Anarkismo.net     http://www.anarkismo.net

Los desafíos actuales de la izquierda chilena

category bolivia / peru / ecuador / chile | la izquierda | opinión / análisis author Thursday August 30, 2012 08:36author by Felipe Ramírez

Artículo de opinión escrito por Felipe Ramírez, secretario general de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y militante del FEL.
1mayo.jpg

Mucho se ha hablado durante los últimos meses al interior de la izquierda sobre el qué hacer en el actual momento político. Los diversos conflictos sociales que se han desarrollado, algunos con altos niveles de conflictividad y radicalidad en sus métodos de lucha –huelga de la construcción en Concepción y en el comercio en Santiago, movilizaciones en Aysen, Freirina y Linares, luchas estudiantiles, de pescadores artesanales y medioambientales, entre otros- han generado un ambiente que no se veía en Chile desde el fin de la dictadura.

Asimismo, el nivel de las demandas ha ido abandonado de a poco la lógica defensiva para avanzar hacia el cuestionamiento directo del modelo neoliberal en distintos niveles. El rechazo al endeudamiento y al lucro en la educación –junto a la lucha por una nueva educación al servicio de las necesidades del pueblo-, ha ido empalmando en las calles poco a poco, de forma contradictoria y a veces hasta espontánea, con la crítica a la realidad laboral, a las políticas antisindicales, al capitalismo depredador con el medio ambiente y con la organización de las comunidades por su calidad de vida.

Con todo, los caminos para enfrentar el actual momento no han terminado de cuajar en propuestas concretas por parte de las distintas expresiones de la izquierda, exceptuando quizás la idea levantada por el Partido Comunista de una nueva confluencia de fuerzas de izquierda y progresistas en aras del “gobierno de nuevo tipo”. Esta apuesta, centrada en la necesidad de transformar la institucionalidad para poder conseguir mejores posibilidades para avanzar en las demandas del mundo popular, responde a una visión más tradicional de la izquierda chilena, recogiendo la herencia de pactos como el Frente Popular de los años 30 y 40 y de la misma Unidad Popular y el FRAP en los 60 y 70.

Es en la izquierda de intención revolucionaria en donde cuesta más encontrar una propuesta desarrollada, debido a su misma dispersión política y orgánica producto de las sucesivas derrotas en los años 80 y 90. En ese sentido, desde el comunismo libertario se ha buscado aportar desde hace varios años al proceso de reconstrucción orgánico y político del movimiento popular, participando activamente de organizaciones sindicales, barriales y estudiantiles, siempre con la vista puesta en el horizonte de la construcción del poder popular.

En esa línea es que actualmente se busca articular una propuesta coherente desde el comunismo libertario, que le permita al movimiento social sortear los desafíos actuales, avanzar en las sentidas demandas levantadas en las movilizaciones durante el último tiempo y que tienen un carácter urgente, debido a las condiciones infrahumanas de vida producidas por el remozado capitalismo neoliberal, y fortalecer las organizaciones propias de la clase trabajadora.

De esta forma, se puede avanzar en el plano ideológico –fortaleciendo y profundizando la crítica al modelo neoliberal en sus distintas facetas, así como al capitalismo como sistema-, a la par que se sientan las bases para un modelo alternativo de desarrollo, cuya matriz es necesariamente socialista. Pero como mencionaba antes, también es necesario avanzar en el plano reivindicativo, logrando mejoras concretas en referencia a las demandas levantadas al calor de la lucha, ya sea sobre condiciones laborales, educación, o en cuanto a otros derechos sociales como la vivienda o la salud. Todo esto sin olvidar que todo este proceso debe ir acompañado del fortalecimiento de las organizaciones sociales de base, logrando de esta manera dejar atrás el espectro de la derrota y avanzar hacia la construcción de un pueblo fuerte.

En el actual momento, es posible avanzar en esta senda de la mano con una serie de elementos que adquieren carácter central en el marco recién mencionado. Por ejemplo, el asumir a nivel reivindicativo la necesidad de generar una agenda común de los sectores en lucha de nuestra clase, en la medida en que las distintas luchas tienen como eje común una crítica al modelo neoliberal en sus distintas expresiones.

