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Mayo-Junio de 1968: Una ocasión carente de autonomía obrera - Parte 3

category francia / bélgica / luxemburgo | historia | non-anarchist press author Saturday December 31, 2011 02:53author by Centro de Estudios Libertarios - Rojo y Negro - Mouvement Communiste Report this post to the editors

Mayo-Junio de 1968: Una ocasión carente de autonomía obrera

Detallada historia y análisis hecho por la organización Movimiento Comunista (Mouvement Communiste http://mouvement-communiste.com/) del movimiento francés de Mayo-Junio de 1968 escrito y traducido por CEL – Rojo y Negro.

Centrándose fundamentalmente en “el trabajador de Mayo-Junio de 1968”, los autores establecen una aproximación crítica a algunos de los “mitos” que rodean los eventos, entregando una visión general del movimiento huelguista y testimonios de primera mano de algunos de quienes participaron en él. Publicado en 2006 como ‘Mayo-Junio de 1968: Una ocasión carente de autonomía obrera’.
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Conclusión

La apuesta del estalinismo

Uno de los más asombrosos hechos sobre Mayo-Junio del ’68 es la actitud asumida por el PCF y la CGT luego de la primera semana de huelga: la de ahogar un movimiento incipiente en medio de una huelga que ellos mismos habían iniciado y controlado. Sin embargo, muchos hechos históricos, particularmente la vuelta al trabajo en Junio, han probado como correcta la estrategia del PCF y la CGT, es decir, que hubo pocos o nulos desbordes; era real el riesgo (y es siempre real) de que un movimiento por una huelga general liberara energías que sobrepasaran a sus iniciadores.

¿Cuáles fueron los hechos que les permitieron tomar la decisión de llamar a una huelga general el 17 de Mayo? El movimiento huelguista que comenzó el 14 de Mayo en Claas y Sud Aviation rápidamente se expandió a Renault Cléon, y luego se esparció como el fuego, pero se mantuvo confinado a una minoría cuantitativa (200,000 huelguistas el 17 de Mayo), aunque también cualitativa. Ciertamente no tenemos cifras precisas, pero los huelguistas no fueron mayoría en los lugares en los que estalló la huelga, particularmente en términos de participación activa de parte de los mismos huelguistas. Incluso a pesar de que en varios casos (siendo el ejemplo más claro Cléon) fueron los determinados trabajadores jóvenes lo que comenzaron la acción, se les unieron a menudo trabajadores más viejos, frecuentemente militantes de la CGT. Así, lo que teníamos era una huelga minoritaria, pero una que se beneficiaba de la benevolente pasividad del resto de los trabajadores en los lugares afectados. Sin embargo, el movimiento ya estaba creciendo y estaba lleno de potencial (ver más abajo ejemplos relacionados a la acción en CATE Censier). Los contactos eran establecidos con gente de afuera y los lugares de trabajo por completo estaban listos para irse a huelga, tal y como ocurrió entre el 18 y el 21 de Mayo. La huelga general lanzada en la SNFC, la RATP y en los sectores clave en los el aparato del PCF-CGT era hegemónico, hizo pasar estos contactos a segundo plano (excepto en donde había proximidad geográfica). Por tanto, la decisión de la CGT fue tomada en un momento oportuno, actuando preventivamente en contra del movimiento. Por supuesto, ningún trabajador fue simplemente puesto en huelga por las tropas del PCF-CGT (en Seine Saint-Denis, por ejemplo, el 18 de Mayo por la mañana), sino que, en aquellos lugares que desde el principio no tuvieron mucho una huelga “activa”, se realizó una ocupación débil controlada por la CGT.

Pero volvamos al 17 de Mayo. La CGT, debido a su presencia nacional y cientos de miles de militantes, tenía muchos más sensores que cualquiera para evaluar la situación después del 13 de Mayo. Al principio, había una debilidad temporal del ejecutivo, pues sus dos cabezas se ausentaron por turnos (Pompidou estuvo de visita en Afganistán desde el 3 al 10 de Mayo y luego De Gaulle estuvo en Rumania desde el 14 al 20 de Mayo) y los reemplazos no fueron competentes: no vieron venir la crisis estudiantil y no tuvieron éxito al pacificar la situación que culminó el 10 de Mayo, la noche de las barricadas. La inteligente retirada de Pompidou el 11 de Mayo (reapertura de la Sorbona, liberación de los prisioneros), que jugó con la falta de reagrupación del movimiento estudiantil (que de hecho pasó), fue interpretada por el pueblo, y particularmente por la clase obrera, como una derrota al poder de una autoridad que parecía casi invencible, omnipotente. Los estudiantes habían mostrado que era posible y que daba sus frutos, incluso usando la violencia en contra de la policía. Era esta una policía que en Paris mantuvo el control de la situación y que evitó serios errores. Para muchos trabajadores, incluyendo algunos militantes de la CGT, era el momento de tomar cierta ventaja. Si las manifestaciones del 13 de Mayo habían sido un éxito, de alguna forma éstas cubrieron la desnivelada participación en la huelga. Pero permitían a cientos de trabajadores, aunque superficialmente, estar en contacto con los estudiantes y oír algo distinto de las viejas y cursis tonadas de las “buenas-para-nada” manifestaciones de los sindicatos. Desde el principio de la agitación estudiantil, el PCF, cuya presencia en la universidades a través de la UEC se erosionaba desde 1965, no apoyó la movilización (esta es una lectura algo estrecha. Ver el artículo de G. Marchais en el l’Humanité del 3 de Mayo) e intentó retenerla lo más posible. Fue una pérdida de energías y el PCF resultó más desacreditado aún. Pero el sector universitario no tuvo tanta importancia. Si un movimiento de sus características hubiera estallado y se hubiese desarrollado en el mundo obrero, entonces sería completamente otro el problema. La existencia misma del PCF, y en cierta medida de la CGT, habría resultado amenazada. Un infortunio para los estalinistas, esto era lo que parecía estar sucediendo. La huelga había comenzado sin órdenes de los sindicatos y se estaba expandiendo. En tanto al principio (ver el ejemplo de Alsthom) los estalinistas hicieron oídos sordos al tiempo que se oponían a los vagos deseos de autonomía, luego del 17 de Mayo, dieron un giro en 180 grados. El beneficio era doble:

La huelga se convertía en su propiedad. Los militantes de la CGT que querían tomar ventaja de la situación estaban seguros y, respecto al gobierno y el Estado, la dupla PCF-CGT se justificaba como los conservadores del orden y maestros del destino de la “multitud obrera”.
En la primera fase la operación tuvo éxito en apartar el peligro “izquierdista” del mundo obrero. Era ahora necesario, a través de mantener y controlar la presión, obtener privilegios del Estado y los patrones para posibilitar la vuelta al trabajo.

Los hechos corroboran esta mirada, a pesar de que el rechazo a los acuerdos de Grenelle en la mayoría de los lugares de trabajo parezca invalidarla. Parece, pues si lo vemos detenidamente, el movimiento comenzó su descenso desde el 3 Junio y esta tendencia se volvió irreversible luego de la vuelta al trabajo en la SNCF y particularmente en la RATP después del 6 de Junio, y si bien el punto de no retorno fue solo alcanzado el 14 de Junio, aparte de los espectaculares eventos de Renault-Flins y Peugout-Sochaux y las numerosas vueltas (al trabajo) impulsadas con fórceps por la CGT, los únicos que quedaban eran los intransigentes. ¿Cuáles fueron las razones del éxito de la vuelta al trabajo?

En primer lugar, en los sectores clave que controlaba (SNCF, EDF-GDF, las minas), sin contar unos pocos ejemplos marginales, la CGT tuvo éxito en detener lo que ella misma había empezado. Luego, la huelga no era deseada por la inmensa mayoría de huelguistas que no participaron en ella: para ellos, no existía razón para volverse acérrimos huelguistas el día de la vuelta al trabajo. El único contra-ejemplo fue Peugeout Sochaux, en donde los trabajadores que habían votado por la vuelta se fueron a huelga nuevamente para enfrentarse a las CRS. Pero aunque esta fue una victoria de la organización militar pagada con la muerte de dos trabajadores, no condujo a ningún deseo de autonomía política por parte de los trabajadores.

