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Y, ¿Nosotras cómo estamos?

category venezuela / colombia | movimiento anarquista | opinión / análisis author Tuesday October 29, 2019 23:34author by Colectivo Contrainformativo SubVersión - Colectivo Contrainformativo SubVersión Report this post to the editors

Por todos estos conflictos generales y por lo particulares que se vienen dando en las fábricas, las aulas y los campos, vemos que razones para despertar como en Chile o Ecuador sobran, pero no hay otra forma de encarar este escenario sino es a través de la organización y la preparación de un PARO NACIONAL ACTIVO Y COMBATIVO este 21 de Noviembre, conspirado y adelantado por las mismas bases, creando las propias agendas de ruta más allá de las burocracias sindicales, que, por experiencia, han estado dispuestas a bajarse en la primera propuesta de los Gobiernos Nacionales
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Mucho se ha hablado por estos días de la efervescencia social en regiones como Ecuador, Haití, Catalunya, Chile, Honduras (incluso manifestaciones de miles y miles de personas en Uruguay y Brasil, también, del país boliviano -aunque habrá que ver los intereses no son del todo populares). Pareciera que el problema de Colombia fuera tener mucha paciencia frente a los atropellos del capitalismo a las trabajadoras, estudiantes, indígenas y campesinas. Sin embargo, sabemos que la rabia en estos territorios se viene transformando en organización y conflictos cotidianos que por todo lado vienen dando muestras de dignidad y lucha social.

El sector estudiantil viene movilizándose, lento pero seguro, dirían por ahí. Sin embargo, a ratos hace falta claridad y formación política a la hora de enfrentar las movidas del Gobierno Nacional. Varias universidades en el último año, y específicamente en el último semestre se han organizando para hacer frente a conflictos locales como en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas -UD- de Bogotá, en donde a finales de Septiembre salió a la luz la desviación de fondos de la institución desde el 2012 a la actualidad, los cuales hacían directivos para beneficios personales y de terceros que sumaban los $10.490 millones del presupuesto del instituto de Extensión de la Universidad.[1]

Otro ejemplo de ello es cuando el Consejo Directivo de la Universidad de la Guajira suspendió el semestre por la deuda que tiene el gobierno departamental con la institución, recordemos que la estructura departamental ha sido intervenida por el gobierno central por una seguidilla de hechos de corrupción en los últimos años, departamento que ha sufrido los embates del modelo económico y la primacía del interés particular sobre el interés colectivo, frente al medio ambiente, la educación y el agua.

La Universidad del Atlántico ha sufrido casos de represión muy preocupantes en materia de DDHH por parte del ESMAD y el Ejército Nacional, ingresando al campus universitario y disparando con armas de largo alcance ¿piedras contra balas?

La Universidad de Córdoba (en la región Caribe), así como otras instituciones de educación superior no se salvan de casos de corrupción, ni tampoco de la represión policial como consecuencia de la movilización y denuncia del estudiantado.

Otra de las instituciones de Educación superior que han atravesado conflictos internos es el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), que concentra la oferta de formación técnica, tecnológica y complementaría dependiente de las políticas del Ministerio de Trabajo, el cual ha sufrido la falta de financiación en seccionales como la de Boyacá, la cual acaba de levantar la asamblea permanente.

Las recientes manifestaciones que sucedieron el 10 de octubre y el 17 del mismo mes, buscan presionar al Estado por los acuerdos conseguidos en el Paro Nacional de la Educación Superior del año pasado por mayor presupuesto para infraestructura y recursos de las universidades públicas del país y congelamiento a las deudas con el ICETEX.

Después de las elecciones territoriales del 27 de Octubre, el Gobierno Duque tiene preparado presentar una serie de reformas en el campo laboral, tributario y pensional. La reforma laboral contempla, entre otras, profundizar la precarización, por medio de contratos por horas, o por jornadas de cosecha en el sector agrícola, de igual manera, busca eliminar los contratos a término indefinido. Todas estas, medidas que supuestamente buscan mejorar las condiciones de millones de trabajadoras y del 11% de desempleo que viven adultas y que en las jóvenes está entre el 20% y el 25%. Pese a la inacción de la mayoría de la burocracia sindical en manos de dirigentes de la CUT, varias bases de las distintas centrales obreras, como la CUT, CTC, CPC y CGT, Organizaciones de pensionadas, así como organizaciones estudiantiles como la UNEES y la ACREES, y distintas organizaciones sociales como la Cumbre Agraria y la ONIC, concentradas en el Encuentro Nacional de Emergencia del Movimiento Social, Sindical y Estudiantil han presionado para llamar a un Paro Nacional el Jueves 21 de Noviembre.

