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F.A.L. Declaración Ante Proceso Eleccionario en Venezuela

category venezuela / colombia | movimiento anarquista | other libertarian press author Thursday December 07, 2006 02:03author by FAL - Frente de Acciones Libertarias Report this post to the editors

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hay mas anarquistas en Venzuela!...

Combatir el capitalismo con conciencia y acción

Como anarquistas no nos vamos a alejar de nuestra realidad social. En esta región se ha establecido abiertamente la lucha de clases, y la burguesía se aferra con todo a evitar alejarse del poder, y darle paso a la organización popular de base que esta creciendo. Entendimos que nuestro máximo enemigo es el capitalismo y el poder es un resultado de este. Enfocar la lucha solamente en la abolición del estado y luego esperar al establecimiento de un orden natural, como muchos anarquistas plantean, para nosotros y actualmente en esta región, lo determinamos una lucha estéril. El capitalismo desde ya hace mucho tiempo evolucionó en una conciencia, que arrastró todos sus vicios a la mentalidad de gran parte de la humanidad. Por ello creemos que la desaparición del estado capitalista, parte de un proceso de una revolución de abajo hacia arriba que va a conseguir los resultados esperados, a medida que el pueblo genere vocación de poder (si no tenemos voluntad de tomar la fabrica, la tierra y los medios de producción, la burguesía jamás perderá sus privilegios y viviremos atados a la teoría de explotador – explotados) tampoco pretendemos generar una nueva burguesía, en consecuencia, la entrada de otro elemento aún mas importante para el cambio, se trata de generar la conciencia revolucionaria. Y esto no es fácil, parte de un proceso accionario, el capitalismo existe por acción y por conciencia, y solamente por estos mismos elementos será destruido. Acá se esta empezando a generar la conciencia revolucionaria, y no ha sido fácil, venimos de un sistema capitalista- imperialista, que aún se maneja en la mente de muchos de los estratos mas bajos, tanto como en los gubernamentales, debido al inmenso bombardeo mediático (que muestran al pueblo que un carro ultimo modelo es una licencia para vivir o que una mujer operada es exitosa …) y porque unos que sencillamente se creen dueños del poder, y aprovechados del momento se hacen de este, siendo en realidad la máxima representación del burocratismo.

Enfocado en esta idea el actual estado venezolano, aún con una gran cantidad de infiltrados, maneja una política de transición para avanzar a la desaparición del capitalismo, y nosotros tenemos que entender que no es solamente un trabajo del estado es un trabajo de todo el pueblo. El estado ha colocado las herramientas que debemos tomar, y así generar nuevas para avanzar en la lucha.

No podemos permitir que la derecha, manejada por las grandes corporaciones y que se ha declarado abiertamente capitalista y enemigos del comunismo en su mas pura esencia, retomen el poder nuevamente, la victoria del candidato MANUEL ROSALES, representa la caída del proyecto revolucionario (colectivización de la tierra, toma de las empresas por sindicatos obreros, de los consejos comunales “senos del poder popular”, de la avanzada en el sector salud y educativo, las misiones …) Representa la supresión de todo movimiento anticapitalista, obrero, campesino, estudiantil, indígena, de mujeres… Por ello tenemos que afrontar esta lucha, alejarnos o mantenernos neutrales representa un símbolo de hipocresía, y una acción burguesa y capitalista.

Por este motivo el frente de acciones libertarias (F.A.L.) acepta este proceso electoral y llama a defender el ideal revolucionario y a votar a favor del proceso Bolivariano.
Pero no nos quedamos acá solamente en un juego electoral, afrontaremos como anarquistas la responsabilidad y el compromiso de la lucha revolucionaria, trabajando junto a campesinos y al pueblo por la colectivización de la tierra, el apoyo y la solidaridad con el movimiento obrero en la lucha contra el patronato, atacar y combatir la burocracia y las acciones de aquellos oportunistas que se aprovechan del proceso, promover la organización revolucionaria y comunal (consejos comunales) destinados realmente a un fin revolucionario y que sirvan para la transferencia del poder al pueblo, y afrontar la lucha en todos los sectores y en cada uno de los espacios que plantea un proceso revolucionario.

Reconociendo que la defensa del proceso revolucionario y el combate contra la derecha capitalista y burócrata, llamamos al voto este 3 de diciembre, por lo tanto, desde el F.A.L. apoyamos la propuesta del bloque socialista, un bloque constituido bajo la perspectiva de la unidad socialista de los revolucionarios, creyentes de un proceso y en máximas hacia el combate contra el capitalismo el imperio y la burocracia, y que para acabar con este ultimo elemento en estas elecciones han acordado agruparse en la tarjeta de la liga socialista.

¡Un anarquista no puede alejarse de su realidad social!
¡Camaradas es hora de trabajar, construir, liberar!
¡Contra el imperio el capitalismo y la burocracia bloquéalos!
¡Revolución de conciencia y acción!

Otro documento de los compas

CONCEBIRNOS REVOLUCION
Venezuela vive un momento crucial en su historia política gestante de ideas revolucionarias, basta analizar la divergencia de pensamientos y el conflicto existente entre las clases para afirmar que nos encontramos en lo que podría denominarse una "tormenta de ideas" que de obtener resultados satisfactorios podría organizar aún mas la fuerza de los de abajo, necesaria para llevar a cabo la insurgencia imprescindible ante la hegemonía global del capital. Hemos desencadenado en un proceso de diversos matices que a raíz de los gobiernos anteriores ha abonado el suelo para la rebelión, pues cuando un pueblo lleva años de centralización bajo el ojo derecho del poder no se puede esperar más que una multitud enardecida clamando por el cambio social, por ende, nos encontramos y no sólo en Venezuela, atravesando una marea donde la cuerda gruesa del capitalismo ha comenzado a desgarrarse; y somos nosotros, los navegantes del mañana posible, quienes debemos trabajar para que el barco insurrecto de una buena vez por todas logre avanzar hacia delante, dejando atrás a los capitanes del burocratismo que aún sostienen el timón.

El gobierno del presidente Hugo Chávez, representa hoy por hoy la ola que rompe los paradigmas de los gobiernos anteriores, aunque todavía superficialmente. Si la palabra determina los hechos, entonces nos encontramos con la herramienta fundamental para transformar el pasado pro-capitalista, pero depende del pueblo venezolano hacerse escuchar y despertar del letargo en el cual por siglos permanecimos subyugados; bajo el manto de la política petrolera entreguista, la privatización de los servicios, la educación elitesca, en resumidas cuentas: la línea recta de la democracia derechista.