Después de más de dos semanas en huelga, el cansancio podía ser sentido fuera de los lugares de trabajo: miedo a lo desconocido, a la pérdida de los pagos. Todo esto tiró a los moderados, a los dudosos, hacia el lado de la vuelta a la normalidad. Finalmente, en los peculiares lugares en los que los trabajadores estaban organizados y determinados, las artimañas, las presiones suaves o fuertes y la desmoralización fueron los triunfos del PCF-CGT, que como solista interpretó maravillosamente al contar con la falta de experiencias de autonomía obrera…

Autonomía obrera

Puede parecer fácil poner el estetoscopio en un movimiento después del mismo y declarar que no hay ejemplos, o muy pocos, de autonomía obrera. Pero este es desafortunadamente el único método de despejar ilusiones (que tarde o temprano serán pagadas) acerca de las prácticas y la calidad de un movimiento. Lamentemos al repasar que aquellos que más tenían que hacer hace 40 años –y en este punto estamos pensando en los compañeros involucrados en CATE Censier –no lo hicieron, y si bien no estuvieron envueltos en las ilusiones triunfalistas, no echaron tampoco el fuego del criticismo en relación a los límites del movimiento. En tanto la debilidad cuantitativa[lvii] del movimiento muestra cierto signo de autonomía en relación a los sindicatos –esto es, todos los sindicatos, pues por un momento en Mayo-Junio del 68 la CFDT estuvo desfasada de la CGT para así mejor recuperar la energía de sus bases y desarrollar su posición al calor del sindicalismo de Estado –podemos agregar la debilidad cualitativa, debida principalmente a la inexperiencia de militantes y obreros, acrecentada por la naturaleza misma de Mayo-Junio del 68: una inmensa huelga pasiva.

Más adelante examinaremos la experiencia de CATE Censier, que fue la aproximación más cercana a la autonomía obrera, es decir, el hecho de que grupos de obreros se organizasen a sí mismos en contra de los partidos y sindicatos a través de la organización de base o comités de acción (la distinción es poco importante) y que fueran capaces de actuar en la huelga, relacionando sus condiciones particulares a las condiciones generales del capitalismo, y pensando su práctica en términos políticos. Si dichos casos fueron extraños en Mayo-Junio del 68, por otro lado dos fantasmas habían emergido de la misma época: la autogestión (que en 1973 condujo a la huelga en Lip, Besancon) y el mito de los “comités de huelga centralizados”.

Autogestión, mito y realidad.

Comenzamos a hablar mucho acerca de autogestión en 1968. Correspondiera al programa del PSU, a ciertos anarquistas o, bajo el nombre de “control obrero”, a los trotskistas, este concepto, que literalmente significa explotación de los explotados por ellos mismos, en el mayor de los casos significó que los trabajadores mismos aseguraran la producción esencial[lviii], mantuvieran los medios de producción en un estado de inutilidad[lix], o aseguraran el suministro de petróleo[lx]. En Clermont, en Oise, el personal del hospital siquiátrico se impuso a sí mismo una semana laboral de 40 horas repartidas en 5 días. Acciones más elaboradas tuvieron lugar en el observatorio de Meudon y en el partido de Puy-de-Dôme, en el que un “Consejo de autogestión” fue creado. Los investigadores y técnicos pensaron allí cómo implementar métodos de gestión y trabajo en equipo. Los de Saclay apuntaron en la misma dirección. De hecho, en estos casos, el alto nivel de calificación del personal y el hábito de trabajar en grupo ayudó en estos esfuerzos. El más avanzado intento de “autogestión”, o al menos que fue presentado como tal, tuvo lugar en CSF, Brest, en donde la CFDT era el sindicato más importante.

Autogestión – CSF – Brest[lxi]

Desde 1962, miles de hombres y mujeres habían trabajo en la fábrica (electrónica) CSF de Brest. La CFDT tenía una gran mayoría allí: organizaba al 83% de los trabajadores, en oposición al 17% de FO.

El 20 de Mayo del 68, los edificios fueron tomados. Inmediatamente, los militantes de la CFDT organizaron grupos que se encargaron de reparaciones urgentes, coordinación, suministro, finanzas, etc. Se establecieron vínculos con los campesinos de la región, que ayudaron con el suministro. Garantizaron crédito para los huelguistas (el conflicto terminó apenas el 24 de Junio). En los talleres mostramos películas y proyecciones, y organizamos debates con gente de afuera: fueron invitados militantes de la UNEF a venir y dar sus opiniones, y participar de los debates. Algunos profesores arrancaron con una conferencia sobre educación sexual. Miembros de la gerencia podían incluso venir y conversar. Además de las clásicas demandas, la CFDT llamó a la creación de Comisiones Obreras. Puso en pie a una de estas comisiones, formada por miembros de la gerencia y 12 empleados que escribían reportes de: información del personal, participación en la gestión de la empresa, condiciones de trabajo, etc. Ciertos huelguistas pensaron en cierto momento en poner a funcionar la fábrica. El proyecto falló, pues los circuitos de finanza estaban bloqueados y, lo que es más, el ejército, que era el principal cliente, nunca lo aceptaría. No había, de este modo, autogestión en Brest; como mucho había un poco de co-gestión. Por sobre todo, esta autogestión realmente solo le concernía a los ingenieros (en oposición a la gerencia) o a los técnicos (como oposición a la gerencia y a los ingenieros): la mayoría de los trabajadores solo quería escapar del trabajo y no considerarse a sí mismos trabajadores productivos. Para concluir este breve testimonio (pues no podemos hoy imaginar cuán desproporcionada era la importancia que se le dio a esta autogestión de Brest), se actuó principalmente para mantener y preservar los instrumentos de trabajo, anticipando a menudo la vuelta a la normalidad. ¿Y qué si eran los trabajadores los que sabían hacer las cosas mejor que el jefe… y sin él?

Comités de huelga centralizados

El más conocido y mitificado ejemplo es el de Nantes. A partir de las manifestaciones del 24 de Mayo, el prefecto se había atrincherado en la prefectura, en donde la mayoría de los trabajadores estaban en huelga. La policía no aparecía más en público; la municipalidad estaba en crisis, pues parte de sus miembros se habían resignado. El “Comité de Huelga Centralizado” [CCG] (en la práctica, la organización inter-sindical de la CGT-FO-CFDT)[lxii] se instaló a sí mismo en el ayuntamiento y aseguró servicios como funeraria y registro civil. De hecho, el CCG manejaba las emergencias que ya no tenían que ver con los servicios del Estado. El 27 de Mayo, el CCG celebró su reciente formación al organizar una marcha de 50,000 personas. El 31 de Mayo, llamaron nuevamente a una manifestación y respondieron nuevamente 30,000 personas. Pero, a partir del 3 de junio, decidió devolver a la municipalidad las funciones políticas que había ejercido, abandonando el ayuntamiento e instalando la mayor parte de sus servicios en la oficina de los sindicatos de agricultores. Como signo de la época, el prefecto inmediatamente se hizo del control de la distribución de gasolina.

Los comités de acción

En el marco de este texto no podemos reconstruir la historia completa de los Comités de Acción que aparecieron luego del 10 de Mayo. El testimonio personal acerca del de Montreuil da ciertas directrices acerca de sus fortalezas y debilidades. Por otro lado, resulta más valioso detenerse en el más interesante[lxiii], el Comité de Acción Obrero Estudiantil (CATE), también llamado CA Censier, por la facultad en la que se reunió desde el 12 de Mayo al 16 de Junio de 1968. Desde su formación por un puñado de compañeros, el futuro del CATE se aisló del resto de los grupúsculos de izquierda y decidió intervenir en los lugares de trabajo con el objetivo de desarrollar enlaces (y acciones) entre los mismos trabajadores y los estudiantes o militantes de afuera. Algunos de los principales activistas no estaban organizados en otros grupos, pero había también militantes de “La vieille Taupe”[lxiv] y poco después de GLAT[lxv]. Los primeros días fueron dedicados a la distribución de panfletos y al establecimiento de contacto con trabajadores, con la esperanza de crear luego Comités de Acción en las fábricas mientras la huelga estuviera aún en sus etapas tempranas. De este modo, estuvieron FNAC Châtelet (contacto el 17 de Mayo, creación del CA el 21 de Mayo), luego BHV (con la creación de un boletín común, La Base), la imprenta de L’illustration en Bobigny, Frimatic en Puteaux, Dassault en Suresnes, Decauville en Corbeil, Thomson Houston en Bagneux, el 17 de Mayo. Imprimerie Lang (décimo noveno arrondissement [distrito]) y por sobre todo la NMPP [compañía de distribución de prensa] (Paris-Réaumur y Bobigny), Rhône-Poulenc en Vitry serían, junto con Citroën Balard y el depósito Lebrun de la RATP (décimo tercero arrondissement), los lugares de mayor influencia del CATE.

