades sanitarias inexistentes[31]. El trabajo en las zonas francas no es sino una versión remozada de la antigua esclavitud de las plantaciones.

Como broche de oro, tenemos la situación vivida por los obreros de la planta perteneciente al Grupo M en la zona franca de Codevi, en Ouanaminthe. Tras formar un sindicato en Junio del 2004, más de 350 obreros fueron despedidos en un intento de quebrar la organización sindical. Al comenzar los obreros a protestar y a levantar la huelga contra la patronal, estos utilizaron la fuerza física y la intimidación de la mano de paramilitares y del propio ejército dominicano, que cruzó la frontera para prestar sus servicios a sus amos patronales[32]. Aún así, la lucha siguió adelante y terminó en la conquista en febrero del 2006, por parte de los trabajadores, de la reincorporación de los trabajadores, del reconocimiento de su sindicato (Sendiká Ouvriyé Kodevi Wanament –SOKOWA)[33], así como de la aceptación de ciertos marcos regulatorios que mejoren las condiciones salariales y de trabajo en estas empresas.[34] Pero aún así, las empresas de las zonas francas siempre tienen la carta bajo la manga que, si los obreros comienzan a mejorar demasiado sus condiciones de vida, pueden amenazar con retirarse del país, como el Grupo M amenazó en junio del 2006 con cerrar su planta en Ouanaminthe[35].

Es verdad que se necesita de más empleos, pero a la larga, esta clase de empleos ha generado más un problema que una solución. No sólo han deprimido en términos absolutos los niveles de vida, sino que han reforzado el poderío económico y político de los comerciantes que, desde la burguesía mercantilista del siglo XVIII, se han incrustado en las estructuras de poder como el grupo por excelencia más reaccionario en el desarrollo histórico de Haití (por ser una burguesía estructuralmente aliada al imperialismo). Pero lo peor, es que es un modelo fraudulento de desarrollo que ha reforzado las estructuras de la dependencia haitianas. Con ello, han hecho a la economía, globalmente, mucho más vulnerable, mucho más precaria y sumado el giro neoliberal del conjunto de la economía, la han dejado completamente minusválida y mutilada.

Este es el rol que, hasta la fecha, han tenido las Zonas Francas. ¿Por qué debiéramos suponer que ante nuevas condiciones, aún más favorables para los empresarios, estas debieran jugar ahora si un rol diferente? Sin embargo, la nueva ministra de comercio e industria, Maguy Durcé, nos quiere convencer exactamente de lo contrario. Nos dice que gracias a la aprobación de un decreto en el parlamento norteamericano el 9 de diciembre, se podrán crear miles de fuentes de trabajo y abrirse hasta dos nuevas zonas francas para industrias textiles, en las áreas de Puerto Príncipe y Món Kabrit. El decreto en cuestión se llama HOPE (Esperanza, sólo un alcance de nombre con Lespwa) y significa Haitian Hemispheric Opportunity through Partnership Encouragement (Oportunidad Hemisférica Haitiana mediante el Estímulo a la Asociación). Según este decreto, ciertos productos podrán entrar al mercado norteamericano sin pagar tarifas. Tal cosa es una muy buena noticia para la burguesía industrial y exportadora, pero no podemos ver (juzgando la historia de esta industria) como beneficiará a los trabajadores, más allá de la creación de ciertos empleos marginales cuyos salarios cubrirán, apenas, la necesidad para reproducir malamente la fuerza de trabajo. Se estima que los trabajadores apenas recibirán, en realidad, unos U$1,85 por día, en un país donde, como dijimos, todo es importado[36]. Incluso los parlamentarios norteamericanos de los estados con industria textil desde el día de la aprobación prevenían abiertamente contra regulaciones que beneficiaran a Haití[37]. Si bien Durcé insiste en que es necesario generar trabajo (“sin inversión, no hay trabajo”), no dice que la destrucción del campesinado, la reducción del sector público y las privatizaciones han eliminado, también, una gran cantidad de empleos que no han sido necesariamente repuestos por las dichosas inversiones extranjeras, ni que esta clase de trabajos deprimirá aún más las condiciones generales de existencia[38]. Para concluir su exposición sobre los beneficios de las zonas francas, Durcé nos quiere convencer de que la importancia dada al respeto a los derechos de los trabajadores puede verse en la relación “modelo” entre el Grupo M y SOKOWA –ya hemos visto un poco la historia de esa “tormentosa” relación (que incluye toda clase de abusos patronales) y sabemos lo tirante e inestable que es aún hoy en día, las la “normalización” de las relaciones.

Esta posición no es casual, sino que responde a la línea predicada por Préval de “generar las condiciones necesarias para promover la inversión privada a fin de crear empleos”[39]. Con ese fin, él mismo anduvo, antes de asumir, de gira por Canadá ofreciendo privatizaciones. Esto se traduce solamente en mayor precariedad, en el fetichismo a la inversión extranjera (que como hemos visto, en esta caso no aporta prácticamente nada al país), en profundizar el neoliberalismo, en buscar salidas cortoplacistas –más empleos- sin ponderar las consecuencias a largo plazo. El discurso de la inversión privada, el discurso de generar empleos a cualquier costo, es un discurso de derechas, no es parte de una alternativa popular. Una alternativa genuinamente popular debiera estar buscando alternativas a la dependencia en lugar de reforzar sus estructuras. Una alternativa genuinamente popular no puede complacerse en los discursos inmediatistas sobre la necesidad de generar empleos a como de lugar sino que debiera buscar las bases de un modelo sustentable a largo plazo. Un modelo que solucione los problemas sociales de fondo, en lugar de poner soluciones de parche a una de las formas en que estos problemas se expresan –el desempleo, que aunque sea la forma más brutal en que estos problemas puedan expresarse, no es por eso más que la expresión de la crisis terminal de un sistema de acumulación de capital moribundo.