Sin embargo, por situarnos en un punto de conflicto al cual no podemos ni debemos eludir, surgen en el camino infinidad de trabas para consolidar un pensamiento socialista y autogestionario, pero que deben ser superadas lo más raudamente posible, para así prever las embestidas que como pueblo, corremos el riesgo de padecer por parte de las redes globales de dominación. ¿Cómo debemos actuar ante las amenazas de la hegemonía estadounidense? ¿Que praxis tomar si internamente el capitalismo se disfraza de socialismo? ¿Cómo pasar de ser hijos apolíticos apáticos a hijos políticos del pueblo? Son muchas las interrogantes y todavía pocos quienes se aventuran a dar respuesta. Por ende, el horizonte se vislumbra espinoso y con disimuladas trampas que sino sabemos reconocer pueden dar punto final a la brecha que estamos abriendo. Tomando las palabras de la valerosa libertaria América Scarfo no hay que esperar la revolución hay que hacerla, no nos queda otra opción, y la única forma de construirla es erradicando los vicios que se expanden en los núcleos del aparato gubernamental venezolano.

La organización, es un factor determinante para abatir las relaciones de poder pseudosocialistas, si el pueblo no entiende las fallas que se han venido generando en el proceso actual como una consecuencia de la poca participación en el proceso político local y nacional se torna imposible concertar un verdadero cambio en el sistema; ejemplificando, existen dos causas intrínsecamente relacionadas que han funcionado de contraparte en la relación pueblo-estado. Una, se debe a la consciencia mesiánica de la queja carente de quehacer político, la segunda, se origina en el seno de la concepción errada del socialismo paradisíaco. La primera, arrastra el peso de la cultura del esperar para poder hacer, secundada por años de aprendizaje y labor vertical; donde el pueblo asumió la relación con la estructura gubernamental, como la única vía para expresar sus intereses y clamores, asimismo, la democracia representativa sirvió de forjadora para la mentalidad conformista y desesperanzada del pueblo; cuyas voces afirman sin titubeo que da igual un corrupto más a un corrupto menos. Observamos entonces una total desarticulación entre justicia-pobreza, no existe tal comprensión de dicha correspondencia, por lo cual, no es de sorprender que a mansalva se asuma lo político como un juego de apuesta donde las personas alejadas de cargos gubernamentales ven la simple ganancia o pérdida. Subsiguientemente, y en correlación con el desconocimiento de la política participativa, surge la contradicción entre el rol del pueblo y un cambio anhelado, donde entra en juego la pugna entre clases y los objetivos que plantean al poder popular, como elemento base del socialismo; en consecuencia, son muchos los que al no entender la ardua lucha que se debe emprender para reivindicarnos como pueblo, prefieren otra opción distinta al socialismo, argumentando que en lo que se lleva de gestión no se han obtenido las bienaventuranzas que el socialismo propone. Grave problema el pretender que realmente se logrará una transformación sin esfuerzo y demanda de cada un@ de nosotr@s en miras al bienestar colectivo.

Habitamos una zona del planeta que por fortuna o por desdicha, posee inmensidad de fuentes energéticas y vitales para la subsistencia del planeta y sus entes, por lo tanto, la única vía posible para combatir el predominio de los intereses capitalistas, es la del socialismo; representa la semilla para germinar el árbol frondoso que como planeta resulta indispensable, tenemos que recobrar la memoria y reflexionar sobre las gestiones anteriores que sumieron a Venezuela bajo la administración de cúpulas podridas, donde el pueblo era solicitado únicamente al momento de las elecciones. Hoy existe un sol al final del túnel pero todavía falta mucho camino por recorrer, sobre todo se torna indispensable, esquivar las artimañas de los personeros del gobierno, que han pintado su mascara de rojo para obtener un cargo. Existe un enemigo clave que combate el socialismo y no es más que el capitalismo salvaje, que en Latinoamérica se expande con el rostro de George Bush, aliado con otras gestiones gubernamentales tales como la de Uribe en Colombia o la del saliente Fox en México. No es una contienda fácil de librar, mucho menos si nos situamos en un país ambicionado por las grandes transnacionales que desde hace mucho tiempo están al tanto de la riqueza energética que el país posee.

Sobre la mesa están las herramientas para avanzar hacia una sociedad libre y comunitaria. Queda de nuestra parte, como sujetos políticos y sociales, derruir con el montaje del poder, concentrado en las manos de unos pocos, más aún, teniendo en cuenta que por la vía del capitalismo, los efectos que el mundo padece ya se muestran devastadores; por lo tanto, es nuestro deber profundizar el debate y la acción sobre y en el socialismo; dando vital importancia a cada uno de los elementos que como una multitud combativa nos atañe; desde la situación de las comunidades indígenas que padecen los coletazos del progreso mal encausado, hasta la problemática de las barriadas y la formación sumisa que por los grandes medios de comunicación asaltan el despertar de la consciencia. Es hora de trabajar por el mañana posible, pensando siempre en una revolución global y apuntalando a Venezuela como nodo, para tejer la red global de resistencia ante el cíclope de la globalización del capital, que no es más que la propagación de la miseria.

En definitiva, apuntamos a una sociedad que vaya más allá del capital y de la toma del poder, concibiendo el proceso venezolano como tierra fértil para transformar la lógica de dominantes-dominad@s, y así dar comienzo a la senda del socialismo que en primera instancia sabemos que puede que se de mediante reformas, pero que como diría Noam Chomsky recordando al movimiento de los trabajadores rurales de Brasil cuyo slogan habla del deber de expandir el piso de la jaula hasta el día en que se puedan romper los barrotes. Se trata entonces de dar el primer paso y abrir los espacios de diálogo para la construcción de la lucha popular y seguidamente echar abajo con los barrotes del capital. No se trata de esperar ese día utópico, en cierta manera, nos referimos a la utopía realizable en cada acto y espacio que rescatamos de las manos de la política aburguesada y netamente partidista.

¡Por la profundización de la lucha anticapitalista y la rebelión íntegra!

¡Luchemos contra el burocratismo venga de donde venga!

VENEZUELA RESISTE Y SE TRANSFORMA

LA TIERRA FLORECIENTE EN LIBERTAD LO RECLAMA

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author by Un amigo de Bradpublication date Sat Dec 09, 2006 03:54author address author phone Report this post to the editors

Sería muy lamentable si hubiese alguien que que diese crédito como expresión de posiciones anarquistas o afines a lo planteado en estos textos, presentados con una redacción plagada de oscuridad, incoherencias y errores formales.

Pero lo importante no es tanto la pobre presentación sino los burdos argumentos con que se intenta justificar lo injustificable: hacer de la fraudulenta parodia del chavismo una suerte de escala indispensable para llegar a la construcción en Venezuela de una sociedad libre, igualitaria y solidaria.