Las primeras acciones del CATE fueron así acompañadas por las primeras huelgas o vagos deseos de huelga previos al 18 de Mayo, fecha en la que la CGT decidió lanzar la huelga general para ahogar el movimiento. Hay valiosos testimonios personales que enseñan la existencia de una débil minoría de trabajadores (en promedio un 10% por lugar de trabajo, de acuerdo a Baynac) listos para salir sin contar con los sindicatos. En Citroën (en el décimo quinto arroindissement), gracias a contactos personales, el CATE estaba presente, y desde el 18 de Mayo participó del comienzo de la huelga del lunes 20 de Mayo. Sin olvidar a los inmigrantes, que formaban el 60% de la fuerza de trabajo, distribuyeron un panfleto en cuatro idiomas (español, portugués, árabe y serbo-croata) llamando a la huelga y a su organización. Con la huelga sin establecerse aún, la CGT les permitió actuar (presionaban por la ocupación de la fábrica) y levantar más tarde sus demandas. Pero a partir del 21 de Mayo, con la huelga establecida, la CGT se tomó las puertas y físicamente previno su entrada a la fábrica[lxvi]. Pero los contactos continuaban fuera. El CATE desarrolló muchísimas acciones de contacto entre trabajadores de diferentes lugares de Citroën (Levallois, Saint Ouen, Nanterre), haciendo trabajado alrededor de las hostales de inmigrantes en los suburbios[lxvii].

Cuando el 22 de Junio la CGT y la patronal negociaron la vuelta al trabajo, el CATE tuvo éxito en detener ésta por dos días. Consciente de las limitaciones de la huelga general después del 18 de Mayo, el CATE hizo circular muchísimos panfletos llamando a “la transformación de la huelga pasiva en una huelga activa”, pero, además de Rhône-Poulenc en Vitry, en donde la participación en la huelga alcanzaba el 50%[lxviii], en donde el CATE tenía cierta influencia (beneficiada, es cierto, de la política más de base de la CFDT y la hostilidad a la CGT) y en donde tuvo a posibilidad de reunirse en la fábrica el 24 de Mayo con una asamblea de 300 trabajadores y, el 28 de Mayo, de oponerse al intento de la federación de la CGT de volver al trabajo[lxix]. Los resultados fueron engañosos y no hubo eco de esta “transformación”, pero era la naturaleza del movimiento lo que estaba en cuestión. Antes del 18 de Mayo, cuando la huelga comenzaba sin ninguna orden de las confederaciones sindicales, la huelga estaba confinada a una minoría casi en todos lados (en diferentes proporciones) y los trabajadores más decididos no estuvieron tentados a hacer nada más que votar por la huelga e irse a casa o participar en manifestaciones. Después del 18 de Mayo, cuando la CGT había tenido éxito al imponer la huelga, la mayoría de los trabajadores no eran reacios a ella, pero preferían quedarse en casa. Sumado a su trabajo en la región de Paris, desde el 20 de Mayo el CATE se preocupó del problema de los contactos en provincias. A partir del 21 de Mayo, equipos fueron enviados a Troyes (a la industria textil), Dijon, Metz y Montpellier. Esta fue ocasión también de establecer contactos con granjeros para asegurar el suministro de los CAs y del CATE.

En otros lugares, el CATE creó un comité inter-empresa que se reunió en Nord Aviation, Châtillon, el 28 de Mayo para coordinar los esfuerzos de los CAs de los lugares de trabajo y distribuir un panfleto titulado “Defendamos nuestra huelga”. Se reunió todos los días desde ese entonces y reunió militantes de una docena de fábricas de la región de Paris[lxx]. El objetivo a principios de Junio era hacer la oposición a la vuelta al trabajo impulsada por la CGT.

La vuelta al trabajo en la RATP, que estaba ya en camino el 6 de Junio, se volvió un tema crítico para el CATE. El lunes 10 de Junio, 400 empleados de la RATP (de 36,000) se reunieron en Censier, llamados por el CA de la RATP, para organizar la continuación de la huelga. Era una cuestión de contrarrestar la ofensiva de la CGT que se apoyaba en presionar a los huelguistas y el monopolio de la información, y, si era necesario, mentir o usar los puños. A pesar de esto, el 10 de Junio, 11 de 22 depósitos de buses, 9 de 14 líneas del metro y uno de 7 talleres continuaron la huelga y sus representantes se reunieron en Censier. Independiente del entusiasmo de esta asamblea general, la energía se perdió rápidamente por la falta de perspectivas y, aparte del depósito Lebrun que continuaba con su desesperada postura, la vuelta del trabajo se logró alrededor del 12 de Junio. El fin de la huelga en la RATP llevó al fin de la CATE, que abandonó Censier el 16 de Junio[lxxi].

Baynac, en su libro, no entrega información detallada de los participantes del CATE, pero podemos asumir que eran alrededor de 500, obreros militantes de una docena de fábrica (al menos 5 por fábrica) y contactos en cerca de otras 30 fábricas, con cierta influencia en algunos lugares de trabajo (Rhône-Poulenc, el depósito de la RATP de Lebrun) y con intenciones a favor de la auto-organización.

La cuestión de la violencia

Otro aspecto que necesita ser indagado es el de la violencia.

Estos son los principales servicios represivos que trabajaron el año 1968: la policía de la prefectura de policía (PP), las Compagnie Républicaine de Sécurité (CRS), los Gendarmes móviles. Los primeros dos primeros estaban armados con porras y “bidules” (garrotes del tamaño de picotas), escudos, bombas lacrimógenas… Los Gendarmes móviles usaban las culatas de sus rifles, y en algunas ocasiones los detectives de civil se encargan de espionaje, provocaciones o ayudaban con arrestos tan pronto como un crimen era cometido, todo coordinado y comandado por uno de sus comisarios. Todas las fuerzas represivas tenían el hábito de limpiar las calles de manifestantes de todo tipo: obreros, estudiantes y, sin mucha dificultad, demócratas que protestaban en contra de guerras (Indochina, Argelia, Vietnam…).

El 3 de Mayo a las 3.35 a.m., el comisario de la policía del quinto arrondissement [distrito] recibió un mensaje de la Prefectura de Policía que conduciría a los primeros enfrentamientos en el Barrio Latino: “El rector de la academia de Paris, presidente del concejo universitario, aquí firmante, pide que las fuerzas policiales restablezcan el orden al interior de la Sorbona por medio de la expulsión de los elementos disruptivos”. El que pedía era M. Roche. Ese 3 de Mayo las fuerzas de represión quisieron limpiar la Sorbona de varios cientos de militantes izquierdistas y sindicales a quienes se les permitió abandonar sin ofrecer resistencia. Pero alrededor de la Sorbona se encontraron con un inusual nivel de resistencia: seis horas lanzando piedras a la policía, algunos pocos enfrentamientos directos, bombas de gasolina arrojadas en todas las zonas del Barrio Latino y St. Germain. Este fue el comienzo de varias semanas de lucha.

