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Reflexiones en torno a los libertarios en Chile y la participación electoral

category bolivia / peru / ecuador / chile | movimiento anarquista | portada author Saturday January 04, 2014 14:58author by José Antonio Gutiérrez D. - Rafael Agacino Report this post to the editors

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"One Size Fits All", caricatura de Leonardo Ríos

Las recientes elecciones presidenciales en Chile, donde la no participación –superior al 50%- fue el ganador absoluto, eran predecibles de no ser por la aparición de un sector que se reclama de intención revolucionaria y de izquierda libertaria en el escenario político-electoral. La Red Libertaria (RL) se sumó decididamente y de manera entusiasta a la plataforma “Todos a la Moneda”, cuyo candidato fue Marcel Claude.

El objetivo nuestro no es cuestionar las formas mediante las cuales esta decisión fue tomada (o impuesta, según quien opine) y sus implicancias para el movimiento libertario en Chile. Tampoco nos ocupa, primordialmente, el impacto que tal decisión tiene para el campo específico que se reclama proveniente de la tradición anarquista. Mucho menos nos proponemos hacer un análisis del programa de “Todos a La Moneda” o de las fuerzas políticas que sustentaron esta plataforma. Nos interesa, en cambio, evaluar el impacto que esta decisión tiene para un sector mucho más amplio del pueblo que el representado por esta plataforma electoral y mucho más amplio que aquellos sectores provenientes de la tradición libertaria; compartimos nuestras reflexiones para contribuir al debate de carácter táctico y estratégico en este proceso de recomposición del movimiento social en Chile.

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Reflexiones en torno a los libertarios en Chile y la participación electoral

Las recientes elecciones presidenciales en Chile, donde la no participación –superior al 50%- fue el ganador absoluto, eran predecibles de no ser por la aparición de un sector que se reclama de intención revolucionaria y de izquierda libertaria en el escenario político-electoral. La Red Libertaria (RL) se sumó decididamente y de manera entusiasta a la plataforma “Todos a la Moneda”, cuyo candidato fue Marcel Claude[1]. Esta plataforma aglutinaba a la Unión Nacional Estudiantil (UNE), a sectores sindicales como el SITECO y los bancarios, con propuestas políticas como el Partido Humanista, Izquierda Unida, el Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez y la mencionada RL.

Como es de esperar, esta decisión produjo una sensación de malestar, desazón y desorientación en sectores que se reclaman del movimiento libertario, produciéndose quiebres, recriminaciones y desánimo. No sólo la decisión en sí de participar en elecciones produjo esta reacción telúrica en el movimiento libertario chileno, sino la manera en que se tomó la decisión (con acusaciones de secretismo, imposición de consignas, falta de transparencia y debate, etc.), según se desprende de una serie de comunicados producidos por escindidos de OCL-Chile (organización que ha sido impulsora de RL), por el Frente Anarquista Organizado (FAO), el CAL y la Red Libertaria Estudiantil (RLE)[2].Las réplicas de este sismo político se sentirán, con seguridad, por un buen tiempo.

El objetivo nuestro no es cuestionar las formas mediante las cuales esta decisión fue tomada (o impuesta, según quien opine) y sus implicancias para el movimiento libertario en Chile. Creemos que eso compete a quienes se encuentran directamente vinculados, por lazos orgánicos, a las expresiones políticas que crearon RL o que se escindieron de ellas.

Tampoco nos ocupa, primordialmente, el impacto que tal decisión tiene para el campo específico que se reclama proveniente de la tradición anarquista. Interesantes artículos para ese efecto, aparte de las declaraciones mencionadas, ya han sido producidos, entre otros, por Arturo López y Pablo Abufom.[3] Mucho menos nos proponemos hacer un análisis del programa de “Todos a La Moneda” o de las fuerzas políticas que sustentaron esta plataforma. Nos interesa, en cambio, evaluar el impacto que esta decisión tiene para un sector mucho más amplio del pueblo que el representado por esta plataforma electoral y mucho más amplio que aquellos sectores provenientes de la tradición libertaria; compartimos nuestras reflexiones para contribuir al debate de carácter táctico y estratégico en este proceso de recomposición del movimiento social en Chile.

Los libertarios y la cuestión de la participación electoral

Los libertarios, tradicionalmente, han estado en contra de la participación electoral de los revolucionarios. En gran medida, esto es lo que los distinguió, en el seno de la Primera Internacional de las diferentes corrientes socialdemócratas[4]. Sin embargo, ha habido ocasiones excepcionales en las cuales los anarquistas han promovido candidaturas o participado en elecciones. Se cita frecuentemente el caso de las elecciones en España en 1936, pero hay más casos, como algunas candidaturas de “protesta” levantadas en Italia o Francia a fines de la década de 1870 y comienzos de 1880 (táctica defendida por Carlo Cafiero en su famoso artículo “La Acción” donde se define también la “propaganda por el hecho”). En el contexto represivo que envolvió a Europa después de la represión de la Comuna de París, Bakunin recomendaba a algunos de sus seguidores en Italia participar en plataformas electorales junto a los socialistas reformistas. También la FCL francesa participó, en medio de la paralizante represión en la Francia de mediados de los ’50, en guerra contra los secesionistas argelinos, en elecciones locales (hecho que el mismo Georges Fontenis, principal dirigente de esa agrupación, reconocería más tarde como un error)[5].

Sin embargo, el hecho es que en la inmensa mayoría de los casos los anarquistas (tradición política que origina el vocablo “libertario”) han sido hostiles a la participación electoral y por buenas razones. Uno de nosotros ha escrito en el pasado que:

"Los anarquistas no estamos de suyo, por definición, en contra de las ‘elecciones’ como mecanismo; si en las elecciones llamamos a anular el voto o a no votar, es por el contexto dentro del cual este voto se ejerce: dentro del aparato de Estado, que de esta forma valida su dominación sobre quienes nos vemos excluidos de la toma de decisiones (…). Nuestra oposición no es al voto en cuestión, sino que al aparato estatal en toda su dimensión."[6]

Por ello no es sorprendente que esta decisión de sumarse al trabajo electoral haya causado revuelo y debate, más aún cuando se deja ver que no es algo que se realizará sólo por esta vez, sino que es una nueva táctica en el arsenal de métodos de RL que se aplicará, ritualmente, en todos los procesos electorales por venir[7].

