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Un 2013 de lucha dentro y fuera de la facultad

category argentina/uruguay/paraguay | education | opinión / análisis author Thursday March 21, 2013 20:35author by Frente de Estudiantes Libertarios de Argentina - FeLauthor email sociales.fel at gmail dot com Report this post to the editors

Es hora de sacar de la pasividad al movimiento estudiantil de sociales, que ha dado sobradas demostraciones de fortaleza y determinación cuando se propuso luchar de forma consciente y priorizando la unidad, de hecho y no discursivamente.
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¿Qué pasó en el 2012?

El 2012 fue otro año marcado por los ataques contra la educación pública, y Sociales no estuvo exento de estos ataques. Ya en los primeros meses del año, salió a la luz el problema de las cesantías a cientos de docentes de la UBA. Estas cesantías significaron el puntapié inicial para vaciar la educación de contenido y calidad, a la vez que dejaron sin empleo a los afectados por las mismas. Gracias a las movilizaciones, las luchas y la coordinación con los docentes (con la AGD-UBA como principal protagonista), se lograron distintas prórrogas para que las cesantías quedasen en ¨stand by¨, al menos por un tiempo.

Entre otros problemas, sufrimos la reforma del plan de estudio de la carrera de Trabajo Social. Reforma que pasó por encima de estudiantes y docentes, respondiendo a la voluntad de la gestión (con un papel destacado de la agrupación Lucía Cullen, adicta a la gestión kirchnerista). Los estudiantes nos organizamos en asambleas y comisiones abiertas, pero nuestros reclamos fueron desoídos, y finalmente la reforma se firmó a pesar del masivo rechazo al contenido y la forma de aplicación.

Estos son dos ejemplos, pero no debemos pasar otras cuestiones, como por ejemplo la lucha por el boleto estudiantil y la lucha por el edificio único que ya cumplió más de una década.

¿Y en el 2013…qué nos espera?

Las luchas iniciadas el año pasado no se han cerrado. Siguen tan vigentes como en 2012. Solamente fueron postergadas, y aún tenemos mucho por hacer para frenar este ataque contra los docentes. Ya la AGD (Asociación Gremial Docente) está convocando a distintas medidas y trazando un plan de lucha para este año, el cual debemos no sólo acompañar, sino volver a ser protagonistas.

Se viene también la reforma del profesorado de Sociología: con aspectos positivos y otros negativos, será el escenario para demostrar que como estudiantes merecemos ser escuchados. Garantizar nuestra participación es la única forma de lograr un plan de estudios actualizado y que responda a nuestras necesidades (y no a las del mercado).

Como en todos los comienzos de cursada, los estudiantes nos encontramos con el problema de siempre: cómo bancarnos la carrera, los apuntes, el transporte y los materiales. En estos últimos días surgió una nueva cuestión, las becas Portantiero. Nos enteramos que las becas pasarán a depender del Programa Nacional de Becas Universitarias, un organismo que centraliza la otorgación de becas. Si bien estas becas significan un aumento en el monto a entregar, siguen sin llegar al mínimo básico que necesita un alumno para poder viajar, comprar apuntes y satisfacer sus necesidades de cursada para no tener que abandonar los estudios. Para acceder a estas becas hará falta presentar un certificado en el que se demuestre que uno vive en una condición de miseria (solo de esta forma la beca será entregada). La ampliación de la cantidad de becas y la necesidad de hacerlas verdaderamente eficientes es urgente para que éstas lleguen a más estudiantes. Este es un punto central para que la universidad pueda ser realmente pública y al alcance del pueblo.

Por último, sigue pendiente el reclamo por el Boleto Estudiantil, un problema que crece a medida que crecen los aumentos. En CABA el subte pasará a $3,50, y hay promesas de más aumentos para colectivos y trenes de parte del Gobierno Nacional y de la Ciudad, encareciendo más aún transporte, y por ende encareciendo de manera “encubierta” el costo que nos supone acceder a la universidad.

¿Universidad “Nac&Pop”?

Cuando comenzamos a analizar en profundidad las problemáticas que estamos marcando no podemos pasar por alto que todas tienen una matriz común: el papel activo del kirchnerismo en poner a la educación al servicio de sus intereses.