El primer día tuvo ya las características de lo que vendría después. La gente joven se sentía poco o nada representada por los autoproclamados líderes y organizaciones existentes, bien fueran sindicatos (UNEF, CAL, SNESup) u organizaciones políticas. Los grupos de izquierda (trotskistas, anarquistas, maoístas…) tuvieron muy poca influencia en las siete semanas de lucha que perturbaron a los meses de Mayo y Junio. La juventud rebelde fue utilizando lo que los militantes les proponían, no creaban sus propias líneas políticas ni organizaciones: publicaciones (Action, por ejemplo), estructuras (como los comités de acción), etc. Pero se involucraban tanto en estos medios que impedían la aparición de cualquier discusión real acerca de líneas políticas y discusiones o debates que podrían haber tratado, entre otras cosas, los problemas de la represión y la auto-defensa del movimiento. La mayoría buscaba cohesión a expensas de claridad. Cada comité, cada grupo de jóvenes proletarios, y a menudo cada miembro de un comité, hacía lo que quería.

Cada pequeño grupo de gente joven iba a las casi diarias manifestaciones por su propia iniciativa, y la confianza mutua y el ambiente político del momento entre los manifestantes no era milagroso en menor medida. Desde los primeros enfrentamientos en adelante, los más determinados o lo más experimentados se ponían en primera línea, en tanto los de más atrás sacaban los adoquines, elaboraban proyectiles (algunos venían con municiones: cocteles molotov) y lanzaban los adoquines hacia las cargas de la policía; los autos se convertían en barricadas. Los heridos eran muchos y a menudo seriamente: en momentos de pánico, cuando los manifestantes crecían en medio del caos y los policías golpeaban a los brazos, espaldas y cabezas para botar a los manifestantes al piso; o cuando ellos se encontraban aislados, pero cuando esta oportunidad aparecía a menudo organizábamos el retroceso de los cerdos y entonces eran ellos los que tenían que recoger a sus heridos.

Presentamos dos artículos a continuación del primer periódico militante creado por los estudiantes sindicalistas (y probablemente otros jóvenes más), que intentaron conectar a todos aquellos que se sentían representados por el incipiente movimiento. En gran medida, el movimiento comenzó en contra de la represión y por ello obtuvo apoyo popular, a pesar de la destrucción de autos y los diversos daños.

Citamos:

Perros Guardianes

El movimiento en contra de la represión ha forzado a todos los guardianes del orden a distanciarse de él. Estudiantes, son portada de las noticias. Vean cómo hablan de ustedes.

El pasado viernes varios cientos de Gendarmes móviles enfrentaron a un puñado de estudiantes que hacían su ya tradicional jaleo en el área que rodea la Sorbona. “Estos alborotadores han olvidado un poco lo muy privilegiados que son todos. Los manifestantes de la Bastilla debieran recordar cómo apenas el otro día fueron tratados como hijos de papá”. “No sé si serán muchos los hijos de papá que están entre ellos, pero no me sorprendería que así fuera”, dijo el Paris Jour. Una facultad de la que se habló mucho: Nanterre la Folie. ¿Saben cómo viven los estudiantes allí? En medio de poblaciones marginales, en donde se pudrían los sub-proletarios, la burguesía ha instalado todas las comodidades a las que sus hijos tenían derecho. “Cuando están cansados, los residentes de Nanterre pueden descansar en sus más bien modestas (en su opinión) habitaciones. Ya saben, ese tipo de habitaciones que cuestan 3500 viejos francos por noche en un hotel: grandes ventanales, tablones de anuncios de corcho para pegar lo que se quiera, baño separado por mamparas, agua caliente, agua fría, una toma de corriente para máquinas de afeitar eléctricas. En el rellano: una cabina de ducha. Un teléfono y una pequeña cocina con una heladera y un horno, y definitivamente un ascensor. Como son intelectuales, mujeres son empleadas para limpiar cada habitación todos los días… Lujo de cinco estrellas”. Paris Jour.

Pero de acuerdo a los dichos de Doyen Grappin, este experimento mantiene un error: “El matrimonio entre un dormitorio universitario y una facultad ha resultado ser desafortunado a la luz de la experiencia. El campus se ha convertido, no diré en un caldero de bruja, sino en un espacio entregado a sí mismo, en el que toda clase de rumores circulan”. L’aurore.

Los “hijos de papa” han malentendido el problema e insultan la memoria de sus mayores, que han hecho tantos sacrificios para que puedan vivir en el paraíso. “Fui estudiante y me parece que todos los estudiantes de hoy tienen una vida fácil. Nosotros no la teníamos, salvo algunos pocos privilegiados en las residencias universitarias. Muy a menudo vivíamos en habitaciones sin una estufa. No teníamos esos restaurantes colectivos en los que hoy puedes comprar una comida decente por 1.5 F. Sus complejos habitacionales habrían sido un paraíso para nosotros. Así que sigan con sus trabajos y cálmense”. Camille Leduc – Paris Jour.

Pero en algunas ocasiones, hacer jaleo puede degenerar en un drama. A los alborotadores no les importa. No son ellos los que pagan las ventanas rotas. La gente está profundamente desorientada, pero los buenos Franceses están pendientes, enérgicamente denuncian a los provocadores que acatan órdenes del exterior. “Ciertos grupúsculos”, “anarquistas, trotskistas, maoístas”, “en general compuestos por hijos de la gran burguesía y liderados por el anarquista Cohn Bendit, usan el pretexto de las deficiencias del gobierno para darse el gusto con actos que apuntan a impedir el normal funcionamiento de la facultad”, “destrozando oficinas, interrumpiendo cursos, proponiendo boicots a exámenes, etc.”. l’Humanité.

Gracias, pero váyase, Monsieur Roche

Viernes 3 de Mayo, la Universidad responde a la acción de los estudiantes en Nanterre con una porra. Desde las 10 de la mañana, en la Sorbona, los estudiantes de Nanterre respondieron al cierre de su facultad. El grupo fascista Occidente -célebre por sus agresiones, sus ataques incendiaros y sus acciones comando -tomó el cierre de Nanterre como la señal que anunciaba que se “limpiaría” el Barrio Latino para exterminar a “las alimañas bolcheviques”. Para proteger la Sorbona, grupos de auto-defensa fueron puestos en las puertas. Pero la respuesta a las autoritarias medidas de las autoridades es más importante que la batalla contra los grupos fascistas. Es más, las autoridades esperaban dicha batalla porque les permitiría presentar las acciones estudiantiles como “una lucha entre facciones extremistas”.

JARDÍN DE LA SORBONA – 10-12 a.m.

Sobre la iniciativa de la UNEF, la JCR, el MAU y la FER, los estudiantes parisinos adhirieron a un mitin de solidaridad con los estudiantes de Nanterre a la que se unieron aquellos del “Movimiento 22 de Marzo”. El día previo habían oído que 7 estudiantes del movimiento 22 de Marzo, amenazados de expulsión por su actividad política, habían sido llamados a presentarse ante el concejo disciplinario de la Universidad de Paris. Dando un golpe a los supuestos líderes, las autoridades querían intimidar a los estudiantes. La mañana transcurrió pacíficamente.

LA TARDE

El mitin tuvo lugar y mil estudiantes estuvieron allí para denunciar la represión de la universidad y la policía. A las 3 p.m., el grupo Occidente cayó desde el Boulevard St-Michel: eran solo 100 manifestantes, flanqueados por tres filas de paramilitares y otros nostálgicos de Indochina y Argelia, que habían venido de provincias y de Bélgica. Llevaban cascos y porras, y coreaban “Asesinos del Vietcong”, con los emblemas del movimiento fascista en sus brazos. Se devolvieron por rue des écoles en dirección a rue de la Sorbonne. Fue solo en este momento en que la policía intervino: no hubo arrestos, sino que contuvieron la “procesión” y la encauzaron hacia Place Maubert. Un resto de fascistas entrecruzaron el Barrio Latino hasta la noche intentando provocar a los estudiantes.

La policía rodeó entonces la Sorbona, moviéndose hacia las salidas: eran las 15.30. Dentro, los estudiantes exigieron la apertura de un anfiteatro y se rehusaron a abandonar las instalaciones como demandaba la administración. El rector Roche pidió a la policía cerrar la entrada de la facultad: no se permitía volver a ni un solo estudiante. La Union des Etudiants Communistes, que estaba en la Sorbona distribuyendo un volante denunciando las provocaciones de los grupúsculos de extrema izquierda cuando el comando Occidente apareció, fueron abucheados.

