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Entrevista a José Antonio Gutiérrez de la Agencia Informativa Kurda Rojhelat

category grecia / turquía / chipre | imperialismo / guerra | entrevista author Tuesday January 31, 2012 20:57author by Rojhelat Report this post to the editors

Rojhelat: Hemos entrevistado a José Antonio Gutiérrez D., conocido activista político y escritor latinoamericano, y le hemos hecho una serie de preguntas. Considera que el Confederalismo Democrático por el que aboga Ocalan tiene una gran relevancia para la coexistancia pacífica de los pueblos. También lamenta que la izquierda internacional no preste suficiente atención a pensadores como Abdullah Ocalan. [English]
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Rojhelat: Estimado José Antonio, ¿puedes presentarte a nuestros lectores?

J. Antonio: Soy un activista que vive en Dublín, República de Irlanda, aunque provengo de América Latina. Desde muy joven he militado en la izquierda libertaria y aquí estoy muy comprometido con la lucha de los movimientos sociales y populares de Colombia, denunciando el terrorismo de Estado y la complicidad de los EEUU y la UE con él. Tenemos un centro de solidaridad con América Latina en Dublín. Participo en varias publicaciones internacionales, escribo para el periódico chileno “El Ciudadano” donde tengo una columna de opinión y también estoy muy comprometido con el proyecto libertario internacional www.anarkismo.net

Rojhelat: ¿Cuándo supiste de la existencia de la cuestión kurda?

J. Antonio: Escuché sobre la cuestión kurda hace mucho tiempo. Me acuerdo de que cuando en 1999 Ocalan fue secuestrado en Kenia por los Estados Unidos e Israel y enviado a Turquía, era un estudiante de la Universidad de Chile, la principal universidad del país, con un rol muy importante en las protestas estudiantiles del año pasado, y salimos en manifestación espontánea en solidaridad con Ocalan. No sabíamos mucho en aquel entonces sobre él o sobre la causa kurda, pero pensamos que era un peligroso precedente de piratería internacional, una acción manifiestamente ilegal que culminó en un juicio amañado que ignoró completamente la realidad del conflicto armado y la seriedad de las demandas kurdas. Por desgracia, lo que vimos durante el secuestro de Ocalan se convirtió luego en la norma durante la llamada Guerra contra el Terror, cuando ciudadanos de diversos países han sido secuestrados en las llamadas entregas extraordinarias llevadas a cabo por los Estados Unidos, y mantenidos ilegalmente en centros de detención y tortura, en agujeros negros. De nuevo, la represión contra el pueblo kurdo supuso una especie de campo de pruebas, de laboratorio.

La primera vez que me encontré de frente con la cuestión kurda fue en Turquía, durante el Foro Alternativo sobre el Agua que se celebró en Estambul hace un par de años. Recuerdo que estábamos esbozando las conclusiones finales del encuentro y en ellas se hablaba acerca de la situación en el Norte del Kurdistán, con una serie de embalses que afectaban a las comunidades. La resolución manifestaba nuestra solidaridad, como foro, con la gente del Kurdistán. Eso bastó para que un par de nacionalistas turcos se levantaran y denunciaran que el foro no era otra cosa que una tapadera para el “terrorismo” y exigieron que la palabra “kurdo” se eliminara y que la referencia al Kurdistán se cambiara a lo que decían que era su nombre adecuado: ¡Sureste de Turquía! Los hechos fueron muy esclarecedores, uno podía darse cuenta de que algo muy serio ocurría respecto a la identidad kurda, que uno no podía ni mencionar la palabra “kurdo”. Se trató en ese caso únicamente de la expresión superficial de un odio profundo, basado en un nacionalismo autoritario. No había ninguna duda de que había una “cuestión kurda” bien seria. Gran cantidad de participantes, incluido yo, protestamos frente a ello y afirmamos que nosotros éramos kurdos también… por supuesto que no lo éramos, pero queríamos poner el acento en la posibilidad de los seres humanos de mostrar empatía con situaciones de opresión y sufrimiento y construir una identidad común de todos los oprimidos.