Vamos sin miedo tras el bandido...



“Lè ou malere, tout bagay samble ou”
(“Si eres pobre, se te puede culpar de todo”. Proverbio Haitiano)


El discurso de Préval y de su primer ministro Jacques Edouard Alexis, ha seguido repitiendo la cantinela de Latortue sobre la “inseguridad”, identificándola como el principal problema de un país donde la salud y la educación públicas se caen a pedazos, que carece de un sistema de vivienda social, donde la mortandad infantil es altísima, donde la tasa de infección de VIH/SIDA aumenta de manera galopante, donde la economía y la producción se encuentran absolutamente atrofiadas, donde sólo una ínfima minoría tiene acceso (irregular) a la energía eléctrica, donde la gran mayoría de la población no tiene acceso al agua potable y donde sólo el 3,7% de la población tiene sobre 65 años. Y que encima, se encuentra ocupado militarmente. Ah, pero la inseguridad... ese es el mayor problema según Préval/Alexis. Ya en su campaña había expresado esta posición, la cual, a su momento, denunciábamos como una posición derechista, pues el “discurso” de la inseguridad (por real que ésta sea), siempre ignora las causas sociales de la criminalidad, que en un país como Haití no son muy difíciles de sospechar[40].

No hay que sorprenderse, entonces, de que el público que realmente se traga este “discurso” de la inseguridad es la clase media emergente o los sectores burgueses de la sociedad[41], que solamente deben lidiar con la miseria cuando ésta les “afecta” en la forma de la criminalidad. A ellos, objetivamente, les interesa la seguridad para disfrutar tranquilamente y sin sobresaltos de los placeres de la vida burguesa, aunque el resto de la población se muera de hambre. En Haití, ante la ausencia de nada que pudiéramos llamar una clase media significativa, de ningún segmento social que amortigüe el choque ente los gwo manjé y la inmensa mayoría en la pobreza, este discurso no es sino el discurso de la burguesía. De más esta aclarar, que el “discurso” de la “inseguridad” no se refiere ni al fuego a indiscreción de la MINUSTAH, ni el terror de los makouts y paramilitares hacia las barriadas populares...

En el caso haitiano, lo más grave es que el discurso de la “inseguridad”, del combate a la delincuencia, ha sido usado como una mascarada para atacar los sectores sociales opuestos a la ocupación y opuestos a la dictadura de clase ejercida mediante ésta. Latortue ya se había especializado en esta arte y Préval, a juzgar por los hechos represivos recientes, lo ha relevado sin mayor diferencia. Las acciones punitivas y represivas siguen marcando a los barrios con alta presencia lavalassien[42] y siguen marcando, ora a activistas, ora a grupos, vinculados a la figura de Aristide, o incluso, que muestren cualquier clase de resistencia a la ocupación. Pese al hecho indesmentible de que la delincuencia está democráticamente distribuida en casi todos los barrios de las principales ciudades de Ayití. Y pese al hecho de que, al menos respecto a la ola de secuestros, se sabe muy bien que la misma policía (PNH) está involucrada en muchas de estas redes delictuales[43].

El programa de Latortue de “Desarme, Desmovilización y Reintegración” (DDR), mediante el cual se premió a los ex-militares golpistas, ha sido reemplazado, el 12 de septiembre, por la “Comission Nationale de Désarmement, Démantèlement et Réinsertion” (CNDDR)[44], que hasta el momento se ha notado impotente ante los bandas armadas al servicio de la burguesía makout (aunque ésta haya puesto, en un comienzo, un grito en el cielo por la participación de un conocido activista lavalassien en dicha comisión, Jean-Baptiste Jean Philippe, alias Samba Boukman[45]). Pero lo peor, es que esta comisión sigue la lógica de que el problema de la inseguridad no es un problema político (que sirve de mascarada para la represión pura y simple), ni un problema que requiera estudio de causas más profundas que el fenómeno del pandillismo. Las causas de la inseguridad son de carácter económico y social. Pero el nuevo gobierno esgrime como argumento último, la represión. Tal política no puede ser considerada progresista y sus resultados se han dejado ver en los hechos represivos de diciembre del 2006 (ver la próxima sección).

Es alarmante comprobar que, tras este discurso de la inseguridad, se han cuadrado todos los nostálgicos del duvalierismo, para intentar ganar algo del terreno perdido desde la caída de Baby Doc en 1986. Ya Latortue había hablado de volver a crear una fuerza de gendarmerie que complementara a la PNH, lo que ya despertaba sospechas sobre las intenciones de la burguesía de volver a dar vida al Ejército (FAdH), disuelto en 1995 por Aristide[46]. Esta idea de la gendarmerie, al parecer, ha recibido el apoyo de Préval. Lo cierto, es que el parlamento ha aprobado que, del presupuesto para el año 2006-2007, se destinen 125.000.000 de gourdes (equivalentes a U$3.365.530) a un grupo de evaluación sobre la creación de “una nueva fuerza pública”, complementaria de la PNH y con características muy semejantes a la antigua FAdH[47]. Otros ya han ido un poco más lejos, como Youri Latortue, sobrino del ex-primer ministro, policía makout al servicio de Cedras, uno de los responsables del asesinato del líder opositor a la dictadura Antoine Izméry (1993), hoy remozado en un flamante senador, quien ha llegado a pedir abiertamente el retorno de las FAdH[48]. Muchos de los ex-militares han estado presionando por lo mismo desde la caída de Aristide[49]. Youri Latortue plantea que es la única fuerza que puede terminar con el problema de la “inseguridad”, pero no cuesta darse cuenta del proyecto reaccionario escondido detrás de sus afirmaciones. Quiéralo o no, el mismo discurso de Préval sobre la inseguridad, está sirviendo para dar oxígeno a esta clase de personajes.