El ritual electoral y la recomposición de un bloque revolucionario

No puede tomarse la excepción como regla. Es por ello que la participación electoral de este sector que se reclama de la tradición libertaria, no debe buscarse en la ideología sino en la lectura que se hace del período histórico, entendiendo que la situación de Chile en el 2013 no es comparable a la represión post-Comuna de París (que limitó seriamente las posibilidades de acción e intervención de un naciente movimiento obrero), ni al contexto del Plebiscito de 1988 en el Chile de la dictadura, ni a las condiciones de terror impuestas en el Kurdistán por la guerra sucia, ni mucho menos son las elecciones de 1994 en la Sudáfrica post-apartheid, ni se viene saliendo de una estrategia fracasada de lucha armada.

El período abierto desde el 2006, está caracterizado por un ascenso de las movilizaciones populares y una fragmentación del consenso en torno al modelo neoliberal impuesto en las últimas cuatro décadas. En este contexto, el discurso libertario, ha empezado a prender en franjas cada vez más importantes, fundamentalmente estudiantiles (el reciente triunfo electoral de Melissa Sepúlveda en las elecciones de la Fech es prueba de ello), pero también sindicales y, en menor medida, poblacionales/territoriales. La izquierda clásica, sea reformista o revolucionaria, así como diversos sectores organizados del pueblo, no está siendo indiferente de esta línea y se siente emplazada por ella.

Un sector de los libertarios ha planteado que las movilizaciones sociales han alcanzado un techo, tesis en nuestra opinión incorrecta, y que debemos pasar de una estrategia de construcción a una de disputar la hegemonía del bloque en el poder, tesis, en nuestra opinión, correcta, aunque apresurada y poco matizada. Estas tesis la han articulado en una confusa y elástica consigna, la “ruptura democrática”, con la cual plantean, básicamente, que “es posible conquistar y tensar mediante el voto programático lo que la lucha popular en los sindicatos, en los territorios, en las comunidades y en el movimiento estudiantil no ha podido conseguir”[8]. Creemos necesario debatir las premisas de las cuales deriva la consigna, pues ésta no es sino la expresión de una lectura incorrecta y apresurada de la realidad, mediante elementos conceptuales tomados mecánicamente de otros contextos y otras experiencias, que revela la falta de maduración política en que todavía estamos.

Respecto al primer punto, la movilización social no ha alcanzado ni en términos objetivos ni subjetivos, un techo. Las posibilidades de movilización son aún amplias, la necesidad de movilizar sectores sociales más allá de estudiantes o ciertos enclaves obreros (minoritarios, por “estratégicos” que puedan ser) sigue estando a la orden del día. Esta movilización, que debe ser extendida, unificada desde abajo, cualificada en términos de su combatividad, es el punto central para la reconstrucción de un movimiento popular con independencia de clase y capacidad de disputar la hegemonía al bloque en el poder, tarea aún en ciernes. En las condiciones actuales de debilidad del movimiento obrero y popular la participación (y derrota) electoral, en vez de abrir un espacio en el que contribuir a la unidad y la lucha del pueblo, como ha sido la intención de quienes han promovido la candidatura de Claude, ha contribuido a debilitar los esfuerzos de acumulación de fuerzas de ruptura. Tal táctica, de tener sentido, sólo podría tenerlo de existir un estado de acumulación de fuerzas que, independientemente del resultado, signifique elevar la moral de lucha, fortalecer la organización popular y de los trabajadores, y que no implique ceder ni la conducción ni la iniciativa de movilización a los sectores reformista, vacilantes o claramente reaccionarios. Terminar, como se dice vulgarmente, siendo vagón de cola del reformismo.

En las condiciones actuales, esta “aventura electoral”, en el mejor de los casos, amenaza con detener los procesos de construcción y de movilización político-social por meses, y en el peor, someter a las franjas independientes a fricciones y fraccionamientos que, como sabemos, tendrán costos enormes al proceso de construcción y de convergencia de los revolucionarios. Como lo planteó un artículo de debate sobre la línea asumida por RL escrito por Arturo López, “en el marco de la formación social del Estado capitalista en Chile, (…) toda reforma que posibilite la transformación parcial aunque sustancial del actual patrón de acumulación y de su blindaje institucional demanda la organización ininterrumpida y permanente de las fuerzas sociales de cambio. Por tanto las elecciones en este caso no ayudan a crear conciencia, confunden, no promueven la lucha, todo lo contrario la paralizan tras un espejismo. No apunta directamente al logro de conquistas, sino que la deriva sustituyendo la movilización popular por un oscuro juego parlamentario.”[9]

Respecto a la necesidad de pasar de la construcción a la disputa, esta es una tesis correcta, aunque apresurada y poco matizada. Si bien el proceso construcción/disputa debe verse como una unidad dialéctica, existen énfasis dependiendo del momento que se viva y el Chile actual aún lleva profundas marcas de las derrotas estratégicas vividas en el período de 1973-1990. No podemos pecar de ser excesivamente optimistas del estado de construcción o de la combatividad del movimiento popular; la presencia en algunos enclaves sindicales o estudiantiles en cargos de representación no es una vara para medir la situación del conjunto del pueblo. La implantación en sectores populares sigue siendo extraordinariamente baja y no podemos reemplazar una lectura objetiva de la realidad con el deseo, aún cuando un sector del movimiento libertario sobredimensione su propia importancia e implantación.