Los trabajadores portuarios, que han realizado ya una huelga nacional de 48 horas como advertencia al gobierno y construido una organización sindical unitaria –la Unión Portuaria de Chile-, levantan como demanda la devolución de un impuesto a la renta de los trabajadores eventuales que fue injustamente cobrado durante años, así como la generación de una red de protección social y una compensación en vistas del proceso de privatización de los puertos. En otras palabras, buscan golpear al modelo tanto en su capacidad de expropiación de los sueldos de capas estratégicas de la clase trabajadora nacional (por los puertos de exportación pasa gran parte de la producción forestal y mineral producida en el país) como a la injusta estructura tributaria del país y al estado de desprotección de los trabajadores.

Por su lado, los pobladores que se movilizan activamente por el derecho a una vivienda digna y en contra de las infladas deudas habitacionales y exigiendo avances concretos en la tan cacareada reconstrucción en las zonas afectadas por el terremoto de principios del 2010, han protagonizado diferentes movilizaciones durante el último tiempo. El 2011 fue en Dichato con cortes de ruta y barricadas, el 2012 fue con intentos de tomas de terrenos y movilizaciones en contra de la modificación de la ficha de protección social y las deudas.

Los trabajadores del comercio y retail han protagonizado bulladas huelgas y paralizaciones de actividades en el marco de sus procesos de negociación colectiva, con ejemplos que destacan por sobre la media, como el caso del Sindicato Nacional de Jumbo o Konecta. De igual forma, los peonetas de Coca Cola coronan años de pelea en contra de la subcontratación, con una demanda en la Corte Suprema que puede sentar un importante precedente para el resto del llamado “nuevo sindicalismo”.

Las movilizaciones regionales, que han alcanzado sus máximas expresiones en Aysén, Freirina y Linares, dan cuenta de cómo en el país las comunidades se han hartado de un modelo de desarrollo centralizado y que sólo busca maximizar las ganancias de un conjunto limitadísimo de familias.

En este escenario urge contraponer a las tesis electorales y parlamentaristas una apuesta coherente y concreta que tenga su eje central en la construcción de Poder Popular. Esto es, en la capacidad de nuestro pueblo organizado, de tomar en sus propias manos su destino, confiando únicamente en sus organizaciones y sin necesidad de intermediarios ajenos a sus intereses.

Por lo mismo resulta indispensable comprender la necesidad imperiosa que cobra el fortalecimiento de nuestras organizaciones, tanto en sus niveles de discusión política como en nuestra capacidad de lograr triunfos concretos que nos permitan avanzar en nuestra agenda. El fortalecimiento de las Universidades estatales, el freno a las reformas del gobierno, el aseguramiento de la organización de nuestros compañeros en CFT, IP y Ues privadas, la participación de las comunidades en la toma de decisiones, la imposición del derecho de sindicalización, la lucha por condiciones laborales y remuneraciones dignas, son un primer paso en el camino para la disputa de un modelo económico, político y social que responda efectivamente a nuestras necesidades.

Los últimos acontecimientos en el parlamento –votación del informe al lucro, la discusión del sueldo mínimo, la tramitación de proyectos de ley en contraposición a las demandas del movimiento estudiantil- entre otros casos demuestran que esa institución existe en función de los intereses de los ricos y poderosos. Más aún, la actitud displicente de los parlamentarios de los diferentes partidos de la Concertación durante este año demuestra la nula confianza que se puede tener en quienes durante 2 décadas administraron el Estado para asentar el mismo modelo neoliberal que hoy enfrentamos.

Para nosotros el dique del pacto social pinochetista ya se resquebrajó. Nuestra opción para terminar su destrucción, e iniciar el nuevo proceso político de transformación social, es la movilización, el fortalecimiento de nuestras organizaciones y la unidad en las luchas de la clase trabajadora, siendo todas estas herramientas preferentes para cualquier avance de los sectores populares. Las luchas desarrolladas en los últimos años, desde la huelga del cobre el 2006, con buses de Codelco incendiados, la de los subcontratistas forestales –en la que murió Rodrigo Cisternas-, las huelgas del comercio, de los portuarios y las protestas estudiantiles, así lo demuestran.

Felipe Ramírez
Secretario general de la FECH
Militante del Frente de Estudiantes Libertarios (FEL)

Related Link: http://www.perspectivadiagonal.org
This page can be viewed in
English Italiano Deutsch

http://www.anarkismo.net/article/23764

Anarkismo.net is a international anarchist-communist news service