El gobierno, los “makout” y los “blan”

[50]

Tanbout prete pa janm fè bon dans
(“Con tambor prestado no hay buen baile”. Proverbio Haitiano)


Préval, desde los inicios de su campaña dejó en claro que no pediría el retiro de las tropas de ocupación. Pero no le bastó solamente con declaraciones: se dio un tour por todo el Cono Sur de América, felicitando a los gobernantes de Chile, Argentina y Brasil por el desempeño de la MINUSTAH (!) y dejando en claro que no sólo no les pediría el retiro, sino que consideraba su presencia fundamental para el proceso político haitiano. Que un gobernante, supuestamente, popular, entienda la relación entre las naciones latinoamericanas solamente en términos de una fuerza de ocupación[51] de naturaleza y rol, por decir lo menos, bastante cuestionable, es un escándalo[52].

El rol de la MINUSTAH y el desempeño ‘profesional’ de ésta, de lo que Préval felicitaba a Kirchner, a Lula y a Bachelet, ya han sido suficientemente criticados en anteriores artículos[53], así como también existe abundante información de los abusos de los cascos azules disponible en diversos sitios de fácil acceso por internet[54]. No es nuestra intención detenernos una vez más en los abusos cometidos directa o indirectamente bajo la dictadura de Latortue por las fuerzas de ocupación. Lo que nos interesa saber es si realmente las fuerzas de ocupación han ganado popularidad por parte de las masas o si su conducta realmente ha girado hacia un cierto respeto a los derechos humanos como para justificar las posiciones pro-MINUSTAH de Préval. La verdad es que todos los hechos nos muestran que esto no ha ocurrido, que la MINUSTAH sigue siendo el brazo armado de la oligarquía gwo manjé y la protectora de los makout que siembran el terror en los bidonville.

Mientras las tropas de la MINUSTAH continúan retratando a las pandillas que simpatizan con la figura del presidente Aristide y que se oponen a las tropas de ocupación[55] como el principal peligro de la sociedad haitiana, y mientras sigue acosando y criminalizando a los vecinos de las barriadas populares, no se ha hecho ningún esfuerzo serio, por parte de ésta, para desarmar a las pandillas makout ni a las facciones paramilitares que operan con absoluta impunidad bajo pleno sol del Caribe. Quizás el ejemplo más brutal de este gorilismo tolerado por la ocupación, sea la existencia de un grupo makout llamado Lamé Ti-Manchet (El Ejército del Pequeño Machete) que a vista y paciencia de las fuerzas de seguridad ha reducido a machetazos a militantes populares de simpatías lavalassien en los bidonville, así como a quienes alzan la voz en contra del terror makout y la ocupación. Este grupo opera principalmente en el área de Gran Ravin / Martissant y debutaron en un partido de fútbol en el que, a vista y paciencia de 5000 espectadores, masacraron a unas 50 personas[56] el 20 de agosto del 2005. Desde entonces no han parado de practicar el terror a la población local. Más recientemente, entre el 6 y el 7 de julio, en una redada makout masacraron a 22 residentes del sector de Ti Bwa y quemaron 20 casas[57]. Entre el 24 y el 26 de septiembre en el barrio de Delouis asesinaron a 8 personas más, sin que las tropas de MINUSTAH estacionadas cerca del lugar de las redadas intervinieran en absoluto[58]. Entre el 3 y el 5 de diciembre, nuevamente, 8 personas murieron a raíz de la violencia makout en Martissant[59]. Aparte de las masacres, han estado involucrados en la eliminación selectiva de activistas y militantes, como el asesinato del activista de DDHH Esterne Bruner, asesinado el 21 de septiembre[60].

Pero el rol criminal de la MINUSTAH ha estado lejos de poder ser atribuible sólo a “pecados de omisión”: han seguido tomando parte activa en la represión, y precisamente el mismo día en que Préval asumiera el poder, el 14 de mayo, cuando los presos del Penitenciario Nacional se amotinaron, exigiendo la liberación de los presos políticos, una serie de demandas particulares (más del 90% de los presos no han recibido una debida condena), así como declarando su apoyo a Préval, la MINUSTAH respondió abriendo fuego indiscriminado, asesinando cobardemente a una decena de presos[61]; entre el 17 y el 18 de octubre, durante una operación anti-pandillas en Sité Soléy (Cité Soléil), han vuelto a abrir fuego indiscriminado y asesinar impunemente a la población, muriendo al menos 4 pobladores[62]. Pero el más grave de los recientes asaltos fue realizado, por macabra paradoja, la semana de Navidad, el viernes 22 de diciembre en que tropas de MINUSTAH llegaron de madrugada a Sité Soley apoyadas por vehículos blindados (los APCs) y fuego de helicópteros. Supuestamente, se trataba de una acción anti-pandillas de secuestradores[63], pero en realidad, fue un acto de intimidación en que se disparó a diestra y siniestra, un acto punitivo contra una población irreductible que ha sido un bastión contra la ocupación y que recientemente ha visto masivas movilizaciones[64]. El triste resultado, fueron 40 muertos, todos vecinos, todos desarmados, todos pobres –baleados en la calle, baleados en el interior de sus casas por balas que cruzaban sin problemas los muros de material ligero. Los distritos atacados fueron Bois Neuf (Bwa Nef) y Drouillard, escenarios de la masacre del 6 de julio del 2005, en que las tropas de MINUSTAH, a la caza de la pandilla de Dred Wilme, mataron a cerca de 50 civiles[65]. Las tropas que participaron en esta masacre eran provenientes de Chile, Brasil, Uruguay y Bolivia, todas tropas, por supuesto, de países con líderes supuestamente “socialistas”. Más grave aún que la balacera misma y la subsiguiente destrucción de decenas de hogares, fue el hecho de que las tropas de MINUSTAH negaran el acceso a vehículos de la Cruz Roja que pretendían auxiliar a los heridos, según comentó el mismo coordinador de la Cruz Roja para Sité Soléy, Pierre Alexis[66].