Ahora bien, lo que sí es cierto es que debemos reconocer la limitación objetiva que ha habido en el desarrollo de una estrategia revolucionaria en Chile. Del construir poder popular como consigna a la construcción de hecho y a que este poder entre en abierta contradicción con el status quo, ha habido un trecho demasiado grande. Es necesario identificar las limitaciones, los puntos de quiebre, las fortalezas desde las cuales construir. Pensar las posibilidades estratégicas en este período requiere no sólo de realismo, sino de una buena dosis de creatividad política para no reproducir un esquema político (ie., el ritual electoral) que, aunque se venda como “novedoso”, está más que trillado y no logra capturar la imaginación de una población que se mantiene indiferente, a la vez que envía una señal contradictoria a los que ya están en lucha. La participación electoral, parece ser más bien demostración que lo que realmente tocó techo es la imaginación de la izquierda revolucionaria y libertaria.

Boicot electoral y construcción de poder popular desde abajo

La abstención, como hemos dicho, fue la gran ganadora de las pasadas elecciones. De por sí, esto no significa nada desde el punto de vista de acumulación de fuerzas para nuestro bloque. Nadie, mucho menos la izquierda revolucionaria o los anarquistas, pueden reclamar la abstención como una señal de respaldo político. De hecho, en la primera vuelta la capacidad de agitar los llamados a la abstención por parte de organizaciones populares y revolucionarias han sido muy escasos, en gran parte, debido a cierta confusión y desánimo producto del lanzamiento de la candidatura de Claude. Ha sido difícil reponerse de este impacto pues, en un país como Chile, se entiende que se hace política sólo cuando se vota o se levantan candidatos; si no es así, se asume que quedas fuera de la coyuntura... Mirada estrecha de la política de unos, y poca capacidad práctica y de organización nuestra para haber lanzado un boicot activo de éstas elecciones.

Decisión ésta de participar en las elecciones, que se hace aún más difícil de entender (desde una lógica o racionalidad libertaria) en la medida en que, como hemos dicho, el discurso libertario ha tenido un eco cada vez más importante en franjas cada vez más amplias del pueblo y en que la deslegitimación del bloque dominante y las instituciones públicas ha alcanzado un punto histórico. En vez de contribuir con herramientas para ayudar a forjar una alternativa política por fuera del escenario político hábilmente trazado por el bloque en el poder (con el fin de adormecer y confundir el terreno real en el que se libra la lucha de clases), se contribuyó a legitimar la institucionalidad en el reducido pero significativo círculo de influencia que se posee, y así a fortalecer la división entre la disociación entre lo “político”[10] y lo “social”, pese a que se intentaba originalmente todo lo contrario[11]. El mismo nombre de la plataforma electoral, “Todos a la Moneda”, en cierta medida expresa ese fetichismo del “poder político”, esa “estadolatría” que Poulantzas describe como endémica de las capas medias, que ve al Estado como árbitro, neutro, justiciero, fruto de un contrato social por encima de la lucha de clases, fuente de todo poder[12], cuando en realidad la disputa de poder, de hegemonía, se da con la burguesía en todas las esferas sociales, en ámbitos mucho más cotidianos.

En ese punto, la crítica anarquista sigue siendo potente y relevante cuando critica la lógica del Estado “democrático-representativo”, que se refleja en el juego electoral mediante la creación de:

un espacio artificial, ad-hoc y ficticio, dentro del cual se maneja, supuestamente, el ámbito de lo político, dentro de lo cual se mueve la administración del poder (…) es en este punto en el cual debe estar la crítica medular de los anarquistas a esta forma de ejercer la política: porque en nuestra concepción, el poder debe ser ejercido por los propios afectados, en los espacios cotidianos, en todos los ámbitos de nuestra existencia (…) Es por eso que el poder popular le debe hacer frente de la misma manera, enseñoriándose de nuestras propias vidas a cabalidad. (...) La no participación en elecciones burguesas, no puede ser considerada uno de los fundamentos políticos de la militancia anarquista revolucionaria, sino que se debe desprender naturalmente de nuestra estrategia de construcción en el seno de la clase obrera."[13]

Por ello sostenemos que, desde la perspectiva de la recomposición de un bloque revolucionario, así como desde la perspectiva estratégica de construcción de poder popular desde abajo, la táctica más acertada, aunque para nada fácil, en el actual momento y ante lo que se viene con el nuevo gobierno de coalición de Bachelet, era el boicot electoral ¿Qué significaba una política de abstención activa en la actual coyuntura?

  • denunciar los cantos de sirena de la “Nueva Mayoría” que nos insta a participar como "ciudadanos" responsables, y por otra, el ilusionismo de los sectores de izquierda radical (y libertaria) que pretenden convencernos que, no obstante no llamen a votar en esta segunda vuelta, el camino de la participación electoral en las actuales instituciones sigue siendo válido para el período;

  • llamar a la organización a todo nivel: escuelas, liceos, universidades, lugares de trabajo, barrios y comunas, en torno a las demandas locales, populares y de los trabajadores, anteponiendo a los ritmos de la política burguesa nuestra alternativa de construcción propia desde abajo;

  • llamar a acelerar los procesos de convergencia político-social en algún referente federativo que, respetando la vitalidad y la especificidad de las organizaciones de base, contribuya a unificar y amplificar la voz y opinión política de aquellos que optamos por la construcción de poder popular en sus diferentes expresiones, coordinando horizontalmente las diferentes iniciativas populares de base.

  • Tarea titánica pero que hay que asumir sin maximalismos, con perspectiva de que la tarea de recomposición del movimiento popular y revolucionario es una tarea lenta, prolongada, para la cual no hay atajos posibles, que requiere sentar bases para poder desarrollar niveles de confrontación y organización extendidos que puedan erosionar la actual hegemonía neoliberal.

