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[Colombia] La solución: ¡DESMOVILÍZATE ESCUADRÓN!

category venezuela / colombia | represión / presos | opinión / análisis author Sunday November 18, 2018 01:35author by Acción Libertaria Estudiantil (ALE) - Acción Libertaria Estudiantil (ALE)author email accionlibertariaestudiantil at gmail dot com Report this post to the editors

Hoy nos encontramos frente a un Paro Nacional que lleva más de un mes de haberse alzado con movilizaciones inmensas a lo largo y ancho del país. Las estudiantes han salido de sus lugares de estudio con música, teatro, arte, espacios de discusión y aprendizaje para darle contenido político a lo que nos sigue moviendo: el amor por nuestras segundas casas y la necesidad de hacer de ellas espacios autónomos y críticos.

Con el avance de las movilizaciones hemos visto que estos intentos creativos y divertidos de llevarla adelante (porque si no puedo bailar no es mi revolución) han sido fuertemente reprimidos en todo el país y el único pronunciamiento que encontramos por parte del gobierno nacional sigue siendo la invisibilización y la negación de la existencia de nuestro Paro Nacional Estudiantil, además de darle la facultad al ESMAD de seguir reprimiendo, no sólo en las calles, sino también con la irrupción ilegal en nuestros campus universitarios, poniendo en riesgo la integridad de nuestras compañeras, así como en entre dicho lo que nos hemos peleado desde hace exactamente un siglo que es la autonomía universitaria.
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“El esclavo piensa entonces y acaba por concluir que, hoy como ayer, la fuerza es soberana, y, consecuente con su pensamiento, se hace rebelde. A la fuerza no se la domina con razones: a la fuerza se la domina con la fuerza” (Ricardo Flores Magón)

Hoy nos encontramos frente a un Paro Nacional que lleva más de un mes de haberse alzado con movilizaciones inmensas a lo largo y ancho del país. Las estudiantes han salido de sus lugares de estudio con música, teatro, arte, espacios de discusión y aprendizaje para darle contenido político a lo que nos sigue moviendo: el amor por nuestras segundas casas y la necesidad de hacer de ellas espacios autónomos y críticos.

Con el avance de las movilizaciones hemos visto que estos intentos creativos y divertidos de llevarla adelante (porque si no puedo bailar no es mi revolución) han sido fuertemente reprimidos en todo el país y el único pronunciamiento que encontramos por parte del gobierno nacional sigue siendo la invisibilización y la negación de la existencia de nuestro Paro Nacional Estudiantil, además de darle la facultad al ESMAD de seguir reprimiendo, no sólo en las calles, sino también con la irrupción ilegal en nuestros campus universitarios, poniendo en riesgo la integridad de nuestras compañeras, así como en entre dicho lo que nos hemos peleado desde hace exactamente un siglo que es la autonomía universitaria.

En relación a esto último, también vemos problemático el silencio cómplice de las rectorías de nuestras universidades, quienes nos exigen (como si pudieran hacerlo) volver a clase, por ser orden de quienes gobiernan (pasando por encima de nuestros espacios autónomos de discusión y decisión); pero no rechazan de manera contundente los actos desmedidos de violencia por parte del escuadrón de la muerte que nos ha dejado compañeras desaparecidas, fuertes golpizas, heridos, capturas ilegales, entre otros actos violentos que repudiamos profundamente.

¡Hoy seguimos exigiendo el desmonte del ESMAD! porque nos parece inconcebible (más no sorprendente) que la única respuesta del gobierno a las reivindicaciones sociales sea la negativa al diálogo y el “restablecimiento del orden” a punta de lacrimógena: impartir la democracia con bolillo en mano y callar nuestros gritos de protesta con aturdidoras, atacando por la espalda a un montón de estudiantes quienes, en muchas ocasiones, no dimensionan la capacidad destructora física y psicológica de su armamento, y no tienen forma alguna de defenderse porque, en caso de hacerlo (con piedra y aerosol), van a ser criminalizadas y vandalizadas por los medios de comunicación que están al servicio del capital, al servicio de quienes gobiernan este país y que sólo buscan des-legitimar las justas luchas del estudiantado, haciendo ver a la policía represora como indefensa ante un montón de “vándalos”. Esta irresponsabilidad periodística ha provocado que hoy tengamos compañeras presas como falsos positivos judiciales y otras tantas exiliadas por las injusticias que se comenten en este país: ¡Nosotras estamos luchando por nuestra educación y lo seguiremos haciendo, a pesar y contra ustedes!