Solo desde la cándida ignorancia o la interesada mala fe cabe decir cosas como que la organización popular de base está creciendo gracias a la existencia del gobierno chavista, cuando lo que este régimen ha hecho es controlar clientelarmente las expresiones de organización colectiva, neutralizando cualquier expresión de autonomía real. Lo que existe en Venezuela no se parece para nada a un "poder popular" que sirve a los intereses de los de abajo, sino un aparataje clientelar que los controla, como bien se evidencia con la suerte que han corrido las cooperativas y las fábricas y fincas estatizadas.

Lo mismo vale para la suposición de que bajo este gobierno se han constituido las herramientas para la transición al socialismo. Semejante patraña resultaría hasta risible si no fuese tan doloroso ver como este gobierno ha sido fiel servidor de la globalización capitalista (¿O acaso no han visto como las Bolsas de valores y las finanzas transnacionales aprobaron con regocijo la reelección de Chávez?), cuyos representantes saben muy bien aquello que explicaba el ex-embajador yanki John Maisto: "A Chávez no hay que juzgarlo por lo que dice, sino por lo que hace", y lo que ha hecho es garantizar la inserción de Venezuela en la economía mundial controlada por el Gran Capital, como bien se ve en lo que ha pasado en el país con sectores como petróleo, carbón, oro, banca, telecomunicaciones, megaproyectos de ingeniería y demás presentes de lujo que han recibido las corporaciones transnacionales.

Adelantándose a una objeción obvia, quien escribe estos textos pretende que hay una suerte de esencia pura y benéfica del chavismo, que puede separarse de los oportunistas e infiltrados que serían responsables de cualquier mancha en el supuesto proceso revolucionario. Por cierto que este cuento no es nada original, es la misma historieta que venden desde 1999 los que se autodefinen como "radicales y de izquierda dentro del proceso", fábula que se ven en apuros para seguir sosteniendo pues mientras más tiempo ha pasado más se ha comprobado que crece la corrupción y el burocratismo en el régimen. De ningún modo son elementos accesorios o parásitos que en nada afectan el auténtico espíritu de la "Revolución Bonita", pues son tan importantes para su subsistencia como lo son las ataduras clientelares con las que se controla a la organización popular.

Finalmente hay que decir que si por algo se han caracterizado los defensores consecuentes del ideal libertario de todos los tiempos y lugares es por distingirse nitidamente, tanto de los seudo-socialistas autoritarios que con el pretexto de conseguir la igualdad sacrifican la libertad, como de los comediantes de la democracia burguesa que hablan de defender la libertad para terminar liquidando la igualdad social. El anarquismo sabe muy bien que no debe entramparse ni con unos ni con otros, pues por allí de ningún modo se llega a la libertad e igualdad con solidaridad.

PD: Es curioso que se hubiese difundido tal súplica por votos anarquistas a Chávez después que ocurrieron las elecciones... ¿acto fallido o culposidad reprimida?

author by J.A. Cardenal - F.A.Lpublication date Tue Dec 12, 2006 07:02author email fusillibertario at hotmail dot comauthor address VALENCIA VENEZUELAauthor phone 04124085706Report this post to the editors

Saludos...
La declaración del F.A.L. salio semanas antes de las elecciones y fue enviado a nuestros contactos por correo, no se puedo colocar hasta entonces en la blogia por problemas para su administración.


LO REALMENTE LAMENTABLE

Realmente lo que ha sido lamentable para el movimiento anarquista, son las expresiones individualistas (anarco-individualistas) que claman por una teoría pequeño burguesa de la libertad, y que sumergidos en un embrollo ideológico, no aportan nada para practico para conformar la revolución, son los mismos no creyentes del proceso revolucionario en concepto y creen destruir la vieja maquina del estado de un plumazo, aún antes de haber sido destruidas las relaciones sociales que lo hicieron nacer. No van mas allá de las frases generales: contra la explotación, y no comprenden cuales son las causas de esta ultima, ni la lucha de clases como fuerza creadora para la realización del socialismo. Con esta negación de la lucha política contribuyen objetivamente a que el pueblo se subordine a la política burguesa. Son así capaces de hablar de revolución y anarquismo político y creen cambiar las cosas, sin fundamentos prácticos. La incoherencia esta de parte de los que hoy dicen ser libertarios y le dan la espalda al pueblo para sumergirse en un ghetto propiciado por sus ideas rebeldes pequeño burguesas.

NO ESPERAMOS QUE EL ESTADO HAGA LA REVOLUCIÓN

Uno de los principales problemas del movimiento libertario pequeño burgués, es que su mayor lucha política es la critica al estado capitalista y hay gastan toda su vida, sin siquiera ser capaces de afrontar los orígenes que han generado al mismo y que aún lo mantienen, no han sido capaces de poner en practica alternativas que condiciones las nuevas relaciones no capitalistas, igualitarias y de libertad en el mundo. Este tipo de posturas le falta y desconoce al pueblo, al no brindar salidas prácticas a sus necesidades y libertades. De este tipo de situación podemos inferir que no saben lo que dicen y solo sirven a la reacción.

Pareciera que la beneficencia la esperan ellos, de parte del estado o de una acción divina que les cambie el mundo sin ellos mover un dedo. Nosotros desde el F.A.L. y como muchas otras organizaciones no pretendemos que desde el estado se hará la revolución por el contrario asumimos la tarea de los revolucionarios en esta nueva etapa, por ello trabajamos en la creación de la organización popular, de la puesta en practica de las ideas y de la lucha real, cada día junto a el pueblo para MATAR AL CASPITALISMO DE CONCIENCIA Y ACCION!!!

sIgue tomando como ejemplo lo que dices del ex-embajador yamki, Personalízalo, y preocupate menos por los que otros dicen y preocupate mas por lo que tu no haces!!!

author by k-baña - falpublication date Wed Dec 13, 2006 04:06author address author phone Report this post to the editors