Como si esto fuera poco, los escándalos de abuso sexual por parte de los ocupantes se han seguido apilando (por cierto, hoy en día hay 319 cascos azules acusados de violación en el mundo[67]) y han alcanzado niveles verdaderamente sórdidos con las denuncias realizadas por la BBC acerca del abuso sexual a menores, que asumen la forma de violación abierta y pago en especias a menores a cambio de sexo[68].

La participación de regímenes populistas en la ocupación, como son Bolivia, Uruguay, Brasil y Argentina[69], así como en todos los odiosos crímenes que ella genera, no deja de arrojar luces sobre la verdadera naturaleza de estos regímenes, que se llenan la boca hablando del pueblo, de la unidad latinoamericana, pero que no dudan en auxiliar al imperialismo en sus tareas de vigilancia hemisférica. A cambio de migajas, nada más. Recuerdo cuando en marzo del 2006, en la conmemoración de los 30 años del golpe de Videla en Argentina, personeros del gobierno de Kirchner gritaban a los cuatro vientos que nunca más, que los horrores del golpismo, que justicia.... mientras ese mismo ejército golpista de 1976 seguía inflingiendo el terror y ejerciendo su vocación golpista, esta vez, en la lejana República de Haití.

El carácter reaccionario de los componentes de esta misión ha quedado más de alguna vez en evidencia. Para citar solamente a Chile, hemos dicho que el ejército que hace parte de la MINUSTAH, es el ejército de Pinochet. A comienzos del año pasado, asumió la jefatura militar de la MINUSTAH, de manera interina, el General chileno Eduardo Aldunate Herman[70]. Este hecho, sirvió para que nos enteráramos un poco de la calaña de los componentes de la misión: este perro fue entrenado en la Escuela de las Américas en 1974. En ella, se perfeccionó en las artes de la tortura, la contra-insurgencia y se nutrió de los “ideales” de la siniestra Doctrina de Seguridad Nacional de los EEUU. Luego de ello, aplicó sus conocimientos en la práctica al asumir cargos de relevancia en la Central Nacional de Inteligencia (CNI), la brutal policía política y escuadrón de la muerte del genocida Pinochet. Esa es la clase de gente que va a “garantizar” la estabilidad y el respeto a los DDHH en Haití (¡)[71]

Otra “joya” de esta misión, que nos permite tomarle el pulso a su carácter reaccionario y fascistoide, es el cabo José Barraza, quien ha sido identificado como miembro de grupos neonazis en Chile (sorprendente como pueda parecer, hay algunos locos que se declaran neonazis en Chile, con apellidos mapuche y piel morena –pero en el fondo, no es sino la misma ultraderecha de antaño reciclada en una nueva moda para ser más “chick”). Solamente hay que imaginarse qué conducta puede esperarse de un neonazi en una nación negra, cubierto con el velo de la impunidad que les da el carácter de fuerzas ocupantes. Barraza tuvo que volver a Chile a fines de mayo del 2006 por investigaciones relativas al asesinato de un joven a manos de estos delincuentes fascistas a los que él estaba asociado. Este no es un hecho menor, y se conoce muy bien el carácter profundamente fascista de la ideología del Ejército en Chile. Pinochet mismo era un admirador del nazismo, y todo el ejército se ha nutrido de prusianismo, por un lado, y de la Doctrina de Seguridad Nacional de los yanquis, por otra. El Ejército chileno se encuentra absolutamente penetrado por redes vinculadas a la ultraderecha que no han vacilado en convertirse en grupos de choque de los ricos cuando éstos los han requerido (Patria y Libertad, Acción Chilena Anti-Comunista y los payasos Neo-Nazis, son solamente distintos nombres para identificar al mismo factor político y social). En la investigación sobre el asesinato del joven en que se implicó a Barraza, emergieron los nombres de otros siete milicos vinculados al neonazismo. La inmensa extensión de estas redes en el Ejército se puede sospechar a partir de este incidente[72]. ¿Puede esta gente que ni siquiera en su propio país se comportan como humanos, comportarse mejor en una misión de ocupación? Lo dudamos. Esta clase de mercenarios son la fuerza perfecta que requieren los makout y los gwo manjé para practicar su terrorismo de clase.

El Pueblo dice basta a la ocupación y los “blan” no dicen nada: sólo disparan



Ti chen gen fòs devan kay mèt li
(“Un perro pequeño es fuerte frente a la casa de su amo”. Proverbio Haitiano)


Dado este auténtico prontuario criminal de la MINUSTAH no nos sorprende de que el rechazo del pueblo ayisien a la ocupación sea un hecho categórico. Pero no es solamente por el carácter gorila de sus miembros que el pueblo ayisien quiere que la ocupación se vaya. Este rechazo es, además, producto de que Ayití es un país que en su historia ha sido intervenido, ocupado, invadido, saqueado y bloqueado en innumerables ocasiones. El pueblo está aburrido de estas intervenciones, está aburrido de que se pisotee su soberanía y los derechos populares, siempre con razones humanitarias a flor de labios. El pueblo dice basta y quiere ver a las tropas extranjeras fuera.

