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[Argentina] ¿Quién paga la crisis sanitaria?

category argentina/uruguay/paraguay | miscellaneous | comunicado de prensa author Saturday April 11, 2020 07:59author by Acción Socialista Libertaria - ASL Report this post to the editors

Escribimos con la intención de aportar claridad frente a los escenarios posibles que se vienen y dar algunas líneas de acción sobre el qué hacer como trabajadores frente a la situación que estamos viviendo. Este es un comunicado de denuncia también, no con la intención de acrecentar la angustia existente, pero sí para expresar nuestra opinión sobre quiénes deben pagar el costo económico de esta crisis y quiénes se están exponiendo para salvar al pueblo. Es un llamado a levantarnos y solidarizarnos, con humildad, entre laburantes.
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¿Quién paga la crisis sanitaria?

Escribimos con la intención de aportar claridad frente a los escenarios posibles que se vienen y dar algunas líneas de acción sobre el qué hacer como trabajadores frente a la situación que estamos viviendo. Este es un comunicado de denuncia también, no con la intención de acrecentar la angustia existente, pero sí para expresar nuestra opinión sobre quiénes deben pagar el costo económico de esta crisis y quiénes se están exponiendo para salvar al pueblo. Es un llamado a levantarnos y solidarizarnos, con humildad, entre laburantes.

¿En qué contexto nos encontramos internacionalmente?

Como es de público conocimiento, en diciembre de 2019 se detectó la aparición de un nuevo virus en la ciudad de Wuhan, en China. Desde entonces, este virus se ha expandido a la totalidad del globo. No es la primera pandemia de la historia, hay otros ejemplos con características de origen muy similares. En la actualidad, vivimos un contexto globalizado con gran movimiento de personas y mercancías y con una población que ha crecido enormemente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El mundo contemporáneo está extremadamente urbanizado (en nuestro país más del 90% de la población habita en aglomeraciones, ciudades o áreas metropolitanas). A su vez, gran parte de la clase trabajadora se encuentra marginada y hacinada en estas ciudades. Esto es causa de la acelerada propagación de las enfermedades, siendo prueba de ello que las grandes pestes, epidemias y pandemias surgen en las grandes ciudades y su avance es cada vez más veloz.

Una de las hipótesis es que el origen del virus proviene de animales. Si es así, creemos que la destrucción de hábitats naturales gracias a la deforestación, la industrialización desenfrenada y demás productos de la globalización en un marco capitalista, genera que se pongan en contacto microbios provenientes de animales salvajes con los seres humanos y se adapten para afectarlos. Replantear la manera en la que nos relacionamos con el ambiente es crucial para evitar nuevas pandemias. Una práctica de ecología libertaria es, además de racional, extremadamente necesaria.

En relación a esto, también es importante redireccionar la forma en la que se hace ciencia. Mientras se busca desesperadamente un tratamiento o una vacuna, en nuestro paíslxs trabajadorxs científicxs viven en una situación de precarización laboral y desfinanciamiento permanente. Así como se favorece la orientación productivista de las investigaciones, ligadas al sector privado, mientras se relega la ciencia destinada a los intereses del pueblo.

Al día de la fecha, según las cifras de la OMS, se han confirmado 462684 casos y 20834 fallecimientos en cientos de países, con China, Italia, España y EEUU con los mayores números. Si bien hay, también, una gran cantidad de casos recuperados, el virus se expande a una velocidad asombrosa. Frente a esta situación la reacción de los gobiernos (siguiendo el ejemplo de China) ha sido intentar limitar lo más posible los contactos y fuentes de contagio, con cuarentenas voluntarias u obligatorias. Si bien consideramos que esta medida es acertada, suma riesgos por falta de recursos para sobrevivir a les trabajadores no registrades, desocupades, monotributistas o quienes se encuentran por debajo de la línea de pobreza. Deja afuera a quienes deben seguir yendo a trabajar (sea por prestar algún tipo de servicio esencial o porque, según el lugar y país, reciben amenazas de despidos o descuentos), a los que a menudo no se les garantizan los medios para protegerse de una posible infección.

No cabe duda, a su vez, de las enormes consecuencias económicas que esto traerá. No podemos olvidarnos que el contexto global previo a la epidemia era de brutales medidas de ajuste, de reformas laborales y previsionales. Sumándose a una crisis preexistente en Argentina, con una gran deuda y enorme inflación. A gran parte de nuestra clase, ya golpeada por la situación económica previa, nos va a implicar endeudarnos nuevamente. Será una dura lucha por dar que la crisis económica, que de esto devenga, la paguen los patrones y no el conjunto del pueblo trabajador.

¿Cuál es el escenario en Argentina?