Muchos s creen que revertir las relaciones sociales que el capitalismo instauro se hace de un solo golpe, que manejar un país es de lo mas sencillo, el sector salud, la comida, la vivienda, la educación… en fin todo ese aparato se puede revertir de un momento a otro, también olvidan que estando todos nosotros en un entorno capitalista somos victimas de arrastrar sus vicios, por la cultura a la que fuimos sometidos. Creo que se es muy claro cuando se dice que los anarquistas creemos en la revolución de bajo hacia arriba, necesitamos concienciar, organizar y actuar pero no, nosotros solos metido en un ocupa, nos referimos la colectividad en general, al pueblo todo, quines serán los que hagan la revolución. Hora bien, eso parte de un proceso, un tiempo que ni siquiera podemos calcular, porque todo depende de las condiciones y situaciones en las que nos estemos desenvolviendo. Mientras todo esto se va dando el pueblo necesita alternativas en medida que le damos razones para creer y crear la revolución o en la transformación social y así salir del capitalismo. Decir al pueblo, no voten, no vallan a los programas de alfabetización, no vallan a los comedores populares, no ingresen a las universidades bolivarianas, no crean en las misiones y no plantearle nada es bastante inverosímil, el pueblo necesitad comer, necesita salud, necesitad habitad. Entren a los barrios, vivan y permanezcan con el pueblo en su lucha diaria por sus necesidades y quizás entiendan como es la situación

author by k-baña - falpublication date Wed Dec 13, 2006 04:11author address author phone Report this post to the editors

Elecciones presidenciales venezolanas: Un punto de inflexión crucial para la revolución

x Jorge Martin

Las masas se movilizarán para conseguir una victoria sonora el 3 de diciembre, pero después lo que esperarán, y exigirán, son soluciones para sus problemas cruciales: el estado y la burocracia, la organización democrática del movimiento revolucionario y sobre todo la cuestión de la economía.
La campaña de las elecciones presidenciales de Venezuela del 3 de diciembre ya está en marcha. Pero están lejos de ser unas elecciones normales. El 3 de diciembre lo que realmente está en juego es el futuro de la Revolución Bolivariana.

La elección de Hugo Chávez como presidente en diciembre de 1998 marcó el principio de la revolución venezolana. Esa tampoco fue una campaña electoral normal. Realizada en unas condiciones de extrema polarización y con todo el poder de los medios de comunicación desatado contra Chávez, sin embargo, consiguió una victoria clara. Este fue un síntoma de que estábamos presenciando no sólo la elección de un gobierno progresista, sino los disparos de salida de un movimiento revolucionario en el que millones de trabajadores corrientes querían tomar su futuro en sus propias manos.

Al principio, la clase dominante venezolana tuvo una actitud ambivalente hacia Chávez. Claramente no era su candidato, pero como había salido elegido para el cargo, algunos pensaron que podrían presionarle, apretarle las tuercas, moderar su programa y básicamente que podrían utilizarle para dar a la desacreditada democracia burguesa venezolana una nueva cara limpia, pero sin poner en peligro su poder, riqueza y privilegios.

Pero estas esperanzas se desvanecieron en diciembre de 2001, cuando el presidente Chávez aprobó las 49 leyes habilitantes que implantaría las partes más importantes de su programa: mantener el carácter nacionalizado de la industria petrolera y poner en práctica la reforma agraria. A primera vista, estas eran reformas bastante moderadas. La industria petrolera ya había sido nacionalizada en 1976 y la reforma agraria que se proponía afectaba principalmente a la distribución de la tierra propiedad del estado y la expropiación con compensación de las haciendas improductivas.

Pero la oligarquía venezolana corrupta y parasitaria, las 100 familias que habían controlado la riqueza del país durante doscientos años y dirigido el estado y la compañía petrolera nacionalidad como su feudo privado, no podían tolerar ni siquiera esto. No era sólo una simple cuestión de oposición a las 49 leyes habilitantes, era su temor al movimiento revolucionario que se estaba desatando desde abajo, del proceso de la elevación de conciencia de las masas que Chávez había comenzado, de la organización de millones de trabajadores, campesinos y pobres urbanos en la base de las organizaciones revolucionarias de todo tipo.

Aquellos que siempre habían estado excluidos de las decisiones políticas ahora pensaban que podían gobernar el país y eso era algo que no podían permitir. Esto explica la oposición fundamental e irreconciliable de la oligarquía (la pequeña camarilla de propietarios capitalistas de los bancos, la tierra y la industria, en alianza con el capital multinacional) a la Revolución Bolivariana. No importa las veces que Chávez ha intentando hacerles un llamamiento, las veces que ha iniciado negociaciones e intentado la conciliación. En la medida que Chávez es un factor que impulsa el movimiento revolucionario de las masas, no cejarán en sus esfuerzos por derrocarle y poner fin a la Revolución Bolivariana, con los medios que sean necesarios.

Esto se vio claramente en el golpe militar de abril de 2002, el cierre patronal y el sabotaje de la economía en diciembre de 2002-febrero de 2003 (que fue acompañado por un nuevo intento de golpe militar) y los disturbios de “guarimba” de febrero de 2004 (cuando la oposición trajo al país a 130 paramilitares colombianos). Pero todos estos intentos de derrocamiento violento del gobierno fracasaron porque se toparon con un movimiento de masas de la población que los derrotaron. En el caso del sabotaje petrolero de 2002, los trabajadores petroleros (con el apoyo de las comunidades locales y sectores de las fuerzas armadas) ocuparon las instalaciones y las dirigieron bajo control obrero, en lo que es el ejemplo más avanzado de control obrero en cualquier parte del mundo en los tiempos modernos.

La oligarquía y las elecciones

La contrarrevolución está gobernada por algunas de las mismas leyes que rigen la revolución. Después de haber sido derrotada sólidamente en varias ocasiones, la oposición (es decir, la oligarquía) quedó desmoralizada, dividida y perdió la capacidad que tenía de movilizar a cientos de miles de las clases medias del este de Caracas. Las derrotas de los intentos de golpe de estado también hicieron que los sectores más reaccionarios de las Fuerzas Armadas se depuraran. Al mismo tiempo estos acontecimientos fortalecieron la confianza de las masas en sus propias fuerzas y su resolución a defender la revolución. Esto dejó a la oligarquía, a corto plazo, incapaz de realizar un nuevo intento de golpe.

Pero sería un error peligroso pensar que se han reconciliado con la idea de actuar sólo dentro de los límites de la democracia parlamentaria. Su objetivo es librarse de Chávez y aplastar el movimiento y el espíritu revolucionario de las masas. Y saben muy bien que, por ahora, no pueden conseguirlo en una contienda electoral amplia. En este terreno ellos han sido sólidamente golpeados, en el referéndum revocatorio de agosto de 2004, en las elecciones a gobernadores estatales de octubre de 2004 (donde sólo consiguieron 2 de los 23 estados del país) y después en las elecciones municipales de 2005 (donde sólo consiguieron el 25 por ciento de los ayuntamientos).

