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[Haití] Martelly: tutelaje neocolonial

category américa central / caribe | imperialismo / guerra | non-anarchist press author Tuesday August 02, 2011 06:37author by Henry Boisrolin - Comité Democrático Haitiano en Argentina Report this post to the editors

POSICIÓN DEL COMITÉ DEMOCRÁTICO HAITIANO EN ARGENTINA

Dos meses después de su asunción como presidente de Haití, Michel Joseph Martelly no ha formado todavía su gobierno, ya que hasta ahora no ha podido hacer aceptar por las dos Cámaras un Primer Ministro entre los candidatos que él ha designado tal como lo exige la Constitución. Es menester recordar que Martelly no posee la mayoría en el Parlamento, lo que representa para él un obstáculo mayor. Por esta razón, Haití, entonces, desde el 14 de mayo último pasado sólo tiene un “gobierno” integrado por los mismos ministros -renunciantes- del anterior gobierno del ex Presidente René Garcia Préval. Entre tanto, Martelly sigue deambulando sin rumbo en el palacio presidencial –semidestruido por el terremoto- y repitiendo sus fantasiosas promesas electorales. En un país agobiado por dificultades de toda naturaleza, es obvio que dicha situación representa otro factor que agrava aún más la crisis.

Sin embargo, lo más importante para retener en todo ese asunto, es que una vez más queda claro de que se trata de un país que no está dirigido por los haitianos sino por la llamada comunidad internacional. Esos ministros u ocasionales Presidentes son sólo figuras para dar un poco de color a una farsa cuyo verdadero nombre es: TUTELAJE. Sí, sin duda alguna, la realidad de Haití desde hace ya bastante tiempo es la imposición de un TUTELAJE bajo la dirección de la Naciones Unidas a través de la presencia desde junio de 2004 de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH) y, sobre todo, por el accionar de los Embajadores en Puerto Príncipe de los EE.UU., Francia y Canadá. De hecho, hay un representante del Secretario General de la ONU como Jefe civil de la MINUSTAH que es el pro cónsul que hace ejecutar las órdenes impartidas por los gobiernos de estos países y la ONU. Y los supuestos gobernantes haitianos están allí para justificar cualquier estupidez y para humillarse. Es así que hay que interpretar, por ejemplo, las declaraciones de Martelly durante su reciente visita a España cuando declaró sin pudor alguno: «Se puede crear (en Puerto Príncipe) un gran barrio que se llame España. Y después vendrán los franceses y querrán construir otro que se llame Francia y, después, Estados Unidos. Y España será la dueña de la energía». Esas fueron las escandalosas palabras del flamante Presidente de Haití en su primer viaje a un país de la UE. Este comportamiento tiene su nombre: NEOCOLONIAL.

Por todo ello -y muchas otras cosas más-, no se puede hablar de balance de gestión de Martelly luego de dos meses desde su asunción. Sólo resta saber entre Martelly y Préval ¿quién de los dos es el más servil y más indigno? Confieso que me resulta difícil contestar, pues los dos poseen características muy sólidas para cumplir el rol de subalterno.

En el caso de Martelly, habría que señalar que su asunción como Presidente marca el retorno abierto y no solapado del duvalierismo al poder. Inclusive, el nuevo Presidente es partidario de una amnistía a favor del dictador Jean-Claude Duvalier, y algunos de sus principales asesores ya han planteado que no se puede juzgar a Duvalier porque -según esos “especialistas”- los delitos cometidos durante el régimen de “Baby Doc” al pasar más de 20 años caen bajo prescripción. De ahí, aprovechan para hablar de reconciliación entre todos los haitianos. El mismo discurso que mantiene el actual Embajador de Francia en Haití, Didier Le Bret. Este mismo personaje que, luego de la llegada de Duvalier el 16 de enero último pasado a Haití, declaró a la prensa que no estaba al tanto de la llegada de Duvalier. Él fue avisado cuando Duvalier había subido en el vuelo de Air France que iba de Point-a-Pitre (Guadeloupe) a Port-au-Prince (Haïti). Ni siquiera, añadía Le Bret, el gobierno francés estaba al tanto. Es por eso que había dado el aviso al gobierno haitiano sólo unos minutos antes del aterrizaje. Ni siquiera el propio Le Bret cree en su propia versión de cómo ocurrieron los hechos que han conducido al retorno del dictador.