    Proyecciones políticas para el período post-electoral

    RL planteaba que “Todos a La Moneda” no sería un espacio meramente electoralista, sino un polo de construcción (ie., desde arriba) para la lucha de los de abajo. El hecho es que después de las elecciones el panorama político para la izquierda revolucionaria, en términos de lo que se pretendía avanzar en niveles de unidad y organización, no varía sustancialmente respecto al período anterior a las elecciones -siguen trabajando los mismos sectores en los mismos espacios que antes. Antes bien, el sector libertario y su círculo de influencia, así como la izquierda radical a la cual la candidatura de Claude intentó apelar, se encuentra hoy más fragmentada, cruzada por desconfianzas y con recelos nuevos en su seno. En la misma plataforma electoral las querellas y las disputas intestinas han agotado las proyecciones estratégicas del espacio, hecho indudablemente exacerbado por el amargo sabor de la derrota.

    La misma RL reconoce inequívocamente que el pobrísimo desempeño electoral de la plataforma es un fracaso: “La votación del 2,8% está muy por debajo de las expectativas, inclusive las más pesimistas”[14]. La derrota, sin embargo, no es solamente electoral, como lo pareciera entender RL, sino que la derrota es estratégica, profundamente política, expresión de la incapacidad de crear un proyecto ajustado a las actuales condiciones en Chile, al margen y en oposición a los rituales de auto-legitimación de la democracia representativa y de las instituciones del Estado (burgués, dicho sea de paso). A la vez que no podemos sobredimensionar al sector de la población crítico en base a la magnitud de la movilización social reciente, tampoco debemos confundir la necesidad de construcción de una alternativa política con la intervención en las instituciones del Estado (neoliberal): la lógica de la recomposición del movimiento popular ha tendido a buscar alternativas en la acción directa, en la auto-organización, de base y horizontal. Ahí, ante todo, está el verdadero aporte que desde lo libertario se puede hacer a la lucha popular hoy en día. Paradójicamente, desde lo “libertario” aparecen voces señalando la participación electoral en las desgastadas y desacreditadas instituciones, lo cual es, sin lugar a dudas, un retroceso.

    El período político abierto en Chile anuncia grandes complejidades para las clases dominantes y para el movimiento popular. El bloque en el poder debe reorganizar un sistema político cada vez más desgastado y operarán, el pueblo lo sabe, con la zanahoria y con el garrote. Intentarán cooptar al movimiento popular y de trabajadores para legitimar los ajustes que tal reorganización requerirá, contando ahora explícitamente con la anuencia de la obsecuente dirección política del Partido Comunista. También sabemos que quienes no se sometan a las reglas de la "república" quedarán afectos a toda la fuerza estatal represiva reservada para quienes se niegan a seguir aguantando y reproduciendo la explotación, la discriminación, la desigualdad, la injusticia, la corrupción y la destrucción de las bases socio-ambientales de la vida colectiva. Las franjas de la izquierda independiente, sean comunitaristas, marxistas, libertarias o socialistas, ya no pueden seguir ensimismadas y deben multiplicar sus nexos con el movimiento de trabajadores y popular, multiplicar sus esfuerzos para acelerar los proceso de convergencia político-social y generar las condiciones políticas para retomar la iniciativa y abrir camino entre las fisuras que afectan la dominación política que impuso el Capital a partir de la contrarrevolución neoliberal de 1973.

    Estas no son tareas para nada fáciles. La unidad en la que los libertarios han sido tan insistentes, se convierte hoy no solamente en algo necesario, estratégico, sino que urgente. El debate, desde siempre, no es sobre la unidad sino cómo se comprende ésta, cómo se desarrolla, cómo se construye. Es ahí donde el anarco-comunismo criollo hizo una gran contribución cuando el Congreso de Unificación Anarco-Comunista levantó, en el 2002, la consigna, hoy más relevante que nunca, de la Unidad desde Abajo y en la Lucha. Ésta es entendida como la “construcción programática desde las experiencias organizativas y de lucha realmente existentes”, que contribuya al “fortalecimiento de las organizaciones populares, verdaderos sujetos de la lucha revolucionaria (…) enfatizando el protagonismo político del mismo pueblo organizado en la tarea de madurar su posición y mejorar su capacidad de combate”[15], como señala elocuentemente Pablo Abufom.

    Estos debates competen al conjunto del pueblo, especialmente a su franja organizada y en lucha. El cómo proyectar las demandas del movimiento popular hacia una alternativa de claro quiebre con el actual sistema es una tarea urgente que no puede ser asumida sino mediante un debate profundo y público, colectivo, democrático, informado, en el cual se respeten y debatan las diferencias en la búsqueda de puntos de confluencia y acuerdo, conociendo y respetando las diferencias, forjando consensos y no imponiéndolos. Hay muchos temas que quedan por resolver en la actual coyuntura para los revolucionarios: cómo ir a la lucha por las reformas más allá del reformismo; cómo articular estas luchas en un proyecto socialista integral y liberador; cómo construir procesos de unidad sin renunciar a la independencia de clase; cómo avanzar en la construcción de poder popular evitando la cooptación; cómo cualificar estas luchas con más discusión política y no ocultando casi que con vergüenza nuestras credenciales políticas; cómo forjar movimiento de masas sin temer si nuestras posiciones no siempre son mayoritarias. Todo esto, desde luego, desborda el objeto del actual escrito. En este debate colectivo, teórico-práctico, que lo debe dar el conjunto de la izquierda revolucionaria, sin embargo, estamos convencidos que los anarco-comunistas tienen un rol fundamental que jugar y un aporte muy específico, único, que hacer.