15.30- 16.00, todo está calmo. Sin embargo, en la radio el tono comenzaba a crecer: ya estaban hablando de escenas de disturbio. Incluso anunciaron que el servicio de orden de los estudiantes estaba quitando trozos de mármol en el patio de la Sorbona (estaban sencillamente moviendo sillas y mesas para proteger las puertas, en el momento en que el comando Occidente se aproximaba a la Sorbona). 16.00: segunda reunión entre estudiantes y la administración. Segunda conclusión: la policía ya no solo impedía el acceso a la Sorbona; no estaban permitiendo salir a nadie. No pudiendo reunirse en un anfiteatro, los estudiantes organizaron una concentración: discutieron las formas de acción y las perspectivas del movimiento estudiantil. ¿Cómo conectar la acción asumida con las luchas de los trabajadores? ¿Cómo luchar contra la represión? Sentados en los escalones, discutieron los últimos eventos en Nanterre y la Sorbona.

16.45: Los estudiantes discuten, pero para el rector Roche es una discusión que debe ser ya el comienzo de una revuelta. Llama a la policía. La concentración es interrumpida por la fuerza de los eventos. La provocación deliberada del rector tiene éxito: la policía irrumpe en la escena con armas en mano en tanto salían de las trincheras. Eran 300. Poco más tarde, son seguidos por brigadas de intervención en trajes (instructores de judo y karate; fuerzas especiales antidisturbios) y los Guardias móviles con rifles en mano. Algunos estudiantes intentaron la huida. Enfrentados a tal muestra de fuerza, los estudiantes se negaron a la provocación. Para limitar los enfrentamientos, una delegación pregunta acerca de las intenciones de los “representantes del orden”: si no hay resistencia, prometen permitir a la gente abandonar el lugar. El servicio de orden de los estudiantes forma un cordón entre sus compañeros y las fuerzas de la policía para evitar choques. A pesar de las promesas, los primeros estudiantes son “embolsados” al salir y llevados aparte en furgones de la policía. Una nueva provocación. El objetivo: hallar un pretexto para romper el movimiento. Un momento de duda: fuera, liberan a las mujeres inmediatamente. Se forman grupos de manifestantes. ¿”Alborotadores”, “fanáticos”, “extremistas”? No eran ni siquiera los estudiantes politizados, algunos de ellos se hallaban simplemente en la biblioteca. Respondieron espontáneamente a la presencia policial en la Universidad y se unieron a aquellos que se iban a protestar contra el arresto de sus compañeros. “Detengan la represión”, “CRS = SS”, las consignas se hallaban normalmente de forma espontánea. Durante toda la noche hay una reacción en cadena. Las manifestaciones nacen espontáneamente, una causa la otra. Expresan la solidaridad de los estudiantes en contra de la arbitrariedad de la policía. Echan profundas raíces en el mundo estudiantil.

Todo comienza en la Place de la Sorbonne cuando los primeros autos se retiran. La policía intenta despejar la plaza, bombas de humo, los no muchos manifestantes salen en tropel hacia el Boulevard St-Michel. Inmediatamente, sin ninguna orden dada, todos los servicios de orden, todos los líderes políticos y sindicales son encerrados en la Sorbona hasta las 8 p.m., y luego llevados poco a poco hacia la estación policial en donde son puestos en los archivos. Otros jóvenes, otros estudiantes se reúnen en torno a los primeros grupos pequeños. Muchos han acudido después de los anuncios por la radio, conscientes de la importancia de la situación. Algunos van a los jardines Luxemburgo, el más caliente de los puntos calientes de la noche (la manifestación se mantuvo hasta las 23.00), y luego a Port Royal. Otros fueron al cruce St-Germain. Dispersos, volvieron a formar la manifestación en el cruce St-Jacques, donde cortaron el tránsito.

El fuerte de la policía es la inmovilidad; el fuerte de los manifestantes es la movilidad. No hubo enfrentamiento directo entre la policía y los manifestantes. Estos últimos intentaban aguantar para responder con misiles. Quitaron pedazos de asfalto y las rejillas de los árboles; tomaban las bombas de la policía del piso y las arrojaban de vuelta. Levantaban barricadas, se retiraban al encarar las cargas y las cortinas de gas lacrimógeno, se dispersaban y volvían a formarse luego. Puede que hayan sido cargados un par de veces, pero no más que eso. Sus consignas: “Liberen a nuestros compañeros. Detengan la represión. ¡Dictadura Gaullista!”.

Regresado en furgón, un furioso policía había recibido un proyectil en el omóplato, “roto por un manifestante” a las 21-22.00. Las brigadas de intervención registraban el Barrio Latino. Todo civil era sospechoso. La policía aporreaba a todo aquel que luciera como estudiante. Más de un transeúnte, nada que ver con la manifestación, terminó pasando tres horas en la estación de policía.

Cuarenta estudiantes escaparon de un furgón. ¿Cómo? Había solo cuatro policías en el furgón, en una calle solitaria. Quebraron las ventanas y escaparon. Mientras, las “escenas de revuelta” eran la comidilla de la ciudad. La característica predominante del 3 de Mayo era la espontaneidad de la resistencia a la represión policial. Esto prueba que no habían sido capaces de “aplastar” el movimiento con un golpe de sus porras. Revela la profundidad de la crisis estudiantil. Muestra que la agitación no es tema de un “puñado de fanáticos”, sino que había hecho eco profundo en la masa de estudiantes. El día 3 de Mayo había sido el primer momento de radicalización de la lucha. El movimiento había comenzado a esparcirse en las provincias y a encontrar apoyo internacional.

Como para los manifestantes del viernes, el movimiento tuvo éxito en el reagrupamiento a través de las dispersiones, incrementando cada vez más el número de militantes activos. Los estudiantes habían llegado a una etapa más alta de acción.

Artículos tomados del periódico “Action N° 1” de los comités de acción impulsados por la UNEF, el Movimiento 22 de Marzo (Nanterre) y los comités de acción de escuelas secundarias (CAL).

He aquí una evaluación hecha a las 22.00 del viernes 3 de Mayo: “Durante la noche, el SNESup tuvo una reunión en rue Monsieur-le-Prince, que por varias semanas ha sido el cuartel general de la revuelta. El Secretario General del SNESup, Alain Geismar (29 años de edad, catedrático en el laboratorio de física en rue d’Ulm) propuso la consigna de huelga general en la educación superior sin haber tenido el tiempo de consultar a la oficina nacional. Después de cinco horas de enfrentamiento, el área estaba calmada nuevamente. El balance general: 83 policías heridos y 574 arrestos, de los cuales 179 eran menores, 45 mujeres y 58 extranjeros. Los Renseignements généraux [servicio de inteligencia de la policía] han guardado cuidadosamente hasta el día de hoy 574 archivos de aquellos arrestados el 3 de Mayo. Luego de la retirada, leerlos sería interesante, pues allí se pueden encontrar, aún casi anónimas, a algunas personas que hicieron su marca, incluyendo futuros ministros de la izquierda… o de la derecha. Ciertamente, los líderes estaban a bordo: Alain Krivine, líder troskista de la Jeunesse communiste révolutionnaire; Jacques Sauvageot, número uno en la UNEF, el formidable Daniel Cohn-Bendit y Henri Weber (de la JCR, hoy senador del PS); pero también se puede encontrar a Brice Lalonde (archivado como presidente de la Fédération des groupes d’etudes de lettres) y José Rossi, futuro ministro por la UDF de Édouard Balladur, presentado como un “miembro del buró ejecutivo de la Association nationale des jeunes du Centre démocrate”, y el hijo del escritor Gaullista de izquierda David Rousset, quien se había reunido con de Gaulle una semana antes, diciéndole: “Tenemos que condenar al capitalismo, la sociedad capitalista. Tenemos que expresamente condenarla. Tenemos que condenar el totalitario comunismo. Debemos encontrar una nueva vía, la participación”. Algunos futuros periodistas o escritores hicieron su aporte: Guy Hocquenghem, Bernard Guetta (poco después director editorial de Nouvel Observateur, “ya medido por la policía en 1964 durante los enfrentamientos con los partidarios de Tixier-ignancour”) o Hervé Chabalier (jefe de la Agencia CAPA). Mayo del 68 había comenzado.”