Las reformas de las carreras y su implementación anti-democrática no son azarosas, ni una actualización rutinaria de los contenidos de las mismas. Si uno profundiza en los detalles de sus contenidos se puede notar cómo se perfila un tipo de carrera que es funcional a la justificación y reproducción de un régimen político que no hace mayores esfuerzos en educar críticamente a su pueblo. Ana Arias (actual directora de la Carrera de Trabajo Social) pretende implementar esta clase de reformas bajo el discurso de la necesidad de generar una carrera de “trabajo social de modo más integral [...] Es un plan que reivindica la centralidad de la construcción de lo público”(Diario Página 12: 25/09/12), y agrega en un volante de la agrupación Lucia Cullén: “el de fortalecer los conocimientos, las formas de lectura, los marcos comprensivos y las capacidades metodológicas e instrumentales para aportar estrategias de intervención en el marco de un proceso de fortalecimiento de la capacidad institucional estatal para dar respuestas de acuerdo a las búsquedas y necesidades de los sectores populares”. Visto así parecería todo muy bonito, pero cuando nos ponemos a hilar fino vemos que en el programa de la carrera nos encontramos con abundante literatura “nacional y popular” y que los autores críticos de esa escuela de pensamiento, pero no menos representativos y valiosos, brillan por su ausencia. Si de formar funcionarios y cuadros gubernamentales para los gobernantes de turno se tratara el estudio universitario, nuestra facultad definitivamente se llevaría todos los laureles.

Por otro lado, las cesantías no pueden sorprendernos cuando este año vemos cómo desde el gobierno y sus funcionarios se intenta poner un límite a los acuerdos salariales, en este caso con los docentes como conejillo de indias de lo que vendrá para el resto de los gremios. La precarización laboral no solo no es combatida desde el Gobierno Nacional, sino que ya se convierte en una política de Estado. El ministro de Trabajo Carlos Tomada (docente de nuestra facultad y trístemente célebre por su amistad con el asesino Pedraza) pretende imponer un aumento del 20% anual, que parece ser una broma pesada para quienes vemos cómo nuestros ingresos cada vez rinden menos. El ministro de Educación Sileoni (otro personaje largamente conocido por los que participamos de la lucha del 2010), en sintonía con el gobierno, ofrece a los gremios docentes migajas de aumentos que ni el más acérrimo kirchnerista podría tomar en serio.

Mientras tanto se hacen spots publicitarios oficiales desprestigiando a profesores y maestros, resaltando los (polémicos) avances presupuestarios en educación. Lo que no se dice es que gran parte de ese presupuesto va a las escuelas y universidades privadas, mientras en la UBA la gran mayoría de los docentes trabajan ad-honorem (sin salario) o directamente ni figuran en las listas (es decir que ejercen trabajo gratuito sin ninguna garantía ni estabilidad). Las escuelas secundarias siguen cayéndose a pedazos y los políticos se tiran la pelota de un lado a otro. Así el tiempo pasa y las respuestas siguen sin aparecer.

Entonces…¿cómo nos organizamos?

No estaríamos diciendo nada nuevo si dijéramos que la única forma de hacer frente a estos problemas es la organización estudiantil, la participación de las bases, la democratización de la toma de decisiones, etc. que de hecho es totalmente cierto. Pero no es nuestra intención caer en “clichés”, que se convierten en fraseología, consignismo puro cuando no se les da un contenido concreto. Para que esas ideas cobren sentido y sean realizables es necesario un esfuerzo de todas y todos los estudiantes puesto en pensar, discutir y sobre todo organizarse para construir un movimiento estudiantil capaz de ponerse al hombro la lucha por nuestra educación. La experiencia nos ha demostrado que cuando bajamos la guardia no solo no hay mejoras, sino que el avance sobre la calidad y gratuidad de la educación es mayor. ¡Acercate a los espacios de participación, asambleas, comisiones!