El sistema de salud en Argentina se encuentra en una situación compleja, que varía enormemente entre regiones y hospitales. Desde ya se encontraba a menudo colapsado con anterioridad a la pandemia. En general no es sencillo adaptar la escasa estructura edilicia a las necesidades de esta emergencia, que no sólo probablemente signifique muches pacientes nueves, sino que además implica garantizar las condiciones de aislamiento y bioseguridad que la correcta atención requiere. Tenemos una historia de desfinanciamiento del sistema público que dificulta cumplir la tarea de separar desde el inicio a todes les pacientes y garantizar la bioseguridad del personal y de los nuevos ingresos al hospital. A menudo, por falta de espacios bien ventilados, hay pacientes en sectores mal aireados y/o hacinados, lo que genera un lugar propicio para que se propaguen enfermedades respiratorias. A su vez, la organización de cada centro de salud u hospital depende de cada lugar, desde los que han logrado prepararse correctamente hasta aquellos que se encuentran en situación crítica. Es en este contexto que les trabajadores de la salud desarrollan su importante tarea, arriesgándose íntegramente en función de salvar todas las vidas que puedan y prevenir las peores consecuencias de la pandemia. A su vez, deben lidiar con los crecientes casos de dengue y sarampión, así como otras enfermedades endémicas en la región.

En esta situación, el gobierno ha comenzado con una recomendación de cuarentena, que luego ha convertido en obligatoria. El objetivo de esta medida (que consideramos acertada) es limitar la propagación del virus. Dado que estamos en una región en la que la mayor parte del pueblo vive, viaja y/o trabaja diariamente en condiciones de hacinamiento, con mala ventilación y con altas tasas de otras enfermedades que aumentan el riesgo de desarrollar una enfermedad grave. Sin embargo, también creemos que se debe, a su vez, reacondicionar el sistema de salud, tomar espacios que están ociosos para la especulación inmobiliaria y acondicionarlos para la atención de salud. Del mismo modo, entendemos que hay que terminar con el sistema de salud privado de prepagas y obras sociales, que discrimina a las personas en función de si tienen o no cobertura. Debe unificarse bajo un único sistema público y autogestionado, con mayor capacidad, entonces, de hacer frente a este tipo de situaciones de forma óptima para el grueso de la población y no sólo para aquelles que tienen un gremio con muchos recursos o cuentan con el dinero para pagar tal o cuál prepaga.

A su vez, la cuarentena obligatoria implica condiciones complejas para gran parte de nuestro pueblo. El 40% que sobrevivimos con trabajo irregular o mal pago, en muchos casos, o trabajamos o pasamos hambre. El gobierno ha prometido dar respuesta a esa necesidad, pero mientras destine su presupuesto al pago de la deuda externa cuesta creer que sea capaz de cumplir esa promesa, sin aumentar los niveles de precarización postpandemia. Como si fuera poco, algunas empresas están buscando suspender en forma total o parcial a gran parte del personal argumentando “fuerza mayor”, en lugar de asegurar el sueldo durante el período de cuarentena. Además, no se garantizan condiciones de seguridad a quienes deben seguir trabajando, como empleades de supermercados, de almacenes, de farmacias, de los medios de comunicación, de las empresas de energía eléctrica, petroleras, etc. En esta situación, no podemos permitir que los laboratorios, farmacéuticas, alimenticias y demás empresas en expansión aumenten precios ni hagan negocios con la vida de miles. Deben ponerse todos los recursos al servicio de todes. Les trabajadorxs más expuestes que no pueden cumplir la cuarentena por la importancia de su rol deben ser especialmente protegides.

Otro sector gravemente afectado durante la pandemia son las más de 7200 personas que viven en situación de calle en la Argentina. Es importante garantizarles alimento y elementos de higiene como mínimo. Pero además, es crucial brindarles un techo para ponerse a resguardo en medio de la crisis sanitaria. También se está dejando de lado la complejidad relativa a la salud mental durante la cuarentena. Hay personas con autismo, trastornos de ansiedad o demás patologías que no pueden permanecer aisladas por períodos de tiempo tan largos. Es importante que se tomen medidas que contemplen esta problemática para no generar más perjuicios.

La situación desnuda, a su vez, problemas y mentiras previas del Estado. La famosa informatización de la educación, a modo de ejemplo, en muchos casos fue incompleta. En casi ningún caso vino acompañada de los recursos necesarios para garantizar las cursadas a distancia, obligando a les docentes a improvisar soluciones en aquellos casos en que sea posible y sin tener en cuenta que, por ejemplo, no todes les estudiantes cuentan con acceso a internet desde sus hogares.

Para sostener la cuarentena, el gobierno está recurriendo a la detención y el amedrentamiento. Si bien, como señalamos, consideramos que es importante cumplir la cuarentena en la medida de lo posible, la utilización de la violencia estatal no es una solución. Se está intentando instalar un discurso bélico con un alto contenido punitivo dentro de la sociedad, para quebrantar los lazos de apoyo mutuo a la interna de nuestra clase. Dejar pasar estas imposiciones es darle rienda suelta al individualismo de origen capitalista. El capitalismo, el Estado y el heterocispatriarcado boicotean el desarrollo de la conciencia colectiva buscando que nos enfrentemos a la interna de la clase, nos denunciemos y se profundicen nuevos mecanismos de control. Frente a ello debemos reconstruir la solidaridad entre les de abajo.