Las protestas contra la ocupación son una constante y la represión es la única respuesta que el pueblo en las calles recibe de parte de sus auto-proclamados “defensores”. Las fechas simbólicas sirven para que se exprese la bronca contenida y la voluntad de cambio político profundo[73]. El 15 de julio, que es el cumpleaños de Aristide, el pueblo, al igual que el año anterior, salió a las calles a protestar por su retorno, haciéndose sentir las protestas contra las fuerzas de la ocupación que bloquearon el ingreso de la marcha a las cercanías del Palacio Presidencial, amenazando con disparar; se calcula que sobre 30.000 personas se tomaron las calles de Puerto Príncipe para hacer sentir su voz[74]. El 30 de Septiembre, que se celebra un nuevo aniversario del golpe fascista de Cedras (1991) que derrocó por primera vez a Aristide, miles de personas marcharon por las calles de los bidonville (Belé, Sité Soléy, etc.)[75], exigiendo el retiro inmediato de la MINUSTAH, el retorno de Aristide, la liberación de los presos políticos y el fin a la represión[76].

El pueblo también protestó vehementemente contra la violencia de la ocupación los días 24 de octubre, en que los estudiantes se manifestaron, y el 27 de octubre, cuando miles de vecinos de Sité Soley se manifestaron también con mucha bronca contra la matanza ocurrida los días 17 y 18 de octubre en Sité Soley[77].

La relación entre la lucha contra esta nueva ocupación imperialista y la heroica gesta de los esclavos que derrotaron a sus amos colonialistas entre 1791-1804, apareció con todo su potencial simbólico el 18 de noviembre, cuando se conmemoró un nuevo aniversario de la batalla de Vertiéres (Vétyé, 1803), victoria definitiva sobre las tropas francesas, que será el hecho decisivo que llevará a la independencia de Ayití. Este día, pobladores y estudiantes[78] salieron a las calles a protestar en contra de la MINUSTAH, en contra de la ocupación, por la autodeterminación. A demostrar que la gesta de los esclavos no está olvidada y que sus descendientes hoy renuevan ese combate contra el imperialismo. El pueblo salió a la calle, pese a que tropas de MINUSTAH dispararon en Sité Soléy el día anterior de la manifestación convocada, para intimidar y atemorizar a la población. Pero el miedo no pudo más, y el pueblo salió a protestar al día siguiente[79].

La última de estas grandes manifestaciones en fechas simbólicas, tuvo lugar el día 16 de diciembre, día en que se conmemora un nuevo aniversario del triunfo electoral de Aristide (1990), convirtiéndose en el primer presidente democráticamente elegido en la historia de Ayití. Ese día miles de personas marcharon en la zona metropolitana de Puerto Príncipe sin que se registraran incidentes, en manifestaciones convocadas por el Mouvement National pour Sauver Haïti (Movimiento Nacional para Salvar a Haití –MONSAH), vinculado a Lavalas[80]. Los incidentes recién vendrían a ocurrir con la acción punitiva del 22 de diciembre...

Luego de las jornadas de lucha de febrero de este año, las protestas populares recién vinieron a repuntar hacia finales del 2006; en parte, porque durante algunos meses el pueblo dio a Préval un respiro para ver en qué dirección se encaminaría; en parte, porque las fechas simbólicas se aglutinan principalmente, hacia finales de año; pero más que nada, porque objetivamente, el cambio que se esperaba no vino. La MINUSTAH sigue ahí, con sus 9.000 efectivos; siguen alrededor de 1.000 presos políticos aún en la cárcel (aunque ya hayan sido liberados algunos cuantos que tenían mayor renombre), los makout siguen ejerciendo el terror y la represión continúa como de costumbre. A lo que hay que sumar la oprobiosa miseria que debe acarrar sobre sus hombros el ayisien promedio, que no se ve en nada aliviada con las medidas económicas ni con las políticas sociales hasta ahora adoptadas por Préval.

A la voz clara del pueblo ayisien pidiendo el fin de la ocupación, ha seguido la represión por parte de MINUSTAH, así como el respaldo pleno y absolutamente carente de la más mínima crítica por parte de Préval hacia esta fuerza de intervención imperialista (cuando no ha guardado un silencio cómplice absoluto)[81]. Pero pongamos las cosas claras: Préval nunca fue muy ‘radical’. Préval nunca planteó en su campaña la necesidad de realizar profundos cambios económicos –muy necesarios por cierto- en la estructura política o económica haitiana. El suyo, es un gobierno que pese a llegar de la mano de la presión popular, se debe en última instancia a que tiene el permiso de los poderes imperiales y al derrocamiento de Aristide y él lo sabe.

En su clásica obra sobre la revolución Ayisien, que llevara a la creación de la República de Haití, C.L.R. James nos dice de Toussaint L’Ouverture[82] y sus vacilaciones ante los colonialistas franceses que “Las realidades a las que el historiador se ve condenado pueden, a veces, simplificar las trágicas alternativas a las que (L’Ouverture) se vio enfrentado”[83] El actual momento también es de inflexión histórica. Habiendo existido alternativas, Préval ha hecho una opción política clara. Eso hace que los presos sigan en la cárcel, que profundice aún más el neoliberalismo con toda la miseria que esto acarrea y que Aristide no vuelva; su sola presencia resultaría amenazadora... Los EEUU han dicho que su retorno podría “desestabilizar” a Haití. Consecuente con esto, ha optado por ser la cara limpia, la cara democrática de la ocupación (que el títere de Latortue no podía tener, por haber estado directamente implicado con los gwo manjé y con los golpistas). Préval no ha desafiado al imperialismo en términos políticos ni económicos; menos lo hará en cuanto a su política militar, pues, a fin de cuentas, MINUSTAH es el único sostén militar de su débil gobierno.