    José Antonio Gutiérrez D.
    Rafael Agacino

    23 de Diciembre, 2013


    [1] http://www.elciudadano.cl/2013/07/01/72475/declaracion-...aria/
    [2] http://anarkismo.net/article/26441 http://anarkismo.net/article/26283 http://anarkismo.net/article/26394 http://www.elciudadano.cl/2013/11/04/97420/declaracion-...hile/
    [3] http://www.perspectivadiagonal.org/una-izquierda-libert...aria/ y http://www.perspectivadiagonal.org/los-horizontes-del-m...ario/
    [4] Obviamente, esto no era lo único que distinguía a “bakuninistas” de “marxistas”, ni tampoco la diferencia táctica debe considerarse al margen de otros factores de disenso. El debate que llevó al quiebre de la Primera Asociación Internacional de Trabajadores fue bastante más complejo que “a favor o contra las elecciones”. Hubo, también, cuestiones de método, de la autonomía de las secciones para elaborar táctica, involucradas y por ello es que no todo el sector que luego integraría al sector “anti-autoritario” (en oposición al sector liderado por Marx) derivó al anarquismo.
    [5] Dejamos de lado la discusión de las tesis del municipalismo libertario desarrolladas por el ecologista social y anarquista estadounidense Murray Bookchin en la década de los ’80, las cuales han sido particularmente influyentes en el movimiento de liberación kurdo, porque su desarrollo responde a elementos totalmente diferentes a los esgrimidos por RL. En un artículo bastante mesurado y bien ponderado, alejado de todo dogmatismo, Ulises Castillo toca el tema del municipalismo libertario: “creo que negarse a una realidad futura en la que instancias intermedias como una, hasta aquí ficcional, institucionalidad municipal que permitiera dispersar el poder estatal, al tiempo que un fortalecimiento de las comunidades políticas organizadas, dentro de un marco de transición en proceso hacia un modo de vida y organización socialista, no podría ser negado a priori. Pero es justamente el cierre institucional actual, además del carácter del Estado en Chile, los que niegan la posibilidad de ver con buenos ojos, el reforzamiento de esta institucionalidad a través de la legitimidad otorgada a la ficción representacional”. http://www.perspectivadiagonal.org/los-libertarios-y-la...ados/
    [6] http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=8565
    [7] http://www.sicnoticias.cl/movimiento-social/2013/12/10/...neda/
    [8] http://www.perspectivadiagonal.org/una-izquierda-libert...aria/ El artículo en el que la tesis de la ruptura democrática ha sido trabajada con mayor claridad conceptual ha sido escrito por Felipe Ramírez http://www.perspectivadiagonal.org/una-apuesta-revoluci...aria/
    [9] http://www.perspectivadiagonal.org/una-izquierda-libert...aria/ (énfasis en el original)
    [10] Equiparado a lo “estatal”.
    [11] http://www.elciudadano.cl/2013/07/01/72475/declaracion-...aria/
    [12] Nicos Poulantzas “Fascismo y Dictadura”, Ed. Siglo XXI, 2005, pp.282-284.
    [13] http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=8565
    [14] http://www.sicnoticias.cl/movimiento-social/2013/12/10/...neda/
    [15] http://www.perspectivadiagonal.org/los-horizontes-del-m...ario/

    author by disidentepublication date Tue Dec 31, 2013 03:02author address author phone Report this post to the editors

    buen aporte, con todas las miras abstraídas de la embriaguez electoral y coyuntural!

    author by felinopublication date Wed Jan 01, 2014 02:30author address author phone Report this post to the editors

    Gracias por el aporte, mostruo! la verdad es que varios hemos sido espectadores de como organizaciones ue existen entre las sombras, entre gallos y medianoche, vienen imponiendo consignas, tomando decisiones sin dar debates de fondo. Todo es coyuntura y no hay visión de largo plazo, esto pone las cosas en mucha perspectiva. No podemos permitir que nuestras organizaciones sigan siendo correa de transmision de un comité invisible.

    author by V. Benoitpublication date Fri Jan 03, 2014 01:59author address author phone Report this post to the editors

    Estimados, ya les había hecho llegar mis comentarios por interno, pero los comparto con los demás compas.
    el artículo me parece bien en términos generales, me da la impresión de que de a poco se va conformando un circulo de opinión, de compas que intentamos fundamentar una linea estratégica diferente a la linea más reformista que se ha instalado con esta idea de "ruptura democráticas" que, si bien por su oscuridad, puede ser interpretada de forma revolucioanra (o algunos compas creen que si), se ha traducido en la prácticas en re-conceptualizar y ablandar la estructura estatal, virando hacia una idea más bien instrumental del estado, como un puro escenario de correlaciones de fuerza que, por lo demás, se analizan sin un sustrato de clases, por lo que la política se libera de las fuerzas objetivas que expresa. eso se ha notado en varios análisis que, si bien crípticos, dejan entrever ese problema.
    Si bien para algunos el problema que se presenta con estos virajes en la política estratégica de algunos "libertarios" está saldado, está más que claro que no, que queda mucho por debatir en torno a la estrategia.
    Pero en esa misma linea, siento que el artículo hace poco énfasis en el rol de las transformaciones democráticas que los sectores mas "progresistas" del bloque de partidos en el poder intentará impulsar, de como se expresan los peligros de la captura ante los bajos desarrollos de la conciencia de clase de los sectores populares (que se han presentado de forma más dispersa a a lucha y que tienen al movimiento estudiantil como eje más dinámico, pero insuficiente en términos estructurales) y de cómo los revolucionarios debemos aprovechar dichos escenarios de lucha con una estrategia socialista, cuyos ejes básicos deben ser, creo: la multisectorialidad (como articulación programática) y la acción directa (como método revolucionario). Todo esto, en el sentido de cerrar el ciclo de lucha de clases con un movimiento popular capaz de incidir en la política nacional a través de sus organizaciones (sociales o partidarias).
    saludos

    Related Link: http://www.estrategia-libertaria.blogspot.com/
    author by Trabajador bakuninistapublication date Tue Jan 07, 2014 09:06author address author phone Report this post to the editors

