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La “Whole” Enchilada (Suiza).[1]

category internacional | movimiento anarquista | opinión / análisis author Saturday September 15, 2012 06:35author by Brenda - 1 of Anarkismo Editorial Group Report this post to the editors

Sobre St Imier

Hay anarquistas que prevén y preconizan otras soluciones, otras formas futuras de organización social; sin embargo, ellos quieren, como nosotros, destruir el poder político y la propiedad individual: quieren, como nosotros, que la organización de las funciones sociales se haga espontáneamente, sin delegación de poder y sin gobiernos; como nosotros, quieren combatir a todo trance y sin tregua hasta la completa victoria; ellos son compañeros y hermanos nuestros.

Aparte, pues, todo exclusivismo de escuela; entendámonos más bien sobre el camino y sobre los medios, y adelante."

Errico Malatesta
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Del 8 al 12 de agosto pasado se realizó en la localidad suiza de St. Imier el Encuentro Internacional Anarquista para recordar al Congreso que se llevó a cabo en esa misma ciudad hace 140 años en respuesta a la expulsión de Miguel Bakunin y James Guillaume de la Internacional consumada en el Congreso de la Haya de 1862. En éste Congreso, auspiciado por la Federación del Jura (entre otros) se fundó una Internacional Antiautoritaria que apelaba a la autonomía de las secciones contrarrestando así las maniobras de los comunistas, que desde el Consejo General de Londres, intentaban consolidar una organización centralizada.

140 años después un comité integrado por diferentes organizaciones, colectivos y espacios anarquistas de variadas tendencias pero todos identificados con el llamado Anarquismo organizado o social, lanzó una convocatoria a la que dieron respuesta más de 4 mil personas provenientes de todos los rincones del planeta con el propósito de pensar y debatir sobre la práctica anarquista en el contexto actual. Para ello se programaron numerosas actividades: conferencias, charlas, talleres, proyecciones de cine, creando un espacio de encuentro privilegiado que favoreció también la realización de un sin fin de asambleas y reuniones espontáneas entre individuos y organizaciones afines.
Para el alojamiento se dispusieron sitios para acampar y se acondicionaron espacios en el pueblo, en la pista de patinaje, por ejemplo, se montó una vasta feria del libro que contaba con títulos en casi todos los idiomas convirtiéndose en un centro de intercambio de material entre editoriales y distribuidoras (a pesar de que algunas mesas, muy pocas realmente, se encontraban totalmente desatendidas). Desde las 10 de la mañana hasta ya entrada la noche había actividades de todo tipo, incluyendo conciertos, exposiciones o simplemente se compartía una bebida en el Space Noir, la cooperativa anarquista local.

A pesar del abigarrado programa, que lamentablemente empalmaba las conferencias y mesas redondas, y de que los eventos se realizaban en sedes desperdigadas a lo largo y ancho de las sinuosas calles de St. Imier, hay que subrayar la numerosa audiencia con que contaron y que produjo dificultades inherentes, como la insuficiencia de espacio, la falta de equipo para traducciones simultáneas (en francés, inglés, alemán, italiano, griego y portugués principalmente), mismas que a pesar de la cooperación entusiasta de voluntarixs, no siempre fueron las más óptimas. Fue inevitable que la comprensión de algunas exposiciones fuera limitada y se redujera considerablemente el tiempo de las participaciones (a veces apenas para la exposición central en detrimento del debate). Sin embargo, al final todo se redujo a detalles menores que lejos de empañar el gran esfuerzo organizativo de lxs convocantes, resaltan su capacidad de convocatoria, su inmenso trabajo, creatividad y la valiosa infraestructura de que disponen.

1. La Media Enchilada.

También se aprovechó el evento para efectuar reuniones formales de algunas organizaciones, como el Congreso de la Internacional de Federaciones Anarquistas (identificada con la tendencia sintetista) y la reunión de los grupos vinculados a la página web Anarkismo (plataforma). Resultó evidente desde el inicio que existen diferencias significativas en el anarquismo Europeo, un auténtico desfile de siglas que comparten la misma incapacidad de explicitar sus divergencias y con las mismas habilidad de hacerlas implícitas en el programa, los debates y hasta en el fino humor involuntario de algunas anécdotas

Dentro del programa estaban contempladas cuatro conferencias que conformaban el cuerpo de las grandes discusiones: “Anarquismo e innovación política”, “Hacer anarquismo hoy”, “Nuevos Territorios del Anarquismo” y “Las alternativas anarquistas en los hechos”; y mesas de discusión desde la perspectiva del anarcafeminismo, aunque los debates rebasaron éstos temas e incluyeron cuestiones como el sindicalismo de base, la educación libertaria, la acción directa, el urbanismo, anarquismo y derecho, resistencia y autonomía indígenas, así como charlas sobre la historia del movimiento anarquista internacional y sus protagonistas.

En la mesa de “Inovación política” se discutió la forma de articular al movimiento anarquista a los movimientos "autónomos", populares y sociales que han aparecido en varios países (como el movimiento estudiantil chileno y canadiense). Pensamos que faltó desarrollar una estrategia general de participación anarquista en los amplios movimientos populares. No se habló sobre exigencia de no perder de vista el carácter meramente reformista y limitado de algunos movimientos; se mencionó el caso de los Indignados en España adjudicándole un carácter anticapitalista y antisistémico, que estaría a debate –aunque nadie lo abordó- si se valora la defensa del Estado de bienestar que asume; o por ejemplo los límites de los sindicatos que funcionan en un marco legal instituido por el mismo Estado. Faltó, entonces, reconocer que a veces prevalece la indulgencia, la condescendencia, la falsa tolerancia sobre el análisis y que por añadir una sigla más a la lista de adherentes se reproducen prácticas corporativas, y que sólo el análisis crítico, riguroso, puede situar al anarquismo como una fuerza viva en las luchas sociales

