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opinión / análisis
Saturday October 20, 2012 19:41 by Santiago Talavera
Las confederaciones sindicales Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) han convocado a una jornada de huelga general en el estado español para el próximo 14 de noviembre. 1. Cualquier huelga general de 24 horas, en el sentido de conseguir unos objetivos inmediatos, aunque sean sólo objetivos defensivos, hoy en día en el Estado español está condenada al fracaso. Puede tener un seguimiento razonable, como la última, o superior, pero no va a conquistar nada (o muy poco) a corto plazo. Un seguimiento gigantesco es prácticamente imposible debido al pánico a perder su puesto de trabajo de quienes aún lo conservan, la escasa afiliación, el escaso ejemplo de éxitos en huelgas de menor escala, la alta tasa de temporalidad, las facilidades para el despido, los bajos salarios, el descrédito de los únicos dos sindicatos que tienen un nivel de afiliación o "representatividad" destacable y la falta de tácticas para interrumpir de manera mucho más importante el circuito capitalista aunque sea sólo en esas 24 horas, utilizando por ejemplo sectores no asalariados como estudiantes, jubilados o desempleados. Santiago Talavera19 de octubre de 2012 |
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Jump To Comment: 1 2 3 4 5En mi humilde parecer (único e intransferible), de momento ni uniendo todo el sindicalismo alternativo hay posibilidad de “comerle la tostada” al institucional en una convocatoria de este tipo... como mucho se podría conseguir un respaldo aceptable en País Vasco, algo menor en Navarra y Galicia, y a mucha distancia, Cataluña y Andalucía. En el resto del estado, se seguiría siendo poco menos que testimonial. Así que, lo primero, es ser consciente de lo que uno es y su capacidad real. Y, en función de eso, plantearse objetivos concretos.
Ojo, lo digo siendo consciente de que si esa unión en una convocatoria propia de huelga se hubiera dado al margen del tandem CCOO-UGT, por muy testimonial que se hubiera previsto, yo hubiera luchado con todas mis fuerzas por ella; y es que aunque con un paro de 24 horas no se consiga variar la dirección de los ataques del gobierno de turno, y mucho menos cambiar las reglas del juego o tumbar el sistema, ¡ya nos gustaría! al menos estaríamos ejercitándonos, haciendo gimnasia, que siempre será mejor que debatir entre cuatro paredes o ante las teclas del ordenador.
También, y pese a creer que la convocatoria del 31O de la CGT, es un error estratégico si se pensaba arrastrar a más gente, no podría por menos que alegrarme de que algo se moviera y desear que saliera lo mejor posible.
La cacareada revolución social con la que babeamos de cuando en cuando, no fue algo espontáneo, sino producto de cientos de experiencias anteriores, fallidas en la gran mayoría de los casos si lo que se buscaba era un cambio de sistema, pero una auténtica escuela de experiencias que, en un ejercicio de ensayo-error, iba dando pistas de por dónde irían los tiros posteriormente.
Por tanto, no alucinemos, la convocatoria del 14N no va a conseguir que Rajoy se eche para atrás, y tampoco debe servir para dar un balón de oxígeno a CCOO-UGT, sino para seguir profundizando en un bloque alternativo al sindicalismo de mierda que todavía marca nuestra agenda, en ir ampliando espacios y luchas... no se conseguirá la revolución social, pero habremos puesto otro peldaño. Y nadie dijo que el camino era fácil.
Qué queréis que os diga, soy optimista. Y después de ver 30 años de retroceso en la capacidad de movilización de nuestra clase (sí, todavía creo en las clases, qué le vamos a hacer) empiezo a vislumbrar semillas de algo diferente. Al menos el sindicalismo alternativo, o parte de él, está aprendiendo a aparcar sus egos y empieza a coordinar luchas (si además, conseguimos coordinar también luchas alternativas en otros países -empezando por los del sur de Europa,- mejor que mejor). Creo que estamos todavía ante un embrión y ya veremos si finalmente sirve para algo... pero este proceso era impensable hace años, cuando cada uno peleaba por su parcelita. Ahora el envite que nos está perpetrando el capitalismo es demasiado grande como para perder el tiempo en pulir nuestras respectivas siglas (y eso que sigo pensando que mi ombligo sigue siendo el mejor).
Suscribo completamente lo dicho por Talavera.
Además debemos replantearnos la huelga como herramienta. El sentido de la huelga general es entorpecer la economía para demostrar fuerza ante el enemigo de clase (y que este presione al Gobierno), y hoy día para hacer eso no sirve con parar en algunas grandes fábricas (que es importante también).
Para hacer eso necesitas gente, y para tener gente necesitas algo en común, tejer alianzas, crear una identidad colectiva. Meses de trabajo. Si el 15-M convocara HG posiblemente tendría mayor seguimiento que la que pueda convocar el sindicalismo radical. Es que puestos a poner fechas sería mucho mas inteligente coger y coordinarse con los 15 emes, los 25-O y convocar el mismo día que se rodee el congreso.
Si en una ciudad determinada existen las condiciones de hacer una HG con cierta incidencia, está muy bien, deben hacerlo, pero si esa HG está convocada a nivel nacional, quedará diluida y no servirá de nada. En cambio, si se inscribe dentro de una dinámica local sí puede tener repercusión y ayudar a avanzar.