    Camaradas, muchos textos buenos estan sendo producidos en critica al reformismo libertario en Chile. En este sentido, sigue un otro texto sobre las elecciones en Chile y de crítica a las degeneraciones del "anarco-comunismo" ante la propuesta de la "Ruptura Democrática". Este texto es de la organizacion anarquista revolucionaria de Brasil, Unión Popular Anarquista (UNIPA). Claro que no contiene detalles del debate vivo en Chile, pero creo que contiene elementos teorico-estrategicos importantes para avanzar en el anarquismo internacional. Y estoy convencido que la posicion de la UNIPA es importante porque el debate anarquista deve romper las fronteiras nacionales, los distintos grupos devem se posicionar sobre los errores y acertos de los istintos agrupaciones en la lucha de clases, combatiendo sin quartel los reaccionarios, y combatiendo tambien los partidos y organizaciones reformistas (sean marxistas o libertarias), siempre comprometidos con la causa del pueblo:

    http://uniaoanarquista.wordpress.com/2013/11/11/as-elei...ismo/

    o puede ser lido en:

    http://praxislibertaria.wordpress.com/2013/11/30/brasil...ismo/

    Abajo el reformismo "libertario" y marxista!
    Viva el Anarquismo Revolucionario!
    NO VOTAR! Todo el Poder al Pueblo!
    Reconstruir el Sindicalismo Revolucionario!

    author by Ricardopublication date Wed Jan 08, 2014 12:09author address author phone Report this post to the editors

    Es difícil entrar a comentar un artículo que emite tantos juicios con los que no estoy de acuerdo, pero haré un esfuerzo por el bien del “debate” que, irónicamente, algunos fanáticos del secretismo orgánico ahora buscan hacer público cuando se ven derrotados.

    No es sorprendente ver un artículo como este emitido por Pepe, que mira la realidad chilena desde un prisma marcado por su última experiencia en el país el 2003 y su no muy larga vida orgánica en otros países, y por Agacino, que claramente está influido por el sopor en el que cayó el pequeñísimo espacio orgánico en el que participa (Comunidades Militantes) y su brazo estudiantil FUR, que de ser estrella el 2011 pasó a ser una fuerza casi testimonial 3 años después. Poco más se puede decir de las fuerzas hermanas con las que se articula, todas devenidas de la diáspora mirista y su amplia mochila de derrotas y quiebres. Mucho menos es sorprendente que quienes más le hacen publicidad son quienes terminan aliándose con los troskistas de la más pequeña TSR en comités y grupitos para apoyar desde Santiago movilizaciones portuarias en donde, aprovechándose precisamente del trabajo de los que critican, intentan replicar las tácticas que hasta el día de hoy no le dan ningún avance al PTR. El regreso de la UNIPA a estas páginas no deja de ser un hecho a destacar en ese sentido.

    Es precisamente ese contexto el que permita que un artículo como este, muy bueno quizás desde el punto de vista teórico, pero muy poco útil para superar la incapacidad crónica de los “disidentes” para construir una alternativa política a la “reformista”, aparezca. Es el clásico resurgir del conservadurismo en los círculos de la izquierda, la constante apelación a un anarquismo intocado, a un “pasado glorioso” congelado e impávido ante más de 100 años de lucha social desde aquel lejano congreso de La Haya.

    La primera frase que evoca a un error en este artículo es la vanagloria respecto a la baja participación electoral. Un veterano de la política chilena se alegraba por lo mismo hace algunos años, afirmando precisamente que era una señal de que se avanzaba, su nombre era Jaime Guzmán, y estaba firmemente convencido de que la baja participación electoral en épocas estabilidad económica era simplemente una muestra de madurez de la democracia y del pacto social, por más que estuviera sujeta a pasajeras tensiones sociales. Claramente la razón de ese desapego al voto no tiene que ver con las campañas de la ACES (más bien una coordinadora de jóvenes al alero del FER que un espacio que agrupe a bases secundarias) ni con las intensiones expresadas por grupos de la izquierda como el MPG o el GAP, sino más bien desánimo con la política en general. No hay un cuestionamiento detrás, más bien hay fuertes señales de despolitización de buena parte de las capas populares.

    Cuando se habla de Ruptura Democrática se emiten juicios que resultan confusos en el artículo. Es falso que se parte de la premisa del techo en las movilizaciones sociales y que por eso se apela a lo electoral, de hecho se afirma explícitamente que la acción directa de masas es la palanca central de cualquier transformación que se pueda realizar actualmente en el país, y que el fortalecimiento de las organizaciones de masas es una necesidad urgente para las fuerzas políticas de izquierda.

    Tampoco es cierto que se debiliten esfuerzos de acumulación de fuerzas de ruptura, como se afirma sueltos de cuerpo en el artículo. No son dirigentes sociales de este sector los que buscan tribuna en la prensa y en las redes sociales proclamando el quiebre de los espacios de masas, todo lo contrario, aquellos irresponsables provienen precisamente de los sectores de la izquierda más “radical” en lo estético y discursivo, de la ACES y del “Somos Usach”, sectores con los que los autores claramente comparten un nivel importante de afinidad política según se desprende del artículo. Por el contrario, espacios de la campaña de TALM permitieron en varios lugares del país reunir dirigentes sindicales de diversos gremios y sectores, no todos “estratégicos”, para conversar y generar lazos de confianza que ya están dando fruto en espacios de coordinación regionales. En Valdivia y el Norte eso es claro para el que sepa leer la política más allá del cahuín.

    No hay un reemplazo de la “construcción” a la “disputa”, hay una combinación. Todos sabemos perfectamente que la inserción de la militancia del proyecto es aún limitada, y de hecho son precisamente los más críticos quienes parecieran sobre dimensionar esa fuerza para sostener sus críticas a la apuesta de la Ruptura Democrática, que se ha dicho de manera clara, va mucho más allá de lo electoral.