Si bien existe un fuerte y genuino interés por los movimientos de autonomía y luchas latinoamericanas, pareciera que se sigue partiendo de supuestos culturales occidentales que impiden comprender en su compleja profundidad estas resistencias. Como sus antepasados del siglo XVI, los anarquistas europeos no han logrado superar paradigmas ideológicos como los que nombraron a América un “Nuevo Mundo”. Con la misma cándida soberbia de los conquistadores, decidieron nombrar una mesa “Nuevos Territorios del anarquismo”; adjudicándose la autoridad para determinar lo que es, o se supone que debería ser, no sólo América, sino también las luchas libertarias que en ella se producen. Un fallo conceptual grave, pero tristemente común; lo hemos visto concretarse en caridad disfrazada de solidaridad; y llevar a algunos de un extremo al otro del imaginario : ya sea idealizando estas luchas (neo-zapatismo, mapuches, piqueteros, MST, pachamamismo, etc) y situando a América Latina como el espacio de materialización de la Utopía tan largamente buscada o bien subestimando el fuerte potencial libertario de estas resistencias, que al estar ancladas en una fuerte tradición cultural propia, más que anarquista, les resultan poco dignas de atención.
En Latinoamericana, periferia del sistema capitalista en crisis estructural manifiesta en la guerra abierta contra la población cruelmente ejecutada por el Estado, con una clase trabajadora sometida a un control corporativo, se configura un anarquismo muy diferente al Europeo. Por mencionar un matiz: si en Europa el desmantelamiento del Estado de bienestar, efectivamente un logro de sus luchas sociales, hacen que la defensa de estas prerrogativas sean reivindicadas para el anarquismo europeo; en América, donde el proyecto civilizatorio europeo se implantó a medias (salvo en el norte), y se consiguió mediante la violenta expropiación y el despojo de toda posibilidad de bienestar efectuado por Estados despóticos, el anarquismo tiene a la vida comunal, la autonomía y las asambleas de los pueblos, como referente de lucha y organización.
Así pues, estos resbalones eurocentristas explican la gran incomprensión sobre los procesos locales y limitan la colaboración internacional al trasladar de manera incongruente y descontextualizada las diferencias ideológicas que responden a un contexto específico (Europa) al Latinoamericano; provocando divisiones innecesarias y artificiales en las luchas locales y supeditando la solidaridad al prisma de una u otra organización europea, empobreciendo también sus posibilidades al asignarse la tarea de “enseñar” sus ideas y prácticas, sin llegar a conocer esa otra realidad. Sin duda debemos aprender que más allá de la palabra escrita o la cuenta bancaria, la solidaridad implica compartir nuestras experiencias, permitiendo y respetando el desarrollo de nuestras luchas.

2. Inconclusion…

Los objetivos del Encuentro de St. Imier fueron sumamente ambiciosos, frente a ellos los sentimientos de insatisfacción son inevitables, sin embargo, habrá que sobreponerse al desencanto y valorar que se tuvo la capacidad de plantearse grandes interrogantes: ¿Cómo hacer para que el anarquismo sea una fuerza real de transformación social?, ¿Cómo lograr que La Idea se extienda y que el movimiento anarquista sea de nueva cuenta un movimiento vigoroso y con presencia en la sociedad?

Para nosotrxs St. Imier fue prueba de que existen multiplicidad de espacios, organizaciones, colectivos e individuos trabajando, cada quien desde su perspectiva, para lograr resolver en la práctica éstos dilemas. Es cierto que el encuentro no pretendía convertirse en el espacio para dirimir diferencias (que son históricas y profundas dentro del movimiento anarquista), pero sin duda, fue una oportunidad para poder avanzar en el sentido de la construcción de un movimiento más cohesionado, partiendo del conocimiento del otro, del acercamiento a luchas concretas, del entendimiento de realidades que a veces nos parecen lejanas por la distancia pero que están asombrosamente cerca. Ojalá este ejercicio haya servido para fortalecer alianzas ya existentes, y haya facilitado el nacimiento de otras, basadas en afinidades reales más que en siglas.

Las preguntas siguen en el aire y como pudo apreciarse en St. Imier desde el anarquismo no existe una sola respuesta sino muchas, tantas como realidades y contextos existen, todas ellas ricas y valiosas. Esperemos que este tipo de eventos sirvan para reflexionar sobre el actuar anarquista y que podamos entender que más allá de pertenecer a tal o cual tendencia, tal o cual organización; a pesar de que nos separen algunas prácticas, mientras sean consecuencia de estrategias y no entren en contradicción directa con los principios básicos -lo que alguien atinadamente ha llamado el núcleo duro del pensamiento y acción anarquista- compartimos una misma historia y unos mismos planteamientos.

Aunque algo viejxs, nos gusta divertirnos. Desde México, asistentes al Encuentro de St Imier de tendencia anarcotropical.

Brenda
Jaime
Katia

1] La Enchilada es un versátil platillo mexicano elaborado a base de tortilla de maíz, rellena de una variedad de ingredientes y cubierta por salsas de chile igualmente diversas. Cuando se gratinan con quesos se les llama Enchiladas Suizas. El término “Enchilada Completa” fue un término acuñado durante el sexenio foxista (2000-2006) por el entonces Canciller Jorge G. Castañeda, quien en un ataque sorprendente de creatividad lo usó para referirse al ambicioso –y frustrado- acuerdo migratorio con Estados Unidos; tristemente popularizado se ha integrado al repertorio linguístico popular cuando se quiere algo sin medida con pocas probabilidades de obtenerlo.

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