Tras el acto me acerqué a una valiente mujer kurda que se mantuvo firme y la pregunté sobre el problema kurdo, a lo que ella me respondió, me acuerdo perfectamente, que no había nada parecido a un problema kurdo. Como viste, me dijo, son los turcos los que tienen un problema, no nosotros. Para ser sincero, tras presenciar aquello, no puedo aceptar que nadie me diga que todo está bien en Turquía, que sólo se trata de un grupo de “terroristas” kurdos provocando problemas. Nadie puede negar la violencia potencial que contenía aquella intervención por parte del nacionalismo turco.

Fue entonces cuando decidí prestar una mayor atención a la cuestión kurda y conocer más sobre ella. Los paralelismos con la situación colombiana, que conozco bien, son muy obvios. Mi interés ha crecido desde entonces porque considero que hay una experiencia viva del pueblo kurdo en marcha hacia la construcción de su propio futuro de la cual el conjunto de los progresistas y de la izquierda mundial puede extraer importantes enseñanzas. Me refiero a que si uno echa un vistazo a lo que está pasando a nivel internacional con el movimiento de los indignados, con el movimiento del 99%, con la primavera árabe, con el ascenso de los movimientos sociales como actores políticos en todo el mundo y en muchos más aspectos, uno se da cuenta de que muchas de las cosas que estamos presenciando ya han venido siendo implementadas por el movimiento kurdo durante los últimos diez años o más. Ahí lo tenemos, movilizaciones de masas, demandas de democracia de base, formas participativas de gobierno local… todo ello lo ha llevado a cabo, de manera bastante satisfactoria, si uno tiene en cuenta las condiciones de la conflagración, el movimiento de liberación kurdo.

Considero que la izquierda internacional no ha prestado suficiente atención a pensadores como Abdullah Ocalan o Cemil Bayik, con su énfasis en la horizontalidad, la democracia directa y participativa, un nuevo diálogo entre los pueblos occidentales y orientales y su perspectiva refrescante sobre cuestiones como la democracia, el Estado, el capitalismo, el socialismo… todo ello debe estar en la agenda de debate de los pueblos de todo el mundo, ya que son contribuciones muy valiosas. Está claro, uno puede decir que hay paralelismos entre lo que dicen y lo que dijeron pensadores socialistas anteriores, como Marx, y también pensadores socialistas libertarios como Kropotkin o Bookchin. Todo eso es cierto, pero aquí hay un movimiento que ha llegado a esas conclusiones a través de su experiencia viva y de la autocrítica, de la reflexión sobre su propia práctica. Este hecho da mayor valor y fuerza a sus reflexiones y las convierte en una contribución de un valor incalculable para el desarrollo político de las ideas socialistas en el siglo XXI. También quiero nombrar a mi amigo y compañero Sinan Çiftyürek, de la organización socialista kurda MESOP, que ha sido muy importante para mi propio desarrollo político y comprensión de la cuestión kurda.

Rojhelat: El gobierno turco se dice democrático, pero ¿cómo puede compatibilizarse la democracia con la masacre de Sirnak?

J. Antonio: Algo como la masacre de Sirnak es simplemente imposible de justificar, no importa qué perspectiva se tenga sobre la democracia. Muestra un desprecio absoluto y completo hacia la vida humana, particularmente de la población kurda, un porcentaje considerable de gente que vive bajo el Estado turco. En todo caso, se puede decir que refleja un concepto siniestro sobre la democracia, algo así como “todo kurdo tiene derecho a ser bombardeado y asesinado”.

Claro, le darán algo de dinero a las familias y anunciarán investigaciones sobre los hechos de esta horrible carnicería. Dicha investigación no conducirá a ninguna parte o como mucho se dirigirá contra una o dos personas dentro del ejército, obviando que hay una política de Estado tras lo que pasó en Sirnak. Dirán que es lo que hacen los gobiernos democráticos, pero me pregunto si eso aliviará en algo la pena de quienes perdieron a sus familiares y seres queridos. Y la guerra continuará adelante como de costumbre, perpetuando las condiciones para que haya más Sirnaks en el futuro.