Incluso aunque ellos puedan estar obligados a participar en las luchas electorales, por ausencia de un plan mejor, este es sólo un movimiento táctico. En el momento del referéndum revocatorio en agosto de 2004, sabían que no podían ganar y su plan era anunciar su victoria, con el apoyo de los medios de comunicación y observadores internacionales, crear una situación de caos que “justificara” una intervención internacional (quizá bajo la hoja de parra de la OEA). En el último minuto, frente a la magnitud de la victoria de Chávez y el temor a las implicaciones revolucionarias de un movimiento de masas contra cualquier intento de amañar los resultados del referéndum, los sectores más inteligentes del imperialismo descartaron este plan, dejando a la oposición venezolana gritando “fraude” durante unos cuantos meses.

En las elecciones a la Asamblea Nacional de 2005, la táctica utilizada fue diferente. La oposición participó en las elecciones mientras que organizaba una campaña sistemática para socavar su credibilidad (atacando el sistema de votación, el registro electoral, la Comisión Nacional Electoral, etc.,), para justificar su retirada en el último minuto (incluso aunque la mayoría de las exigencias relacionadas con los métodos de votación, recuento y otros por estilo se habían cumplido). La idea era deslegitimar la asamblea nacional. Esta era una señal clara de que la clase capitalista venezolana no está interesada en la democracia parlamentaria, ya que no produce los resultados que ellos quieren.

En esta ocasión la oposición parece estar utilizando una combinación de ambas tácticas. En primer lugar consiguen reunirse tras un candidato único (una conquista importante), Manuel Rosales, el actual gobernador de la oposición del rico estado petrolero de Zulia en la frontera con Colombia. Rosales representa un tipo más perspicaz de político de la oposición. En lugar de oponerse frontalmente a los programas sociales extremadamente populares del gobierno Chávez (las Misiones), ha introducido versiones imitadas en Zulia con un nombre diferente (y sin el elemento revolucionario de auto-organización de las masas que contienen muchas de las misiones). En esta campaña electoral ha declarado que mantendrá las misiones si resulta elegido. En realidad, ha hecho algunas promesas de ayuda social que parece ¡un verdadero candidato populista en estas elecciones!

La oposición aún está haciendo mucho ruido sobre las irregularidades en el censo electoral, sobre la naturaleza insegura de las máquinas electrónicas de votación, etc., Pero Rosales ha prometido mantenerse en la carrera hasta el final y no retirarse. Su estrategia en esta ocasión parece ser más similar a la que utilizaron durante el referéndum revocatorio presidencial.

A través de su control de los medios de comunicación privados están moldeando a la opinión pública ante la idea de que el liderazgo de Chávez se ha reducido y que la diferencia entre él y Rosales se está acortando. Según se acerque el día de las elecciones, pueden fácilmente publicar encuestas que “demuestren” que es una contienda muy estrecha, que ambos candidatos tienen más o menos las mismas intenciones de voto, … y después cuando los resultados den a Chávez como ganador por un margen cómodo organizar una campaña diciendo que ha habido fraude, apelando a las fuerzas armadas y a la “comunidad internacional” para que intervenga, y otras cosas por el estilo.

Mientras que la oposición es relativamente débil, uno de los principales peligros de la revolución bolivariana viene desde dentro. Hay toda una capa de funcionarios en el aparato del estado y en las estructuras del movimiento bolivariano que están impidiendo que la revolución vaya más allá y sea completada. El propio Chávez es muy consciente de esto, en una entrevista reciente avisaba de que esta era ahora la amenaza principal a la que se enfrenta la revolución:

“La mayor amenaza está por dentro, hay una contrarrevolución permanente, burocrática. Soy un enemigo a diario, con un látigo me la paso porque por todos lados me azota el enemigo de una burocracia vieja y una nueva que se resiste a los cambios, tanto, que uno tienen que estar pendiente de cuando se dé una instrucción y hacerle un seguimiento para que no sea detenida o desviada o minimizada por esa contrarrevolución burocrática que está en el Estado, ese sería uno de los elementos de la nueva fase que viene de la transformación del Estado.

“El Estado se transformó a un nivel macro, pero los niveles micro se mantienen intactos, habrá que pensar ahora mismo en un nuevo paquete de leyes, transformación del marco político y jurídico hasta los niveles más micro del Estado para vencer esa resistencia.

“Hermana de la contrarrevolución burocrática es la contrarrevolución de la corrupción, ésa es otra amenaza terrible, porque por donde menos se espera aparece”. (http://www.aporrea.org/actualidad/n83403.html).

Esto plantea dos problemas diferentes que están vinculados. Por un lado el aparato del estado venezolano aún es el mismo aparato del estado capitalista de la IV República. Toda una capa de activistas que proceden del movimiento revolucionario ocupa ahora posiciones en ministerios e instituciones, pero las estructuras básicas y la mayor parte del personal aún es el mismo. Esto significa que hay constante sabotaje a las decisiones adoptadas por el gobierno o los diferentes ministerios.

Cuando las organizaciones de base tratan con las instituciones estatales se encuentran bloqueadas a todos los niveles por los funcionarios que llevan en estos puestos 10, 15, 20 años, que están actuando claramente al servicio de los intereses de la clase dominante.

Una de las principales lecciones que Marx y Engels extrajeron de la experiencia de la Comuna de París es que “la clase obrera no puede simplemente basarse en la maquinaria estatal existente, y utilizarla para sus propios propósitos”. (La guerra civil en Francia). La experiencia de la revolución bolivariana durante los últimos es una confirmación irrefutable de esta idea, hay un creciente descontento dentro del movimiento revolucionario con la marcha de la situación.

La forma en que Chávez ha tratado esto ha sido intentar, hasta cierto punto, circunvalar las instituciones existentes con la creación de otras. Por ejemplo, los planes sociales en el terreno educativo, sanitario y otros (misiones) en realidad no se han implantado a través de los ministerios de sanidad y educación, sino más directamente en las comunidades.

El problema es que, careciendo de una estructura de control adecuada y vigilancia por parte de los trabajadores y las propias comunidades, la burocracia también se ha reproducido en muchas de estas nuevas instituciones. El problema es por tanto no sólo la vieja burocracia de la IV República, sino también esta nueva burocracia de la que habla Chávez, que se disfraza de “bolivariana” pero en realidad está jugando un papel contrarrevolucionario.

El último intento de tratar este problema es la creación de los Consejos Comunales. Estos organismos se basan en asambleas de masas de 200 o 400 familias en las zonas urbanas y tienen el poder de elegir y revocar a los portavoces comunitarios. Los Consejos Comunales ( de los que ahora hay miles a través del país) se supone que también consiguen financiación directa del estado para ocuparse de las cuestiones en las zonas donde están presentes. Esto, potencialmente, podría ser la base para una nueva forma de estado, que podría estar firmemente bajo el control de la clase obrera.

