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Fantasías. Sobre una “teoría” del éxito-fracaso

category américa del norte / méxico | la izquierda | opinión / análisis author Saturday March 02, 2013 08:28author by Grupo Anarco Comunista Report this post to the editors

Hemos gastado nuestros días buscando la potencia entre las ruinas y la chatarra, pero finalmente nos hemos dado cuenta que no era ahí donde debíamos buscar. Lo que perseguimos no pude habitar en este mundo miserable que no es nuestro, y cuyo entorno es una “snuff-movie” eternamente en “play”. Su esbozo se encuentra acá, en una estrella a punto de estallar que cada uno de nosotros lleva sobre sus hombros. Podemos afirmar que ahora, que hemos perdido un mundo entero y maldecimos con toda la fuerza de nuestras almas, nos encontramos en disposición de conquistar uno nuevo, uno propio.
U.H.P
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Desde temprana edad cada individuo recibe una especie de “curso intensivo”, o mejor dicho, un amaestramiento para sobrellevar la vida actual. Desde pequeños, al ser socializados, se comienza por la imitación de las dinámicas burguesas, las cuales son impuestas para sobrevivir. Los padres, sin saberlo, capacitan a sus hijos para ser en carne viva la reproducción de todos los parámetros que exige esta sociedad de clases.

Se “educa” al menor para abstenerse de ser un agente de cambio radical, se le instruye para ser un autómata decrépito y vulnerable que obedezca las leyes del mercado y las leyes del Estado.

Después de los padres, la institución escolar y los medios masivos de comunicación se encargarán de llenarlo de fuertes dosis de ideologías burguesas (ciudadanismo, consumo en exceso, modas, estilos de vida, etc.): “compra, consume, desea, imita, compite, supérate, respeta, resígnate…” son las palabras favoritas que se usan ordinariamente en las escuelas y los televisores.
La fantasía es otro elemento que se utiliza para favorecer el funcionamiento del orden existente. Introyectando en todos la idea de soñar aquello que en la miserable realidad no se puede ni podrá satisfacer. De antemano se hace hasta lo imposible por sobreponer el “deber ser” (ideal) ante el molesto “ser” (realidad). Ser rico, atractivo, feliz, simpático, astuto, o, tener un auto, una pareja sexual y sentimental envidiable, una casa grande con alberca y jardín, una carrera terminada, un doctorado, viajes alrededor del mundo, cientos de amigos, en fin, éxito. Aspiraciones excéntricas que el Capital, por medio de su publicidad y educación, deposita en las conciencias de todos, haciéndolas pasar como verdades absolutas, incuestionables e irrefutables.

Insatisfacción, aburrimiento y vacío, sensaciones reales que se experimentan detrás de las insinuaciones de la sociedad espectacular, en los entornos de la educación, la política, el arte, los medios de comunicación, etc., que al no proveer en lo concreto de la satisfacción que se busca a través de la fantasía, se cae en la desesperación de no obtener aquello que se ansía. En la escuela la educación positivista cumple su función en sus contenidos de racionalismo, progreso, bienestar, superación. En los medios la ideología de la felicidad, el consumo liberador, el american dream. En la política el liberalismo, la democracia, el ciudadanismo y las leyes. En la vida cotidiana las ideologías místicas del “decretar” lo que se quiere tener; que en un juego mental aduce que imaginando lo deseado, tarde o temprano se obtendrá.

La fantasía se impregna fácilmente en los cerebros porque es admitida y aprobada por cualquiera, desde el dueño de una empresa, hasta el activista “anti-capitalista”.
La fantasía es el deseo de aquello que nos convencemos, nos hace falta. De manera acrítica se va por la vida fantaseando sobre aquello que no se es, no se tiene o no se siente. Buscando remediar aquella insatisfacción a toda costa, afanándose en el trabajo para conseguir dinero y comprar la “necesidad” material del momento; estudiando y estudiando para progresar (en esta vida de mierda) y regodearse en la elevada sapiencia y cultura; meterse a una secta, una religión extraña y radical o un grupo de amigos; conocer a la mujer/hombre de sus sueños, etc.

El mundo del Capital es una realidad insostenible racionalmente, es una locura, pero cualquier locura puede prolongarse sin cesar gracias a la idea que nos hacemos de ella, el espectáculo con en el que se maneja y la dosis fantástica que se deposita en todos para continuarla.

Rechazar el mundo de las fantasías y del rompimiento entre ser y deber ser, y por consiguiente, del privilegio del deber ser ante el ser, es decir, del materialismo sucumbiendo ante el idealismo, es un paso difícil pero contundente ante la destrucción de la conciencia burguesa, que se ha colocado a fuerza para sobrevivir y revitalizar el orden de explotación existente.

Pareciera que fracasar en el mundo de la burguesía es dar la espalda a un compendio de exigencias que se nos imponen, como el tener esto o aquello, ser esto o aquello, sentir esto o aquello… y si conscientemente se manifiesta este “fracaso”, se estaría retando a la frustración y compulsión; ese infierno que depara el mundo burgués a los infieles y pecadores que se atreven a retarlo.

¿Pero qué fracaso?, ¿el del vagabundo?, ¿el del adicto a las drogas?, ¿el del borracho lascivo? Bien, aún mismo el fracaso está condicionado, permitido por la sociedad burguesa, un “fracaso” que asegura el control y el buen funcionamiento de la sociedad; no está demás que la civilización actual mantenga en su seno a sus seres antisociales, freaks, beodos y pervertidos de toda clase, siempre y cuando éstos no impliquen algún problema, tomen alguna terapia, o se pudran en los burdeles designados.

Ante todo, éxito y fracaso son las dos partes de una misma ideología que promueve la sociedad burguesa; bien, si buscas el “éxito” vivirás en una bonita casa, tendrás auto del año, una pareja atractiva, status, buen gusto, etc. Si es al contrario, si te rebelas ante esta estupidez, entonces tienes otra opción: el “fracaso”, o sea, ser un drogata, un pandillero, un violador, un borracho, o un vagabundo, como lo quieras, siempre y cuando estés lo suficientemente perturbado y embrutecido como para tomar conciencia del real funcionamiento de la vida en general y de la tuya en particular.

Rebelarse contra tal degradación y autodenigración, no tiene nada que ver con encerrarse en una especie de pureza social, política y moral. Tiene que ver con tomar por primera vez en la vida una posición de seres humanos ante la debacle de lo social y espiritual bajo las actuales condiciones de sobrevivencia. Y esta toma de posición está mucho más allá de fantasear con el éxito o atascarse en el fracaso, es una posición de constante ruptura con lo que nos está limitando y oprimiendo; no en busca de una supuesta “felicidad” y placeres pasajeros, sino como lucha constante contra todo aquello que nos está hundiendo en la frustración y la compulsión de la vida moderna, ajena a la vida comunitaria del ser humano.

Grupo Anarco Comunista

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