Ahora, el Estado turco insistirá en que meras formalidades como las elecciones son la genuina definición de democracia. Pero, obviamente, las formalidades no bastan, y menos cuando encarcelas a kurdos que han sido elegidos democráticamente, persigues a las personas y las atacas con un absoluto desprecio hacia las leyes internacionales y los derechos humanos.

Hay todo un desafío que el movimiento de liberación kurdo lanza en torno al mismo concepto de democracia centrado en las instituciones del Estado. En este punto, las contribuciones de Ocalan en sus Escritos desde la Prisión (N. del T. aún no traducidos al castellano) son bastante estimulantes. Cuando argumenta que la democracia significa fortalecimiento de las comunidades, abriendo espacios participativos, construyendo liderazgos colectivos, creando redes que distribuyan el poder entre las comunidades y el movimiento social, está presentando un desafío al punto de vista tradicional, formal y capitalista de que la democracia son sólo elecciones. Y esta forma de democracia directa y de base creada por el pueblo kurdo en su proceso de lucha, que ha costado sudor y sangre, está bajo un ataque constante por parte de las autoridades turcas, que le temen a una verdadera democracia. Temen que el ejemplo kurdo pueda ser contagioso para la población turca.

Rojhelat: Cuando militares turcos mueren en batalla contra el PKK, las potencias internacionales ponen en el grito en el cielo, pero ante la masacre de Sirnak permanecen en un silencio sepulcral. ¿A qué puede deberse este contraste?

J. Antonio: Esto no debería ser una sorpresa para nadie. Es la típica dobla vara de medir de las potencias internacionales. También pasa todo el tiempo en Colombia: se regodean ante los crímenes más espantosos cometidos por el Estado y lloran lágrimas de cocodrilo y se indignan cuando los rebeldes les devuelven los golpes. Esto se debe a que las potencias internacionales no miran con un punto de vista objetivo los procesos políticos en Kurdistán, en Colombia o en ninguna parte. Tienen sus propios intereses, que son económicos y geoestratégicos. Y consideran cualquier fuerza verdaderamente democrática y revolucionaria como un problema para ellos. Realmente le temen al poder popular, de modo que siempre apoyarán a quien mejor pueda servir sus intereses. En el caso turco es el establecimiento turco, que aunque se presente a sí mismo como nacionalista e islamista, juega un rol al servicio de los intereses estratégicos del imperialismo en la región, a pesar de que presenten contradicciones secundarias donde sus intereses parezcan chocar. Pero siempre llegan a un arreglo y vuelven a hacer negocios como de costumbre.

Rojhelat: Al movimiento de resistencia kurdo liderado por el PKK los EEUU y la UE lo denominan como “terrorista”. ¿Piensas que esa denominación deja vía libre a Turquía para eliminar a los kurdos? ¿Cuáles crees que son las consecuencias de esa denominación?

J. Antonio: Bueno, acabas de mencionar la principal consecuencia: deja vía libre para eliminar a los kurdos y en particular a su movimiento de liberación. Esta intromisión en los asuntos locales de terceros países también tiene otro objetivo y es cerrar espacios para una solución política al conflicto. Es algo de lo más extraordinario que a pesar de las repetidas y numerosas ofertas por parte del movimiento de liberación kurdo de negociaciones, con demandas claras, concretas y realistas, el Estado turco haya optado conscientemente por continuar con la guerra y el baño de sangre, que obviamente lleva a que continúe la resistencia por parte de los kurdos. Al Estado turco le anima a continuar por este camino las señales que recibe por parte de los EEUU y la UE. De manera que todo ese discurso sobre el “terrorismo” y todas las tonterías que se dicen en torno a ello están avivando el conflicto y, como este discurso se ha convertido en hegemónico en el debate político hemos visto arder a medio mundo.