El problema llega cuando estos consejos coexisten con el actual aparato del estado, que no son parte de una estructura nacional centralizada (por lo tanto su poder real está limitado) y con el hecho de que Venezuela todavía es una economía capitalista (por eso los consejos realmente no pueden planificar o dirigir la economía en sus zonas). A menos que el actual aparato del estado sea destruido y sustituido por una nueva forma de estado, basado en delegados elegidos y revocables en las fábricas, centros trabajo, comunidades, etc., el problema de la burocracia se reproducirá una y otra vez.

Reformistas y burócratas

La otra parte del problema es el de los sectores reformistas y burocráticos del movimiento bolivariano. Aquellos que de mala gana aceptan los ataques de Chávez al capitalismo y sus llamamientos al socialismo, pero que en realidad son básicamente socialdemócratas, que piensan que la revolución ya ido lo suficiente lejos, y sobre todo, que se debe respetar la propiedad privada de los medios de producción. La división entre derecha e izquierda a todos los niveles del movimiento bolivariano se está profundizando.

Toda una serie de incidentes recientes son una indicación de esto. A finales de agosto vimos la polémica entre el alcalde de Caracas, Juan Barreto, y el vicepresidente, José V. Rangel, sobre la expropiación de dos campos de golf en el este de Caracas. Fue significativo porque era la primera vez que había una división abierta en la dirección bolivariana sobre cuestiones políticas. Y las líneas de demarcación estaban claras: Rangel defendía que “de ninguna manera aceptamos violar el derecho de propiedad, como está descrito en la constitución”, mientras que Barreto respondía que “si guardamos silencio”, para “no asustar a parte de la clase media” esto “desmoralizará a nuestro pueblo”.

Las masas bolivarianas están claramente impacientes porque ven que después de más de 7 años de proceso revolucionario, aún la mayoría de la población vive en la pobreza y el progreso de la revolución es constantemente interrumpido por los burócratas, los reformistas y la quinta columna. Uno de los lugares donde la rabia de la base de la revolución ha adquirido una expresión organizada es en el estado andino de Mérida, con la formación del Frente de Fuerzas Socialistas.

El 8 de octubre esta coalición de organizaciones revolucionarias de base, participantes de las misiones educativas, organizaciones políticas de izquierda, sindicatos, comités de reforma agraria, etc., convocaron una manifestación bajo las pancartas: “Chavismo con Chávez”, “Con Chávez hacia el Socialismo” y “Con Chávez sin burócratas”. Sin el apoyo de ninguno de los partidos chavistas oficiales o instituciones del estado, la marcha consiguió reunir a una marea roja con más de 12.000 personas. La burocracia “bolivariana” respondió como es habitual con acusaciones de que los organizadores eran seguidores de la oposición, que estaban contra Chávez, etc., pero los representantes del Frente de Fuerzas Socialistas claramente señalaron que eso era una sarta de mentiras que en realidad, Arnaldo Marquez, el representante del Comando Miranda que hacía estas acusaciones era un antiguo miembro del partido opositor Acción Democrática.

Briceño, portavoz del Frente, explicó “nuestro apoyo firme a nuestro presidente Hugo Chávez”, pero añadió que “estamos enfermos y asqueados de falsos líderes que ocupan sus puestos y se olvidan de su responsabilidad hacia el pueblo, mientras que tienen puestos lucrativos que les permiten comprarse coches caros”.

Mérida es uno de los pocos lugares donde la oposición revolucionaria de base a la burocracia en el movimiento bolivariano ha alcanzado una expresión tan organizada, pero la actitud de las masas es similar en todas partes.

El problema de la burocracia y la ausencia de democracia no sólo existe dentro del aparato del estado sino también, y probablemente más peligrosamente, dentro de las estructuras del propio movimiento revolucionario. Los principales partidos del gobierno (MVR, PPT, PODEMOS) están totalmente desacreditados como instrumento a través de los cuales la base pueda expresarse. Esto es peor por la forma en que se han seleccionado los candidatos del movimiento bolivariano desde arriba y sin consultar con la base y sus organizaciones. Las masas bolivarianas aún así les votaron, pero sólo porque eran los “candidatos de Chávez”.

Para afrontar este problema Chávez ha comenzado ahora a hablar sobre la necesidad de un partido único de la revolución. Esta idea ha encontrado mucho apoyo en la base, que lo ve como una forma de librarse de las estructuras burocráticas de los partidos que ahora existen. Pero el problema principal continúa, ¿cuál será la estructura de este partido? Si es una repetición de las diferentes formas organizativas que se han utilizado hasta ahora (la mayoría de arriba abajo y sin ningún control), esto será un nuevo fracaso. Sólo una organización basada en principios democráticos genuinos (elección y derecho de revocación de todos los representantes por la base) puede servir a las necesidades del movimiento revolucionario venezolano.

La lucha por el control obrero y la economía socialista

La burocracia también ha estado ocupada intentando suavizar y sabotear las experiencias de control obrero que se han desarrollado en Venezuela desde la expropiación de Venepal en enero de 2005.

Se han reunido toda una serie de fuerzas para evitar que estas experiencias vayan más allá. Por un lado están los que han argumentado, públicamente y en privado, que no debería haber control obrero ni participación de los trabajadores en la gestión de las empresas propiedad del estado en sectores estratégicos (particularmente en el petróleo y la energía). Los trabajadores de ambas industrias han respondido diciendo que ellos son muy conscientes de que hay intereses estratégicos implícitos, pero que esa precisamente es una de las razones por las que deberían estar bajo el control directo de los trabajadores y las comunidades (es decir, bajo el control directo del pueblo venezolano), y que el sabotaje de PDVSA en diciembre de 2002 demuestra no se puede confiar en directores y administradores, que no han sido elegidos y no son responsables, para que defiendan los intereses del país, menos aún los intereses de la revolución.

Este bloqueo deliberado del control obrero (o como se conoce en Venezuela, cogestión) ya ha acabado con la experiencia de participación obrera en la empresa eléctrica de Cadafe, dejando atrás un legado de desmoralización y cinismo entre los dirigentes sindicales.

Están los otros que argumentan, increíblemente, que los trabajadores de Venezuela no tienen el nivel de conciencia política, ni el nivel cultural, para implantar el control obrero, y por tanto esa es una discusión para un futuro muy lejano. Esta idea fue defendida, por ejemplo, por Jacobo Torres, del Frente de Trabajadores Bolivarianos (una de las tendencias dentro de la UNT), en una reunión organizada por el TUC británico en Brighton. Añadió además que “independientemente de lo que algunos están diciendo” no hay “control obrero en Venezuela” y “menos aún en las industrias básicas”.