No podemos pasar de largo que este año tenemos en la agenda las elecciones nacionales legislativas del mes de octubre. Lejos estamos de pensar que el debate sobre ese hecho político no tiene cabida en nuestra facultad. Sin embargo, tampoco podemos perder de vista que el traslado directo de los debates inter-fuerzas al ámbito político-gremial del Centro de Estudiantes puede ser nocivo cuando se antepone el cuidado del “ranchito” propio a la unidad de los que luchan. Más allá de lo que suceda en las elecciones, donde cada uno tendrá una posición específica, no dejemos que esto perjudique nuestra organización. Manteniendo la unidad y tendiendo hacia objetivos comunes es como se resiste y se avanza.

¿Y por casa cómo andamos?

Antes de continuar no podemos dejar de hacer un balance de la conducción del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales (CECSo). El CECSo es conducido por el frente El Empuje (La Juntada+Viejo Topo/Cauce+FER), siendo La Juntada/La Mella (ahora Marea Popular) la agrupación hegemónica en su interior. Haciendo gala de ser la “izquierda independiente” esta agrupación ha logrado en sus años de conducción generar un centro de estudiantes incapaz de encauzar de manera idónea las diferentes luchas para llevarlas a una victoria. Los avances que se han conseguido se dieron cuando el conjunto de los estudiantes pudimos imponer nuestra voluntad de manera democrática, salteando las limitaciones que surgen de una política tibia y vacilante de La Mella.

Estos compañeros se muestran reacios a unificar las luchas y trazar un plan de acción que identifique correctamente a los enemigos del movimiento estudiantil. En el conflicto de Trabajo Social no han hecho más que sacar declaraciones intrascendentes que lejos estuvieron de impedir que el consejo directivo finalmente apruebe la reforma. A su vez, la conducción se negó sistemáticamente a interrumpir dicha aprobación, poniendo expectativas en un espacio institucional que no se caracteriza justamente por ser representativo y capaz de contemplar los intereses de los estudiantes.

Como nota de color, la presidencia del CECSo decidió interrumpir las asambleas donde las mociones que ganaban no eran de su agrado, boicoteando la instancia de mayor representación de nuestro órgano político-gremial. Pero parece que nuestra conducción no está de acuerdo con esto…

Es hora de sacar de la pasividad al movimiento estudiantil de sociales, que ha dado sobradas demostraciones de fortaleza y determinación cuando se propuso luchar de forma consciente y priorizando la unidad, de hecho y no discursivamente.

¿Qué es FEL?

El Frente de Estudiantes Libertarios es una organización político-social, compuesta por estudiantes, cuyo norte es la revolución social, y la construcción de una sociedad comunista y libertaria. Para eso nos unimos no sólo en base a principios ideológicos o teóricos, sino en torno a una estrategia en común y un mismo perfil militante, buscando avanzar coherentemente en cada espacio educativo donde se desempeñan nuestros militantes. El FeL busca avanzar hacia su construcción como organización a nivel nacional, y como parte de una corriente más amplia, de Izquierda Libertaria.

Como organización creemos fundamental la construcción de un movimiento estudiantil de masas, que tenga continuidad en el tiempo, y que pueda aportar desde su especificidad, a la construcción de poder popular. Entendemos que el sujeto revolucionario es la clase obrera, la única capaz de construir una sociedad sin explotados ni oprimidos, derrotando a la clase dominante y su Estado. El poder popular es la capacidad del pueblo de forjar sus herramientas organizativas, y plasmar en ellas un programa que se plantee la superación objetiva y subjetiva del capitalismo. En este proceso deben jugar un rol central y hegemónico los trabajadores, para guiar al conjunto del campo popular hacia un proyecto antagónico con el capitalista. El poder popular es una construcción que atraviesa distintos períodos (atados al desarrollo mismo de la lucha de clases), hasta llegar al grado de ser capaz de disputar la dirección y hegemonía de la sociedad. De allí que se vuelve fundamental poder conjugar correctamente en los procesos de construcción y lucha los elementos reivindicativos con las luchas políticas, uniendo la disputa por satisfacer las necesidades inmediatas a los objetivos generales que nos llevan a la militancia revolucionaria.

El FeL se entiende a sí mismo como una apuesta en la larga marcha hacia el socialismo, el ideal por el que lucharon millones de trabajadores, y que sigue siendo hoy, la única solución a la explotación y la opresión capitalistas.

Frente de Estudiantes Libertarios – FEL

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