Hay cientos de denuncias por detenciones arbitrarias y violaciones por parte de las fuerzas represivas. Incluso han llegado a abusos como el uso de balas de goma y gases lacrimógenos. Si bien no se detiene en comisarías por violación a la cuarentena, si se lo hace por supuestas resistencias a la autoridad que muchas veces surgen de la propia violencia de las fuerzas represivas. Es importante exigir que deben garantizarse también las condiciones de bioseguridad a quienes se encuentran privades de su libertad.

En este contexto, se decidió suspender las movilizaciones por el Agua del 22M y contra el genocidio del 24M. Es nuestra tarea que esta decisión, tomada por la situación sanitaria, no nos limite en la construcción de lazos de solidaridad. Que el distanciamiento físico que éste presente requiere no implique un distanciamiento subjetivo. Que no nos separe como clase trabajadora. Que no nos convenzan de culpar al compañere y denunciarle, acudiendo a las mismas fuerzas represivas que nos persiguen, torturan, matan y desaparecen. Que no nos hagan creer que esas fuerzas que sostienen la violencia del Estado pueden dar alguna solución frente a la crisis. Que no cese la organización. Que sigamos dando respuesta feminista frente a las violencias. Les trabajadores más precarizades de los movimientos sociales continuamos dando respuesta y contención en violencias machistas. Así como también apoyamos en la desesperación a miles de familias que no saben cómo van a hacer para solventar los gastos, tensionando con las patronales para que no nos obliguen a ir a trabajar, etc.

Como militantes sociales y libertarixs nos preguntamos: ¿cómo generamos condiciones hoy para fortalecer a nuestra clase de la ofensiva del Estado, los gobiernos, del heterocispatriarcado y los empresarios? Porque esto no se termina ni con el paquete de planes de ajuste que nos precedió, ni con la agenda de las multinacionales extractivistas en nuestras espaldas. Tampoco después de la pandemia cuando quieran recuperar sus ganancias brutalmente. Elles deben pagar, no nosotres. Nosotres, hijas, hijos e hijes del pueblo merecemos vivir.

Es necesario pensar retenciones e impuestos a mineras, bancos y demás empresas, que puedan ser volcadas a la salud. Sobre todo, a la incorporación de test masivos de coronavirus para identificar áreas de riesgo y diagramar mejor el control de la pandemia. En cuanto a las empresas que incumplen la cuarentena obligando a sus trabajadores a asistir a los puestos de trabajo, exigimos multas elevadas. Que ese dinero sea redistribuido entre les trabajadores. Igual destino exigimos para quienes despidan trabajadores durante la pandemia. Es necesario tomar más medidas económicas para apoyar a trabajadores informales y personas sin ingresos ni accesos a programas. La entrega barrial de alimentos es otro pilar importante, pero debe estar en manos de aquellas organizaciones sociales que tienen el trabajo territorial y no del ejército que conserva genocidas en sus filas.

Entendemos entonces que, frente a cualquier escenario posible, la planificación de soluciones debe estar en manos de las organizaciones que día a día transitan el territorio. En un panorama donde la crisis sanitaria se agudizará es importante descartar opciones que restrinjan derechos, como un Estado de Sitio. Por el contrario, entendemos que un “mando único” de la crisis es algo autoritario y equivocado. Es necesario crear inmediatamente Comités de Crisis, con la participación de organizaciones sociales, de organismos de derechos humanos y sindicales (de rubros como docentes-auxiliares y comunidad educativa, transporte, entre otros) que participen directamente en la toma de decisiones. Son estos actores sociales quienes tienen el conocimiento para pensar salidas frente a la pandemia que no dejen de lado a les oprimides, no cercenen derechos y permitan una salida colectiva. A la pandemia la vencemos desde abajo y organizades.

¡Por un sistema de salud público, popular y autogestionado!
¡No al pago de la deuda!, ¡que el dinero se destine a enfrentar la pandemia y paliar sus consecuencias!
¡Testeos a gran escala y elementos de bioseguridad para el personal de salud y el conjunto de lxs trabajadorxs que no pueden permanecer en sus casas!
¡Por una ciencia al servicio del pueblo!
¡Subsidio igual a la canasta básica para todxs lxs laburantes no registradxs!
¡Prohibición de todas las suspensiones, despidos y vacaciones adelantadas!
¡Subvención del pago de alquileres y servicios!
¡Plazas de hoteles y casas en deshuso para las personas en situación de calle o de vivienda precaria!
¡Congelamiento efectivo de precios!
¡Ni una deuda para lxs de abajo, que la crisis la paguen las patronales y el Estado!
¡La militarización es violencia!
¡Emergencia frente a las violencias patriarcales!
¡Solidaridad feminista y entre laburantes frente al individualismo!

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