Por otra parte la Cumbre Social y su propuesta de referéndum me parece bastante más interesante que pedir la jornada de 30 horas a lo basto. En primer lugar porque han conseguido hacer lo que deberíamos estar haciendo los sectores sociales combativos, sindicatos, mareas, 15-emes, etc y es juntarse en un espacio común planteando alternativas e iniciativas conjuntas y coordinadas. Que centenares de asociaciones y organizaciones se unan me parece positivo. Otra, que la idea de un referéndum se extienda y se convierta en una necesidad popular al Gobierno le debe de dar bastante miedo: es algo factible y que cualquiera puede apoyar fácilmente sin demasiado viraje intelectual a la izquierda, por simpleza democrática. Este Gobierno quedaría bastante tocado, tocado de muerte, 1. si la exigencia de referéndum es apabullante y no la satisface , 2. Si la satisface y sale perdiendo (algo que pasaría seguro).
Vamos a ver, todos esos millones de trabajadores no nos vamos a convertir en anarquistas ni el 31 ni dentro de cinco ni diez años, ni vamos a desear la autogestión generalizada, por tanto me parece absurdo empeñarse en dirigir las energías militantes contra ese escenario (y cualquier medida intermedia parece que nos la pica, es decir, se pretende hacer algo para "destruir el estado ya" en vez de obligar al gobierno a hacer X o a tumbarlo, etc), cuando de lo que se trata es de facilitarlo, que es diferente. Tumbar un Gobierno antisocial que aplica medidas liberales sería una enorme victoria popular que daría una energía inimaginable a la gente y reforzaría todas las luchas sociales, quedaría en la memoria inmediata, luchar serviría, etc.
Por tanto los objetivos de la del 14 y la Cumbre Social, no me parecen demasiado descabellados dada la correlación de fuerzas y la experiencia organizativa de nuestra clase (nula).
Si existiera el Polo obrero y combativo del que habla Talavera podría perfectamente abanderar esa consigna, intentar tumbar este gobierno y una vez tumbado trabajar en base a un decálogo de medidas de urgencia para intentar influenciar a la política y la sociedad en su conjunto, pero ya no con la derrota constante sobre las espaldas, sino la victoria. Hay que quemar etapas para poder pasar al siguiente nivel.
Por otra parte, más grave que cualquier adhesión o no, me parece que con tanta AIT, y tanta Coordinadora Rojinegra y tanto internacionalismo y trabajo en red, pero no somos capaces de crear un organismo que coordine la pelea a nivel europeo, cuando es el nuevo marco de la lucha de clases en el que nos toca jugar. Otro acierto de CCOO y UGT y del CES.
En cuanto a las HG, yo ya tengo muy claro que ni una vez más hago huelga en solitario en mi empresa. Si no consigo arrastrar a nadie, no voy. El 31 no irá nadie, porque no ven ambiente, y el 14 iremos la mitad o más.
Hay un problema compañeros (prometo desarrollarlo más en otro texto): podemos criticar la estrategia de la Huelga General, el sindicalismo, las luchas laborales, hacer todo el hincapié que nos de la gana en su debilidad y en su dificultad; pero sin ellas no hay más que proceso constituyente pequeño burgués, con asambleas cosméticas si queréis, pero sin un contenido social (socializante) claro. Abandonar el tema laboral y sindical (o biosindical, si eso en algún momento llega a servir para algo) para entregarnos a la discusión sobre las múltiples derivas de la democracia o de las manis callejeras (que, por otro lado es muy oportuna), deja un hipotético proceso de cambio en manos de la clase social que parece desrtinada a liderarlo, y que lo encaminará por vías estrictamente políticas. Hablar de representatividad y asambleismo (siempre limitado), pero olvidar reformas laborales y contratas y subcontratas, pone el futuro en manos del ala radicalizada de la clase media, que puede ser un buen aliado, pero siempre será un mal amo.
J.L., creo que el artículo principal así como los comentarios no pretenden deslegitimar las luchas desde el mundo asalariado, sino todo lo contrario: lo que se indica es que si las luchas desde el mundo asalariado no se realizan con unas ciertas garantías, están condenadas al fracaso, y el fracaso lo que hace es inutilizar su repetición de cara al futuro y precisamente fomentar que se luche exclusivamente desde otro ámbito. Precisamente considero que las últimas huelgas generales celebradas en el Estado español (al margen de que puedan tener otras consecuencias positivas) básicamente están contribuyendo a desacreditar la herramienta de la huelga general.
Tienes razón en gran parte, compañero, tu artículo es bastante bueno, lo que pasa es que me he dejado arrastrar por las últimas dinámicas de críticas recibidas (a perro flaco, todo son pulgas) desde cierto "post-modernismo anti laboral" y lo he amalgamado con ellas no demasiado justamente. La dinámica de confluencia del anarcosindicalismo (por un lado) y del sindicalismo combativo (en otro ámbito común) ha dado bastantes frutos y ha avanzado bastante, se ha roto con enfrentamientos y desconfianzas de décadas, y las jornadas de lucha llevadas a cabo han funcionado, en general, bastante bién. Ese es el lado bueno a valorar. El problema ha nacido principalmente por cuestiones internas de los grupos intervinientes (CGT convoca en solitario para cumplir con lo decidido en su Congreso, la CNT en ese momento, no tiene un acuerdo que le permita seguir esa convocatoria, Intersindical y otros no terminan de saber si están dispuestos a hacer algo sin CCOO y UGT...). Habrá que ver cómo conseguimos recomponer la situación, y las llamadas a criticar desde la barrera lo hecho por unos u otros no ayudan.
Por otro lado, la "Huelga General" como consigna...somos conscientes de sus limitaciones y, también, estamos dispuestos a recoger todas las ideas constructivas que se nos planteen (se ha experimentado con la huelga de consumo, por ejemplo, pero no ha dado los frutos esperados). Ahora vamos a intentar, desde distintos ámbitos, ampliar su concepto y duración...veremos que sale.
Un abrazo.