Esto choca con la realidad. En la acería propiedad del estado de Alcasa, en Guayana, los trabajadores eligen a los diferentes administradores de la empresa, éstos están sometidos al derecho de revocación por los trabajadores y no reciben un salario superior al que tenían antes. ¿Si esto no es control obrero, cualquiera que sea el nombre que se le de en Venezuela, qué es? No sólo esto, sino que tanto en el caso de Alcasa, como en el caso de los trabajadores petroleros durante el cierre patronal, los trabajadores venezolanos dieron pruebas suficientes de que tienen el nivel cultural y político necesario para ejercer el control obrero.

La posición política defendida por Torres y otros en el movimiento sindical y bolivariano, es sólo un refrito de la vieja teoría estalinista de las dos etapas, que defendía que la revolución debería dividirse claramente en dos etapas: primero la lucha por la liberación nacional y la democracia, y segundo, en un futuro lejano y distante, la lucha por el socialismo. El problema de esta teoría es que Chávez ha declarado claramente que el objetivo es el socialismo y se ha abierto el debate en el movimiento revolucionario. La clase capitalista de Venezuela, como hemos explicado al principio, cuando se enfrentó a las primeras medidas de una verdadera revolución nacional y democrática (no socialistas), decidió organizar ¡una insurrección armada!

Qué ejemplo más claro de que no se puede separar una de la otra. Tan pronto como comienzas a poner en práctica, de una forma seria, las tareas de la revolución democrática nacional, te encuentras con el hecho simple de que el enemigo al que te enfrentas no es sólo el imperialismo, sino también los propietarios locales de los bancos, la tierra y la industria, es decir, la clase capitalista.

Pero el desarrollo del control obrero no sólo se ha detenido por el sabotaje de la burocracia y los reformistas. Desgraciadamente, el factor principal ha sido la inacción de los dirigentes sindicales. En varias ocasiones Chávez ha hecho un llamamiento abierto a los trabajadores para que ocupen las fábricas donde los empresarios están saboteando la producción. Incluso llegó a dar una lista de 700 empresas que estaban paralizadas y otras 500 semi-paralizadas haciendo un llamamiento a los trabajadores para que las ocuparan.

¿Qué hizo la dirección de la UNY? En lugar de tomar el llamamiento y organizar a los trabajadores en las distintas regiones para que realmente ocuparan estas fábricas y exigir al estado que las expropiara bajo control obrero, básicamente no hicieron nada. Incluso la anterior ministra de trabajo, M. Cristina Iglesias, ¡criticó públicamente a los dirigentes de la UNT por su inacción en este frente!

Algunos dirán que, después de todo, Chávez sólo estaba haciendo un llamamiento a los trabajadores para que ocuparan las fábricas que ya habían sido abandonadas por sus propietarios, y que no es en absoluto una medida socialista. En el sentido estricto de la palabra es verdad. Pero sólo hay que imaginar el impacto de los trabajadores ocupando 700, o incluso 1.000 fábricas, exigiendo la expropiación bajo control obrero, y después que estas fábricas fueran expropiadas por el gobierno. Esto habría provocado públicamente un debate sobre el control obrero en la industria estatal y privada, y la necesidad de una planificación democrática de la economía, situándose en el primer punto del orden del día para el movimiento obrero.

En realidad, ahora, hay muchos conflictos por salarios y condiciones laborales, que acaban con los trabajadores discutiendo la cuestión de la ocupación y expropiación (como en el caso de Sanitarios Maracay). En una situación revolucionaria como la de Venezuela no existiría una muralla china que separe las empresas en bancarrota de las activas que están atacando los derechos y condiciones laborales de los trabajadores, ni una división entre las empresas privadas y las que son propiedad del estado.

Los sindicatos

Algunos en la dirección de la UNT (como hemos visto en el caso de Jacobo Torres) se oponen realmente al control obrero (o al menos se oponen a que se plantee ahora el control obrero, como se oponen en un futuro largo y lejano). Pero lo que es más preocupante es la actitud de algunos de los que están en el ala de izquierdas de la dirección de la UNT que no se han tomado en serio esta cuestión.

Por ejemplo, miembros de la dirección del ala de izquierdas CCURA de la UNT, que están promoviendo el nuevo Partido por la Revolución y el Socialismo, están en contra de la participación en el Encuentro Latinoamericano de Trabajadores de Fábricas Ocupadas y Recuperadas, porque, dicen, era una reunión “gobiernero” (una reunión pro-gobierno). Seguramente sea bueno que el ministro de trabajo promueva tal reunión (en la medida que no intente interferir con las conclusiones que saquen los trabajadores). Pero incluso si hubiera una oposición política a los organizadores de la reunión, lo peor que se puede hacer es… ¡abstenerse de ella! A su favor Orlanda Chirino participó en el encuentro, pero la mayoría de los demás de CCURA siguieron el consejo sectario de los dirigentes del PRS.

Los dirigentes del PRS también se han abstenido en general de participar en el movimiento de fábricas ocupadas, Freteco, que fue creado en febrero de este año, y que ahora organiza a la aplastante mayoría de las fábricas bajo cogestión en Venezuela. La única tendencia en el movimiento obrero que propuso la creación de este frente y que ha trabajado consistentemente para desarrollarlo, ha sido la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR, venezuela.elmilitante.org).

El reciente Encuentro Nacional del Freteco a este respecto fue una indicación de lo que es posible. Los activistas obreros tras el Freteco, comenzando con aquellos que están dirigiendo la experiencia del control obrero en Inveval en Los Teques, han tenido que resistir a unas presiones enormes por parte de la burocracia estatal para que suavicen el contenido de su lucha, y más recientemente para poner fin al control obrero.

Todavía es un movimiento joven, aprendiendo de sus propios errores. Este fue el caso de por ejemplo Inveval, la papelera de Morón. Aquí los trabajadores decidieron desmantelar el sindicato tras la expropiación. Creían que como ya tenían el control y elegido a los directores entonces no lo necesitaban. Este fue un error serio, y los nuevos directores elegidos se alejaron de los objetivos originales de la lucha. Pero lo más importante es que finalmente, en octubre de 2005, en una reunión de masas de los trabajadores decidieron echarles y elegir un nuevo equipo. Esto no fue negativo, sino todo lo contrario, como explican los trabajadores, demuestra cómo la democracia obrera, la inspección y el derecho a revocación son las únicas armas genuinas contra la burocracia.