[Parte 2]






[1] Lespwa, “La Esperanza” en kreyol, era el nombre de la plataforma política de Préval.
[2] Para más información sobre las elecciones y el proceso de movilizaciones de febrero, revisar mi artículo “Ayití en la encrucijada tras las Elecciones” José Antonio Gutiérrez http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=2698
[3] En kréyol quiere decir “glotón”. Término utilizado para describir a la burguesía haitiana.
[4] http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=2698
[5] “On Neoliberal policies and people’s demands”, Kolektif Mobilizasyon Kont Laviché, Puerto Príncipe, 9 de Mayo 2006.
[6] “Minister of Commerce expects New Free Trade Zone to Open”, Charles Arthur (a), 20/12/06, Alter Press, www.alterpresse.org
[7] Citado en “Haiti in Focus”, Charles Arthur, p.41, LAB, 2002
[8] “Voting for Hope, Elections in Haiti ”, Peter Hallward, www.radicalphilosophy.com julio/agosto 2006
[9] Revisar en breve “Ayití, una cicatriz en el rostro de América”, de este mismo autor http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=1063
[10] “New Government: a Chance to Mobilise and Move Forward”, Christian Wisskirchen, Haiti Briefing, p.2, no.59, Nov. 2006.
[11] “Haiti State Against Nation” Michel-Rolph Trouillot, p.62 Monthly Review Press, 1990
[12] Arthur, op.cit., p.43, LAB, 2002.
[13] Charles Arthur, op.cit. p.41.
[14] Según información de este año del Departamente de Estado de los EEUU.
[15] “La Invasión a Haití: la Cara Sucia de las Razones Humanitarias”, J.A. Gutiérrez, p.18, ed. OSL, Argentina, 2004.
[16] El impacto que ha tenido la estructura política y social haitiana sobre el escaso desarrollo de las fuerzas productivas en el campo haitiano, es brillantemente analizado por Trouillot, op. cit., p.80.
[17] Wisskirchen, op.cit., p.2
[18] “Deforestation exacerbates Haiti floods”, USA Today, 23/09/04
[19] Arthur, op.cit., p.10
[20] La primera ocupación militar yanqui de Haití (1915-1934), entregó las mejores tierras de las planicies a las compañías trasnacionales para monocultivos y explotación intensiva; con esto, los campesinos debieron ocupar las laderas de las montañas para sus cultivos. El despeje de estas tierras como consecuencia de las políticas agrarias de la ocupación, es responsable de una cantidad considerable de la erosión que hoy afecta a Ayití.
[21] USA Today, 23/09/04
[22] Villa miseria
[23] Arthur, op.cit., p.95
[24] No es necesario hacer ningún comentario del impacto que tuvieron en Bolivia, como para haber sido tomado como “modelo a seguir”. El pueblo boliviano, en el ciclo de insurrecciones del 2000-2004 ya ha dado su opinión.
[25] Arthur, op.cit., p.51
[26] Esto recientemente fue comprobado en junio del 2006 cuando el Grupo M, de origen dominicano, pero que trabaja para Levi’s, amenazó con cerrar sus plantas en Ouanaminthe si el sindicato Batay Ouvriyé seguía exigiendo mejores salarios y planes médicos para sus empleados. http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=3576&type=nonanarchistpress&results_offset=40
[27] “False Hope for Haiti ”, Tom Ricker, 01/12/06, http://blog.ijdh.org
[28] Ver “El Desarrollo del Capitalismo en América Latina”, Agustín Cueva, p.265, ed. Siglo XXI, 1994.
[29] El 60% de las importaciones en Haití provienen de los EEUU, Arthur, op.cit., p.95.
[30] “Mickey Mouse in Port-au-Prince ” Charles Kernaghan. Cit. en “Libéte”, Charles Arthur & Michael Dash ed. p.127, LAB, 1999.
[31] Charles Kernaghan, op.cit., p.127.
[32] El siguiente es el recuento de una obrera de CODEVI de la situación en esa zona franca, titulado “Por qué me despidieron –una ex-obrera de las zonas francas cuenta su historia”:

“Ella solía trabajar en la línea de producción, haciendo jeans y sostenes. Ahora, Louissane Borgella hace uniformes escolares. La obrera haitiana de 32 años comenzó a trabajar por cuenta propia, luego de ser despedida en Junio, junto a otros 370 compañeros de la zona franca de CODEVI (Compañía de Desarrollo Industrial). Con un hermano, cinco hermanas, y dos hijos que mantener, ella no tiene muchas opciones.

Louissane tiene en su mente una imagen vívida de la infernal producción en línea donde ella trabajó, en la zona franca ubicada en el borde con República Dominicana. “El sueldo mínimo eran 432 gourdes por semana ($7.500 chilenos ó U$11.48). Teníamos que trabajar en líneas de producción de 14 personas. Si conseguíamos terminar 10.000 ítems, podíamos ganar 900 gourdes ($16.500 chilenos ó U$23.91). Pero nunca pude. Era imposible. A lo más, 6.000 ó 7.000, pero no más”

Louissane fue testigo de amenazas físicas y abuso verbal periódicamente. “Éramos frecuentemente empujados mientras trabajábamos. Algunas mujeres fueron acosadas por hombres que querían “hablar” con ellas. Fueron amenazadas con ser despedidas si no les dejaban abusar de ellas”.