Lunes 6 de Mayo

“Reuniéndose en Boulevard St Germain, los manifestantes se dirigieron a Place Maubert. A las 15.00 sucedieron los primeros choques violentos en el cruce St Germain. A las 16.00, y durante dos horas, 1500 manifestantes impidieron las operaciones policiales”. Por una o dos horas impedimos a los policías avanzar a través de todo el ancho de Boulevard St. Germain. Detuvimos a los policías en su avance y los hicimos retroceder, pero venían de vuelta con dos carros lanza agua que dispersaron a los manifestantes (¡un manifestante trepó sobre uno e hizo que uno de los chorros dejara de funcionar!). Los pedazos de asfalto volaban también y como en todas las noches de protesta que vinieron, una vez el frente de la marcha era quebrado por los policías, podrían ser horas de enfrentamiento con pequeños grupos de entre 10 y 100 manifestantes que podían desaparecer en la noche.

La décima cámara correccional juzgó a 13 jóvenes arrestados: cuatro fueron condenados a dos meses en prisión por violencia en contra de oficiales de la policía; los ocho restantes obtuvieron condenas condicionales.

Action N°2

La noche del 10-11 de Mayo (llamada noche de las barricadas).

La manifestación se realizó desde Denfer-Rochereau y fue llamada por la UNEF y el SNESup. Pasó en frente de la prisión La Santé custodiada por la policía, y mostró su simpatía entre los prisioneros y los manifestantes. La marcha tenía que ir a Palais de Justice y la estación de radio (ORTF). Los puentes del Sena estaban bloqueados por fuertes escuadrones policiales y la manifestación se estableció en el Boulevard St. Michel desde el Sena hasta Luxemburgo. Las discusiones fluyeron fácilmente entre pequeños grupos en el boulevard, en cafés y, en las calles aledañas, en tanto otros comenzaban a sacar pedazos de asfalto, un vehículo de obras públicas se dispuso hacia la estación Luxemburgo. Construían más y más barricadas, aparentemente sin orden ni organización. Los cocteles molotov llegaron, y los enfrentamientos duraron hasta las 2 a.m. cuando tuvieron lugar las discusiones entre dirigentes universitarios y Geismard (SNESup), Cohn-Bendit (Movimiento 22 de Marzo, Nanterre), Sauvageot (UNEF). Un llamado a la calma ni siquiera movió a los fanáticos, que seguían siendo muy numerosos (algunos miles) tras las barricadas. La orden de despejar el área fue dada a las 2 a.m. Con mucho ruido (bombas de contacto, bombas de gas lacrimógeno contra cocteles molotov, autos en llamas), los asaltos de la policía continuaron hasta las 5.30. Los últimos manifestantes los presionaron hacia atrás con cocteles Molotov, con la policía sobre sus talones, huyeron a la universidad de profesores en rue d’Ulm y, con una escalera, a la casa de los monjes que quedaba al lado. El Estado y sus policías seguían mandando en esa área. M. Maurice Grimaud, prefecto de la policía, proveyó el balance general de los desórdenes la mañana del sábado: 367 heridos según el inventario de los hospitales, de los cuales 251 eran de las fuerzas de orden y 102 eran estudiantes. De los 367, 54 fueron hospitalizados, de quienes 4 estudiantes y 18 policías estaban en condiciones muy serias. 460 personas fueron detenidas por la policía, 61 eran extranjeros (63 fueron llevados a las cortes), 26 estudiantes (3 estudiantes secundarios); el resto eran 34 individuos que no eran estudiantes.

El daño material fue importante: 60 autos incendiados, 128 otros gravemente dañados. Es levemente señalado por los testimonios oficiales que más o menos la mitad de esos detenidos no eran ni estudiantes universitarios ni secundarios; los jóvenes trabajadores eran muy atraídos por estas luchas radicales de métodos violentos.

Ese juego de manifestaciones-represión llevó a una de las más grandes manifestaciones del siglo, pero no permitió la creación de un movimiento político de los trabajadores, autónomo de los sindicatos obreros y del PCF. Este último se preparó para tomar al movimiento en sus manos con la complicidad de los izquierdistas que de un modo u otro soñaban con revivir a los sindicatos y al PCF más que ayudar a la clase obrera a organizarse a sí misma.


¿Qué queda de Mayo del 68?

A nivel de las condiciones de los trabajadores, hubo un incremento de al menos un 10% en salarios, lo cual fue reapropiado por la inflación en dos o tres años, y un muy significativo aumento del SMIG (salario mínimo) del 35%. Pero debemos darnos cuenta de que el SMIG era muy poco practicado en la industria y que estaba muy por debajo de los salarios reales.

En contraste, fue muy importante en muchas empresas pequeñas, particularmente para los trabajadores de la agricultura. En lo inmediato, después del 68 fue de ese modo. No podemos decir que el reconocimiento y los derechos de los sindicatos en los lugares de trabajo (ley del 28 de Diciembre del 68) y las facilidades dadas a los sindicatos fueran victorias para la clase trabajadora. Durante la huelga de Mayo del 68, los trabajadores no se opusieron a esta demanda, pero fue una demanda de los aparatos sindicales, no de los obreros.

Esto se tradujo en una mejor integración de los sindicatos al Estado, con delegados sindicales nombrados por el aparato, más y más para el funcionamiento de sus aparatos… Y en tanto permitió a escala de pequeñas compañías (y no es algo insignificante) la formación de secciones sindicales que no existían antes, fue parte de la evolución general de los sindicatos hacia una integración más abarcadora en el Estado, lo que no significaba nada positivo para la clase trabajadora.

Por otro lado, en los años que siguieron al ’68 en todos lados hubo una importante reducción del tiempo de trabajo, no solo por la huelga, sino porque estaba sucediendo de todos modos. Renault trabajaba 48 horas antes del ’68; un lugar como Alsthom St-Ouen trabajaba 47,5 horas y ese era el régimen en casi todas las fábricas. Eso es sin contar el tiempo extra de los sábados, que significaba una semana laboral de 55-56 horas. Dentro de los siguientes cuatro o cinco años, el tiempo cayó a alrededor de 40 horas “trabajadas realmente”. Con los patrones nunca habiéndose tragado la idea de que legalmente el tiempo de comida usado por los trabajadores en turnos era contado como tiempo de trabajo, las horas reales más a menudo rodeaban las 42. No debemos olvidar que fue en los años que sucedieron al 68 que el trabajo por turnos se desarrollo más. La verdadera victoria de 1968 para nuestra clase estaba en cualquier otro lugar. Ese fue el nacimiento, por todos lados, en todas las fábricas, de una minoría de trabajadores que había roto en mayor o menos medida con los aparatos sindicales. En ese punto algo cambió y en los diez años que siguieron podemos hablar de las importantes huelgas de los 70s que escaparon, total o parcialmente, del aparato del PCF/CGT, y hubo algunas grandes huelgas en esos años.

De 1968 a… 1971

La paradoja de Mayo-Junio del 68 es que estalló como un movimiento que mostró menos signos de autonomía que aquellos de los años que siguieron: la ola de huelgas de la primavera de 1971 (cuyo más brillante ejemplo es la lucha de los trabajadores no calificados en Renault Le Mans), 1972 Girosteel, Penarroya, Le joint Français, Alsthom, Chausson, etc.. hasta 1974 con la huelga en PTT y la de los bancos. Escasos tres años después de Mayo-Junio de 1968 hubo una ola de huelgas en primavera que fue quizá una expresión de autonomía obrera que Mayo del 68 no había visto (o muy poco). A finales de Mayo del ’71, había decenas de fábricas en huelga a lo largo del país, con hostilidad declarada al aparato de la CGT/PCF por todos lados. No era cuestión esta vez de coincidir por la generalización. La prensa y la TV mantuvieron una censura completa acerca de las huelgas; la TV había sido purgada en 1968 y los periódicos que habían sido acusados de dar demasiado espacio al estallido de la huelga el ’68[lxxii] no dijeron nada al respecto. Por todos lados podías encontrar minorías de proletarios que se habían mostrado en 1968, minorías ciertamente, pero decisivas en 1971.