Debido a la existencia de una organización como el Freteco, los trabajadores implicados en esta lucha, aparte de darse entre sí una solidaridad elemental, también han sido capaces de discutir sus experiencias y generalizar sus conclusiones. Si una organización como esta (basada en delegados elegidos en cada fábrica) existiera en el conjunto del movimiento revolucionario, ese habría sido un paso adelante importante.

Los trabajadores de Inveval e Invepal, y otras fábricas ocupadas, a pesar de todas las dificultades, demuestra que los trabajadores son perfectamente capaces de dirigir la industria de una forma democrática. Pero también son muy conscientes de que no pueden permanecer como pequeñas islas de socialismo dentro de un mar de capitalismo, y que su lucha es sólo una parte de la lucha general por la expropiación de la clase capitalista como un conjunto y la dirección de la economía venezolana bajo un plan democrático de la producción.

La economía venezolana sigue siendo una economía capitalista. Sectores clave siguen en manos privadas y algunos de ellos en manos de las empresas multinacionales. Este es el caso del sector bancario por ejemplo (en manos de dos multinacionales españolas), las telecomunicaciones, la distribución de comida, los medios de comunicación, etc., Estos capitalistas han demostrado una vez más su oposición irreconciliable a la revolución bolivariana, incluso aunque esto no haya amenazado ni de lejos directamente la propiedad privada de los medios de producción.

Punto de inflexión para la revolución

De este modo, resumiendo, podemos decir que las elecciones del 3 de diciembre son un punto de inflexión crucial para la revolución venezolana. Las masas se movilizarán para conseguir una victoria sonora el 3 de diciembre, pero después lo que esperarán, y exigirán, son soluciones para estos problemas cruciales: el estado y la burocracia, la organización democrática del movimiento revolucionario y sobre todo la cuestión de la economía. En estas condiciones, las ideas del marxismo que ya se están discutiendo ampliamente en el movimiento, encontrarán una audiencia incluso más entusiasta.

La revolución venezolana sólo puede resolver estas contradicciones si se mueve decisivamente en dirección al socialismo, es decir, una economía nacionalizada y planificada democráticamente, y un verdadero estado obrero basado en delegados elegidos y revocables a todos los niveles.

Esto tendría un impacto masivo en el ya terreno fértil de la revolucionaria América Latina y abriría las puertas para una revolución continental.

author by QORA - FRENTE DE ACCIONES LIBERTARIASpublication date Wed Dec 13, 2006 22:19author email fal.libertaria at gmail dot comauthor address author phone Report this post to the editors

En la diversa gama de artículos que hoy se despliegan en torno a la situación actual del país Venezolano, se puede observar el conflicto de opiniones en los puntos esenciales del anarquismo, de lucha contra el estado y el capital. Nuestra intención como colectivo, no es otra que valer de instrumento para la organización autónoma entre la comunidad en general. Cuando apuntamos a ir más allá del capitalismo, por ende, hablamos de ir más allá de la concepción del estado y el objetivo ulterior de ser eliminado. Estamos de acuerdo en que el proceso que vivimos es bastante complejo, incluso más de lo que muchxs en el exterior pueden imaginarse, en el seno de las comunidades “desposeídas” siempre ha existido un clamor de justicia, que ha sido manipulado por la caravana de gobiernos que a lo largo de la historia por aquí han pasado, la diferencia con el proceso que actualmente se vive, es el tipo de instrumentos de consciencia y acción que varía al de los anteriores, y aclaro, no con esto quiero decir que éste sea el motivo central o la panacea para la lucha anticapitalista, pero es un avance que se tiene que reconocer, así como hay personas en el gobierno que asumiendo el cambio de visión estadal, o “el tinte” se han colocado sus mascaras para integrarse y lucrarse, así como hay cantidad de personas que por su entorno y desenvolvimiento(de no involucrarse en el ámbito político por x o y razón) prefieren “seguir las ordenes de su comandante” , y sentarse a esperar la revolución a ver quién le trae más, también, están surgiendo, o debería decir, existen un gran cúmulo de personas en el sector estudiantil, obrero, étnico, entre otrxs que han conseguido mayor espacio para la organización horizontal, colectivista y anticapitalista. Como personas políticas y militantes de la idea anarquista, nos planteamos en la realidad, no por “adaptarnos a un cambio” bajo una visión acomodaticia sino centrarnos en que vivimos, asumir cuales son los primeros pasos que podemos dar para ir creando una consciencia que vaya más allá del liderazgo populista, en aras de estimular la autogestión, y sucesivamente ir desarticulando el aparato estatal.

Si apostamos a la unión con otras corrientes del comunismo; siempre y cuando pertenezcan a los movimientos de base, nos planteamos unirnos en lo que nos une más que en lo que nos desune, pues creemos que para la disolución de la relación dominantes-dominados, es necesario un proceso de entendimiento gradual donde se plantee la lucha contra la ideología del capital, y sobre la marcha ir destruyendo lo inmediato e ir construyendo a la par. Quizá nos juzguen por “no ser anarquistas puros”, o por comulgar en un proceso que sigue siendo de la misma estirpe que los anteriores,
(Como he leído en varios artículos aquí expuestos), lo que podemos decirles para sintetizar nuestro horizonte, es que estamos al lado de la multitud que reconoce al capitalismo como una idea alienante y opresora, y si para ello tenemos que involucrarnos con otrxs compañerxs de otras corrientes de izquierda que apuntan en esa misma construcción, lo haremos y de hecho ya lo estamos haciendo.

El tiempo nos dirá en razón de las experiencias que encontremos si tenemos que ser más radicales o continuar el proceso de construcción que llevamos. No nos desalientan los tildes que nos pueden colocar otrxs, juzgándonos por “una falta de ilustración” ¿o es que para dar una opinión desde el punto de vista anarquista tenemos que haber pasado por un título y revisión de los doctores ilustres del anarquismo?, vaya contradicción en la que caemos, si pretendemos fusilar a quienes apuestan por la vía de la pluralidad y el respeto de los pensamientos de esencia libertaria.

Y ya como opinión más personal, les comento que no me interesa llevar un debate con “el otro sector más conocido del anarquismo en Venezuela”, pues en los últimos años no han deseado abrir un debate directo ni con nosotrxs ni con otrxs que se apuntan enr una lucha libertaria. Es lamentable tener que sentir que a pesar que dicen no creer en jerarquías nos marquen por ¿no representar la A como debe ser? ¿Límpida e ilustradamente?, todavía nos falta mucho por aprender pero preferimos gestar la idea anarquista al lado de quienes padecen directamente las plagas del capitalismo, nuestra lucha no pretende permanecer en la red y en discusiones en la esfera célebre del ghetto anarquista.

¡salud-amor-resistencia!

QORA

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