Louissane no podía siquiera calcular el número de horas extras que trabajó, nunca pagadas. Ella debía registrarse en la entrada de la fábrica, mostrando su tarjeta de identificación, pero nunca se registraba a la salida. “Nuestro día laboral, supuestamente, era de las 6 de la mañana a las 4:30 por la tarde, pero el supervisor nunca lo respetaba. Siempre quería que trabajáramos más tiempo, muchas veces hasta las 6, y a veces, hasta las 7:30 de la tarde. ¿Y usted cree que recibíamos más dinero?”

Louissane decidió unirse al sindicato local SOKOWA, formado en marzo, a sabiendas que arriesgaba su empleo. Cuando en Junio el Grupo M, la compañía dominicana que controla CODEVI, despidió a obreros en cinco de diez líneas productivas, alegando una baja en la productividad, Louissane no creyó esto ni por un segundo. “Fuimos despedidos por haber organizado una huelga de un día por un incremento salarial. Los obreros de estas cinco líneas de producción, eran prácticamente todos miembros de SOKOWA”.

Las 5.500 gourdes (U$146.09) recibidas como “indemnización”, no han silenciado a Louissane.

Pero aparte del acoso sexual, despidos masivos y otras violaciones a los derechos de los trabajadores, la principal preocupación del patrón de Louissane Borgella es su salud. En dos ocasiones, las obreras de CODEVI recibieron vacunas en la clínica de la fábrica. Se les dijo que eran dosis para el tétano. Desde entonces, muchas mujeres han sufrido serios problemas de salud, “Ya no me llega la regla como antes; me llega más tarde. Y tengo frecuentes Dolores de estómago”. Como muchas, Louissane sospecha que ha sido sometida a una campaña de esterilización encubierta, pero no tiene forma de comprobarlo.

¿Volvería esta obrera a trabajar en la zona franca de CODEVI? “Si la administración comienza a mostrar respeto por los trabajadores, si, si no, no!”