El periódico Lutte Ouvrière [Lucha Obrera] (que quedó del disuelto grupo Voz Obrera) escribió en una de sus editoriales de la primavera de 1971 que una vanguardia obrera estaba en proceso de aparición en las fábricas, lo que daba muchas esperanzas. Era cierto.

Lo que realmente se ganó de Mayo-Junio de 1968 para los obreros puede ser hallado aquí. Posteriormente, estas minorías de trabajadores, que habían sido capaces de constituir la estructura de comités revolucionarios obreros reales, fueron perdidas para toda organización o sindicalismo. Ciertamente esto era verdad en la CFDT, que parecía más de izquierda que la CGT en el ’68, e incluso la CGT, que después del ’68 había dado un giro y no excluyó más a aquellos que consideraba izquierdistas, sino, al contrario, les ofreció puestos en los que fueron devorados por la creencia de que podrían lograr cambiar la naturaleza contra-revolucionaria del sindicalismo al ser ellos los que ejercieran las responsabilidades. Fueron ellos los que se convirtieron en sindicalistas y no los sindicatos los que cambiaron su naturaleza. Un buen número se fue a la LCR o a LO y a los maoístas, y la mayor parte se fue a ningún lugar.

Traducido al español por Valentín Truijillo.

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Siglas utilizadas en el texto

CAL Comités d’action lycéens (Comités de acción de estudiantes secundarios)
CFDT Confédération française démocratique du travail (Confederación francesa democrática del trabajo)
CFTC Confédération française des travailleurs chrétiens (Confederación francesa de trabajadores cristianos )
CGC Confédération générale des cadres (Sindicato de ejecutivos y gerentes)
CGPME Confédération nationale des petites et moyennes entreprises (Confederación nacional de pequeñas y medianas empresas)
CGT Confédération générale du travail (Confederación general del trabajo – Federación sindical de la línea del Partido Comunista Francés)
CLER Comité de liaison des étudiants révolutionnaires (Comité de enlace de estudiantes revolucionarios – organización trotskista de estudiantes)
CNPF Conseil national du patronat français (Consejo nacional de la patronal francesa)
CNJA Centre national des jeunes agriculteurs (Centro nacional de jóvenes agricultores – Sindicato de agricultores que nace en 1957 de un sindicato cristiano; a menudo cercano al Partido Socialista Unificado)
CRS Compagnies républicaines de sécurité (Compañías Republicanas de Seguridad – Brigada antidisturbios nacional)
EDF-GDF Électricité de France, Gaz de France (Electricidad de Francia, Gas de Francia – Compañías nacionalizadas de electricidad y gas)
FEN Fédération de l’éducation nationale (Federación de la educación nacional – Sindicato de docentes)
FER Fédération des étudiants révolutionnaires (Federación de estudiantes revolucionarios – Organización estudiantil trotskista)
FGDS Fédération de la gauche démocrate et socialiste (Federación de la izquierda democrática y socialista – Agrupación política electoral de centro izquierda creada en 1965 para apoyar la candidatura presidencial de Mitterrand)
FNEF Fédération nationale des étudiants de France (Federación nacional de estudiantes de Francia – Federación estudiantil de derecha)
FNSEA Fédération nationale des syndicats d’exploitants agricoles (Federación nacional de sindicatos de la explotación agrícola – Sindicato de agricultores de derecha)
FO Force ouvrière (Fuerza Obrera – Federación sindical “moderada”) Fundada en 1948 como escisión de la CGT, fue organizada por representantes de los Estados Unidos y compuesta por una extraña mezcla de socialistas de derecha, sindicalistas “puros”, trotskistas y anarco-sindicalistas.
JCR Jeunesses communistes révolutionnaires (Juventudes comunistas revolucionarias – organización trotskista/guevarista) Fue creada en 1966 por personas que venían de las organizaciones estudiantiles y juveniles del PCF y trotskistas pertenecientes a la Cuarta Internacional (tendencia Mandelista). Fue disuelta por el gobierno en Junio del 68, transformándose luego en la Liga Comunista (LC).
JOC Jeunesse ouvrière chrétienne (Juventud obrera Cristiana)
LCR Ligue Communiste Révolutionnaire (Liga Comunista Revolucionaria – Partido trotskista que existe hasta la actualidad). Fundada en 1973 luego de la disolución de la LC (ver más arriba) después de la protesta masiva en Paris contra el grupo de extrema derecha Ordre Nouveau, en la que los manifestantes enfrentaron violenta y exitosamente a la policía. Está afiliada a la Cuarta Internacional (tendencia Mandelista) y en las elecciones siempre apoyan a la izquierda oficial.
LO Lutte Ouvrière (Lucha Obrera – Partido trotskista que existe hasta la actualidad). En 1940, un militante trotskista rumano que vivía en Francia se rehusó a incorporarse a la Cuarta Internacional francesa por ser “pequeño burguesa” en sus métodos organizativos. Este militante (Barta, alias David Korner) fue el fundador de la UC (Unión Comunista). Este pequeño grupo encabezó una lucha en Renault Billancourt en Abril y Mayo de 1947 en contra de la dominación estalinista del sindicato. El grupo creó luego un sindicato de base, que sin embargo se disolvió en 1950. Algunos de sus miembros fundaron VO (Voix Ouvrière – Voz Obrera) en 1956, que se convirtió en LO luego de Junio de 1968.
MAU Mouvement d’action universitaire (Movimiento de acción universitaria – grupo estudiantil militante)
MNEF Mutuelle nationale des étudiants de France (Mutual nacional de estudiantes de Francia – Organización estudiantil de ayuda mutua)
ORTF Office de radio et télévision française (Oficina de radio y televisión francesa – Monopolio estatal de radio y televisión)
PCF Parti communiste français (Partido Comunista Francés)
PDM Progrès et démocratie moderne (Progreso y democracia moderna – Partido de centro)
PSU Parti socialiste unifié (Partido Socialista Unificado) Fundado en Abril de 1960 por la fusión de dos grupos opositores, uno del PCF y otro de la SFIO (Sección Francesa de la Internacional Obrera). Una vez inserto en algunas fábricas, intentó en el ’68 de cumplir un rol de enlace entre el movimiento, las organizaciones de izquierda y la izquierda oficialista.
PTT Postes, Télégraphes, Téléphones (Correos, Telégrafos, Teléfonos - Monopolio estatal de correo y comunicaciones).
RATP Régie autonome des transports parisiens (Empresa Pública Autónoma de Transporte Parisino)
RTL Radio, Télévision Luxembourg (Radio y Televisión de Luxemburgo. Emisora privada)
SflO Section française de l’Internationale ouvrière (Sección francesa de la Internacional Obrera – Partido político socialista)
SNCF Société nationale des chemins de fer (Sociedad nacional de Ferrocarriles – Ferrocarriles nacionalizados desde 1937)
SNESup Syndicat national de l’enseignement supérieur (Sindicato Nacional de la Educación Superior – Sindicato de profesores universitarios de izquierda)
UEC Union des étudiants communistes (Unión de Estudiantes Comunistas – Organización estudiantil del Partido Comunista)
UNEF Union national des étudiants de France (Unión Nacional de Estudiantes de Francia – organización estudiantil de izquierda)

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Notas

[xli] Testimonio oral.