Lo más chocante de todo esto es que no hay absolutamente ninguna base objetiva para etiquetar a una organización de terrorista. Obviamente, no creo que ni los EEUU ni Europa, con sus actuales acciones ilegales en países como Irak o Afganistán, por no hablar de las entregas extraordinarias, su participación en golpes de Estado como en Haití u Honduras o su intromisión en el conflicto libio en perjuicio del pueblo, tengan ninguna autoridad moral para llamar a nadie terrorista. Pero yendo más allá de ello, lo que digo es que no hay ninguna definición objetiva sobre terrorismo: ¿qué convierte a alguien en terrorista? ¿querer derrocar un gobierno reconocido por la ONU? Entonces ¿por qué el PKK, que ha declarado que no está interesado en derrocar al gobierno turco, es considerado terrorista, y a los elementos islamistas más insanos dentro de los rebeldes libios, que fueron alabados por derrocar a Gaddafi, se les considera “combatientes por la libertad”? ¿Es un “terrorista” quien ha atacado a las potencias occidentales en su propio territorio? Entonces ¿por qué se le permite a los talibanes abrir oficinas en Qatar para negociar con los EEUU, mientras que el PKK, que nunca ha atacado a EEUU o la UE, es proscrito y criminalizado? ¿Matar civiles es lo que le convierte a uno en “terrorista”? Entonces ¿por qué ningún servicio de inteligencia de ninguna potencia occidental o de sus aliados en el tercer mundo está en la lista de terroristas? La CIA o los servicios de inteligencia turcos, como se probó en el caso del Ergenekon, han estado involucrados en el asesinato sistemático y el abuso contra civiles.

Por lo tanto, vemos que no hay ninguna base real, objetiva, para la calificación de “terrorista”, se trate de rebeldes kurdos, colombianos o tamiles. ¿Cómo acaban de conseguir los talibanes salir de la lista? ¿qué cambió? ¿por qué se sacó de la lista a los maoístas en Nepal? ¿qué cuestiones objetivas determinan esas decisiones? ¿por qué los yihadistas libios son recibidos ahora en las principales ciudades occidentales como héroes tras una década de colaboración con Gaddafi en su supresión? ¿por qué el PKK, el ELN o las FARC-EP permanecen en la lista? ¿por qué no se considera como terroristas a los Estados colombiano y turco, que llevan a cabo sistemáticamente y de forma masiva violaciones contra los derechos humanos de sus propios ciudadanos? Todo tiene que ver con sus intereses inmediatos, con su realpolitik, con lo que les conviene en un momento dado, no con ningún tipo de principio. Esta lista es un monumento a la hipocresía occidental y a la arrogancia imperial. No sirve a ningún propósito de paz y de diálogo político, sólo exacerba los problemas ya existentes. Considero que todos los progresistas deben oponerse abiertamente a que exista una lista así. Debemos rechazar las pretensiones de la llamada “comunidad internacional” de inmiscuirse en los asuntos internos de los países para promover sus propios intereses a expensas de la población local, debemos criticar su cínica manipulación de los hechos para hacerlos cuadrar con sus objetivos.

No debemos permitir que a la resistencia y al legítimo derecho de los seres humanos a la rebelión se les catalogue como actividad criminal.

Rojhelat: Tras la masacre de Sirnak, la población local está llamando al PKK a vengarse. El PKK también ha amenazado con responder al Estado. ¿Qué opciones tiene ante este panorama el PKK, ante un pueblo kurdo que está pidiendo venganza?

J. Antonio: Creo que no tengo ninguna autoridad para opinar sobre ello. O sea, que por un lado, entiendo que la venganza es contraria a los principios defendidos por el movimiento de liberación y entra en franca oposición con el socialismo y la democracia como objetivos. El propio PKK ha afirmado que sus acciones constituyen una autodefensa legítima. Pero claro, para mí es muy fácil decirlo desde la comodidad de mi hogar… ¿cómo puede uno negar el sufrimiento de la gente que ha padecido la masacre? ¿cómo ignorar el hecho de que los afectados por ella saben que nunca habrá justicia y verdad respecto a lo sucedido? ¿cómo puede uno traer de vuelta a un ser querido de entre los muertos?