Como si fuera poco, también se ha pedido desde la Asociación Nacional de Instituciones Financiera (ANIF) (-que posee un poder mediático sin igual-, pues en ella se concentran los in y salarial, para entrar a un régimen más agudo de privatización con un modelo de ahorro individual, que amplíe el manejo de estos fondos por parte del Grupo AVAL, de Sarmiento Angulo. Es decir, los capitalistas le exigen al Estado capitalista, que modifique el modelo de pensión para seguir haciendo negocio con el dinero de todas las trabajadoras.

Y como están en todas partes donde haya negocio (en eso nos diferenciamos con ellos, pues nosotras estamos en todas partes donde los afectos, la alegría y la rebeldía estén presentes y sino, la creamos), quieren profundizar este modelo con una Reforma Tributaria, que logre profundizar el paradigma Neoliberal de disminuir la tributación de las empresas, eliminando impuestos a los dividendos, al patrimonio, el cuatro por mil, impuestos al consumo y al IVA de inmuebles, siguiendo con la consigna de “eliminar impuestos para generar crecimiento y empleo”.

El conflicto, lejos de haber terminado, sigue su curso por ríos y montañas de los distintos territorios, los actores insurgentes como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las nuevamente Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo siguen haciendo presencia en campos y ciudades, al igual que las estructuras paramilitares, como la Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o el llamado Clan del Golfo. Cabe resaltar que el Binomio Paramilitarismo y Fuerzas Militares sigue indisoluble, pues defienden los intereses de la clase gobernante en manos de Latifundistas y capitalistas. Recordemos que Duque y el Uribismo tienen en su círculo cercano los principales representantes de la Federación Nacional de Ganaderos (FEDEGAN), la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), representantes de las principales Cámaras de Comercio del País y el apoyo de la política imperialista de EEUU.

Los conflictos territoriales siguen aportando muertes y desplazamientos, casos como el de Hidroituango no se han solucionado, podemos contar los desplazamientos que se vienen por la implementación del Fracking, la siembra de monocultivos, la erradicación forzada de cultivos ilícitos, y los procesos de muerte que conlleva el modelo minero energético que viene atropellando a indígenas y campesinos en el Catatumbo, la Guajira, Chocó, Cesar, Buenaventura, Cauca y Putumayo entre otros.

La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) han denunciado desde la misma firma del tratado de Paz, entre el Estado y las FARC-EP, la incursión del paramilitarismo en los territorios estratégicos para los capitalistas, tanto en sus negocios legales como ilegales. Pese a los desplazamientos y asesinatos, han adelantado distintas acciones en el Proceso de Liberación de la Madre Tierra, ocupando y disputándole la tierra a los monocultivos de caña, en manos de Carlos Ardila Lulle y sus socios.

Así mismo, han planteado caminos de resistencia las campesinas desde el Catatumbo hasta el Putumayo, resistiendo a los hostigamientos de las Fuerzas Militares con la excusa de erradicar los cultivos ilícitos, sin concertación alguna y en varios casos en contravía de lo pactado por las FARC-EP en los diálogos de La Habana.

Por todos estos conflictos generales y por lo particulares que se vienen dando en las fábricas, las aulas y los campos, vemos que razones para despertar como en Chile o Ecuador sobran, pero no hay otra forma de encarar este escenario sino es a través de la organización y la preparación de un PARO NACIONAL ACTIVO Y COMBATIVO este 21 de Noviembre, conspirado y adelantado por las mismas bases, creando las propias agendas de ruta más allá de las burocracias sindicales, que, por experiencia, han estado dispuestas a bajarse en la primera propuesta de los Gobiernos Nacionales.

¡Su represión no sofoca nuestra rebelión!

¡Arriba las que luchan!

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