    Es gracioso el que se le achaque a TALM y a la candidatura de Claude un supuesto “desánimo” y “confusión”, el echarle la culpa al empedrado siempre ha sido una herramienta para evitar hacerse cargo de las fallas en política. Por lo demás, esa valoración que se hace a un eventual llamado a la abstención hace fácil devolverse a las discusiones del 2005 cuando quienes luego forman FAO intentan infructuosamente que la OCL levante una coordinadora en esa línea, aunque afortunadamente quedan en abrumadora minoría. Pero llama la atención el retroceso manifiesto hacia posiciones más ideológicas de ver la política de la que había hace un par de años atrás.

    Es fácil hablar de cómo “el discurso libertario ha tenido un eco cada vez más importante en franjas cada vez más amplias del pueblo y en que la deslegitimación del bloque dominante y las instituciones públicas ha alcanzado un punto histórico” cuando se ve el proceso desde afuera y cuando se ignoran elementos centrales. Por ejemplo, si bien las posturas comunistas libertarias tienen eco en algunos sectores continúan siendo muy minoritarios y limitados a las franjas más activas del movimiento popular, y precisamente el desafío se trata de llevar elementos programáticos propios a esa mayoría que jamás ha escuchado de nuestras posturas. Ciertos compañeros insisten en que el discurso no debe ser revisado, que es bajarle el perfil el no presentar conceptos como “multisectorialidad” –el nuevo fetiche de la izquierda- en los discursos de nuestros dirigentes sociales, bien les haría leer la experiencia de los seguidores de Bordiga y de los grupos del ala izquierda de la III Internacional, y su extrema capacidad de reducirse a pasos agigantados a pequeños grupitos ideológicos sin ningún peso social y político. Pero claro, en contraposición fueron hasta el final el último receptáculo de la correcta lectura del marxismo. El resguardar la ortodoxia en política, así como en la religión, siempre es buen consuelo.

    Otro elemento es, como resaltaba un compañero hace unos días, el que se afirma una y otra vez que las “instituciones públicas” y el “Estado” han alcanzado “niveles de deslegitimación importantes” cuando las instituciones más respetadas son las FF.AA. y Carabineros. Un político de la Nueva Mayoría lo dijo hace un tiempo, da igual la abstención y las encuestas, porque no se transforma en alternativa, en programa, en política.

    El aferrarse a la tabla de la abstención ignora los avances que el PC ha logrado en comunas como Recoleta al alero de su administración municipal, o desde la CUT con una apuesta mucho más audaz en términos de reformas demandadas que la que se tenía con Arturo Martínez.

    Los autores rematan con frases que buscan ser lapidarias, pero que su falta de nexo con la realidad demuestran lo vacío de sus intenciones. “la derrota es estratégica, profundamente política, expresión de la incapacidad de crear un proyecto ajustado a las actuales condiciones en Chile, al margen y en oposición a los rituales de auto-legitimación de la democracia representativa y de las instituciones del Estado” afirman, cuando no hay ningún prueba de ello. De hecho, TALM obtuvo una votación mucho mayor en su lista parlamentaria, demostrando una capacidad importante de agitación y atracción en espacios y con cabezas visibles que mantienen vigentes sus ligazones con las organizaciones de masas, y esos vínculos se mantienen. En términos programáticos, la experiencia sin duda fue una primera prueba para buena parte de la gente que estuvo en el espacio, y demuestran de hecho lo lejos que están las reflexiones de buena parte de la izquierda respecto a la realidad de la clase que afirman representar o ser expresión de ella.
    Con el último párrafo no hay mayores diferencias respecto a lo presentado.

    author by anarco-comunistapublication date Thu Jan 09, 2014 01:19author address author phone Report this post to the editors

    Faltaba que llegara la derecha libertaria a bajar el perfil a la critica politica (odian la critica) empezando por una critica ad hominem y personalista a dos destacados compañeros. Insultando de paso a otros que se expresan en este foro como si fueran troskos y otras cosas. La arrogancia de la derecha libertaria no tiene fin.

    "La primera frase que evoca a un error en este artículo es la vanagloria respecto a la baja participación electoral."

    Si lees más abajo el artículo dice "La abstención, como hemos dicho, fue la gran ganadora de las pasadas elecciones. De por sí, esto no significa nada desde el punto de vista de acumulación de fuerzas para nuestro bloque. Nadie, mucho menos la izquierda revolucionaria o los anarquistas, pueden reclamar la abstención como una señal de respaldo político."

    Si entiendes la participación electoral como la vara para medir la politicización de las masas, y no la creciente movilización social, me parece bien. Me cuadra así el vuelco socialdemócrata de la derecha libertaria.
    Que la gallá no haya enganchado con el discurso de Claude no significa por sí solo que apoyen al sistema ni mucho menos que sean giles. La gente sencillamente no cree en la politiquería aunque se vista con colores rojinegros.

    "Pero llama la atención el retroceso manifiesto hacia posiciones más ideológicas de ver la política de la que había hace un par de años atrás."

    La ideología no es nada, el movimiento es todo. Esa era la máxima de la socialdemocracia y del reformismo libertario pragmatista.

    "si bien las posturas comunistas libertarias tienen eco en algunos sectores continúan siendo muy minoritarios y limitados a las franjas más activas del movimiento popular"

    Precisamente eso dice el artículo "La implantación en sectores populares sigue siendo extraordinariamente baja y no podemos reemplazar una lectura objetiva de la realidad con el deseo, aún cuando un sector del movimiento libertario sobredimensione su propia importancia e implantación." Los que creian que tenían más gente atrás como para que su aventura electorera no fuera el chascarro que fue eran otros.

    "Otro elemento es, como resaltaba un compañero hace unos días, el que se afirma una y otra vez que las “instituciones públicas” y el “Estado” han alcanzado “niveles de deslegitimación importantes” cuando las instituciones más respetadas son las FF.AA. y Carabineros."