Por supuesto para Martelly y toda esa gente, los crímenes contra la humanidad cometidos bajo el régimen duvalierista no existen o caen bajo prescripción según su lectura muy particular -tanto interesada como indecente- de los Acuerdos Internacionales que condenan esos crímenes y exigen justicia sin tener en cuenta el tiempo transcurrido, y en donde Haití figura, sin embargo, entre los países firmantes de los mismos. Ante tanta barbaridad, no sería una sorpresa que, luego de consolidar a Martelly en el poder, los verdaderos dirigentes de Haití quizás decidieran sacar a las tropas de ocupación, pues habrían terminado con todos los focos de resistencia que aún subsisten.

Es por eso, también, que no se puede admitir que en su reciente informe que los dirigentes de la UNASUR en Haití no hayan ni siquiera señalado esta situación degradante. Por otra parte, ellos avalan un instrumento de sometimiento como lo es la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIRH) co presidida por el ex Presidente norteamericano Bill Clinton quien es el mandamás en Haití. Dicha Comisión, formada luego del devastador terremoto del año pasado, ha demostrado durante todo este tiempo con claridad cuál es su verdadero rol: ser otro instrumento al servicio de la recolonización de Haití. No pueden ignorar que no sólo Clinton define la agenda de la Comisión sino hasta las fechas de las reuniones y los lugares donde desarrollar las mismas. Además, se sobreentiende que los dirigentes de la UNASUR saben que no puede haber reconstrucción de Haití sin el pueblo haitiano como principal sujeto histórico de esta obra. Nadie puede planificar para él o en su nombre. Este posicionamiento político daña enormemente los esfuerzos que esos dirigentes han hecho para ayudar al pueblo haitiano a partir de la aplicación de algunos proyectos en distintos campos y, a decir verdad, con un enfoque de cooperación alejado de los comportamientos neocoloniales.

Es en función de esta realidad que, muchas veces, considero que muchos de esos representantes caen en ciertas contradicciones cuando piensan de manera idéntica como los de los países centrales cuando se trata de Haití. Existe una suerte de visión, diría, subimperialista, paternalista, etc. Es en parte en función de esa posición que varios gobiernos del Cono Sur siguen manteniendo sus tropas dentro de la MINUSTAH, y que Brasil ha aceptado asumir la comandancia militar de esta fuerza de ocupación. Una fuerza que ha reprimido a varias manifestaciones populares, ha asesinado a centenares de habitantes de barrios populares, que tuvo en su seno integrantes que violaron a mujeres haitianas. Además, se trata de una fuerza que, a través del contingente de Nepal, ha introducido –según informes de distintos científicos el cólera en Haití con un saldo ya de más de 5.000 muertos. Una fuerza que gasta una fortuna para su mantenimiento -más de 800 millones de dólares por año- en un país donde la mayoría de su pueblo sobrevive en la pobreza extrema. Una fuerza que ha fracasado en todos los ámbitos y que, además, es rechazada por la inmensa mayoría de los explotados y vilipendiados de Haití.

Por todo ello, y muchas otras razones más, luego de dos meses desde su asunción como Presidente, en vez de preocuparse sólo por lo que ha hecho o hace Martelly, lo primordial sigue siendo la lucha para poner fin a la ocupación como así también resaltar y agradecer la solidaridad que brindan Cuba y Venezuela cuyos gobiernos respetan la soberanía del pueblo haitiano y su derecho a la autodeterminación.

Por el Comité Democrático Haitiano
Henry Boisrolin
Julio de 2011

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