[xlii] La huelga minera estalló en 1963 en un periodo en el que el régimen Gaullista, en el poder desde Mayo de 1958 y después del fin de la guerra en Argelia en Marzo de 1962, parecía intocable, tanto así que no pasaba mucho en el terreno de las huelgas. Comenzó bajo la conducción de tres sindicatos, la CGT, la CFTC y FO, el primero de Marzo de 1963. Una de sus causas era la supresión de la indexación del salario al precio [del carbón] (implementada en 1954). Consecuentemente, el sueldo promedio de los mineros caía en relación a otras categorías. Desde el principio de la huelga, el gobierno de Pompidou a través del ministro del trabajo Bokanowski, anunció que la huelga duraría solo 48 horas y que luego de eso habría trabajo forzado. La orden apareció el 4 de Marzo de 1963. Los 200,000 mineros en huelga se resistieron a la orden. La huelga duró 35 días (hasta el 4 de Abril de 1963) y el gobierno fue incapaz de imponer su orden de trabajo forzado, accediendo al aumento de salario del 8% además del 4,5% mínimo, repartido a partir del primero de Abril de 1964, y con 4 semanas de vacaciones pagadas. Y fue esto lo que fue interpretado como una victoria. De hecho, una minoría de huelguistas quiso continuar y se sintió engañada por la orden de volver al trabajo dada por los sindicatos, encabezados por la CGT. En muchas minas del norte (Déchy, Hénin-Beaumont, etc.) los huelguistas rompieron sus carnets de la CGT.

[xliii] Léo Lagrange (1900-1940). Militante socialista, abogado, secretario de Juventud y Deportes del gobierno de Blum (1936). Fue el creador de los billetes de vacaciones pagados para los trenes, destinados a los obreros, agitador del movimiento de albergues para la juventud y de los grupos deportivos populares que se llamaron “Léo Lagrange” en homenaje al mismo.

[xliv] La Ecole Nationale de Beaux-Arts era una famosa escuela de artes en Paris que ya estaba en huelga el 8 de Mayo. Declarando su estudio convertido en un “atelier populaire” [taller popular], los pintores ocupantes produjeron numerosos afiches que fueron pegados por todo Paris y que han llenado libros acerca de Mayo del ’68 desde ese entonces.

[xlv] En la edición del 2 de Mayo de 1968

[xlvi] En la edición del 3 de Mayo de 1968

[xlvii] Un compañero me había dicho que el grito “Todos somos Judíos Alemanes” fue lanzado más tarde, durante la expulsión de Cohn Bendit. Sin embargo, estoy seguro de que la marcha de la que estoy hablando definitivamente fue antes de la huelga… ???

[xlviii] Es en el Humanité del 3 de Mayo que G. Marchais denunció al “alemán anarquista Cohn-Bendit” y espetó en contra de los “revolucionarios […] hijos de la alta burguesía […] que rápidamente apagarán su llama revolucionaria para correr al negocio de papi y explotar a los trabajadores”.

[xlix] Ambroise Croizat (1901-1951) Estalinista ministro por el “Trabajo y Seguridad Social” sin interrupción desde Noviembre de 1945 hasta Mayo de 1947.

[l] Maurice Thorez (1900-1964) Secretario General del PCF (1934-1964), Ministro de Estado y luego vicepresidente del Concejo de Estado desde Noviembre de 1945 a Mayo de 1947.

[li] Tres días de acción común de la CGT-CFDT-FO en contra de las regulaciones a la Seguridad Social del 21 de Agosto de 1967 (De Gaulle presidente de la república, Pompidou primer ministro) que habían conmocionado la arquitectura de la protección social. Antes unificada, la Seguridad Social había sido quebrada en ramas autónomas (enfermedad, tercera edad, subsidios familiares). La mayoría representante de los empleados en los concejos administrativos (dos filas de asientos) fue barrida a beneficio de los patrones (por representación conjunta) y la elección de administradores fue reemplazada por un nombramiento por decreto. La misma regulación incrementaba los gastos excedentes de la carga del seguro (contribución de los pacientes), arreglando esta importante parte por decreto (del gobierno) y ya no por ley (del parlamento). El rol de las compañías de aseguración mutua se encontraba limitado.

[lii] Se cumplían diez años del día en que de Gaulle estaba al mando, a partir del “Golpe de Algiers” del 13 de Mayo de 1958.

[liii] Durante la totalidad de la huelga se distribuyeron 560 tarjetas de huelguista. Es decir, 560 trabajadores (de un total de 1800) que vinieron por lo menos una vez. Es de saber que la tarjeta de huelguista daba acceso a beneficios en los ayuntamientos, el casino gratis, etc.

[liv] Término vulgar en francés para “desorden”, que quiere decir literalmente “mierda en la cama”. De Gaulle había descrito ya de ese modo al movimiento estudiantil.

[lv] De Gaulle, esfumado después del contratiempo de su conferencia televisada el 24 de Mayo, viajó a buscar el respaldo del General Massu, Comandante en Jefe de las fuerzas francesas en Alemania en Baden Baden, el 28 de Mayo, volviendo el 29.

[lvi] Fueron de hecho Malraux, Debré y pocos barones más del Gaullismo los que organizaron la manifestación del 30 de Mayo.

[lvii] Según Seidman, apenas un 10% de las empresas en huelga tuvieron contacto con “izquierdistas” o, más precisamente, con militantes que no fueran del PCF.

[lviii] En Fontenay-aux-roses, en donde el reactor de Tritio fue mantenido en funcionamiento para proveer radio-isótopos a los hospitales.

[lix] En Péchiney, Noguères, para evitar dañar los fundidores de aluminio.

[lx] En la refinería de petróleo de Gran-Couronne, cerca de Rouen, la gasolina era distribuida por el comité de huelga, que decidió sus propias prioridades.

[lxi] Tomado de Delale y Ragache, pp 94

[lxii] Un CCG auto convocado por las federaciones y no compuesto por militantes enviados de las fábricas ocupadas.

[lxiii] Revisar el libro de Jacques Baynac “May retrouvé”, Robert Laffont, 1978.

[lxiv] Literalmente “El viejo topo”, una librería comunista del Barrio Latino. Los activistas, formados en torno a la librería, habían sido expulsados de Pouvoir ouvrier (Poder obrero) en 1967. Pouvoir ouvrier había sido el ala “marxista” de Socialisme ou Barbarie, quebrado en 1962. El grupo “vieille Taupe” estudiaba a Marx e intentaba hacer un equilibro entre el Bordiguismo y el Consejismo.

[lxv] “Groupe de Liaison pour l’Action des Travailleurs” (Grupo de Enlace por la Acción de los Trabajadores), fundado en 1959. Era un grupo “obrerista”, cercano a Socialismo ou Barbarie y a Pouvoir Ouvrier. Se disolvió en 1976.

[lxvi] Ver el testimonio de F. Perlman, militante estadounidense presente en Paris en Mayo de 1968 que intervino en Citroën, en F. Perlman y R. Grégoire, “Worker-student action committees. France May ‘68”, Black & Red, Febrero de 1969, a partir de la página 23.

[lxvii] Además de Citroën, el CATE intentó organizar a inmigrantes italianos, portugueses y marroquíes y desarrolló trabajo en las poblaciones marginales de la región de Paris (Nanterre, Champigny). En otros lugares, fueron establecidos contactos con la Lega Studenti-Operai en Turin.

[lxviii] Según Baynac, pp223, los huelguistas estaban organizados en 39 comités de base (uno por edificio). Eligieron un comité de huelga central de 156 miembros revocables en cualquier momento. En tanto se participara, la CGT mantuvo un Comité Ejecutivo autorizado para hablar con la patronal.

[lxix] Baynac honestamente reconoce, pp 225, que el 30 de Mayo que sucedió a la contra-ofensiva Gaullista y la victoria del 28 de Mayo se mostraba a sí mismo como algo efímero.

[lxx] Nord Aviation Châtillon, CSF y CET Malakoff, Otis Levallois, RATP Paris XIII, PTT Paris, Rhône-Poulenc Vitry, Sud Aviation Suresnes, Hachette Paris, Schlumberger Clamart, Thomson Houston Bagneux, la oficina del BNP Paris, Inter Bâtiment Paris.

[lxxi] El Comité Inter-empresa continuó reuniéndose hasta el verano de 1969 y se disolvió al negar, entre otras cosas, su transformación en una organización política.

[lxxii] Por ejemplo, el 20 de Mayo de 1968, el France Soir publicó cuatro ediciones sucesivas siguiendo de cerca la evolución de la generalización de la huelga con los siguientes titulares: “Huelga en la industria metalúrgica”, “La huelga se propaga”, “Dos millones en huelga” y “Francia en huelga”.

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