    El artículo habla de la deslegitimación de las instituciones públicas y del bloque en el poder, no del estado como un todo. También dice deslegitmiación importante, en un punto histórico, obviamente se habla en relación al consenso existente hasta hace poco. Qué tienen que hacer los libertarios en este contexto? estimular esa deslegitimación o correr a prestar legitimidad participando en unas elecciones que desde antes se sabía el resultado?

    De dónde sacas que las FFAA y los pacos son las instituciones más respetadas? se nota que no viven en una pobla donde nadie quiere a los pacos. Cómo miden ese respeto? cuál es la muestra? no será que cambian el deseo por la realidad porque alucinan con infiltrar las instituciones armadas esperando que surja un mesías uniformado a hacer un golpe progresista tipo Chavez? por eso aplaudían la militarizaqción del sur esperando alucinados la unidad pueblo ejercito?

    "Un político de la Nueva Mayoría lo dijo hace un tiempo, da igual la abstención y las encuestas, porque no se transforma en alternativa, en programa, en política."

    Esa es la gran debilidad. Y la derecha libertaria no genera alternativa sino que reproduce un esquema caduco y anquilosado que no calientaq a nadie. La abstención o la participación electoral tienen sentido solamente en base de los fines que se persiguen con ellos y en la utilidad dentro de un objetivo revolucionario:

    "¿Qué significaba una política de abstención activa en la actual coyuntura?

    • denunciar los cantos de sirena de la “Nueva Mayoría” que nos insta a participar como "ciudadanos" responsables, y por otra, el ilusionismo de los sectores de izquierda radical (y libertaria) que pretenden convencernos que, no obstante no llamen a votar en esta segunda vuelta, el camino de la participación electoral en las actuales instituciones sigue siendo válido para el período;

    • llamar a la organización a todo nivel: escuelas, liceos, universidades, lugares de trabajo, barrios y comunas, en torno a las demandas locales, populares y de los trabajadores, anteponiendo a los ritmos de la política burguesa nuestra alternativa de construcción propia desde abajo;

    • llamar a acelerar los procesos de convergencia político-social en algún referente federativo que, respetando la vitalidad y la especificidad de las organizaciones de base, contribuya a unificar y amplificar la voz y opinión política de aquellos que optamos por la construcción de poder popular en sus diferentes expresiones, coordinando horizontalmente las diferentes iniciativas populares de base."

    Creo que este artículo es una gran contribución para que quienes aún creen en el proyecto anarco-comunista comiencen a reagruparse ante las máquinas montadas por aventureros y oportunistas. La derecha libertaria no tiene proyecto propio. Falataba que nos acordaramos que la ideologia es importante para el quehacer politico tambien.

    author by anarco marginalpublication date Thu Jan 09, 2014 02:44author address author phone Report this post to the editors

    Me llama la atencion del comentario del loco mas arriba la incapacidad de ocl de asumir la critica, es como si los que no estan de acuerdo o son infantiles y poco maduros, o no cachan porque viven lejos, o si son de aca entonces estan en un sopor de no se que, o son infantiles y cuando crezcan se daran cuenta que ocl la lleva. Asuman las criticas porque es algo importante para crecer. Son chicos, pocos, sectarios y muy marginales no vengan a darselas de los mas bacanes porque no es asi. Lo mas chistoso es que cuando el Pepe les daba la razon no importaba que estuviera lejos pero cuando los critica si o hasta tienen a un loco español que moja con los vascos y que trasmite en esa onda pero ese si que cacha la realidad chilena porque les da la razon.

    author by Larry Gambone - IWWpublication date Fri Jan 10, 2014 03:03author email redlionpress at hotmail dot comauthor address author phone Report this post to the editors

    Feliz Año Nuevo, José Antonio !

    First off – right wingers who claim the word "libertarian" for themselves are historically ignorant. It is our word, so bugger off!

    As for anarchist organizations running in election slates? José Antonio is absolutely right. This is something that should never be done. By running in elections, we are operating in the bourgeoisie's own territory and thus at a distinct disadvantage. Our strength comes from outside the parliamentary arena – with popular power in the streets, neighborhoods and work places. This is where our focus should be. Let the reformist parties of the left run in elections – support them AS INDIVIDUALS if you wish, but do not drag the movement as a whole into this swamp.

    author by sebapublication date Tue Feb 11, 2014 04:01author address author phone Report this post to the editors

    cito:

    "Dado que no hay ni puede haber una ley ni autoridad que dé o quite el derecho de llamarse anarquista, nos vemos verdaderamente forzados, de vez en cuando, a señalar la aparición de algún convertido al parlamentarismo que continúa, al menos durante cierto tiempo, declarándose anarquista.

    No encontramos nada de malo ni de deshonroso en cambiar de opinión, cuando el cambio es motivado por nuevas y sinceras convicciones y no por el interés personal; desearíamos, sin embargo, que se dijera francamente en lo que uno se ha convertido y lo que uno ha dejado de ser, para evitar discusiones inútiles."

    Malatesta

    author by anarcpublication date Sun Dec 07, 2014 12:51author address author phone Report this post to the editors

    Me extraña que a la hora de analizar el reformismo de OCL no se considere un documento mucho mas extenso y preciso, y ademas escrito antes que el de Gutierrez. El documento se llama "oportunismo, reformismo y ambiguedad, la realidad del sector libertario en Chile" y fue publicado hace muchos meses en varias paginas web. Y como aca ni se a hablado de el, pese a ser a mi parecer mucho mas preciso, lo dejo aca para que le echen un vistazo.

    Saludos a los y las anarquistas de verdad. No a los que se esconden bajo nuestros conceptos para insertarse en el sistema.

    http://hommodolars.org/web/IMG/pdf/Oportunismo_Reformis...d.pdf

    Related Link: http://hommodolars.org/web/IMG/pdf/Oportunismo_Reformismo_y_Ambiguedad.pdf
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