Esto no nos sorprende, sabemos quiénes son los dueños de los medios, para quiénes trabajan y a quienes defienden. Lo que problematizamos es que el discurso del “vandalismo” ha logrado calar en una parte importante del estudiantado, llevándonos a señalarnos entre nosotras mismas e incluso, en algunas ocasiones, a hacer de nosotras carne de cañón como si la seguridad y el cuidado colectivo entre quienes estamos luchando no fuera lo principal. Lo anterior nos ha llevado a tildar de violentos a quienes deciden movilizarse de otras maneras, entre estos, a quienes usan pintura y plasman las inconformidades del estudiantado en las paredes, para posteriormente ser abucheados y sacados de las movilizaciones por sus propios compañeros de aula. Esto se ha planteado como una supuesta “solución” tácita (aunque en muchos casos explícita) para evitar los enfrentamientos con la policía, teniendo como precedente una creencia falsa de que son las estudiantes quienes comienzan la trifulca y poniendo en un segundo plano el problema de la existencia misma del ESMAD como “recobrador del orden público” a punta de golpear y asesinar.

¿Por qué ha calado el discurso del vandalismo en las movilizaciones estudiantiles? consideramos que esto ocurre porque un grueso importante del estudiantado ve la legitimidad de su movimiento ligada a lo que digan los medios de comunicación, por ello la nueva ola de “limpia-paredes” que en un ejercicio relativamente ingenuo cree que si lo hace, los medios van a dejar de deslegitimar la lucha por la educación pública, como si a Ardila Lulle (uno de los HOMBRES más ricos de este mundo), despojador de tierras del norte del Cauca, financiador del paramilitarismo, entre otros, realmente pudiera importarle que las estudiantes quieran educación gratuita.

Sin embargo, creemos fervientemente que la lucha social es un ejercicio importante de aprendizaje y desaprendizaje; es decir, que luchar no sólo crea conocimiento sino que también transforma la subjetividad de quien decide llevarla a cabo. Así, debemos comprender como estudiantes que, si bien la opinión pública es importante porque le llega a una gran cantidad de la población, la legitimidad real se consigue en los barrios de donde provenimos, en el transporte que usamos a diario, así como en nuestras casas, hablando con nuestras mamás y familiares, que son finalmente quienes soportan el trancón del Transmilenio cuando pasan nuestras movilizaciones, más no esperando que los más ricos de este país den orden de hablar bien de nuestras justas luchas.

De no ser cierto lo anterior, ¿por qué en los medios la violencia del Estado es legítima y la del pueblo es vandalismo? ¿por qué los medios tildan de terroristas a quienes se organizan y se defienden de la violencia del Estado? Debemos dejar de buscar al enemigo dentro de nuestro movimiento y comprender que es la violencia y el terrorismo de Estado nuestro real y principal enemigo, por más que quieran hacernos creer lo contrario. Ante esto, en vez de desencapuchar compañeros, entregarles a la policía, abuchearles, sacarles de las movilizaciones entre otros ejercicios que hacen más fácil la criminalización del estudiantado, nosotras seguimos reivindicando la necesidad del cuidado colectivo, de reconocernos como compañeras de lucha y tejer lazos solidarios y respetuosos entre nosotras.

Hoy, creemos que hay que disputar con más fuerza el desmonte del ESMAD porque su existencia significa la especialización de la represión hacia los movimientos sociales y la invisibilización de sus demandas. Es una herramienta clara del Estado para desviar la atención de los problemas centrales al magnificar algunos hechos sobre otros y crear chivos expiatorios que generen terror al tiempo que disfraza el uso de la violencia desmedida contra aquellas que no tienen cómo protegerse, atacando frontalmente las distintas formas de protesta de manera real y con víctimas reales. Su existencia es una muestra de la poca o nula disposición de diálogo del Estado y el gobierno con los actores en movimiento y la solución a sus problemáticas. Es un vivo ejemplo de cómo se entiende que se deben resolver las necesidades de las subalternas: A punta de lacrimógena, aturdidora, bolillo, criminalización, cárcel, amenazas y hasta la muerte.

¡Contra la violencia de Estado, fortalecemos la dignidad y la organización!
¡Arriba las que luchan!

Acción Libertaria Estudiantil (ALE)
Noviembre, 2018

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