(Extraído de “Behind the brand names. Working conditions and labour rights in export processing zones”, Industrial Worker, Enero del 2005)
[33] El sindicato ya había sido reconocido formalmente en negociaciones preliminares en febrero del 2005. Este sindicato está vinculado a Batay Ouvriyé.
[34] “The Struggle of the CODEVI Free Trade Zone Workers’ Union in Ouanaminthe, Haiti, Have Established a Historic Worldwide Precedent” http://www.batayouvriye.org/English/Dossiers1/Sokowa/sfieng.html Para más información de esta lucha se pueden visitar las páginas de www.batayouvriye.org o de http://haitisupport.gn.apc.org
[35] http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=3576&type=nonanarchistpress&results_offset=40
[36] “Las post on HOPE Act” Brian Concannon Jr., 20/12/06 http://blog.ijdh.org
[37] “Bush Signs Massive Tax and Trade Bill” Associated Press, 20/12/06
[38] Arthur (a), op.cit.
[39] http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=2698
[40] “Las Elecciones en Ayití...” José A. Gutiérrez http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=2078
[41] Wisskirche, op.cit. p.2
[42] Partidarios del Movimiento Lavalas del depuesto Aristide.
[43] “Haitian police seized three people, including two police officers, as they attempted to kidnap three people in Delmas” http://haitisupport.gn.apc.org/
[44] “Désarmement: oú en est-on?” Haiti Progrés 20-26 de septiembre, 2006.
[45] “Désarmement: Début de la désestabilisation?” Haiti Progrés, 27 de septiembre al 3 de ocutbre, 2006.
[46] Las FAdH históricamente fueron formadas por la ocupación yanqui en Haití (1915-1934) y como toda fuerza militar formada por tropas invasoras, estuvo más preocupadas de combatir al “enemigo interno” (oposición a las tropas invasoras, en este caso, de los yanquis) que de cualquier idea de soberanía. Nacieron con el rol explícito de ser los gendarmes de la política hatiana, en vez de haber evolucionado a ese rol (como el Ejército anterior, nacido de la lucha independentista). Durante su historia, se dedicaron solamente a hacer golpes de Estado. Aristide las disuelve después del golpe sangriento de Cedras (1991-1994).
[47] “Budget 2006-2007: Est-ce un retour du satu quo ante?” Haiti Progrés, 4-10 de octubre, 2006.
[48] “Le sénateur Youri Latortue fidéle á son idée de voir reconstituer l’Armée d’Haiti” 11/10/06 http://www.haitipressnetwork.com
[49] Para más detalles de las movilizaciones de las FAdH durante el 2005, ver http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=1063
[50] Blan quiere decir “blanco” en kréyol. Este es el nombre que popularmente se le da a los miembros de la MINUSTAH por parte de los ayisien. El epíteto no dice necesariamente relación con una cuestión racial, pues de hecho, en la MINUSTAH se encuentran personas de toda gama de colores. Más bien dice relación con la memoria popular ayisien, que aún recuerda el oprobio de la esclavitud y el sistema de la pigmentocracia de épocas coloniales, y utiliza blan como sinónimo de opresores.
[51] Que se recuerde el escándalo que se armó en Chile cuando la ministra Vivianne Blanlot propuso que se otrogaran créditos blandos a Haití –derecha y gobierno saltaron en contra de tal propuesta, llegando Evelyn Matthei (senadora UDI) a decir que Blanlot se había impresionado demasiado con la pobreza haitiana. En esa misma semana, el gobierno y el parlamento aprobaban prolongar la estadía de las tropas chilenas en ese país diciendo que “Chile una vez más está dando una señal y cuando se trata de acudir solidariamente a situaciones tan dramáticas, como la que se vive en Haití, somos capaces de construir una unidad nacional y esto se convierte en una política de Estado que nos representa a todos” (toda esta polémica está en La Nación, Chile, 17/05/06). O sea, la ‘solidaridad’ existe en términos militares, para participar de invasiones imperialistas, pero no para facilitar créditos blandos a una nación necesitada... ¿Qué clase de solidaridad es esa? Hay plata para milicos, pero no para créditos. Qué lindura, ¿no?
[52] “Visite Présidentielle: Rien de Nouveau sous le Ciel de Buenos Aires” Pierre Lamour, Haiti Tribune, no.32, abril del 2006. Revisar también http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=2698
[53] http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=2161 http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=1063
[54] Particularmente detallada es la información disponible en www.haitiaction.net
[55] En un país en donde la izquierda carece de expresiones orgánicas significativas, es lógico que la legítima resistencia armada a la ocupación se va a expresar, igualmente, de manera inórganica. El fenómeno de las pandillas con discurso político es expresión de ello.
[56] “5,000 soccer fans in Haiti witness machete and hatchet massacre by police and the new death squads” http://www.haitiaction.org/News/TL/8_26_5/8_26_5.html
[57] “Nouveau Massacres á Martissant” Haiti Progrés, 12-18 de julio, 2006.
[58] “New Offensives by UN Soldiers, Police & Death Squads –a War against the Poor” David Welsh, http://www.haitiaction.org/News/HAC/10_14_6/10_14_6.html
[59] “At least 8 people were killed in a Port-au-Prince slum...” 7 de diciembre, 2006 http://haitisupport.gn.apc.org/whats_new_index.html
[60] David Welsh, op. cit.
[61] “UN accused of slaughter inside Haiti ’s National Penitentiary” 14/05/06 www.haitiaction.org
[62] “At least four people were reportedly killed...” 19 de octubre, 2006. http://haitisupport.gn.apc.org/whats_new_index.html
[63] “Stop the UN troops genocidal attacks in Sité Soley” Ezili Danto, Haiti Progrés, 27 de diciembre del 2006 al 2 de enero del 2007. Para las excusas entregadas por el gobierno (lucha contra la delincuencia), ver “Le premier ministre durcit le ton vis-á-vis des bandits” 26/12/06 www.metropolehaiti.com
[64] “Nouveau Massacre a Cité Soleil” Haiti Progrés, 27 de diciembre del 2006 al 2 de enero del 2007.
[65] “Haiti’s UN occupation forces carry out massacre of poor in Port-au-Prince” 08/07/05; “Evidence mounts of a UN massacre in Haiti” 12/07/05; “UN “peacekeepers” in Haiti accused of massacre” 13/07/05; los tres artículos en www.haitiaction.org
[66] “The UN’s Christmas Present to Haiti ”, http://www.haitiaction.org/News/HAC/12_25_6.html
[67] http://elsie-news.over-blog.com/article-5157239.html . Ver también “UN shame over sex scandals”, Francis Elliott & Ruth Elkins, The Independent, 07/01/07
[68] “Fears over child abuse” Haiti Progrés, 6-12 de diciembre, 2006.
[69] No vale la pena siquiera mencionar a Chile, pues pese a lo que se pueda pensar en el extranjero, por el pasado socialista de Bachelet, su discurso abiertamente pro-yanqui y neoliberal no la clasifica ni siquiera como populista.
[70] “UN Commander dead in Haiti amid pressure from elite” Haiti Information Project, 08/01/06
[71] “Macoutes et Opportunistes du Chili Exportés en Haiti” José A. Gutiérrez, Haiti Tribune, diciembre, 2005.
[72] “Nuevo Suboficial de Ejército vinculado a grupo neonazi” La Nación, Chile, 17/05/06
[73] El paralelo con Chile es notable: el 11 de septiembre se convirtió en la fecha en que la protesta se prende, aún en los años de mayor reflujo de las luchas sociales (mediados de los 90s)
[74] “Thousands March for Exiled Aristide in Haiti ”, Joseph Guyler Delva, www.tiscali.co.uk/news 16/07/06
[75] “30 sektanm 1991 -30 sektanm 2006: mas yo toujou mobilize” Haiti Progrés, 4 al 10 de octubre, 2006.
[76] “Thousand march in Haiti demanding an end to reign of terror” David Welsh, Haiti Action Committee www.haitiaction.net 14/10/06
[77] “Thousands of Haitians protested Friday in the streets of Port-au-Prince district demanding the withdrawal of United Nations forces” http://haitisupport.gn.apc.org
[78] “Vétyé: Etydian kanpe kont fós okipasyon -Platfóm Inivésite Ayisien”, Haiti Progrés, 22 al 28 de noviembre, 2006.
[79] “MINUSTAH: De provocation en provocation” Haiti Progrés, 29 de noviembre al 5 de diciembre, 2006.
[80] “16 décembre 90 -16 décembre 2006: la lutte continue” Haiti Progrés, 20 al 26 de diciembre, 2006.
[81] Una interesante crítica a la línea de Préval se puede encontrar en la evaluación hecha por Ben Dupuy, líder del Parti Popilé Nasyonal (Partido Popular Nacional –PPN), a los primeros 100 días del gobierno de Préval. “PPN fé bilan 100 jou gouvénman Préval/Alexis a” Haiti Progrés, 25-31 de octubre, 2006.
[82] Uno de los principales caudillos de la Independencia.
[83] “The Black Jacobins”, C.L.R. James, Penguin Books, 2001, p.236

las masas en las calles de Puerto Príncipe pusieron a Préval en el poder, febrero 2006
las masas en las calles de Puerto Príncipe pusieron a Préval en el poder, febrero 2006

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