Por supuesto que, si el movimiento de liberación kurdo se venga, la llamada comunidad internacional, con su hipocresía tradicional, gritará con fuerza que eso es “terrorismo”, sacarán los hechos de contexto y con su memoria a corto plazo ignorarán los males infringidos al pueblo kurdo.
No quiero decirle al movimiento de liberación kurdo lo que debe o no hacer. Las opciones las conoce la gente sobre el terreno y yo sólo espero que decidan lo que decidan, tengan en mente el gran objetivo de equidad, fraternidad y liberación que está en la raíz del movimiento. Las decisiones se toman en el corto plazo pero tienen también impactos a largo plazo y lo que se decida tiene que tenerlo en cuenta. La tarea más dura en una lucha asimétrica como ésta es mantener intacta tu propia humanidad frente a la inhumanidad del enemigo. Pero la gente tiene derecho a la resistencia frente al asesinato y la opresión, eso tampoco podemos perderlo de vista nunca.

Rojhelat: Tras el terremoto de Van y la masacre de Sirnak mucha gente piensa que los kurdos y los turcos no pueden vivir juntos más tiempo. ¿Por qué los kurdos no pueden acogerse al derecho de autodeterminación recogido en las leyes internacionales?

J. Antonio: De nuevo tenemos que referirnos al rol de la comunidad internacional en todo esto. Los derechos recogidos en las leyes internacionales no los ponen en práctica organizaciones objetivas, sino organizaciones que de un modo u otro reflejan la correlación de fuerzas actual en el mundo, y reflejan los intereses de las grandes potencias. De modo que ellos deciden de acuerdo a sus intereses quién merece el derecho de autodeterminación y quién no: ¿por qué Sudan del Sur o Kosovo tienen derecho a la autodeterminación pero no los tamiles o los kurdos, por no hablar de los palestinos? El imperialismo no tiene ningún interés objetivo en resolver ninguna cuestión nacional. Sólo podemos confiar en la lucha del propio pueblo.

Sobre los kurdos y los turcos viviendo juntos, de nuevo no quiero pontificar sobre el asunto. Tras las horribles expresiones de chovinismo por parte de los nacionalistas turcos que se alegraron por el terremoto y permanecieron indiferentes, en el mejor de los casos, ante la masacre de Sirnak, es difícil mirar a la cara a un kurdo y decirle “mira, los turcos son tus hermanos y hermanas”, aunque lo sean. Somos parte de una misma humanidad, tenemos que aprender a vivir juntos, pero los Estados-nación se interponen en el camino con su ideología militarista envenenando las mentes de gente que de otro modo sería agradable y decente.

Todo lo que quiero decir es que el movimiento de liberación nacional kurdo ha delineado una propuesta política, el Confederalismo Democrático, que tiene una gran importancia para sentar las bases de una coexistencia pacífica entre los pueblos. Es un hecho que el pueblo kurdo necesita del pueblo turco para ganar su propia lucha. Es necesario que se profundice en el trabajo de tender más puentes con la clase trabajadora y con el pueblo pobre turcos para dar lugar a un Medio Oriente rejuvenecido, más democrático, más equitativo, a una confederación democrática regida por sus propias comunidades y pueblos. Considero que el movimiento de liberación kurdo no puede dejar que un momento de pasión eche abajo el duro trabajo de años para crear una propuesta de paz y de democracia directa. No debe ayudar a quemar los puentes que existen con sectores del pueblo turco que el Estado turco está deseando que se quemen.

El periodo actual es de revoluciones y de movilizaciones populares. La respuesta política al nacionalismo turco debe ser el fortalecimiento de los lazos con quienes demandan más democracia, más libertad, más equidad en Turquía y más allá, dotando de contenido revolucionario a sus relaciones y mostrando que la Primavera Árabe debe soplar en Turquía también. Y el Kurdistán debe ser solamente el punto de arranque de los grandes acontecimientos que están por venir y pueden cambiar para siempre el rostro del Medio Oriente. Ustedes cuentan con un gran poder y deben considerar el mejor modo de emplearlo para que avance la causa de la libertad y del entendimiento entre los seres humanos.

Traducción: Manu García

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